¿Es la pedagogía una ciencia?

Ricardo Moreno Castillo

En este artículo se intenta demostrar que la pedagogía no es una ciencia, sino que es un lenguaje sin significado, un discurso vacío. Los argumentos que apoyan esta tesis son fundamentalmente cuatro. El primero, la resistencia de la pedagogía a usar el método científico: si un sistema de enseñanza no funciona, o se niegan los hechos, o se buscan las causas en circunstancias sociales, pero no se cuestiona el sistema. El segundo, la multiplicación de palabras, dando nuevos nombres a cosas que ya tenían uno, para así ocultar la falta de ideas bajo la capa de una jerga supuestamente científica. El tercero, en la utilización de un lenguaje vacío (y se aportarán algunos textos en los que se hacen explícitos algunos mecanismos para vaciar el lenguaje). El cuarto, la multiplicación de tonterías que chocan contra el buen sentido de cualquier profesor.

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216 comentarios en “¿Es la pedagogía una ciencia?”

  1. Jesús San Martín
    31 marzo 2011 a 18:42 #

    Querido Ricardo, has escrito este maravilloso artículo, que contiene las ideas, los comentarios, y las replicas y las contrarréplicas. Poco nos vas a dejar para aportar, salvo la boca abierta. Es de una contundencia sin igual, y no muestra fisura por donde se pueda desmontar su tesis.
    Tendremos que gozarlo una y otra vez, hasta que el tuétano se empape de tantas y tan buenas ideas. Mi más profunda enhorabuena.

  2. Francisco Javier
    31 marzo 2011 a 19:44 #

    Me alegro mucho de que apenas se vendan libros de pedagogía, a excepción de tu «Panfleto» del que ojala se hagan muchas más ediciones. Como la inmensa mayoría de docentes que conozco comparto un rechazo visceral a todo lo que proviene de la secta. También tuve mi dosis de cursos vergonzosos y me tocó bailar la conga, tocar instrumentos Orff en trance, masajear a otros pobres colegas -víctimas también de la estafa pedagógica, discutir sobre textos increíbles de una musicoterapéuta psicoanalista infumable, etc. (lista interminable de patochadas). Pero he aprendido bien la lección y jamás en lo que me resta espero que me vuelvan a pillar. He tenido que desarrollar mis propias estrategias (con mi esfuerzo, mi cabeza y hasta con mi dinero), que en gran medida han consistido en un desaprender falsas representaciones y un aprender a sobrevivir en un medio deteriorado y enemigo del saber. Y puedo afirmar que desde entonces todo ha ido mucho mejor.

    Un artículo estupendo, Ricardo. A esta gente hay que plantarle cara, que nos llevan al abismo.

    Gracias y enhorabuena.

  3. edgartalero
    31 marzo 2011 a 20:53 #

    Si no se venden libros de pedagogía es por que algunos docentes no sienten pasión por lo que hacen, no se hallan en su medio como diría Sir Ken Robinson, Han encontrado probablemente en la educación más que el desarrollo profesional de su carrerasuna lo que han encontrado es una salida a laboral a sus problemas económicos

    • Uno que pasaba por aquí
      31 marzo 2011 a 21:21 #

      No se venden libros de pedagogía porque son una puta mierda sin ningún tipo de aplicación real en el aula.

    • alfonso salas
      31 marzo 2011 a 21:21 #

      Por curiosidad, el tal Robinson ¿es de la familia de los Crusoe?

    • 31 marzo 2011 a 21:45 #

      Perdone, pero no puede usted ser más hortera. ¡Citar al tal Mr. Robinson como si fuera una autoridad! ¿De qué? ¿De la mercadotecnia con ínfulas? Entre lo que supuestamente tratan los libros de pedagogía (si es que tratan de algo) y lo que hace un profesor hay una distancia abismal. Mire, es como un huevo y una castaña. Es como la nómina de un profesor y el pastizal que se lleva el tal Mr. Robinson por engañar a incautos como usted. ¡Este payo de Liverpool sí que ha sabido encontrar una salida laboral a sus problemas económicos! I wanna be Mr. Robinson, Jesus loves me more than I will know, wo, wo, wo.

    • 31 marzo 2011 a 22:45 #

      Si no se venden lo que entendemos en este contexto como libros de pedagogía (es decir, los conjuntos de hojas encuadernadas que pedagogos, «expertos», inspectores y demás defensores de la LOGSE publican en sus editoriales afines para leerse/citarse entre ellos mismos y engordar el currículum), es:
      a) Porque son rematadamente malos y tan vacíos de ideas como denuncia Moreno Castillo.
      b) Porque, con demasiada frecuencia, además de ser farragosos y pedantescos, están pésimamennte escritos.
      c) Por que gran parte de ellos se mueven en un endogámico círculo de asuntos «especializados» que solo les interesan a los componentes del cotarro pedagógico.
      d) Porque tienden a dar una versión del mundo de la educación muy distanciada de la realidad.
      e) Y, muy especialmente, porque son inútiles por completo para la práctica docente, cuando no pernciosos.

    • Mónica Aladeriva
      9 septiembre 2011 a 17:52 #

      Sr. Edgartalero: su breve intervención contiene varias faltas de ortografía y de expresión. Menos pedagogía y más cultura de verdad.

      • edgartalero
        3 abril 2012 a 14:39 #

        Si que pena pero todo fue a la carrera, discúlpame.

      • fweqf
        4 abril 2012 a 20:15 #

        Pues acabas de cometer otras dos. ¿Has vuelto a escribir a la carrera?

  4. 31 marzo 2011 a 22:47 #

    El profesor, la piedra angular

    Pero si algo caracteriza el perfecto funcionamiento del sistema escolar en Finlandia, es el profesor, piedra angular del éxito finlandés en materia educativa. “Se ve enseguida que un profesor está motivado cuando te anima a estudiar y siempre parece feliz. Ah, y no nos mandan deberes”, dice una alumna que ha participado en el estudio.

    La buena formación técnica y humana de los profesores garantiza unos excelentes resultados. Para dar clases se les exige una titulación universitaria de carácter superior. Ser maestro de Primaria requiere 6 años de carrera universitaria. Además, el hecho diferencial básico con respecto a otros países es que un profesor finlandés debe tener una formación dirigida, no sólo a poseer unos perfectos conocimientos de la materia que imparten, sino también a ser unos expertos en Pedagogía. De hecho, en Finlandia los profesores son considerados como los profesionales más importantes de la sociedad.
    edgartalero, estoy totalmente de acuerdo con su comentario.

    • 31 marzo 2011 a 23:31 #

      ¡Que sí, señora, que la perra gorda para usted!

      P.D.: ¡Estoy de los finlandeses éstos hasta los mismísimos! ¿Y no se podría hablar con la O.N.U. para que los enviasen a cada Centro una docenita (con una basta) de alumnos poligoneros acompañados de un equipo de orientación y un pedagogo orgánico de los nuestros, mismamente por ejemplo Marchesi? ¡Armas de destrucción masiva! ¡No iban a aguantar ni un curso estos finlandeses tan listos! ¡Se iban a suicidar más de lo que ya se suicidan, con todo lo listos y lo pedagógicos que son!

      • Francisco Javier
        1 abril 2011 a 8:02 #

        Antonio, los finlandeses son un poco raros: seleccionan lo mejor de su población para ser maestros, que a su vez darán lo mejor de sí para que en el futuro haya maestros tan excelentes como ellos. ¿No sería mejor que dedicaran sus mentes más privilegiadas a otros menesteres? En fin, ellos sabrán. Por otra parte el rollo de la educación en Finlandia está evidentemente manipulado desde el momento en que no se tiene en cuenta algo tan simple como que España no es en ningún modo Finlandia (ni económica, ni culturalmente, ni nada.) Si a los finlandeses les mandásemos una buena muestra de nuestro alumnado del Polígamo, aparte de que aumentaría espectacularmente el racismo entre la población (y el número de suicidios entre maestros) , obtendrían unos resultados nefastos, tan nefastos como los de aquí. Me apuesto lo que haga falta.

    • Francisco Javier
      1 abril 2011 a 12:27 #

      En definitiva, acusas (insultas) a maestros y profesores de ser unos perfectos incompetentes, a diferencia de sus homólogos escandinavos que son unos auténticos mártires de la humanidad. Como opinión (falsa) está bien y no me merece el más mínimo respeto. Una acusación de ese calibre debería ir acompañada de un discurso fundado , si es que somos mínimamente serios. Lo cual no haces. Dices que los maestros finlandeses se toman muy en serio sus conocimientos en la materia que imparten, además de la psicopedagogía. A ver si nos aclaramos. No se nos repite de continuo que los conocimientos no son tan importantes, que todo está en la web, que eso del profe sabelotodo es elitista y antimoderno (vea si no las cosas que dice el charlatán Sir Ken Robinson.) ¿En qué quedamos? Por otra parte, si los maestros salen mal preparados, hay que recordar que es la secta pedagógica la que manda en las Universidades de Pedagogía. Los maestros reproducen lo que allí se les enseña y cumplen con las leyes que rigen nuestra desastrosa política educativa.

      El problema no esta aquí. Los maestros y profesores no tenemos la culpa de que no se nos deje hacer nuestro trabajo, no tenemos la culpa de que la educación no se tome en serio, ni de que las actitudes del alumnado (alentados por sus familias) hacia el estudio en general sean deplorables. ¿Dónde está el problema? Le recomiendo que lea el artículo de Ricardo Moreno.

  5. 1 abril 2011 a 0:02 #

    Pero que gracioso y coherente me resulta su comentario…..
    En Finlandia hay un alto numero de suicidios, pero es por su clima, no lo sabias?
    Sinceramente ,no se de qué vais…
    ..de elitistas,quizas?
    Con vuestra actitud ,sólo puedo sacar una conclusión, el primer problema que tiene el sistema educativo en España, empieza por profesores como vosotros.

    • 1 abril 2011 a 15:10 #

      Eso último que dice usted de los profesores ya se lo hemos oído decir mil veces a mentes tan preclaras como Marchesi, Sacristán y compañía, justo en los mismos términos: el problema son los profesores que piensan por sí solos, no un sistema al que los hechos demuestran que cada día le sale una verruga mayor que la anterior. En lugar de defender sus posturas y su sistema con razonamientos, descargan las culpas sobre los demás, típica reacción de fracasados sin respuestas. Precisamente esta una de las cosas que desmonta brillantemente Moreno Castillo en este artículo, lo que me induce a hacerle una pregunta: ¿ha leído usted el artículo o solo se ha metido aquí a montar bronca?

      • 3 abril 2011 a 18:20 #

        …..Me ha llamado fracasada sin respuestas????
        Pedro, es usted el que quiere bronca, verdad?

    • 1 abril 2011 a 20:18 #

      La típica diatriba que termina con lo de ‘profesores como vosotros’.

  6. Raus
    1 abril 2011 a 7:20 #

    Antes de nada, pido disculpas a Ricardo Moreno por hacer este comentario sin haber leído todavía su artículo al completo. Es que ha salido Finlandia a la palestra y no me puedo resistir a decir lo que sigue.

    Aquí, en España –pero no sólo aquí, claro- tenemos una cantidad increíblemente alta de niños consentidos y maleducados. Cualquiera que lo ponga en duda, podrá comprobarlo en infinidad de centros y aulas. Y los estudios que hay al respecto indican que somos el país de la unión en que los docentes más tiempo gastan intentando poner orden en la clase (16% del tiempo de clase). ¿Es culpa de los profesores que los alumnos se comporten tan mal? ¿Es culpa de ellos que los alumnos, muchos, lleguen asilvestrados a clase y con unos hábitos y conductas vergonzosos? ¿Es, acaso, que su mala educación es debida a que los maestros no los saben “motivar”, como dirían los de la secta? No, rotundamente no. Los malcriados, que son legión, están malcriados en casa. La culpa la tiene un ejército de psicólogos y pedagogos que, durante años y años ha ido difundiendo en la población de padres (y de maestros) una cantidad impresionante de tonterías y creencias pseudopedagógicas. F. Dolto, por ejemplo, una psicoanalista nefasta para la educación, propagó la idea falsa de que los niños se traumatizan si se les niega y frustra sus deseos. Por diferentes razones que aquí no puedo referir, esa idea fue calando en la mollera de infinidad de padres de familia. Esa idea y otras similares. En nuestra sociedad, ávida de progreso, democracia y modernidad, calaron especialmente. Los psicólogos progresistas, ayunos de formación filosófica, y por ello mismo influenciables por la ideología política-filosófica dominante, decían lo que las gentes, en general, deseaban oír. En realidad, esos psicólogos eran tan ignorantes como la misma población a la que se dirigían sus nefastos mensajes, pero, con su licencia universitaria en la mano, parecían estar dotados de autoridad sobre la materia. Nada más lejos de la realidad: simplemente tenían licencia para vocear y expandir los prejuicios ideológicos dominantes del momento.

    Muchos padres y maestros creyeron las sandeces paidocéntricas y permisivas pregonadas por una turba incontrolada de psicólogos y pedagogos incultos cuyas populares ideas sobre niños y educación no encerraban ni un átomo de verdad. Cuando aquí nos vienen diciendo cómo es la enseñanza en Finlandia, nadie nos dice cómo es la relación entre padres e hijos en esa sociedad. Si fuera la que aquí tenemos en general, otro engallado gallo les cantaría a los maestros. Ni los más duchos pedagogos chachipirulescos tendrían nada que hacer frente a nuestro ejército de Llonatanes y Vanessas, frente a todos esos niños que desde los cinco años mandan impunemente a la mierda a su padre por menos de nada, frente a todos ésos que, desde la más tierna infancia, hacen lo que les sale de las señoras gónadas. Ahí, tratando con estos aviesos Llonatanes, me gustaría ver a mí a esos angélicos profesores finlandeses.

    Lo que ocurre en Finlandia y otros países del entorno o de la Unión es algo muy diferente a lo que aquí está pasando. Y es que, desde que son muy pequeños, los niños aprenden (porque se les enseña, claro) a cumplir reglas. Y sólo se puede enseñar reglas (domésticas, escolares o lo que sea) cuando el adulto no duda en imponer su autoridad, sanción mediante, tantas veces como lo crea necesario. Por eso, como otros han dicho por aquí, los alumnos alemanes, por ejemplo, guardan silencio cuando el maestro entra por la puerta, o se sientan al instante cuando lo ven venir. ¡Lo mismito que aquí!

    ¿Cómo es posible que ninguno de estos pedagogos de postín nos diga cómo son las relaciones entre padres e hijos allí donde la enseñanza es buena o excelente? ¿Cómo lo son en China (o en Shanghái), como en Japón, cómo en Alemania, cómo en Finlandia…? ¿Cómo es posible que se haga constante preterición de esas relaciones y de que casi nadie se dé cuenta de que son determinantes de la salud del sistema de enseñanza? Si el maestro recibe un niño bien educado por sus padres, su labor consistirá, en su mayor parte, en enseñar con bastante tranquilidad los contenidos de la asignatura. Pero si lo que recibe es un crío díscolo y malcriado, malamente podrá hacer otra cosa que intentar controlarlo como buenamente pueda. Problema que se agudiza si, encima, la dirección de su centro está gobernada por un director a quien la psicopedagoga de turno le ha absorbido el seso con sus tonterías paidocéntricas, pues no contará con la autoridad y el respaldo institucionales necesarios. Así que, si alguien nos viene hablando de Finlandia y demás, que nos diga cómo llegan de educados los niños a la escuela, que nos digan si allí acostumbran los niños a mandar a sus padres a la mierda y mil cosas por el estilo (y acostumbran, evidentemente, porque los padres, confundidos por los psicólogos logsianos, lo consienten). Si tal cosa ocurre en Finlandia, China, Japón, Alemania, etc., si también en esos lares llegan a clase los críos con modales de salvaje bocazas, entonces, y sólo entonces, podremos atribuir a los docentes las miríficas virtudes pedagógicas que otros les reconocen. Pero si no es así, si en esos lugares los críos llegan razonablemente bien educados a clase, entonces que no nos vengan con el cuento de que los maestros educan y enseñan con milagrosas artes. Un poco de seriedad, por favor.

    • Ana Belén
      1 abril 2011 a 9:58 #

      Hola!

      Estoy totalmente de acuerdo contigo, Raus. La gente habla de los métodos que se utilizan en Finlandia y otros países sin tener en cuenta un factor tan fundamental como la sociedad o más concretamente las relaciones padres – hijos y la educación que como bien has señalado pasa por aceptar y cumplir desde la más tierna infancia una serie de normas y reglas. La educación de las sociedades nórdicas o la japonesa, cuyo comportamiento ante la catástrofe ha dejado boquiabierto al mundo, no son comparables a la educación española, si es que en España hay algo de eso, cosa que cada día dudo más. Como bien decías, en Alemania los alumnos esperan al profesor sentados, en orden, y en Japón… ¡se levantan cuando entra! no me explico en qué mundo viven algunos que escriben aquí, que sólo entran haciendo gala de esa falta de educación de la que estamos hablando. Es tristísimo que haya que leer, por otra parte, que nosotros, un grupo de personas que querríamos un sistema educativo de calidad para todos nuestros jóvenes, un sistema riguroso, de donde salieran preparados, con un futuro, todos, los que quisieran ir a la Universidad y los que decidieran formarse para una profesión… que alguien nos pueda decir que los problemas de la educación en España son por culpa de profesores como nosotros. No es para enfadarse, es para llorar.
      En fin, sigan apoyando esa fábrica de masas de ignorantes sin ningún tipo de futuro, sin formación, sin cultura, sin esperanza de un futuro porque no tienen esperanza de encontrar un empleo que no sea precario (bueno, en este momento si siquiera precario…). Así va este país y peor que irá mientras no cambie la mentalidad, mientras mucha gente no desarrolle un poco de espíritu crítico. ¡Lean y dejen de decir bobadas! ¡Abran los ojos de una vez!
      Ricardo, gracias por lo que haces y por lo que escribes.
      Un afectuoso saludo de una lectora incondicional.

    • Mari
      1 abril 2011 a 22:29 #

      Tema niños malcriados. Buscar razones que justifiquen el por qué hoy hay tantos niños, no me gusta el calificativo – malcriado – prefiero decir, niños «libertinos», es difícil, pero ahí va una:
      Desde mi criterio, la manera de ser de muchos niños de hoy está relacionada con los principios de libertad, igualdad y justicia. Que por cierto, es sabido que… no hay persona más molesta que la que tiene principios… éstos. Desde que el señorito se vio en la necesidad de cambiar la ley del embudo por el asegurar y pagar, no sólo con sobras de comida y ropa, al criado. Los padres dejaron de meter el miedo en el cuerpo a sus retoños, dejaron de educarlos para que callaran y para que el don les diera mucho trabajo y poca… Cuando los padres se liberan de esta carga y aparece en escena la «igualdad», la «justicia» y la «libertad» teórica y en parte también práctica, se pierde el miedo a decir lo que se piensa y rápidamente se comienza a educar a los hijos con este nuevo lema… libertad de expresión, igualdad de…, justicia de… Ahora tendrán que enseñarles a rellenar los puntos suspensivos, pero los padres son padres y pronto se darán cuenta del engaño. El amor mueve montañas.
      No sé cuántos de los que aquí escriben son padres, intuyo que algunos no lo son, porque un padre consecuente con sus sentimientos sabrá que el niño es lo más importante en educación, igual que para el médico, lo primero, tiene que ser el enfermo… antes que sus reivindicaciones… para un padre, su hijo. El niño debe ser en educación el centro sobre el que todo debe girar. También hay padres que no ven más allá de su egoísmo personal y otros que sólo creen que el centro es solo su niño…
      Además que el niño sea el Centro… no implica que no tenga que cumplir con sus deberes… entre ellos respetar a sus maestros. Nunca el maestro debe ser el centro en educación, igual que en medicina no debe serlo el médico. La obligación tanto de uno como del otro… realizar su tarea lo mejor posible y formarse lo más que pueda…

  7. 1 abril 2011 a 7:39 #

    Lo siento, pido al administrador que borre uno de los dos comentarios porque parece que ha sido duplicado. La última versión de Firefox funciona como una patata.

  8. 1 abril 2011 a 10:20 #

    Bueno a ver si ahora sale mi comentario, algo diferente, puesto que ya hay réplicas que ponen el asunto de Finlandia en su justa medida.
    Yo he he estado en Finlandia de intercambio commenius, he entrado en las aulas y asisitido a las clases, he observado a profesores, alumnos y padres. Como detalle de la educación de los finlandeses tengo que decir que los alumnos ni siquiera arman escándalo en el recreo. El recreo tenía que producirse dentro del centro porque en marzo todavía hace mucho frío, hay nieve y hielo. Ese silencio es algo que me sorprendió muy gratamente. También es cierto que estuve en una escuela secundaria, pública eso sí, que tenía un premio de la UNESCO, ya me dijeron los propios profesores finlandeses que ni mucho menos todos los institutos eran así, sobre todo en Helsinki.
    Por otra parte en Finlandia no es oro todo lo que reluce, ni es cierta toda esa propaganda que se hace.
    Por cierto cuando los profesores finlandeses visitaron mi instituto de entonces toda la radiación solar del Mediterráneo y toda la serotonina que pudieron estimular a 40ºN no les sirvió para recuperarse del colapso de lo que vieron.
    Probablemente mi instituto actual haga un intercambio finlandés el curso próximo. Entonces tendré más datos para contar.

    • 1 abril 2011 a 15:19 #

      No dejes de informarnos.

      • 1 abril 2011 a 19:58 #

        Desde luego Pablo que seguiré informando. Sigo en contacto con una profesora finlandesa de las que hizo el intercambio de 2003 y estamos organizando el actual. Además de cosas que no tengo datos concretos no quiero escribir. Pero sí tengo un dato concreto desde entonces y que corrobora Ricardo Moreno en su escrito de réplica: el sistema universitario finlandés es tremendamente exigente. Para una población de poco más de cinco millones de habitantes la universidad pública, que es gratuita, ofrece poco más de 5.000 plazas al año. De esas 5000, todas no son para los que salen del bachillerato sino que hay un cupo de plazas reservadas a aquellos que hicieron FP y a los que quieren cursar una segunda carrera. Por lo tanto, los bachilleres finlandeses que ya han pasado por una reválida al final del bachillerato, tienen por delante un examen durísimo, en el que mucha gente con excelentes notas se queda fuera. Nada que ver con nuestra selectividad donde se dice a los correctores que sean benévolos con sus notas e intenten tener en cuenta «lo que el alumno ha querido decir y no lo que escrito verdaderamente», esto son palabras literales que yo he oído y por la que me niego a corregir en selectividad.
        Esto hace que una vez licenciados en sus carreras, en Finlandia los licenciados no abundan como hongos tras una lluvia de otoño, la profesión de profesor ya en la primaria o en la secundaria, no sea precisamente la más atractiva. Lo que yo vi en 2003 es que el sistema educativo finlandés tiene a veces problemas para cubrir puestos de trabajo en las escuelas, allí se llama escuela hasta los 16 años.
        Es decir, sin querer menoscabar en absoluto la valía y los conocimientos en su materia de nuestros colegas finlandeses, eso de que el sistema finlandés «escoge a los mejores para ser maestros» está por ver. Naturalmente que para ser profesores entrarán licenciados con excelentes notas, pero a muchos licenciados brillantes ni se les pasa por la cabeza ser profesores.

    • Francisco Javier
      2 abril 2011 a 10:31 #

      En Finlandia:

      1) Las clases transcurren en silencio, porque sin silencio es imposible aprender nada, ni ayudar a nadie, ni nada de nada. En España la frase que más veces se repite a lo largo de una clase es: «silencio, por favor», a un promedio de frase por minuto. Además de las de «¡por favor, siéntese!», «si sigues interrumpiendo, tendré que expulsarte de clase»,….(catálogo inabarcable de mensajes en la misma linea y aún mucho más duros.) Esto sucede en la ESO (y en Primaria) y cada vez en mayor medida en el Bachiilerato y hasta en la Universidad. Algo muy, muy preocupante. Demostración de que esto es así: los datos empíricos (traducido en los millones de partes y burocracia represora, que son el pan nuestro de cada día de nuestros coles infaustos.) Los alumnos en España gritan en clase, hacen lo que les da la gana con total impunidad. El Sistema fomenta este tipo de comportamientos.
      2) El respeto al silencio no es exclusivo de los centros educativos, sino que es asumido y querido por toda la sociedad. En España hacemos macrobotellones y en los barrios jaraneros, los vecinos tienen que acabar por malvender sus casas y huir a donde sea (la gente acostumbra a dormir y necesita paz y descanso.)
      3) Hay un sentido de la disciplina muy alto, similar en cierto modo al de la de las sociedades orientales. En España, no.
      4) La población tiene interiorizado, que la educación es algo de suma importancia y valioso. Aquí no sucede así.
      5) Hay respeto por la profesión docente. En España, no.
      6) El hábito de lectura tiene una larga tradición (las bibliotecas públicas son mimadas por el sistema). Los padres leen y sus hijos adquieren el hábito ya desde muy pequeños. Aquí se lee poquísimo y casi tienes que dar gracias cuando un alumno viene a pedirte un libro a la biblioteca.
      6) El sistema es exigente (como nos explica Hesperetusa) : se ayuda a los alumnos, pero se exige. No nos engañemos. En España se exige muy poco y así vemos que nuestras Universidades son lo que son.

      ¿A quién le puede extrañar entonces que Finlandia esté a años luz de España?

    • teacher
      26 junio 2012 a 12:36 #

      Un comentario muy esclarecedor, gracias. Necesitamos conocer la experiencia de diversos profesionales en otros países para entender cómo funcionan en realidad otros sistemas. Gracias mil.

  9. Ricardo Moreno Castillo
    1 abril 2011 a 12:20 #

    Gracias a todos por vuestras intervenciones. Me gustaría responder a algunas de ellas:

    Egdartalero acusa de falta de pasión por la profesión a los docentes que no leen libros de pedagogía. Según él, estamos aquí para resolver nuestros problemas económicos. En primer lugar, hacer un juicio de valor acerca de quienes descreemos de la pedagogía no aporta un solo argumento a la polémica. Es la descalificación del discrepante, la actitud propia de los sectarios. En segundo, lugar, trabajar a cambio de un sueldo no es nada deshonroso (desde luego, si no me pagaran no iría a trabajar, que un instituto no es una ONG ni la enseñanza un sacerdocio). Cuando trabajas a cambio de un estipendio mensual la más elemental decencia obliga a hacer bien aquello por lo que te pagan, tengas o no pasión por tu trabajo, y el ser mejor o peor profesor nada tiene que ver con que tengas más o menos vocación. He conocido profesores desastrosos que se confesaban vocacionales, y buenísimos profesores que estaban en la enseñanza por falta de otras salidas profesionales más atractivas. Y si los profesores que hace bien su trabajo no leen libros de pedagogía no será, digo yo, porque no tengan un rato libre para hacerlo, sino porque no encuentran en ellos nada que les pueda hacer mejorar su práctica docente.

    Marisa, si (según tú) el profesor en Finlandia es más feliz que aquí, a lo mejor es porque, como ya han apuntado algunos comentaristas anteriores, los niños vienen educados de su casa y no tienen que soportar las groserías que tendrían que soportar en España. Y a lo mejor también porque no tienen que soportar tantas boberías pedagógicas. Y si el sistema de Finlandia es eficaz es por que es muy tradicional, y a los niños se les inculca desde lo antes posible los buenos modales y los hábitos de trabajo, y también porque es muy competitivo y elitista: las plazas universitarias que se ofrecen son relativamente pocas (vaya, en comparación con España, donde hay muchísimas universidades y ya compitiendo a la baja para no perder alumnos) y hay que trabajar muy duro para alcanzar una de ellas. Para terminar, Marisa, dices que “el primer problema que tiene el sistema educativo en España, empieza por profesores como vosotros”. Caes en el mismo comentario sectario de Edgartalero, la descalificación del discrepante. El “argumento” de quien no tiene verdaderas razones que aportar.

    De nuevo gracias a todos

    Ricardo Moreno Castillo

    • Josechu
      1 abril 2011 a 17:13 #

      Para los amantes de Finlandia.
      Escriban cien veces en la pizarra digital:
      «En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección».

      • Amante de Finlandia
        1 abril 2011 a 19:35 #

        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”
        .“En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.

        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”
        .“En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        “En Finlandia no hay Komisariado ..; perdón, Servicio de inspección”.
        etc…

    • 3 abril 2011 a 14:12 #

      Pero que manía de quejarse del niño que viene maleducado de casa y que es grosero, irrespetuoso….! esto no es serio, basta ya! ahora resulta que el mal funcionamiento del sistema escolar en España es por los niños y sus padres!
      Esta es vuestra defensa?
      El profesor no tiene su parte de culpa? es intocable, intachable, está al margen, no pinta nada en los problemas del sistema educativo en el que se desenvuelve???
      La culpa de todo está fuera de vuestros limites?
      …Ya me direis como se puede llamar a esto….
      El profesor es piedra angular en la educación y su buen funcionamiento en Finladia, en Esapaña y en Pekin!!!
      Y no estoy defendiendo la mala educación, ni la falta de civismo, en esto, estamos contribuyendo todos, pero todos!!
      y ahora y sin confundirse de anagrama me puede decir lo mismo que otro de sus compañeros :Me he confundido con el anagrama y el nombre, ambos similares a una persona que está dedicándose a jorobar el foro sin atender al artículo, y he ido a levantar todas las contracciones.
      ….Muy didactico, en general, este foro……
      Que conste que yo, todavia no he insultado a nadie.
      He leido la mitad del artículo,porque a la midad,ya estaba muy aburrida, no es mas que un juego dialectico, lleno de contradicciones , de sencillos ejemplos y de fragmentos bien elegidos para argumentar una opinión.
      -Que la pedagogia está obsoleta y vacia de contenido, pues vale!
      -que no es una ciencia..y qué?
      -que puede ser un arte, pues seguramente, hay quien es un seductor y quien no lo es y eso no se puede enseñar, pues vale.
      Será más bien creatividad? pues más vale que si…, de eso tenemos todos en la medida,calidad y proporción que deseemos , ser flexibles, conscientes y creativos mentalmente, basandonos en la ciencia.
      Puede que ese sea el camino medio, una alternativa renovada y actualizada que empieza por el profesor.

  10. Maximiliano Bernabé Guerrero
    1 abril 2011 a 17:27 #

    Mi enhorabuena a Ricardo por su artículo, como siempre. Para mí es un maestro. Y sobre la materia finlandesa, ruego que se me perdone la falta de pudor de citarme a mí mismo. Esto es de una novela mía, publicada el año pasado. El primero que habla es un inspector, el segundo, un profesor próximo a la jubilación.
    «(…) – He ahí el quid de la cuestión. No me atrevía a sacarlo a colación en la primera visita que os hago este curso, pero ya que lo dices tú, pues vamos a ello. con valor y alegría, marchemos y yo el primero por la senda finlandesa. Como bien habéis dicho, Finlandia, a pesar del frío está en los primeros puestos del Informe PISHA. Bien ¿Cómo lo han conseguido? Permitidme, compañeros y compañeras docentes y docentas, que os cite la obra de Jordi Totxanes “Subsistemas finlandeses y docentes en busca de la competencia coprolectora”. Me permito el deciros que yo mismo, Tomás de la Casa, soy un experto en esta obra mencionada por mí, que sin duda conocéis. Recordadme que luego os pase un cuestionario sobre ella. “Hacemos lo que escribimos, escribimos lo que hacemos”. En Finlandia hace frío, pero yo me río, porque allí se pueden desitinguir el subsistema familiar, el escolar y el socioeducativo-cultural. ¿Qué los distingue de los nuestros? Os lo estaréis preguntando. Pues que son tres, y nosotros tenemos unos cuantos más. Además, de eso, en las familias finlandesas si la madre pilla al padre con una maroma, pues no se va a un programa de la tele, ni siquiera se lían a hostias, simplemente entre los dos llevan al niño, o a la niña, a la biblioteca escolar, y luego van a divorciarse. Entre medias se leen unos cuantos libros. Y los niños también. Y luego, los maestros. Ah, los maestros. Perdonadme, pero allí los maestros no fuman puros. Hay que hacerse finlandeses. ¿Me comprendéis? Finlandeses, FINLANDESES. No sé si me comprenderéis, pero es mejor así. No como aquí, que los hay que no saben encender una fotocopiadora. Hablando de fotocopiadoras, (…)
    . Fue entonces cuando Jaime decidió intervenir otra vez.
    – Ya que se ha hecho el silencio un instante, me gustaría añadir algo, poco. Respecto al afán por copiar el sistema educativo finlandés. Resulta curioso esto de las admiraciones ciegas por sistemas educativos foráneos, sin preguntarse demasiado sobre las características, la historia de las sociedades sobre las que se asientan…
    – Eeeeehhhhrrr, siempre mismo lo igual callar. No.
    – A principios del siglo XX se admiraba el suizo y el alemán, sistemas que a la luz de la doctrina educativa oficial hoy y aquí serían el colmo del elitismo. Ahora se admira el finlandés. Pues bueno. Tendríamos que ver primero si el modelo de sociedad que fomentamos desde todos los ámbitos, las costumbres de las que nos enorgullecemos, tienen algo que ver con una sociedad en la que la gente hace eso tan raro de quedarse en casa leyendo. Esto puede que por el clima. Ya sin el clima ¿Estamos dispuestos a adoptar una ética protestante que valora el esfuerzo personal, la responsabilidad y el mérito individual? Aquí, donde quienes aprueban un examen después de arduos esfuerzos tienen que presumir de que como mucho se habían pegado un repasillo si no quieren ser tildados de raritos. Por otro lado, quizá muchos de vosotros ignoréis que en Finlandia está aún muy presente la moral y las costumbres de los cazadores del bosque y de la tundra que fueron. Y que, y esto es un tabú para el mundo progresista bienpensante, la posesión de armas de fuego está muy extendida, como en los Estados Unidos. Mientras, aquí, papeles, papeles y papeles. Y por triplicado. Yo creo que lo que diezmó nuestros bosques no fueron las flotas de Indias como dicen los de la leyenda negra, sino nuestra querencia por la burocracia absurda, por los papeles triplicados. Por pedirte una fotocopia del DNI el mismo que lo ha emitido.
    – Bien, creo que he oído que te llamas Jaime. No te creas, en Inspección tenemos noticias.
    – ¿De que me llamo Jaime? …
    «EL ENIGMA ORTIZ Y LOS PEPOES» de M. B.G. Editorial Ledoria, 2010

  11. Ania
    1 abril 2011 a 17:29 #

    Si es cierto que en Finlandia, Alemania , Japón y demás , los críos vienen educados a la escuela, las relaciones padres-hijos no tienen ni color con las de aquí. Si como referís, en Japón, los alumnos se levantan de los asientos para recibir al profesor-es lo que hacíamos nosotros en el IES de enseñanza Pública en el que cursé el Bachillerato-. Si éso es verdad , eso es motivante para el docente y el discente y permite un ambiente educativo apropiado para el éxito.

    Nada puede aportar el profesor más capaz y preparado en el ambiente educativo de la España de hoy en día , nada mientras chavales sigan comportándose mal impunemente amparándose en un ambiente familiar, social , político y educativo absolutamente paidocéntrico y descabellado.

    Sin haber finalizado de momento mi lectura del artículo de Ricardo, quiero agradecer nuevamente a Raus su comentario tan atinado e imprescindible en la consideración de las relaciones paterno-filiales y socio-políticas previas y paralelas a la escolarización como condicionantes más altamente significativos a la hora del comparar el éxito escolar de otros sistemas educativos con el nuestro que la preparación excelente o no tanto del profesorado. También comparto con Ana Belén la parte de su escrito que apunta en el sentido señalado por Raus.

    YA ESTÁ BIEN DE COMPARAR «PROFESORES» excelentes DE UN LADO CON «PROFESORES» mediocres DE OTRO.

    COMPAREMOS, por contra, RELACIONES PATERNO-FILIALES Y SOCIOEDUCATIVAS excelentes de un lado, pongamos Finlandia, con RELACIONES PATERNIO-FILIALES Y SOCIOEDUCATIVAS mediocres en otros lados, pongamos España.

    YA ESTÁ BIEN DE FASTIDIAR AL PROFESORADO. LOS MILAGROS EN LOURDES.

    • 1 abril 2011 a 20:01 #

      Y otra cosa que vi en Finlandia: los alumnos se levantan cuando el director de la escuela entra en el aula. No son solo los japoneses.

      • Mari Cruz Gallego
        2 abril 2011 a 7:49 #

        Estuve de Comenius un año en Bélgica y mis alumnos también se levantaban cada vez que yo entraba a clase y sólo se sentaban cuando llegaba a mi mesa y les daba los buenos días. Por cierto, la relación profesor-alumno no era nada autoritaria (en el sentido que muchos pueden pensar: retrógrado, bla, bla, bla). Era normal, de cordialidad mutua, pero cada uno sabía el papel que tenía: el alumno trataba de usted al profesor y sabía que no era su igual; el profesor trataba de usted al alumno y sabía que estaba ahí para enseñarle. ¿Y el nivel? Bueno, eso ya os podéis imaginar aunque también es cierto que se trataba de un instituto que tenía diversas menciones de calidad (no todo era así en Bélgica). Lo que sí es cierto, y lo comentaba con compañeras que ya trabajaban aquí en España (por esa época yo todavía no) es que se respiraba un silencio en clase que, ni siquiera en las mejores aulas españolas, se podía encontrar.

  12. serenuszeitb
    1 abril 2011 a 21:45 #

    Saben aquel que diu:

    Van un sueco y un finlandés a tomarse unas birras… con el primer litro alza el sueco la jarra de cerveza y exclama: ¡salud!, a lo que responde contrariado el finlandés: ¡¿A qué hemos venido aquí a beber o hablar ?!

  13. 2 abril 2011 a 0:14 #

    Creo, que de nuevo, he puesto el dedo en la llaga…….., me alegro profundamente!
    …Me imagino, por ejemplo, a un profesional que se gana la vida en atención al cliente, diciendo…, pues mira, la verdad, yo, necesito para dedicarme a esto, que el cliente sea y venga educadito de casa……, yo no puedo hacer mi trabajo con pasión y vocación si cuando se dirijan a mi,no lo hagan en silencio , muy atentos y ordenados y por supuesto, yo no tengo porque tener ninguna habilidad psicologica para atender a mis clientes.Ridiculo,no?
    Hay profesores buenos, malos y regulares…
    hay pedagogos, buenos, malos y regulares y hay psicologos, buenos, malos y regulares como médicos y periodistas… etc…etc..
    Pero , os recuerdo, que el tema es:¿Es la pedagogía una ciencia?
    …penoso,no…?

    • Mari Cruz Gallego
      2 abril 2011 a 8:10 #

      Marisa: entonces me parece que lo que ocurre es que tenemos conceptos diferentes de lo que debe ser el sistema de enseñanza. Para usted, se trata de «educar»: enseñar valores cívicos, morales, etc. Esa es la tendencia de los últimos años. Sin embargo, para mí y para los que estamos aquí, ésa no es la función, sino la enseñanza. La alfabetización y la cultura. El pensamiento crítico (que sólo se puede alcanzar mediante el conocimiento y el esfuerzo). ¿Sabe lo que pasa? Que la enseñanza pública la han convertido en asistencia social para las capas populares. Mañana, cuando todos esos adolescentes salgan a competir por un puesto de trabajo (porque, atienda de esta crisis no salimos ni en diez años), al contrario de lo que algunos intrusos como PUnset predican por ahí, los niños habrçan sido muy felices en clase, habrán aprendido a gestionar sus emociones, etc. pero el puesto de trabajo de calidad se lo darán al de clase alta que ha ido a Cambrigde (porque del sistema público que están haciendo, nadie va a poder ir a Cambridge -universidad que, por cierto, junto con Oxford, se negó a aplicar el Plan Bolonia).
      Es obligación del Estado crear instituciones que asistan socialmente a los más desfavorecidos, a los niñs y adolescentes que viven en condiciones familiares y/o económicas difíciles, pero eso debería ser uan institución diferente a la escuela y al instituto. Al sistema de enseñanza se debe acceder para obtener conocimiento y pensamiento crítico. Pero esto, como muchas otras cosas, no interesa. Y menos en un mundo que está cambiando hacia la pérdida de bienestar y servicios sociales.
      Del engañabobos de Punset y del telepredicador que lo acompaña, hablamos otro día, que el tema tiene miga. Y no es tan inocente como parece.
      Un saludo.

      • 2 abril 2011 a 15:35 #

        Hola, Mari Cruz, me interesa el tema de la enseñanza , como creo de debería interesarle a todo el mundo que tenga un minimo de sensibilidad social y no creo que tengamos conceptos tan diferentes de como debe ser el sistema de enseñanza, más bien, creo que es simplemente una cuestión de matices.
        Yo, simplemente, he aportado el dato de un estudio en el que pone de manifiesto la importancia de la figura del profesor como pieza clave para un mejor resultado en la enseñanza.
        Los comentarios que me encuentro normalmente en este blog, son en su gran mayoria en un tono muy despectvo, son una total provocación y todos en una misma dirección,se dedican a derse palmaditas en el hombro,unos a otros de lo mucho que se gustan…, un poco mas de tolerencia, por favor.
        Hay que saber de donde venimos, no hace tanto la educación era elitista, «hacer leña del arbol caido»,sin compasión(era su consigna ) basada en el castigo , en el miedo y en la represión, es por tanto logico pensar que ese aparente respeto a la figura del profesor era forzada, por lo tanto no real, primer error que ahora os toca pagar y no es agradable , lo entiendo.El contrapunto de esa generación, son sus hijos, consentidos y malcriados,si ,pero no todos, yo voy a romper una lanza por una mayoria de jovenes responsables y educados, no debemos generalizar en esto porque no es justo y menos si se hace con la intención de justificar otras cosas…
        Ese gran error del pasado, esta pasando factura.., si a eso le sumamos el gran cambio social basado en el «consume y revienta» …pues ya lo tenemos!
        El matiz entre el concepto que usted y yo podemos tener sobre la enseñanza, está a partir de esa frase en la que dice:la enseñanza pública la han convertido en asistencia social para las capas populares. A partir de aquí, ya no vamos por los «cerros de Úbeda»!
        Nadie está en posesión de la verdad absoluta, ni tampoco hay intrusos, ni todos los tratados de padagogia son , como dice un compañero suyo,» una puta mierda»…..
        Yo apuesto por el debate abierto, en positivo y constructivo y entiendo que esta crisis durara lo que tenga que durar porque no se trata de una crisis puramente economica, sino de un sistema agotado.
        Cada profesional debe lidiar con lo que le toca…y es libre de aportar desde su experiencia, su calidad humana , su craetividad , su analisis positivo con pasión y vocación ó de abandonar y dedicarse a otra cosa.
        Un saludo.

    • Francisco Javier
      2 abril 2011 a 9:51 #

      Que no Mariiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisa, que la pedagogía no es una ciencia, que es una puta mierda. Lee el artículo, que todavía no lo las leído.

      • Francisco Javier
        2 abril 2011 a 18:09 #

        Mariiiiisa, sigues sin haber leído el artículo y hablas de lo primero que se te ocurre de forma gratuita. No sé dónde estudiaste, pero a mí desde luego nadie me pegó en la escuela pública y que yo sepa a nadie se le prohibía acudir a un instituto. Reproduces un mito (interesado), el mito de que hasta que llegaron los salvadores de la infancia, todo era elitismo y represión.

        Como la verdad no está en posesión de nadie y todo es opinable, nada que tengo que decir y por decencia no voy a perder tiempo con las opiniones de nadie, que nada me importan.

      • Francisco Javier
        2 abril 2011 a 18:14 #

        Aclaración: cuando la verdad se niega, toda opinión es legítima o ilegítima e igual en cuanto a su valor de verdad, que es igual a 0. Desde este punto de vista la educación y los buenos modales carecen de sentido y lo único que queda e la lucha de intereses, el ejercicio de la voluntad de poder.

    • Raus
      2 abril 2011 a 11:35 #

      Señora Mariiisa, si el ciudadano que llega a una ventanilla de atención al cliente se comporta como un energúmeno y no permite que avance la cola, o se dedica a molestar al funcionario o a los demás usuarios de ese servicio, hay un señor, el encargado de seguridad, que conducirá a dicho energúmeno a la calle. Y si la atención al cliente es por teléfono, tres cuartos de lo mismo: el profesional que atienda al energúmeno le exigirá a éste que se comporte como es debido. Si persiste en su mala conducta, ni el más avezado de los profesionalestelefonistas tendrá por qué aguantar impertinencias o groserías (y, si las aguanta, es por temor a perder el trabajo). Si usted va al cine, todo el mundo espera que usted se sepa comportar allí con un mínimo de respeto. El acomodador, se lo aseguro, no tendrá por qué poseer especiales conocimientos de psicología para tratar al espectador impertinente: le bastará con tener cierto tacto al dirigirse por primera vez al impertinente. Y si el tacto no es suficiente, el impertinente a la calle, En todos los sitios hay una tácita exigencia de respeto y educación para poder desarrollar el trabajo en condiciones. Usted cree que en la escuela no es exigible que los alumnos lleguen con un mínimo de educación. Lo que no ha contestado usted es a la cuestión de si en Finlandia (o Japón, o Alemania…) los alumnos llegan razonablemente educados a la clase gracias a los padres de las criaturas. Le agradecería que nos ilustrase sobre ese pequeño “detalle”, señora.

      Pero mire, yo me alegro de que usted se dedique a poner sus dedos en ciertas llagas. Podría usted ayudarnos a dolernos menos de ellas. Ya que usted pide al maestro habilidades psicológicas para atender a niños que no llegan educaditos de sus casas, ¿por qué no nos hace usted una demostración (si quiera teórica) de esas habilidades? La cosa es muy sencilla: yo le pongo a usted casos concretos muy comunes de mala educación del alumnado, y usted, si es tan gentil, nos dice cómo debe responder el maestro para solucionar el problema.

      Por ejemplo: primer día de clase. El profesor se presenta ante un grupo de alumnos desconocidos. Son alumnos de 14 años. Un par de ellos hablan por los codos y se tiran pelotas de papel. Vale, ahora le toca a usted, señora Mariiisa. Exponga aquí, paso a paso y de forma concreta, qué debe hacer o decir el maestro en este caso. Tenga usted en cuenta lo muy agradecidos que le quedarán a usted todos aquellos docentes que anden agobiados con estos diarios problemas. Muchas gracias.

      • Raus
        2 abril 2011 a 11:40 #

        Perdón por el gazapo: donde pone «si quiera», separado, debe poner «siquiera».

      • 3 abril 2011 a 11:48 #

        Simplemente, les pondría cinco minutos de Vivaldi, Violin Concerto in A Minor Op.3 No.6
        La musica conecta directamente con nuestras emociones y dicen: que amansa a las fieras……
        Cinco minutos de musica con efecto sorpresa y proponiendo un ejercicio,les pediria que durante esos cinco minutos se taparan los ojos con sus manos se dejarán llevar…

        Puede que la pedagogia sea algo obsoleto y sin contenido.
        Y que el que tiene carisma, el que es un seductor, y el que es un buen maestro explicando y transmitiendo entusiasmo a sus alumnos los es y eso no se puede enseñar….., puede que no sea una ciencia , y que?… puede que sea Arte…y que?
        No será una intuición…..,pues puede ser.. y qué?
        Es creatividad pura y dura , de eso tenemos todos………..en la cantidad , calidad y proporción que nos propongamos.
        Sr. Raus, maleducados tenemos que agunatar todos, porque los hay por todas partes y de todas la edades, es lo que intentaba argumentar con mi ejemplo pero eso no debe justificar el rendimiento de un profesional.

        Como decia la canción:
        Que no, que no, que el pensamiento
        no puede tomar asiento,
        que el pensamiento es estar
        siempre de paso, de paso, de paso…

        La ciencia es una estrategia,
        es una forma de atar la verdad
        que es algo más que materia,
        pues el misterio se oculta detrás.

        Un psicologo que le apasiona su profesión ,comparte una disciplina que él llama » yoga consciente creativo, podría ser una alternativa muy interesante a esa pedagogia vacia de uso y contenido, sin duda.
        No es una ciencia, está basada en la ciencia.
        Un saludo.

  14. Jesús San Martín
    2 abril 2011 a 8:03 #

    Como decía el Sr. Polícrates, al troll no se le hace ni caso. Quien quiera ser respondido en el foro que aporte datos.
    Un saludo a todos

  15. Ricardo Moreno Castillo
    2 abril 2011 a 9:06 #

    Marisa:

    Tienes mucha razón, el tema a discutir es si la pedagogía es o no una ciencia, en consecuencia hacer juicios de valor sobre la vocación o la profesionalidad de quienes participamos en el debate no viene a cuento.
    Creo haber dejado claro que la pedagogía me merece, en cuanto que pretende ser ciencia, tan poco respeto como la cartomancia o la adivinación. Naturalmente que puedo estar equivocado, y a lo mejor la cartomancia y la adivinación tienen una base científica que a mí, en mi cortedad de luces, se me escapa. Pero quien quiera convencerme de ello tendrá que aportar razones sólidas y convincentes. Si se limita a decir que entre los adivinos y echadores de cartas los hay buenos. malos y regulares, como en todos los gremios, no va a hacerme cambiar mi manera de pensar.

    Atentamente

    Ricardo Moreno Castillo

    • 2 abril 2011 a 15:55 #

      no, yo creo que mejor llamamos al encantador de perros, su psicologia y pedagogia no falla ni con la manada ni con sus dueños humanos………
      Puede que sea el único que os pueda resolver vuestro problema civivo en las aulas.

  16. El pobrecito profesor
    2 abril 2011 a 10:38 #

    Esto que adjunto es un documento puesto en el tablón de la sala de profesores dedicado a “avisos” de la dirección. Creo que puede servir de ejemplo de este debate, si alguien es capaz de leerlo del todo -y comprenderlo (yo sólo he podido escanearlo)-. He de añadir que, desde hace unos meses, la única orientadora de nuestro centro (muy conflictivo, de los de atención especial, adaptaciones y todo eso) se ha incorporado al equipo directivo como jefa de estudios adjunta, con la consiguiente reducción horaria para otros menesteres propios de su orientación…
    El texto dice así:
    «JUNTA DE ANDALUCÍA
    CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CIENCIA
    I.E.S……..
    Departamento de Orientación
    ORIENTACIONES PARA PREVENIR CONDUCTAS DISRUPTIV AS
    1.- Emisión de mensajes claros, concretos y directos, evitando instrucciones largas o complejas. Se debe actuar con firmeza, nunca con agresividad. Escuchar de forma activa.
    2.- Reforzar administrando una consecuencia satisfactoria, después de la realización de una conducta adecuada o un tiempo sin la aparición de conductas inadecuadas o no deseadas.
    3.- Eliminar un estímulo aversivo o condición de deprivación del alumno/a, como consecuencia de la realización de una conducta contraria a la agresividad (pedir perdón, ayudar a reponer el daño).
    4.- Utilizar el procedimiento del aislamiento cuando se den conductas próximas a la agresividad: amenazar, empujar.. . Cada vez que ocurran estas conductas, se le lleva fuera de clase o a algún lugar donde se pueda encontrar solo y se le deja allí durante unos cinco minutos. Durante el periodo que el alumno está aislado no debe tener distracciones, entretenimientos, ni diversiones a su alcance. Es necesario utilizar un controlador de tiempo con avisador. La salida del aislamiento no deberá de ir acompañada de atención, pero se deberá buscar con rapidez, provocándolas si es necesario, conductas que recompensar, una vez se haya vuelto a la situación previa (facilitarle aquello que sabemos que pueda hacer bien y que le vamos a recompensar).
    5.- Contrato de contingencias. Consiste en la redacción de un compromiso escrito de intercambio de conductas por consecuencias. Pueden ser de tareas y consecuencias deseadas o de tareas y consecuencias pactadas. Esta técnica bien utilizada y en los casos oportunos da lugar a resultados muy buenos.
    6.- Entrenamiento en autocontrol (cuando hay pensamiento que lo posibilite): fomentar el control mediante la adquisición por el alumno/a de la habilidad para desarrollar un mecanismo de pensamiento secuencial. Integra los siguientes pasos:
    – Orientación general
    – Definición y formulación del problema en términos de conducta
    – Generar el mayor nº posible de alternativas
    – Verificación

    Ante cualquier duda ponerse en contacto con el Departamento de Orientación»

    • Polícrates
      2 abril 2011 a 11:12 #

      Ignórelo sin más pobrecito profesor. Sin entrar en el fondo se advierte que el documento no está dirigido a nadie en concreto. No se menta a los profesores/as/os/is/us ni al profesorado/a. ¿Van las instrucciones dirigidas a los progenitores? ¿Al batallón de educadores que de forma inminente desembarcarán en su IES? Vaya vd. a saber.

      • El pobrecito profesor
        2 abril 2011 a 11:22 #

        No, si yo ni siquiera lo he leído, sólo vi lo de «conducatas disruptivas», me hizo gracia, y lo escaneé para el debate…¡Cualquiera les hace caso!

      • El pobrecito profesor
        2 abril 2011 a 11:24 #

        Perdón, me sonó el móvil mientras tecleaba y lo mandé antes de leerlo, era «conductas disruptivas» -aunque dé igual de risa-.

    • Francisco Javier
      2 abril 2011 a 11:24 #

      Los conflictos seguirán. Los papeles crecerán. Yo también estoy en un centro como el tuyo, yo también soy un pobrecito profesor.

    • Alfonso Salas
      7 abril 2011 a 20:39 #

      En la cantina deberían tener TRANKIMAZIN, siempre disponible para el profesorado.
      Sin preguntas. Es nuestra metadona.
      ¿podemos proponerlo a la CONSEJERÍA COMPETENTE EN MATERIA EDUCATIVA?
      Como sabeis en Andalucía siempre se cita así a «La (in)competente».

  17. Raus
    2 abril 2011 a 11:00 #

    Leído el artículo. Magnífico, como ya suponía. Añado una cosa: la jerga que se gastan estos pedagogos tiene la función, en efecto, de tapar un vacío conceptual tremendo. No es más que farfolla, apariencia. Pero una farfolla que puede llegar a epatar al lego en materia de psicología o pedagogía. Llamar “segmento de ocio” al recreo de toda la vida, o “panel vertical” al encerado de siempre, etc., etc., no solo es un ejercicio de pedantería insufrible (ésa que el otro día nos atribuían a nosotros por hablar con propiedad y buen estilo), es, además, una forma de intentar de asombrar al personal. Tras oír o leer un buen chorro de términos pedagógicos “técnicos” (sistemas conceptuales, objetivos procedimentales y actitudinales (sic), primer y segundo nivel de concreción, acción tutorial, adaptación curricular, diseño curricular en espiral…), el apabullado lector pensará, quizá, que se halla ante una ciencia tan difícil como la teoría cuántica o similar, sólo accesible a mentes privilegiadas. Y hasta delegará en esos señores de habla tan rara y “técnica” la cosa de educar y enseñar a los alumnos. Poco puede extrañarnos que, confundidos e impresionados ante tan abstrusa jerga, sean muchos los padres que piensen que hoy es muy difícil educar a un niño; y que no pocos maestros crean, igualmente, para enseñar, académicamente hablando, hace falta tener amplios conocimientos psicológicos y pedagógicos formales. Estamos, sencillamente, ante una impostura cuyas recias consecuencias habremos de pagar por muy largo tiempo.
    Enhorabuena a Ricardo por esta nueva exhibición de lógica y sentido común.

  18. Francisco Javier
    2 abril 2011 a 11:16 #

    La pedagogía se presenta a sí misma como una ciencia positiva. Se trata así de legitimar su estatus científico y justificar su presencia en las Universidades a pie de igualdad con otras disciplinas verdaderamente científicas como, por ejemplo, la matemática o la física. Pero la distancia entre estas disciplinas verdaderamente científicas es abismal cualitativa y cuantitativamente. De este modo, la pedagogía toma sus conceptos de otras disciplinas, fundamentalmente la psicología y la sociología -cuyo estatus científico es a su vez harto discutible-, los adereza a menudo sin ningún rigor, se los agencia sin apenas rigor ni crítica, los introduce en su batidora y extraen sus potingues siempre cambiantes, de acuerdo a las modas vigentes que marcan los gurús de la pedatontería, ¡y pretenden que todos nos los traguemos! Lo que tenemos es, por lo tanto, una mezcla de pseudoconceptos de pseudoconceptos organizados de forma arbitraria con la apariencia de teoría, que lógicamente no resisten un análisis mínimo de cientificidad (falsabilidad, economía, sentido lógico, coherencia) de acuerdo a los criterios de positividad que ella misma se arroga. Y en este sentido me parece muy inteligente, absolutamente pertinente, el análisis que nos ofrece Ricardo Moreno Castillo: combatir la mentira desde sus propios presupuestos. El discurso de la pedagogía ad usum semeja más bien al de las sectas. Y ahí radica su fuerza: proveerse de un conjunto de proposiciones, que al ser vacías y puramente subjetivas, pueden dar lugar a debates infinitos carentes de todo sentido y que siempre pueden ser reinterpretadas al gusto del consumidor. Algo que recuerda mucho a las disquisiciones medievales sobre el sexo de los ángeles, con la diferencia de que los escolásticos eran mucho más finos en sus conceptos, más interesantes ¡y hasta más entretenidos!

    Pero lo peor no es que no sea una ciencia y que trate de engañarnos con sus disfraces. Al fin y al cabo, el que algo no sea una ciencia no significa que carezca de valor o que no sea riguroso. La poesía es rigurosa en un grado muy alto, se sitúa en un nivel diferente (la vida) y a su modo dice con frecuencia la verdad (manifiesta el ser.) Lo peor es que se trata de un discurso acrítico, que bajo su mentira, oculta una ideología evidente (en esto participa de la falsedad del positivismo) que distrae con su supuesta objetividad (o neutralidad). Es por ello que la verdadera función de la pedagogía es la de legitimar la ideología dominante (la que nos constituye y la que hay), cuyos presupuestos adopta del modo fiel y riguroso. Pseudociencia reaccionaria, mecanismo de ingenieria social, aparato ideológico, máquina de estupidez, por tanto.

  19. El pobrecito profesor
    2 abril 2011 a 11:19 #

    De todos modos, no vamos a ninguna parte –perdón por mi pesimismo, de ahí lo de “pobrecito” (¿o era por Larra?, ya ni me acuerdo…). A lo que iba. Hace unos días recibí el “Borrador del Proyecto Educativo del Centro”. Un tocho infumable de más de 100 páginas lleno de “alumnos y alumnas”, “profesores y profesoras” y “todos y todas”, con lo que ya se pueden imaginar el resto. Pues parece aún pero de lo que me imaginaba, y digo parece porque la primera condición de un Proyecto de este tipo es derrotar por aburrimiento a cualquiera que lo intente leer y comprender. Lo segundo que se persigue es que seamos Supermanes: superdocentes, supertutores, supercomprometidos, supertodo. Lo tercero es tener una estructura piramidal llena de jefecillos, controlada por el Gran Hermano del Director y afines. Y lo último, amargarnos la vida con papeles y reuniones plenos de programas y documentos que ¡ay de quien no los tenga bien cumplimentados!, porque entonces no podrá protestar ni una mijita ante algo de lo que discrepe por cualquier tipo de miedo (“¿habré hecho bien la adaptación, será inclusiva o no significativa?”, etc. etc.). En definitiva, que se aprobará sin apenas discusión, sin apenas votos en contra y con la mayoría pensando, y yo con ellos, en cómo hacerlo para que nos dejen tranquilos y poder dar clases. Por mi parte, estoy observando, por si le sirve a alguien, que en las evaluaciones ya no es sólo el de Religión el que aprueba a todo el mundo con buena nota, sino que cada vez son más….¡Y si vieran qué bien les va!

    • 2 abril 2011 a 11:45 #

      Genial, pobrecito profesor. Suscribo hasta la última coma.

    • El pobrecito profesor
      2 abril 2011 a 12:02 #

      Debe decir «Pues parece aún peor de lo que me imaginaba «-creo que el contexto lo aclaraba, pero por si las moscas-.

    • Amante de Finlandia
      2 abril 2011 a 18:15 #

      Una profesora de religión no hace mucho me dió una fórmula para justificar sus veintitantos años de aprobados generales y existencia feliz: Cuando le preguntaba cómo se las arreglaba para aprobar a ciertos alumnos crápulas y desastrosos que reconocía conmigo no merecerlo en absoluto me decía que «ella había hecho lo que había podido por ellos», ponerles el cinco …y

      A vivir la vida. «Esto sólo es un trabajo» me decía. …Y tener a los alumnos en clase , intentar adoctrinarlos y aprobarlos en cualquiera de los casos cuando «se ha hecho lo que se ha podido por ellos» …

      Me dió que pensar. A ella le va de maravilla…Disfrazar la complacencia hacia el alumnado con la compasión hacia el mismo. Bueno que ella lo que ejerce es la compasión, que no disfraza nada..Ay, qué lío ¿Cómo lo véis colegas? Si el que no se conforma es ¿porque no quiere? Uy, qué lío.

      ¿¿¿La próxima reforma educativa podría denominarse LCG (Ley Compasiva Generalizada)???

      ¡¡Ay Dios!!

      • 2 abril 2011 a 18:54 #

        Yo, estimado amante finlandés, podría llegar incluso a imaginar el nirvana docente, primer artículo de la Ley Compasiva Generalizada: el día que viene tu vástago al mundo, según lo inscribes en el Registro, se le otorga ipso facto el Título de Secundaria. Y después que estudien los que quieran. Democrático, respeta el derecho a la enseñanza, el derecho al éxito en la enseñanza ya puestos también, y a correr. Sin más quebraderos de cabeza. ¿Qué te parece?
        P.D.: El procedimiento también es extensible a las mascotas.

      • Francisco Javier
        2 abril 2011 a 19:47 #

        Antonio, me encanta tu sentido del humor. Bromas aparte, lo que dices es en el fondo lo que pretenden nuestros amantes del paidocentrismo. La ironía es que ni por esas funciona. Disiento en una cosa: eso de que porque uno opte por el aprobado general para quitarse problemas y vivir bien, es muy relativo además de irresponsable y falto de ética. El aprobado general en modo alguno te va a librar de la pesadilla y en clase hay que seguir estando y hacer algo. Es cierto que hay muchos alumnos a los que la amenaza del suspenso lo mismo des da, pero para otros cumple cierta función. No sé que podría suceder. Un saludo, Antonio.

      • 2 abril 2011 a 22:30 #

        Francisco Javier, matizo, que no em expliqué bien. Que estudien los que quieran es que vayan a clase los que quieran. Se iban a quedar cuatro. Los demás, a dar el coñazo en casa o en espacios de ocio para niños desocupados. ¡Un sueño, Francisco, un sueño!

  20. 2 abril 2011 a 11:36 #

    Profesor Moreno Castillo:
    Da la impresión de que no quiere Ud. aceptar todos los argumentos que de manera precisa han demolido la hipótesis principal de su artículo. Con un gran rigor conceptual. Probemos a ordenarlos para convencerle de su error. Veamos:
    1.- Los docentes, pero solo algunos, no tienen pasión por lo que hacen y por eso no se venden libros (de Pedagogía, se entiende).
    2.- Sir Ken Robinson (el Punset de Liverpool) diría que no se hallan en su medio .
    3.- No han encontrado en la educación el desarrollo profesional de sus carreras.
    4.- Se conoce que tienen problemas económicos (algunos) y buscan una salida laboral.
    5.- El profesor, la piedra angular.
    6.- La piedra angular (valga la redundancia)del perfecto funcionamiento del sistema escolar en Finlandia es el profesor.
    7.- Los profesores (en Finlandia) están motivados cuando te animan a estudiar y, además, parecen felices.
    9.- Una alumna, que ha participado en un estudio, afirma que no les ponen deberes (los profesores en Finlandia).
    10.- Un profesor finlandés, además de tener perfectos conocimientos de su materia es también un experto en Pedagogía.
    11.- El clima en Finlandia es el causante de un gran número de suicidios.
    12.- No hay manera de saber de qué van los participantes en este foro, de lo cuál se deduce (hasta que lo aclaren estos elitistas)que son el principal problema de la educación en España.
    13.- Poner el dedo en la llaga nos debe alegrar profundamente.
    14.- Conviene centrar el tema ¿Es la Pedagogía una ciencia?, aunque sea penoso.
    Si con todo este argumentario persiste Ud. en su actitud habremos demostrado que lo suyo no tiene remedio, hombre.

    • Francisco Javier
      2 abril 2011 a 11:55 #

      No estoy de acuerdo con 13. No es poner el dedo en la llaga: es poner el dedo en el culo. Hay que aprender a saber dónde tenemos el dedo y dónde lo ponemos.

      • 2 abril 2011 a 17:30 #

        …pero aqui quien son los maleducados…?
        …los alumnos que hablan por los codos y no paran de tirarse bolitas de papel?
        Poner el dedo en la llaga es una expresión muy correcta, tu comentario confirma su significado.

  21. 2 abril 2011 a 11:44 #

    (Dedicado con todo el cariño a los compañeros «no-pedabobos», poseedores de la verdad absoluta sobre educación, que se arrogan la capacidad de etiquetar e incluso insultar a quienes cometemos cada día el «delito» de educar).

    Estimado amigo “no-pedabobo”:

    Me congratula dedicarte mi valioso tiempo cuando, como en tu soberbio discernimiento presumirás, no he otro menester que entretener mis horas filosofando sobre el relativismo, el krausismo y el impresionismo (esta última para impresionar).
    La coyuntura, es decir, la contingencia, me apremia, y como quiera que “progres” y “logsianos” han devenido en los nuevos reinantes leviatanes, mi oficio no ha de ser otro que allanar caminos, deshacer entuertos y revelar mis postulados, incontrastables e indiscutibles por demás; siendo que de este modo, llamado así procedimiento, consumaré este noble ejercicio de inspirar, esclarecer y elucidar.
    Al igual que este dócil y seráfico servidor, amigo “no-pedabobo”, sabes de aquellos que aluden a la empatía con el discípulo, razón por la cual he determinado bautizaros como “pederastas”. ¿Hay, acaso, adjetivo, calificativo, o adjetivo calificativo más certero? Bien sabes, amable coadjutor, que “en realidad, cuando critico algo, no personalizo, entro directamente al mensaje”. Por ello, si les denomino con ese apelativo de “pederasta” es evidente, patente, palpable y manifiesto que no personalizo. Si alguien osara interpretarlo de otro modo es por su condición de “predicador” o “progreta”.
    No quiero dejar pasar tan venida ocasión para ahondar en el término “paidocentrismo”, ajeno en todo término a nuestras creencias e hiriente cual venablo para quienes profesamos el noble oficio de enseñar, que no “educar” como dicen ellos. ¿No es un barbarismo, en el sentido inhumano y salvaje, proclamar ese vocablo venablo en nuestros centros educativos? ¿Por qué ha de ser el alumno el centro de la educación? ¿Es tal vez el paciente el centro de la medicina, el objeto de sus investigaciones, de sus desvelos? No, amigo “no-pedabobo”, vuestra eminencia y este rendido servidor, conocedores de la virtud y poseedores de un acervo cultural que derramamos allá por donde transitamos, somos sabedores de que el centro, el eje, el foco de atención ha de recaer, ¿dónde si no?, en el docente, es decir, en nuestro santo ombligo. Y es bien cierto que aquello otro es adyacente, sometido a su caprichosa voluntad, rotando en pos de su centro de gravedad. No procede lo que el alumno aprenda, o aprehenda como ellos vociferan, sino que el institutor disponga de una tarima desde donde irradiar su erudición y no entrar en si el discente se aproxima o no a discernir lo que se divulga, despliega y desarrolla.
    Preguntan estos “ignorantes”: ¿Qué daño hacen a vuestros vírgenes tímpanos vocablos como cooperación, implicación, solidaridad o tolerancia? Tanta estulticia les impide apreciar que esas voces obedecen a lo mismo que antes atribuimos a “predicadores” y “pederastas” Su simpleza les imposibilita para ver que no cabe en un sistema educativo eficiente tal vocabulario. ¿Por qué ha de educarse en el trabajo cooperativo? Eso es parte de la conspiración judeomasónica del gobierno, recibido a su vez del ideario de la república y tomado, sin duda, del oscurantismo de los perseguidores de los primeros cristianos que lo heredaron, es archisabido, de la cultura paleolítica.
    Sabemos, amigo “no-pedabobo” que dios nuestro señor reparte las virtudes a partes iguales, a los “predicadores” ese vocabulario simplón y menguado, y a nosotros, sus elegidos, la capacidad de insultarles por cuanto de su boca salga, sean ya falencias o bendiciones. No dejes en el olvido que “Los predicadores humanistas son legión en los centros y combatir contra ellos es tarea prácticamente imposible”.
    Así mismo he de decirte que “siendo conveniente la cooperación, el trabajo en grupo no se puede enseñar en el colegio”. Los “pedabobos”, en su ignorancia, desconocen que eso ha de aprenderse, ¡dónde mejor!, en las reuniones de botellón. ¿O no es el calimocho el mejor ejemplo de colaboración? En tanto un discente aporta el vino, el otro añade la cola (el refresco de cola, que todo es menester aclarar a tanto “ignorante”). Dicho esto, cualquiera puede comprender a qué nos referimos, a excepción de los impresentables que parlotean de Pedagogía y no de Filosofía como es menester.
    A este propósito quiero revelarte mis últimos estudios sobre Pitágoras, dado que me hallo en una paradoja, pues no acierto a comprender desde mi profundo ateismo esto de “»Preciso es encontrar lo infinitamente grande en lo infinitamente pequeño, para sentir la presencia de Dios.». No obstante, ya conoces nuestra táctica, obviamos aquello que pudiera entorpecer nuestros razonamientos, y tomamos solamente en consideración aquellos retazos que así podemos acomodar a nuestra prédica. Como quiera que, personalmente, soy más amigo del concepto he venido en dar validez a Kant: “En el mero concepto de una cosa no puede hallarse ningún carácter de su existencia”. Ellos son desconocedores de estos extremos porque ignoran cualquier planteamiento filosófico aunque “como ya decía Aristóteles, todos somos filósofos, hasta el que niega serlo”. Más alejado aún me hallo de Virgilio que afirmaba “Instruir como se debe a la juventud, es formar buenos ciudadanos y padres de familia”. ¿Cabe mayor necedad? ¿No se presumía ya Virgilio como antecesor de la ignorancia “progre”? Mis datos, amigo “no-pedabobo”, observarás, gozan de toda objetividad y no admiten observación, crítica o interpretación alguna. Es la verdad absoluta, incontestable, irrefutable, irrebatible, innegable, incontrovertible, indiscutible, incontrastable y no biodegradable.
    Hay determinados “predicadores” que aún siguen pensamientos tan descabellados como incoherentes, tan imprudentes como excesivos, alegando que hay vida más allá de la clase debidamente sermoneada, en alusión a la práctica:”Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.”. En tan poco tiempo jamás leí tantas estupideces. Sus textos “no dicen nada, excepto vaguedades, divagaciones, extravagancias, en fin, humo: respeto, solidaridad, valores, participación…”
    Te expongo así mismo una de mis argumentaciones contra la progresía que nos inunda: “Si la ONU tomara una resolución que, en nombre de los Derechos Humanos, decidiese exterminar a todos los miembros de una raza del planeta, los liberales y progresistas europeos aplaudirían entusiasmados”. Que digo yo que, del mismo modo, si los buitres tuvieran ruedas el pan sería más barato”. ¿Observas cual es mi línea argumental? En caso fallido, siempre puedo acudir directamente al insulto, del que te dejo unas muestras: “… no voy a caer en el suplicio de responder a cada una de sus soberanas sandeces. Si usted cree que este galimatías y esta jungla de chorradas que me trae son propios de una persona en sus cabales, es que usted está peor de lo que pensaba, que ya es decir. No sólo es usted ofensivo, provocador, tonto y marrullero. Es también monotemático, obsesivo y más repetitivo que el ajo.
    Se le lee porque es usted el heraldo de la necedad que hoy nos aflige. Porque es usted uno de los portavoces de la necedad que algunos nos vemos en la obligación moral de combatir.”
    ¿No es el insulto, acaso, el mejor argumentario?
    Huye de esta “jerga paranormal docente” por más que el propio Erasmo asentase: “El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar.” Y hasta el mismísimo Einstein:” Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”.
    Otro intelectual que origina esta corriente de “predicadores” es Howard G. Hendricks, capaz de semejante aforismo: “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.” Ahí tenemos otra prueba de que “el sistema educativo actual es un sistema pederasta de por sí”.
    El propio Platón afirma “El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano”. Esto no cabe en cabeza alguna si no es de “irónico patán” como estos “predicadores”.
    En todo caso, y siempre que fuera necesario, te invito a ir más allá del insulto “debemos ejercer con rabia nuestro negativa a toda esta mierda, debemos insultarlos, mandarlos a tomar viento, debemos ejercer la violencia”.
    “Pedabobos de mierda, el día que sepáis qué dice el teorema de la función implícita me decís como enseñarlo, que ese día os diré yo como usar el teorema para explicar por qué se doblan las vigas. Sindicatos chupaculos y ladrones del sudor del los trabajadores, poneos a trabajar, a mí no me representáis.”
    “He aquí la cheka pedagógica. Una vez más los psicagogos venden su tiranía, sus objetivo de someternos a su planes y programas, es decir, a sus intereses gremiales, como una sublime intención de mejorar la calidad de la enseñanza, y quien no haga genflexión será considerado un docente fascista, casposo, retrógrado, rancio”.
    “El estilo estalinista, ahí le has “dao”, eso es lo que está haciendo estragos.”
    (Entre el crack del 29 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial pasaron 10 años).
    Esta es otra de nuestras estrategias predilectas, aludir a cuantos apocalipsis fueran precisos para convencer de nuestros principios a tirios y troyanos.
    Te muestro estas otras perlas de mi reflexión conmigo mismo:
    “El tema de la vocación, del carácter misionero del docente, ya ha salido en más de una ocasión en este foro. Yo no tengo especial vocación para esto y con toda sinceridad fue el paro y unas condiciones labores indignas, las que me llevaron a hacer el esfuerzo de opositar . Preferiría dedicarme a otra cosa, pero de eso que me gusta (escribir sobre música, traducir, hacer el zángano,…) es imposible vivir y ya tengo una edad lo suficientemente pasada como para que no me contraten para nada. Dicho esto, me parece absurdo introducir términos sujetivo-teológicos (vocación, amor, entrega,..) en una realidad objetiva en la que no proceden este tipo de consideraciones. ¿Vamos a introducir en el procedimiento selectivo de un trabajo el índice de vocación? ¿De qué manera (un tribunal de psicólogos)? ¿En qué trabajos? Absurdo, absurdo.”
    ¿No es por tanto, más sensato que el docente resulte de un frustrado proyecto de vida, que resulte de un desengaño por no haber podido, o no haber sido capaz de acceder a sus propósitos, que aquellos que siempre desearon dedicar su vida a la educación? ¿ No es más justo que el ejemplo de docente sea este compañero malogrado y no aquellos que han tenido los arrestos de renunciar a otros trabajos, quizás con mejor salario y condiciones laborales, para dedicarse a lo que verdaderamente aspiraban? ¿No es más evidente que el docente íntegro y virtuoso provenga de la palabrería de los foros, de la prédica barata, y no de la crítica y el enfrentamiento con quienes aquellos solo osan mentar en la barra del bar? ¿Quién no entiende esto? En suma, el mejor docente ha de ser producto de la decepción, la contrariedad, la desilusión, el desaliento y la amargura.
    Es, considero, el modo único de prescindir de estos sintagmas:
    “…”carencias de cualquier tipo”…. “ambiente adecuado”… “plus de implicación”… ¿Alquien entiende realmente a qué se refiere este sujeto? ¿Es un chamán, un predicador, un pederasta?”
    “Este es el discurso apropiado, sin zalamarías, ni sutilezas, sin mariconadas, que es lo único que son capaces de entender estos sádicos, corruptores de niños, auténtica lacra social”.
    ¿Qué profesor en su sano juicio puede afirmar que “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.” Como kantiano que soy, jamás aceptaré ese principio tan nefasto. Y como aristotélico aqueste otro:”Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.”
    Turgot, que a buen seguro es otro “pedabobo” se atreve a dogmatizar: “El principio de la educación es predicar con el ejemplo”. En tanto que Joubert, otro más, manifiesta que “Los niños necesitan más de modelos que de críticos.
    De todos es sabido que “la pedagogía me merece, en cuanto que pretende ser ciencia, tan poco respeto como la cartomancia o la adivinación”. No así la filosofía, cuyo saber está asentado, para general conocimiento, en los más severos y rigurosos procesos científicos, a semejanza, solo por poner un ejemplo, de la vacuna contra el sarampión. En resumen: “la pedagogía no es una ciencia, es una puta mierda”.
    Aquellos que se enfrascaron con pasión desmedida en criticar la guerra de Irak, tan justa como que es patente y notorio que aparecieron aquellas armas de destrucción masiva, quieren ahora “darnos lecciones” (esta expresión también la inventan ellos, la propia RAE no la admite, ¡qué incultura!), de progresismo con esta guerra de Libia, impidiendo que el demócrata Gadafi pueda seguir masacrando a la población sin misericordia. Verdaderamente hay ocurrencias que caen por su propio peso.
    Podría seguir durante horas deshaciendo con mi extraordinario argumentar, como percibes, todas y cada una de las propuestas de estos “chekistas”, “estalinistas” y “pedabobos”, con quienes no merece la pena perder nuestro valioso tiempo ni para insultarlos. Bueno, para eso sí. Y como he referido más arriba, si es preciso, hay que recurrir a la violencia. Este es el método más propio de un docente, como todo el mundo sabe.
    Mis atenciones para ti amigo “no pedabobo” y ánimo en la lucha, la victoria es nuestra, de los poseedores de la verdad absoluta, por los siglos de los siglos. Amén.
    * Todos los entrecomillados han sido extraídos de este sitio.

    • 2 abril 2011 a 14:24 #

      Estimado Alonxo:

      Cuánta pereza nos prodiga…

      ¿No se cansa usía de tanto victimismo?

      P.S.: Mis felicitaciones por su afán compilatorio, digno de una esforzada «hemerrateca» (Éste es neologismo, lo cual que, quizás, me hace más pedante y elitista a ojos de los «llanos»….)

    • 2 abril 2011 a 16:02 #

      Estimado Alonxo:
      Tranquilo, no se alarme, no he incumplido mi promesa de no leer sus brillantes comentarios, suceden únicamente algunas cosillas que paso a señalarle:
      1.- Empieza usted las breves y amenas líneas de este que nos acaba de asestar autoincluyéndose en el conjunto de, según sus palabras, «quienes cometemos cada día el «delito» de educar». Como podría inferirse de su discurso que quienes no pensamos como usted no cometemos ese delito, me veo obligado a sacarle de su error: somos todos buenos profesionales de la enseñanza y enseñamos tan bien como el que más, así pues, no se crea usted un ser especial en posesión de la luz suprema, porque la comparte con unos cuantos.
      2.- Yo afirmo lo dicho en el punto 1 porque sé muy bien de quién hablo: ¿basa usted sus descalificaciones oblicuas en un igual conocimiento o es de los que se dedican a descalificar sin base alguna? En caso de ser lo segundo, no desentonaría un ápice entre los pedagogos que son criticados en el artículo de Moreno Castillo (por cierto, ¿lo ha leído usted o es otro de los que se meten aquí con el exclusivo propósito de montar bronca?):
      3.- Paseando la vista por su magistral escrito, me he encontrado con que cita un comentario mío, este: “El estilo estalinista, ahí le has “dao”, eso es lo que está haciendo estragos.” Ese comentario está en el artículo de Teresa Fernández acerca de la resolución de conflictos y venía a propósito de ciertas prácticas aberrantes y de puro abuso de poder que he visto sufrir y durante años he sufrido, las cuales son aplicadas por equipos directivos logsianos con pretextos como la convivencia, la resolución de conflictos o los buenos resultados académicos. Básicamente, consisten en presionar y perseguir al disconforme, en someterle a un acoso que lew impida hasta respirar, como en el estalinismo, y existen, les guste o no a quienes las aplauden o se ponen una venda ante los ojos.
      4.- Como esas prácticas las he sufrido y existen, puedo decirlo a los cuatro vientos. Si a usted le molesta, aguántese con ese principio tan sagrado de la libertad de expresión (que nos ampara a todos, no solo a usted). Muy encarecidamente le ruego además que no manipule mis frases, no las malinterprete (aunque esto le resulte difícil) y sobre todo, que no las coloque en escritos como este suyo, en el que, tan torpe y venenosamente como podía esperarse de usted, califica a sus oponentes (otra vez de manera oblicua, aunque con la habitual falta de salero: ha querido usted imitar la carta a una orientadora de José Antonio Llanillo, sin darse cuenta de que no tiene ni la milésima parte de su talento y de su gracia) de cosas tan crudas como violentos, fascistas y los insultos de trazo gordo de siempre. Si ha descubierto usted que con sus pobres ¿argumentos? es incapaz de convencer a nadie de nada en este foro, dedíquese a la filatelia, hombre, pero no a meterse aquí a ofender, porque eso ni lo merecemos ni tenemos por qué aguantárselo.

      • Raus
        2 abril 2011 a 16:42 #

        Si es que este es tan pesado como tonto, Pablo. Como bien dices tú: mira que intentar emular a José Antonio. Los hay muy ilusos en eso de medir sus propias fuerzas. Eso sí, a llorón no le gana nadie, ni mi sobrina, que lleva pañales. En ese menester, esplende con fuerza insuperable.

      • 2 abril 2011 a 22:01 #

        1- Uno de los males que nos acecha es precisamente esa manía de jugar a las «inferencias». He de decirle que infiere usted erróneamente, no sé si por interés o por desconocimiento. Sería conveniente que nos lo aclarase.
        2- «decalificaciones oblicuas». Lo anotaré para posteriores comentarios. Me recuerda a Benedetti con aquello de los «palos de ciego» y los «palos de vidente»: Parecen preocuparle más los primeros que los segundos. ¡Tenemos un problema!
        3- ¿En qué quedamos, me lee o no me lee? ¡Aclárese, por dios! ¡Decida de una vez si va a cumplir su promesa de no leerme o va a seguir tragándose estos tochos que les regalo!, ¡Estoy en ascuas!
        Lo del estalinismo da para un foro entero, sí. Un foro donde el lenguaje es el que aparece entrecomillado a lo largo de mi post. Le cedo el paso.
        4- Pues claro que nos ampara a todos la libertad de expresión, a mí también, no solo a usted. No sabe usted, porque no me lee, la cantidad de veces que lo he reclamado y la de veces que han tratado de convencerme de lo contrario. ¡Aclárese con ellos, yo lo tengo clarísimo!
        ¿Pero como voy a manipular nada de nadie si todo va entrecomillado? ¿Sabe usted lo que significa entrecomillar? ¡Pues eso! Respecto de las malas interpretaciones le remito a su primera alusión a mi comentario. ¡Comience por dar ejemplo, no por dar lecciones! (perdón, no se puede decir «dar lecciones»). Pues claro que las pondré en mis escritos, ¿está prohibido? Si no le gusta leer lo que usted mismo ha dicho, basta con que no lo escriba. Sé que es una deducción muy simple, pero se lo recuerdo. ¿Usted puede citar palabras de los demás y los demás no podemos citar palabras suyas? ¿Y eso como lo calificaría? Uhm…. Y no, yo no califico a nadie, cada uno se califica por lo que él mismo dice, le remito nuevamente a los entrecomillados. Sé que fastidia un poco leerse a sí mismo en según qué casos, pero somos dueños de nuestros silencios, ya sabe. Si alguien ha insultado y no ha pedido perdón por ello, creo que merece leerse de vez en cuando, más que nada para que todos veamos con quien nos la estamos jugando. Usted también hace alusiones personales, calificaciones.., el problema es que no puede ofrecernos una retahila de insultos semejantes que nos dejen en evidencia. ¿No le preocupa a usted mucho eso de que el personal insulte a diestro y siniestro? Le veo muy dedicado a mi persona, que no lo merezco, y nada crítico con ellos. Me sorprende.
        Fíjese, le puedo responder con sus propias palabras: «Si a usted le molesta, aguántese con ese principio tan sagrado de la libertad de expresión». ¡Si es que lo ponen a huevo!
        El salero, amigo, va por barrios. Es difícil emular a nadie, y menos cuando cada uno trabaja con un material determinado y muy diferente al otro. Nuestro amigo jugaba con la ironía (por cierto, no he visto ninguna queja porque citase palabras mías, por ejemplo,..otro uhmmmm), yo solo tengo insultos. ¡Qué le vamos a hacer!
        Gracias por su consejo: «dedíquese a la filatelia, hombre, pero no a meterse aquí a ofender, porque eso ni lo merecemos ni tenemos por qué aguantárselo.». Yo no le daré consejos, no me considero tan capaz.
        Solo me queda agradecerle no solamente que dedique su preciado tiempo a mis comenterios, sino también a responderlos. Yo no le «aguanto» a usted, sencillamente le leo, le respondo y a otra cosa. No se me enfade por tan poca cosa, parece que no le ha gustado mucho, a pesar de mi falta de talendo, mi pobre aportación. Lo lamento. Me esforzaré en lo sucesivo. Si quiere le pongo una de «chekas» y cuarto y mitad de «estalinismo» con unos cuantos «pedagogos» y «psicogogos», que quizás le hagan más gracia. Sin duda esa seria mi táctica si «tratase de convencer a alguien en este foro», pero no. Nada, todo es ponerse. No se me pique que luego se tiene que zampar un bocadillo de ajos…, con agua, claro.

    • 2 abril 2011 a 19:15 #

      Vaya tela!

      • Raus
        2 abril 2011 a 21:35 #

        tela marinera.

  22. 2 abril 2011 a 11:48 #

    Pedagogía es una palabra antigua en la lengua española, notablemente polisémica, con significados contradictorios. Pero para los que nos dedicamos a la enseñanza la pedagogía por excelencia y por antonomasia ya sabemos lo que es, a qué sabe y cómo huele. Se trata de la pedagogía oficial, institucionalizada, de notable influencia y extendido poder en todos los ámbitos del sistema educativo español.

    Como ya nos tiene acostumbrados, Ricardo Moreno nos ofrece un artículo excelente, absolutamente magistral, digno de ser leído y releído por su claridad conceptual, en verdad didáctica, y por su contundencia, además de por su rigor intelectual. Hace una disección de fondo de las falacias de la pedagogía con el rigor y el espíritu científico del que la pseudociencia carece. Debería leerlo cualquier futuro profesor que corra el riesgo de ser abducido por la pedagogía institucional, auténtico cáncer que corroe el sistema educativo.

    Ignoraba que los libros de pedagogía no se leyeran (excepción hecha de las lecturas obligatorias para alumnos de magisterio, de didácticas, de los másteres oficiales, etc.). La verdad es que no me extraña, pues esa “literatura” ni por su contenido ni por su estética es digerible.

    La argumentación científica de Moreno Castillo en su artículo es impecable. Su análisis del lenguaje pedagógico es un desenmascaramiento absolutamente necesario para que quede claro cuál es uno de los impedimentos del progreso en el ámbito de la educación. En España y fuera de ella.

    A partir de estas sólidas premisas y de estas claras constataciones este texto podría ser uno de los pilares intelectuales de un debate que nos llevase al cambio educativo que necesitamos. Sabemos por experiencia que la parte contraria, los interesados en seguir manteniendo la ficción a través de la pseudociencia que tiene sus pseudosacerdotes, sus pseudodepartamentos, los pseudoasesores y sus pseudongresos y pseudosimpósiums, bramarán, lanzarán todas las descalificaciones groseras e insultos miles sin aportar un solo argumento serio ni riguroso, sin tener el más mínimo interés en esclarecer nada.

    La lucha por llevar a la pedagogía establecida al lugar que se merecería (una logomaquia vacía carente de interés que no debería influir en nada en el sistema educativo) me temo que va a ser, si es que se da esa lucha, un camino erizado de no pocas dificultades. Y eso que es, sin duda, uno de los males de los que se debería desprender nuestra escuela.

  23. José Miguel
    2 abril 2011 a 14:56 #

    El pedagogo, término de origen griego, era el esclavo que acompañaba al niño a la escuela, hacial el maestro, y aquel se quedaba esperando fuera hasta que acabara la labor de este. Pero como ahora el Estado ha metido a todos los niños en la escuela, quieran o no quieran, ya no se trata de llevarlos sino de retenerlos dentro, pues hay muchos que no quieren permanecer dentro, no tiene ni un atisbo de inclinación hacia la instrucción académica. Y la estrategia pedagógica logsiana para retenerlos es adular a la bestia de todas las formas posibles, e incluso presentar la propia instrucción académica como placentera, divertida, como un juego, es decir, engañando, fomentando la perversión infantilizadora del discente, relajando la disciplina que exige lo académico hasta un grado casi inexistente, primando la apetencia subjetivista. En el juego no hay ciencia, sólo técnica. Las mismas «competencias» son habilidades, técnicas encaminadas a «medir» de forma positiva cualquier acción que la subjetividad corpórea del discente logre (hasta la propia actividad prensil de la mano respecto de un lápiz, por poner un ejemplo…). Es la única forma de «salvar» la falsa apariencia de una estadística de aprobados a la europea. Dentro de la tipología del conocimiento evolutiva, la ciencia, en sentido estricto, es una actividad crítica que incorpora constitutivamente la idea de verdad. En cambio, la técnica es un tipo de conocimiento acrítico, localista (son saberes particulares, no globales; es decir, que el modelo finlandés, por ejemplo, no tiene por qué servir en España), no universalizable (de ahí que pueda hablarse de «LA» Pedagogía, sino que existen pedagogías, así como existen psicologías, diferentes escuelas, impregnadas a su vez de divesas ideologías). Carecen de una teoría del comportamiento y de cualquier doctrina general que trate de un problema particular (y problemas particulares, empezando por cada alumno, por su contexto social, político, cultural, los hay a patadas en el ámbito educativo). El problema de la LOGSE, es el de que su rollo de la «diversidad» es el problema mismo, puesto que pretenden los pedagogos subordinar las doctrinas generales, los saberes universales a la particularidad localista, al subjetivismo más descarnado, hasta incluso distorsionar, vulgarizar, degradar, e incluso considerarlos inútiles si a la subjetividad psicológica (ya previamente aminorada por instaurar el principio logsiano del «atrévete a la necedad», invirtiendo el principio kantiano) del discente no le apetece. En definitiva, se subordina el saber universal a la conciencia particular, en vez de lo que debería ser, subordinar la conciencia particular al saber universal. Y mientras esto último no vuelva a implantarse, poco a poco, iremos retrotrayéndonos a la prehistoria del saber, al «buen salvaje», e incluso a una epistemología de primates.

  24. Jesús San Martín
    2 abril 2011 a 16:51 #

    Flaubert dijo: “Se escribe crítica cuando no se es capaz de hacer arte”
    Parafraseando: “se dice como enseñar cuando no se sabe dar clases”

  25. José Miguel
    2 abril 2011 a 16:52 #

    Ya decía Hume que todos los libros que contengan enunciados que no sean «razonamiento demostrativo» (como el de la lógica o la matemática) o «razonamiento probable» (como el de la experiencia) deben «arrojarse a las llamas». Así Hume «arroja a las llamas» los libros que, como los de teología o metafísica, no contienen más que «falsas proposiciones» o «proposiciones carentes de sentido», pues son sólo pseudoproposiciones. Rasgos que definen exactamente a los libros de Pedorreogogía o escolástica educativa degenerada, y, consecuentemente, establecen su condición de material combustible. Es necesario un «Farenheit 451» pedagógico en aras a velar por la salud psicológica tanto de los docentes como de los discentes o también pueden aprovecharse para alimentar el fuego de un calderete como actividad extraescolar al uso.

  26. Amante de Finlandia
    2 abril 2011 a 22:07 #

    ¿Que qué me parece dices?

    Válgame el cielo Antonio; que con el primer artículo ese de la LECG (Ley de Educación Compasiva Generalizada) se le otorgue a los vástagos humanos recién nacidos el El Título de Secundaria sin ser la panacea paréceme bien pudiera cuanto menos que despejar esas incertidumbres evaluatorias de las que el colega Francisco Javier muy acertadamente apuntaba en uno de sus post como una, si no la más desazonadora comezón que nos desgasta a los profesores en estos tiempos aciagos, pero en cuanto a lo de las mascotas: ahí me ha dolido, Antonio, que yo a mi perra- que me da más satisfacciones que la mayoría de humanos con los que trato a diario- ¡¡ me niego a inscribirla en el registro con menos que el Título de Bachiller!!

    • Francisco Javier
      3 abril 2011 a 9:27 #

      Respecto a las incertidumbres evaluatorias, planteo el siguiente problema científico a la espera de que algún/un@ orient@dora nos lo resuelva desde su atalaya metacognitiva. Desde el modelo científico competencial, cuya validez científica es sin duda alguna absoluta, es un hecho que un alumno X puede tener un nivel de competencias excelente, no siendo así en su grado de consecución de cumplimiento de contenidos conceptuales. El alumno en cuestión, cuyos índices en los cuadros descriptores de competencia matemática son muy elevados, muestra unas aptitudes extraordinarias en contextos de realidad como «alicatado de cocinas», la «gestión de porras», y los»pequeños negocios varios y menudeos.» Sin embargo, el alumno se muestra refractario a cualquier formalismo o terminología conceptual y en los documentos evaluadores de contenidos propios sus calificaciones no sobrepasan nunca el 1 (matemáticamente «0»). Simplemente las variables, las ecuaciones, los logaritmos, los senos y cosenos, los racionales e irracionales,… todo eso no va con él. ¿Debemos aprobar al alumno? ¿Debemos suspenderlo? ¿Sería conveniente que pasase por orientación?

      A mi mascota yo ya le he enmarcado su título de Bachiller y además le estoy preparando ya el titulo en ciencias de la educación de la Stanford University. Un saludo, amigos.

  27. Mari
    2 abril 2011 a 23:16 #

    ¿La pedagogía es una ciencia?
    Pues… depende para quién.
    Según el DRAE la pedagogía es:
    1. f. Ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza.
    2. f. En general, lo que enseña y educa por doctrina o ejemplos.

    De cualquier forma es aceptada por la comunidad científica como ciencia aplicada.
    Como carrera la pedagogía se imparte en muchas universidades…
    A mí particularmente me es indiferente que unos la consideren ciencia y otros no. Desde mi punto de vista, la pedagogía es un conjunto de saberes útiles, que vienen muy bien a maestros y profesores a la hora de enseñar o educar. Saberes por otra parte organizados en diferentes paradigmas, modelos o teorías nacidas de la reflexión, del razonamiento y en parte… de la práctica. Todas estas teorías pueden enseñarnos algo, todas tienen su lógica, y así, mientras no se demuestre lo contrario, cada uno de nosotros, nos guste o no, utilizamos uno u otro modelo o varios a la hora de enseñar o educar (a no ser que creamos haber descubierto las Américas), a veces, el atacar uno de ellos implica estar de acuerdo con otro u otros, porque ciertamente algunos se contradicen, mientras que otros pueden complementarse, al menos, en parte. Ser partidario de uno u otro u otros implica también que éste o éstos se ajusten al modelo de hombre y sociedad que tenemos. Cada modelo, como he comentado en alguna que otra ocasión, conlleva una fundamentación filosófica, psicológica… interesante.

    Los principales paradigmas pedagógicos contemporáneos conocidos, como todos los que nos dedicamos a educar o enseñar sabemos son: el conductista, el humanista, el cognitivo, el constructivista… las mezclas… Así, si lo que quieren es criticar un modelo (durante el estudio de esta “ciencia”, que recuerde, nada ni nadie te exige que utilices uno u otro modelo) o teoría determinada (por ejemplo la implícita en la ley), que es lo que creo que aquí se hace, háganlo, pero no metan en el saco a todos los modelos y a toda una ciencia, aunque ésta aún esté entrecomillada (al menos, por respeto a aquellos que tantas horas dedicaron y dedican a ello).

    Ustedes proponen un modelo educativo que no acabo de dilucidar, porque a veces dicen unas cosas y otras, las contrarias (esto es sólo mi humilde opinión, por favor, no pongan el grito en el cielo). La intuyo entre conductista y algún otro modelo más clásico, no sé…
    Tampoco podemos criticar un modelo educativo en base a lo que está ocurriendo en nuestro país al respecto, porque, desde mi criterio, una cosa es un modelo educativo y otra muy distinta su puesta en práctica, que se puede hacer bien, regular, mal o rematadamente mal.
    La ley en el papel, para ustedes es mala, para mí, en gran medida buena, aunque habría que cambiar algunas cosas; su desarrollo a ustedes ni les importa, porque parten de la base que lo malo es la ley, el modelo; para mí el desarrollo es pésimo, ya, en algunas ocasiones he comentado algunas cosas al respecto.

    • José Miguel
      3 abril 2011 a 0:47 #

      El recurso acrítico de Mari al DRAE da medida de su potencia reflexiva, es decir, cero patatero. Como si el DRAE fuese la Biblia conceptual. Además, incluso su consulta es desnortada, incompleta, puesto que primero debe averiguar qué se entiende por ciencia, es decir, desde qué idea de ciencia se parte, pues a lo largo de la Historia ha habido diversas acepciones de ciencia (y ahora me la imagino pasando páginas otra vez en el DRAE). Es decir, su proceder es falaz: da por demostrado justo lo que está por demostrar: que la atribución del carácter de ciencia de la RAE a la pedagogía sea verdadera. Pero ¿qué idea de ciencia tiene la RAE?
      Si por Mari fuese, se eliminarían todas las especialidades académicas, y bastaría consultar la RAE como saber definitivo e inmutable.
      Le pongo un ejemplo: hay pedagogías, pero no biologías (es decir, existe LA Biología, hay psicologías pero no químicas, es decir LA Química es una…) ¿puede ahora preguntarse por qué sucede así? Antes le aviso de que el DRAE no responde a esto, así que no se moleste en consultarlo. Ya que se muestra tan versada en pedagogía, pues comencemos a ejercitarla.

      • 3 abril 2011 a 14:17 #

        Don Jesús;

        Me temo que ambos nos encontramos en un espacio abierto, creo. Siendo eso cierto, usted como yo estamos expuestos al debate, nos guste o no. Lamento que le moleste que se evidencien sus numerosas contradicciones, pero eso forma parte del juego. A fin de cuentas es lo único que tiene que «soportar» y no me parece nada ofensivo. Otros sufren el insulto y la descalificación y no parece que tengan derecho a ser ignorados por aquellos que descalifican. ¿No le parece más justo empezar por ahí su lucha por la «no-terapia» en el foro. Tampoco diré que usted sufre un «trastorno paranoide». Y no me diga que no es un buen filón para dedicar un glorioso comentario a su persona. Le haré caso, no lo merece. Bastante tiene.

      • jesús San Martín
        3 abril 2011 a 14:42 #

        Alonxo, visite a un psicólogo, no por nosotros, que sin duda nos beneficiaremos, sino por usted. Cuando el tema apareció por primera vez usted dijo algo como «ya estamos otra vez con los trastornos», señal de que ya se lo habían indicado anteriormente. Cuando se lo han dicho en distintos entornos y tiempos sería prudente escuchar. Si insiste en el dialogo, haré uso del refranero: a los locos se les sigue la corriente.

      • 3 abril 2011 a 15:54 #

        Don Jesús:
        Insisto, lamento que le parezca tan mal que se evidencien sus contradicciones. No pasa nada.
        Lo triste es que, como no es capaz de aportar nada de provecho hace lo que sabe hacer: insultar y descalificar. Inventa usted, por si fuera poco lo de descalificar, palabras que no he escrito y alude a otros tiempos y entrornos que solamente deben existir en su linda cabecita. Y se atreve,con todo eso, a dar consejos sobre trastornos y paranoias.
        Relájese..intente, si es capaz, que lo dudo, de remitirse al mensaje, ya que con tanto afán ruega que no se le responda; cuando usted no solo no responde a lo que se dice, responde a lo que no se dice, sino que califica a quien lo dice. Como para ir por la vida dando consejos. Siga, siga…, a poco que se lo proponga escribirá dos líneas sin entrar en descalificaciones.

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 16:39 #

        “¡Qué manía con los trastornos! ¿no?” dicho por Alonxo en

        http://deseducativos.com/2011/01/19/vendo-crecepelo/#comment-7232

        Lo que dice el refranero:
        Cierto Alonxo, usted no había dicho nada sobre los trastornos, ni ha escrito nada sobre ellos. Aludo a otros tiempos y entrornos que solamente existen en mi linda cabecita. Tiene usted razón.

      • 3 abril 2011 a 17:25 #

        Ciertamente tiene usted toda la razón, y no voy a entrar, como haría otro vecinito, en alegar que no es esa la frase exacta. Me sorprendía sencillamente el que hubiera hablado de trastornos, pues si bien dedico parte de mi tiempo a resolver los trastornos de otros, no aprovecho los foros para repartir trastornos a diestro y siniestro.
        Por eso, al facilitarnos la cita textual me he molestado en «investigar» a qué obedecía mi alusión a dicho vocablo. Léase usted mismo y deduzca de dónde viene mi respuesta, si es razonable o no y quién, en todo caso, sufre trastornos por su continua alusión a los trastornos.
        Son citas suyas: (sobre los trastornos)

        «Trastorno paranoide (no confundir con paranoico)».
        «* Percibe ataques a su persona o reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar (los pacientes con este trastorno suelen contraatacar con rapidez a las supuestas críticas)» No sé si puede referirse a alguien que no asume sus contradicciones y cuando se evidencian, como usted mismo dice, «reacciona con ira o contrataca…» ¡Le viene al pelo esta definición tras su «cagada» al responder a un anagrama. ¡Casi nada!
        * Creen tener siempre razón y la culpa es de los demás (le remito al punto anterior).
        * Son capaces de culpar a los demás de sus propios errores (lwe remito al primer punto).
        * Provocan todo tipo de conflictos y rencillas en su entorno, aun cuando todo el mundo les ha dado ya la espalda. ( qué mejor modo de explicar que a quien se le advierte de su error sale descalificando?).
        *Son muy rencorosos (le remito al punto anterior)
        * Negarán su trastorno e intentarán justificarlo, explicando sus acciones (¡Qué manía con los trastornos, nooooo????)
        * Acaban solos (absolutamente).
        *Aunque sólo fuera por este último punto, un paciente con este trastorno debería visitar al psicólogo.(Y dale con los trastornos)
        * Faltaría añadir las citas de hoy mismo.
        ¿No es lo suyo una obsesión por los trastornos que, a modo de calificación, los va repartiendo por el foro como si fueran piruletas? ¿No sería más sensato reconocer su error, su evidente contradicción, buscando lo que no hay, inventando lo que Mari no dijo, argumentando innecesariamente? ¿Cómo se atreve a hablar, inventando como digo, de otros entornos y tiempos? ¿Es usted Rappel?
        Como ve, yo le hablo de sus trastornos, de los que cita tan a menudo, en tanto usted trata de descalificar con sus diagnósticos que, estarían bien si fueran tan certeros como su argumentario, basado tan solo en un anagrama.
        Reconozco, por tanto, el haber dicho esa frase (que entodo caso no hace daño a nadie, solo explicita un dato). Usted no reconocerá su pasión por los trastornos, más grave sin duda, ni sus contradiccónes al argumentar, (en palabras suyas «reaccionar con ira y contraatacar») contra un simple anagrama. ¿Qué culpa tiene el pobre? ¿Y usted me manda al psicológo? Vaya, vaya….
        No se me equivoque, si me responde evite mirar al anagrama…tic..tac…tic…tac…concéntrese.

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 17:54 #

        Sí Alonxo, sí. He sido yo el que ha empezado la discusión con usted, sólo hay que mirar más arriba para comprobarlo. Y no Alonxo, no, usted no miente, es falso que habiendo negado hablar de trastornos podamos encontrar mensajes donde haga tal cosa.
        También eran falsas las pruebas que se dieron en el foro, donde se mostraba que usted no siempre da acceso a su página, a pesar de que usted repetía una y otra vez lo contrario. Porque de no ser falsas, que lo son, quedaría como reiterado embustero con pruebas escritas.

      • 3 abril 2011 a 18:30 #

        Sigue usted sin reconocer sus errores, sigue usted sin reconocer que descalifica al personal, sigue usted entrando en contradicciones, y sigue y sigue…
        ¿He dicho yo que haya empezado usted esta discusión? ¿Por qué ese empeño, cuando no se tienen argumentos para hablar de lo que se dice, en hablar de lo que no se dice? Cae incesantemente usted en este error, como si eso fuera en sí mismo un argumento, y solo es una argucia para eludir sus contradicciones.
        Me he limitado a evidenciar algo que todo el mundo puede ver, menos usted, al parecer; y eso que es usted mismo quien ha dicho que (le pudo la pasion, como cuando «debate» conmigo) su respuesta estaba condicionada por el anagrama. ¿Qué se puede esperar de alguien que prejuzga los comentarios antes de leerlos, que no espera siquiera a ver qué opinamos los demás? Eso, por sí mismo, ya le deslegitima. Los demás nos equivocamos, usted comete su error con premeditación. Y lo peor, no lo reconoce.
        ¡Sí, gran mentira el haber dicho que no dije la palabra trastornos cuando sí que la había dicho! Como si eso pudiera atenuar su pasión por los «trastornos» (es usted quien tiene querencia por la palabra, no yo), o se pudiera poner a la misma altura que su propensión a juzgar antes de leer. Lo mismito, sí…
        Busca y rebusca usted en el foro en busca de no se sabe qué, si no es huir de su manifiesta y tremenda metedura de pata. Y como le puede la pasión, comete error tras error.
        Pero como soy generoso también responderé a otro de sus intentos por echar balones fuera, mientras piensa en reconocer sus errores.
        Siempre pongo el acceso a mi blog. Y nadie, repito, nadie ha aportado una sola prueba en contra. ¿Y sabe por qué? Porque no las hay. Lo que se discutía, no le veo muy puesto en ello, es que alguien en concreto no pudo acceder en un momento determninado «desde un ordenador» primero, «desde dos ordenadores», después. Como comprenderá eso es prueba únicamente de que esa persona no pudo acceder en ese momento determinado, y como todos somos muy buenos le creemos. En ningún caso es prueba de que yo no incluya el link a mi blog en cada uno de mis comentarios. Usted también puede negarlo, es gratis.
        Dicho lo cual, no enrede, no ponga al mismo nivel asuntos tan lejanos. Fíjese que en mi humildad, que ya es humildad, he pedido perdón por decir que no había escrito una palabra (una palabra que no califica ni descalifica ni mucho menos insulta), que sí que había escrito (qué pecado será ese?) Por contra, usted no ha pedido ni pedirá perdón por haber lanzado dicha palabra contra un buen numero de personas, de descalificar con ella, de enviar gente al psicólogo, de responder a un anagrama, de diagnosticar trastornos paranoides, de cargar con ira (son sus palabras) contra alguien simplemente por tratarse de ese alguien. ¿De qué más quiere «debatir»? ¿No se da cuenta de que cuanto más trata de evadirse más se mete en el fango mientras no reconozca sus «trastornos»? Mi trastorno, al parecer, es opinar diferente a usted; el suyo es, digamos, diferente; no lo calificaré, a la vista está.

      • Jesús San Martín
        4 abril 2011 a 19:59 #

        Que sí Alonxo, que sí. En lo que usted dice que he dicho y lo que yo he dicho, nadie necesita darle la razón, ambas cosas están escritas. Es cierto que dije “reaccionar con ira y contraatacar” (tal como usted afirma, aseverando que son palabras mías y además realzándolas con el entrecomillado), seguro que lo encuentra en mis escritos. Busque, busque.

        Que no Alonxo, que no, que no le puede la bilis, no pone palabras ofensivas no dichas en boca de los demás, ni escribe dos líneas sin entrar en descalificaciones. Eso lo hacemos los demás, no usted, como acabamos de ver.

        Que sí Alonxo, que sí, que usted no miente como acabo de mostrar, ni hemos visto en su post anterior, ni veremos a continuación, porque como usted dice “Siempre pongo el acceso a mi blog”. Por ejemplo, se pude comprobar, pinchando en su nombre, en todas, absolutamente en todas sus entradas de

        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/

        y terminaremos en su blog.

        Y como usted insiste: “Y nadie, repito, nadie ha aportado una sola prueba en contra.”
        (digo insiste por lo de “repito”, no por compulsivo-obsesivo)

        tales pruebas, pero falsificadas, pueden encontrarse en el artículo:

        “La Jennifer y el Jonathan visitan el Liceo”

        donde un forero le tildó de “MENTIROSO COMPULSIVO, DEMAGOGO E HIPOCRITA”, con el sentir en contra de casi todo el foro, especialmente, ahora, a la vista de lo mostrado en los párrafos anteriores.

        En cuanto a lo de la humildad personificada, qué quiere que le diga Alonxo, qué quiere que le diga.

        Un afectuoso saludo.

        Su amigo Jesús.

        P.S. Empezó usted “la conversación”, por favor termínela, como corresponde a quien no tiene un trastorno paranoide.

    • Jesús San Martín
      3 abril 2011 a 9:10 #

      1.-¿La pedagogía es una ciencia?
      Pues… depende para quién.

      La ley de la gravedad no depende de nadie. Para comprobarlo, como dice Ricardo, basta saltar por la ventana del octavo piso. Las ciencias lo son, independientemente de los puntos de vista.

      2.- De cualquier forma es aceptada por la comunidad científica como ciencia aplicada.

      Falso. Montones de científicos nos reímos de las majaderías claramente expuestas por el artículo, como nos reímos del tarot, que es ampliamente aceptado como ciencia aplicada por la “comunidad científica” de sus seguidores.

      3.- Como carrera la pedagogía se imparte en muchas universidades…

      La impartición en una universidad no lo convierte en ciencia. Poco tiene de científico quien usa tal argumento.

      4.- Desde mi punto de vista…

      En la ciencia no hay puntos de vista. Hay leyes.

      5.- es (la pedagogía) un conjunto de saberes útiles, que vienen muy bien a maestros y profesores a la hora de enseñar o educar

      El piloto tiene un conjunto de saberes útiles, que…. Pero eso no convierte los saberes en ciencia.

      6.- a veces, el atacar uno de ellos implica estar de acuerdo con otro u otros, porque ciertamente algunos se contradicen

      En una ciencia no hay contradicción.

      7.- Ser partidario de uno u otro u otros implica

      En ciencias no se es partidario de la ley de gravedad o no. Véase el primer punto.

      8.- Cada modelo, como he comentado en alguna que otra ocasión, conlleva una fundamentación filosófica, psicológica… interesante.

      Una novela es muy interesante y no es ciencia. La topología no tiene nada de interesante y sí lo es.

      9.- Los principales paradigmas pedagógicos contemporáneos conocidos, como todos los que nos dedicamos a educar o enseñar sabemos son: el conductista, el humanista, el cognitivo, el constructivista… las mezclas…

      La ley de la gravedad es la que es, no cien modelos dependiendo de lo que le guste a uno. Clara muestra de que la pedo no es ciencia.

      10.- Así, si lo que quieren es criticar un modelo … no metan en el saco a todos los modelos … por respeto a aquellos que tantas horas dedicaron y dedican a ello

      Los lectores de cartas, los creacionistas, en definitiva, los seguidores de la superchería y la superstición han dedicado y dedican tantas horas a ello. Por respeto lleve a sus propios hijos al curandero (pedagogo) y permita que los demás lleven los suyos al médico que no sigue las indicaciones del curandero (profesor que no sigue la superchería pedo)

      11.- Ustedes proponen un modelo educativo que no acabo de dilucidar

      Y opina sobre ello. Se explica por sí solo.

      12.- Tampoco podemos criticar un modelo educativo en base a lo que está ocurriendo en nuestro país al respecto, porque, desde mi criterio, una cosa es un modelo educativo y otra muy distinta su puesta en práctica, que se puede hacer bien, regular, mal o rematadamente mal.

      Punto culminante. El comunismo, el fascismo, no son mierdas. Es que no se pudieron ponerse en práctica. Ambos destruyeron sociedades enteras y la pedo generaciones enteras. Pero en ambos casos, la culpa no es de ellos. Ya, ya ¿cuántas veces habremos oído esta explicación de los mayores destructores de la historia?

      13.- La ley en el papel, para ustedes es mala, para mí, en gran medida buena, aunque habría que cambiar algunas cosas; su desarrollo a ustedes ni les importa, porque parten de la base que lo malo es la ley, el modelo; para mí el desarrollo es pésimo.

      Volvemos al punto 12.

      Pruebe a hacer con el artículo de Ricardo lo que yo acabo de hacer con su intervención. Así se hacen las cosas es ciencias, refutando o demostrando punto por punto (como hace Ricardo en su artículo)

      • Mari
        3 abril 2011 a 9:36 #

        Jesús, le contestaré en cuanto pueda, pero sepa que lo que dice puedo entenderlo, agradezco su forma de transmitir las ideas. Decirle que en ningún momento he dicho que crea que la pedagogía sea una CIENCIA

        Un saludo

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 10:04 #

        Perdona Mari. Me he confundido con el anagrama y el nombre, ambos similares a una persona que está dedicándose a jorobar el foro sin atender al artículo, y he ido a levantar todas las contracciones. A mí me consta que tus intervenciones no buscan ni la polémica ni el insulto, por lo que cuando te leo, si te contesto, procuro actuar de la misma forma. Repito nuevamente mis disculpas, pues de haberme dado cuenta de que eras tú, no habría hecho la exposición con esa crudeza.
        Como siempre hay algun tonto, solitario de la vida, que no tiene quien le escuche,y viene aquí a tocar las narices una vez tras otra, pues nos sentimos como tú te acabas de sentir.
        Un abrazo de todo corazón.

      • 3 abril 2011 a 10:20 #

        Un comentario muy lúcido que, en ningun caso, responde a lo que ha expuesto la campañera. Tienen que aprender a controlar ese impulso de «no me gusta lo que opina esta persona, luego buscaré donde no hay para rebatir lo que no precisa ser rebatido».
        Se esfuerza usted en demostrar que la pedagogía no es una ciencia en base a afirmaciones que hace Mari, siendo que ninguna de ellas es utilizada para afirmar que lo es. ¿?
        Hacer afirmaciones de hechos reales, como que se imparte en la Universidad, etc. Y usted, no sabemos por qué, pretende decir, apoyándose en esos hechos objetivos, que aquello no justifica que la pedagogía no e suna ciencia. Pues clarooooo….¿quién ha dicho que lo fuera?
        Parece que le molesta hasta que estén de acuerdo con usted. Relájese….Si hemos encontrado un punto en común, aprovechémoslo, no lo utilicemos para lanzarlo a la cara del «contrario», los «contrarios» que algunos se inventan. Y todavía hay quien dice que venimos a sembrar bronca…, si a cada palabra que decimos le sacan punta, aún siendo la misma que antes han dicho ellos. Un poquito de pro favor…

      • 3 abril 2011 a 10:32 #

        (Uysss, se me ha ido el anagrama hacia abajo, lo pongo en el sitio correspondiente, para que se sepa a quién respondo).
        Ufffffffffffffffffff, tela marinera…como dice la otra.
        Va a ser que ahora opina en función de los anagramas. Vamos, que le importa un carajo lo que se diga, sino que va al cuello de quien lo diga, sin más. Personalmente no me sorprende, ya lo hemos visto en más ocasiones. Y, en mi anterior comentario, cruzado en tiempo con el suyo, ya lo hago saber. Vamos, que no me lo acabo de inventar.
        ” y he ido a levantar todas las contracciones.” Es decir, usted ve o no contradicciones dependiendo de quién sea el que escribe, no de lo que escribe. ¡Extraño modo de ver!
        ” pues de haberme dado cuenta de que eras tú, no habría hecho la exposición con esa crudeza.” Otra prueba más de que se confunde el mensaje con el mensajero. A ver si aprendemos, que ya somos mayorcitos, algo tan elemental como que se trata de rebatir opiniones, no de descalificar a quien las emite. Vamos, eso en un mundo civilizado.
        Lo que he dicho en otro momento, tenemos que aprender a controlarnos, a evitar las descalificaciones y a responder a lo que se dice, no a lo que no se dice. No es buen método ese de responder mirando al anagrama. Les pueden las vísceras.

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 12:26 #

        Alonxo déjeme fuera de sus comentarios como yo le dejo a usted. En su día ya afirmó que el foro no era un sitio para recibir terapia y no seré yo el que se la ofrezca en su trastorno paranoide.

    • 3 abril 2011 a 12:05 #

      Chapeau!!!

    • 3 abril 2011 a 12:12 #

      Hola Mari, chapeau!

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 12:30 #

        El razonamiento lógico iba destinado usted Marisa. Y se lo repito:

        pruebe a hacer con el artículo de Ricardo lo que yo acabo de hacer con la intervención. Así se hacen las cosas es ciencias, refutando o demostrando punto por punto (como hace Ricardo en su artículo)

        Chapeau es una expresión. No un razonamiento lógico. Si usted dispone de tales muéstrelos como hacemos Ricardo y yo, mientras tanto lo único que probará es la falta de argumentos.

      • 3 abril 2011 a 15:18 #

        Jesús San Martín, ¿ le dice a su compañero Alonxo transtornado paranoide?
        y luego despues me pide a mi y me lo repite, un razonamiento lógico?
        Alucinante!!!
        No puedo ni quiero argumentar a todos los que se me tiran la cuello por mi anagrama y mi nombre.

        Hubiera sido más noble, por su parte ,admitir y disculparse por la evidencia de su torpe error, que es, a lo que le invitaba su compañero Alonxo.
        Cada uno se define por si sólo.

      • Jesús San Martín
        3 abril 2011 a 15:37 #

        Marisa, sabía lo que usted iba a decir: tan corta es su capacidad dialéctica que se le anticipa fácilmente y tenía preparada la respuesta.
        El comentario en cuestión.
        Lo que he lamentado, y sigo lamentando, es haber molestado a una persona que no tenía intención de crear polémica. He discrepado y seguiré discrepando con Mari de forma amistosa. No se discrepa igual de una persona que pretende aportar, de aquellos con problemas psicológicos o incompetentes, que sabiendo la necedad de sus razones pretenden apoyarlas con expresiones hueras.
        Observe que yo había dicho “he ido a levantar todas las contradicciones”, cosa que he hecho y mantenido en mi disculpa. Para posteriormente indicar que no las hubiera mostrado tan crudamente, no que fueran falsas, las mantengo ahora como las mantenía entonces. No muestro errores en mi discurso lógico, aunque usted me acusará de ello.

        Como puede comprobar, con tan débil capacidad dialéctica, no podrá escaparse del hecho: usted utiliza expresiones cargadas de valor, pero no aporta ni datos ni demostraciones, por lo que sus intervenciones son como las aportaciones de la pedagogía: puro vacío.

  28. 3 abril 2011 a 4:22 #

    Esta jerga de las pedagogías, ¡qué parecida es en todo a las jergas homiléticas que se retratan ácidamente en el Fray Gerundio de Campazas, de Isla! Al a cabar el Barroco hubo un extraño maridaje entre el culteranismo y la predicación que se saldó con las más disparatadas y peregrinas expresiones pseudoliterarias y pseudoreligiosas. La Ilustración hizo la crítica de aquella aberración, pero quedó un rescoldo encendido que ha seguido calentando las mentes calenturientas de quienes la han perdido en las sinrazones que trastornaron a D. Quijote, aunque en éste fue estrategia para poder impartir su lección de virtud, y añagaza para hacer caer en la celada a quienes burlándose de él, se comportaban como marionetas cuyos hilos manejaba el propio D.Quijote: estos son, en nuestros dias, los predicadores de las pedagogías, de quienes puede y debe hablarse en términos de sectas, sin ningún comedimiento. Si no hay libro en el que no haya algo sensato -y este tópico incluye que ello ocurra incluso en el Mein Kampft-, es evidente que en todas esas banderías pedagógicas algo habrá que pueda ser útil e incluso que tenga sentido, lo cual no es un argumento para validarlas. De lo que tratamos es, en efecto, de la condición científica de las pedagogías, y al respecto, el artículo de Ricardo es absolutamente apodíctico. De forma complementaria podemos ofrecer muestras de sus proposiciones aberrantes o, como es mi caso, una analogía con un «sueño de la expresión y la fe» que creó el monstruo de la oratoria homilética barroca, de la que Cadalso se burla en la carta 77 de sus imprescindibles «Cartas marruecas», cuya modernidad aún sorprenderá a quienes defienden barbaridades como las de ese pseudolenguaje de las pedagogías. No sé si este es el país de la verborrea, pero está claro que el discurso más cercano al de las pedagogías es el de la política, de ahí que se lleven tan bien: en ambos espacios de la actividad humana los mensajes vacíos constituyen el fundamento de su razón de ser. ¿No sería deseable que acabara entrandoles la razón en su ser? Me temo que no va a poder ser, que no va con ellos, clérigos de misa y olla, pseudointelectuales de pacotilla. Han acabado multiplicando, al juntarse, su descrédito. Esa unión, tan estrecha, me recuerda la sintonía tejana entre Bush y Aznar, dos mentes preclaras donde las hubiere.

  29. Mari
    3 abril 2011 a 9:25 #

    A veces creo que no leen bien lo que digo o es que no les interesa interpretarlo adecuadamente o es que no me explico, será lo último.
    La verdad, señores, no tengo esas alturas de miras que ustedes tienen, ni soy barroca, ni gótica… soy una persona sencilla, de pueblo. Mi formación es media, el tiempo no me ha dado para más. Tampoco soy una lumbrera como ustedes, soy normalita y lo que pretendo es entender el mundo, cómo es realmente; entenderlos a ustedes, a los contrarios, a todos los que pueda, tomar partido, pero sin creer que he dado con el filón… No me gusta insultar a nadie, ni reírme de su falta de conocimientos…
    No tengo ningún interés… de verdad que no hace falta que contesten a mis necios e infundados escritos, y menos aún, si no entiendo mal – que de ser tan necia… igual me están piropeando y no me entero –, si las razones son ofender, ofender y ofender y… poco más. Amigos, se lo digo desde mi torpeza, no pierdan su tiempo con esta insulsa, que de tanto decírmelo voy hasta creérmelo, pero en fin ustedes mismos. Una se conforma con leerles y aportar alguna que otra variable que, igual por necia lo crea, pueda venir bien a quien se interese por hacer un estudio serio sobre el tema educativo, variables que puede no se hayan tenido en cuenta.
    A mí me sirven cosas de las que dicen algunos de ustedes, no todos… por supuesto, en fin…
    Un saludo

    • 3 abril 2011 a 9:47 #

      No pides nada, amiga Mari, que respeten tu opinión independientemente de que la compartan o no. Y no solo eso, sino que, no compartiendo tu opinión y no respetándola-que ya dice mucho de sus virtudes-, además haya quien se dedica a insultar. ¡Ojo, no hablamos de «barriobajeros» llegados al blog del botellón de ayer sábado tras una noche en blanco, no! Hablamos de profesores, nada menos y nada más.
      Sin palabras.

      • José Miguel
        3 abril 2011 a 12:07 #

        A ver si nos enteramos: aquí no se viene a «respetar opiniones», aquí no se defiende la dogmática opinadora, donde lo mismo vale una opinión que su contraria. Aquí se miden las opiniones por el peso de sus argumentos, y si sus argumentos son endebles, contradictorios, inconsistentes, es exigencia de cualquier institución académica que de tal se precie analizar, desmontar, triturarla por completo. Y no se «respetan» las opiniones, por ellas son como los culos, todo el mundo tiene uno. Las opiniones están para confrontarlas, para medir su grado de verdad o falsedad, pero no para «respetarlas» en el sentido más degenerado de ese término, es decir, un «respeto» indiscriminado que incluye el no saber, la ignorancia más supina, el delirio más exacerbado.
        Todas las opiniones son discutibles, para eso están, de lo contrario, serían dogmas, axiomas. La palabra «discutir» encierra un sentido más fuerte que el de un simple intercambio de pareceres (perspectiva a la que se aferra acríticamente como una lapa el señor Alonxo): etimológicamente quiere decir sacudir, derribar, zarandear algo para que demuestre si tiene sólidas raíces o incluso arrancarlo de su suelo nutricio para que las enseñe y puedan ser comprobadas. Así es sin duda como hay que proceder con las opiniones. Sólo las más fuertes deben sobrevivir, cuando logren ganarse la verificación que las legalice. Respetarlas beatamente sería momificarlas a todas por igual, haciendo indiscernibles las que gozan de buena salud gracias a la razón y la experiencia de las infectadas por la ñoñería pseudomística y el delirio.
        Y las opiniones del señor Alonxo son una letanía indocta, repetitiva y cansina de la opinión dogmática camuflada falazmente con la idea completamente distorsionada de «respeto», que no hace sino enmascarar su impotencia dialéctica, su falta de argumentos, su sofistería vulgar, su saber aparente que no es más que atrevida ignorancia. Respetar una opinión es, precisamente, darle beligerancia, de-mostrar su falta de rigor o falsedad, confrontarla.

      • José Miguel
        3 abril 2011 a 14:15 #

        Dedicado a los Alonxos que en este mundo son:

        «Cualquiera puede darse cuenta de que en Europa, desde hace años, han empezado a pasar “cosas raras”. Por dar algún ejemplo concreto de estas cosas raras, nombraré ciertos movimientos políticos, como el sindicalismo y el fascismo. No se diga que parecen raros simplemente porque son nuevos. El entusiasmo por la innovación es de tal modo ingénito en el europeo, que le ha llevado a producir la historia más inquieta de cuantas se conocen. No se atribuya, pues, lo que estos nuevos hechos tienen de raro a lo que tienen de nuevo, sino a la extrañísima vitola de estas novedades. Bajo las especies de sindicalismo y fascismo aparece por primera vez en Europa un tipo de hombre que no quiere dar razones ni quiere tener razón, sino que, sencillamente, se muestra resuelto a imponer sus opiniones. He aquí lo nuevo: el derecho a no tener razón, la razón de la sinrazón. Yo veo en ello la manifestación más palpable del nuevo modo de ser las masas, por haberse resuelto a dirigir la sociedad sin capacidad para ello. En su conducta política se revela la estructura del alma nueva de la manera más cruda y contundente; pero la clave está en el hermetismo intelectual. El hombre medio se encuentra con “ideas” dentro de sí, pero carece de la función de idear. Ni sospecha siquiera cuál es el elemento utilísimo en que las ideas viven. Quiere opinar. De aquí que sus “ideas” no sean efectivamente sino apetitos con palabras, como las romanzas musicales». (Ortega y Gasset: «La rebelión de las masas»).

      • 3 abril 2011 a 14:28 #

        Pues eso es lo que yo digo, que no hay que respetar opiniones; es más, si es posible, hay que intentar que el personal no opine, a menos, claro, que nos dé la razón en todo, siga nuestros princiipios y comparta nuestra ideología. El resto, ya lo hemos visto, solo merece la descalificación, el rechazo e incluso, ¿?, la violencia. Pues menos mal que los foros son virtuales…
        «Aquí se miden las opiniones por el peso de sus argumentos…»
        Por ejemplo, un argumento sobre «¿Es la pegagía una ciencia?» podría ser: «la pedagogía es una puta mierda».
        Si es que pierden tanto tiempo en calificar y descalificar que los «argumentos» les adelantan por la derecha. ¡diossssssssssssss…..!

      • José Miguel
        3 abril 2011 a 15:39 #

        Una opinión respetable siguiendo el principio alonxiano: «Alonxo es imbécil». Es mi opinión. Y Alonxo está obligado a respetar mi opinión por pura necesidad lógica. Como decía Espinosa: las ideas inadecuadas se siguien con la misma conexión lógica que las ideas adecuadas.

  30. 3 abril 2011 a 9:41 #

    ¿Es la pedagogía una ciencia?
    Evidentemente es una pregunta retórica, del tipo de:
    ¿Cómo tengo que decirte que no hagas preguntas retóricas? o
    ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
    No esperamos respuesta, posiblemente porque no la necesitamos, porque es archiconocida o, simplemente, porque no nos interesa.
    La pregunta siguiente, sería: ¿Y?
    Pongamos otro ejemplo:
    ¿Es la pedagogía una planta fanerógama gimnosperma de la familia de las coníferas? Pues no, ¿y qué?
    Si lo que se pretende minusvalorar el papel de la pedagogía en cuanto «no-ciencia» la pregunta no es necesaria. Bastaría con decir, teniendo en cuenta que la pedagogía no es una ciencia, bla, bla, bla…Excusatio non petita.
    Por esas mismas:
    ¿Es la filosofía una ciencia?
    ¿Es la poesía una ciencia?

  31. 3 abril 2011 a 10:29 #

    Ufffffffffffffffffff, tela marinera…como dice la otra.
    Va a ser que ahora opina en función de los anagramas. Vamos, que le importa un carajo lo que se diga, sino que va al cuello de quien lo diga, sin más. Personalmente no me sorprende, ya lo hemos visto en más ocasiones. Y, en mi anterior comentario, cruzado en tiempo con el suyo, ya lo hago saber. Vamos, que no me lo acabo de inventar.
    » y he ido a levantar todas las contracciones.» Es decir, usted ve o no contradicciones dependiendo de quién sea el que escribe, no de lo que escribe. ¡Extraño modo de ver!
    » pues de haberme dado cuenta de que eras tú, no habría hecho la exposición con esa crudeza.» Otra prueba más de que se confunde el mensaje con el mensajero. A ver si aprendemos, que ya somos mayorcitos, algo tan elemental como que se trata de rebatir opiniones, no de descalificar a quien las emite. Vamos, eso en un mundo civilizado.
    Lo que he dicho en otro momento, tenemos que aprender a controlarnos, a evitar las descalificaciones y a responder a lo que se dice, no a lo que no se dice. No es buen método ese de responder mirando al anagrama. Les pueden las vísceras.

  32. Francisco Javier
    3 abril 2011 a 13:03 #

    Ésta sí que lo tiene claro.

  33. Mari
    3 abril 2011 a 14:33 #

    Respondiendo a Jesús:

    “La ley de la gravedad no depende de nadie. Para comprobarlo, como dice Ricardo, basta saltar por la ventana del octavo piso. Las ciencias lo son, independientemente de los puntos de vista”.
    No podemos comparar una ciencia exacta o natural con una ciencia (en caso de serla) como la pedagogía.

    “Falso. Montones de científicos nos reímos de las majaderías claramente expuestas por el artículo, como nos reímos del tarot, que es ampliamente aceptado como ciencia aplicada por la “comunidad científica” de sus seguidores”
    Me alegro que seas científico, no lo sabía. Siempre me interesó mucho la investigación, la ciencia en general, pero una no da tanto de sí… ¿Estás investigando ahora algo?
    Por otra parte decirte que no creo que una cosa tenga que ver con la otra, imagino que lo has dicho por exagerar, porque siendo científico no entiendo que compares a unas teorías con “otras”.

    “La impartición en una universidad no lo convierte en ciencia. Poco tiene de científico quien usa tal argumento”
    Jesús, yo no he dicho que la impartición de esta “ciencia” en las universidades, la convierta en ciencia, con mi comentario quise describir lo que hay y esto es cierto.

    “En la ciencia no hay puntos de vista. Hay leyes”
    Pero antes de leyes hay teorías, hipótesis, variables… que hay que comprobar… Llamémosla, si quiere preciencia; aunque la verdad es que esto ahora tampoco tiene demasiada importancia para mí. Lo cierto es que hay varios modelos conocidos, impartidos en las facultades de pedagogía y que se deben tener en cuenta. Si un pueblo elabora su ley educativa partiendo de uno de ellos o de varios… esto no es malo en teoría. La mayoría manda, aunque esté equivocada, así funciona la democracia. Ahora tendremos elecciones y yo ya sé a quién no votaré.

    «El piloto tiene un conjunto de saberes útiles, que…. Pero eso no convierte los saberes en ciencia»
    Vuelvo a lo mismo, no afirmé en ningún momento que crea que sea ciencia, esto tendrás que decírselo a quiénes lo afirman, yo no lo tengo tan claro, ya me gustaría, Jesús.

    «En una ciencia no hay contradicción»
    Por eso yo no creo a ciencia cierta más que en lo demostrado, otra cosa es que me vaya mejor con unos métodos, técnicas, que con otros, que varios son los que uso…

    «En ciencias no se es partidario de la ley de gravedad o no. Véase el primer punto»
    De acuerdo, nunca afirmé lo contrario.

    «Una novela es muy interesante y no es ciencia. La topología no tiene nada de interesante y sí lo es»
    También me interesan las novelas, sobre todo algunas, la topología sé que es una disciplina matemáticas sobre cuerpos geométricos, pero poco más.

    “La ley de la gravedad es la que es, no cien modelos dependiendo de lo que le guste a uno. Clara muestra de que la pedo no es ciencia”
    Nada que argumentar, lo que es, es; una ley demostrada es una ley demostrada, una por demostrar es… una como mucho con aspiraciones.

    «Los lectores de cartas, los creacionistas, en definitiva, los seguidores de la superchería y la superstición han dedicado y dedican tantas horas a ello. Por respeto lleve a sus propios hijos al curandero (pedagogo) y permita que los demás lleven los suyos al médico que no sigue las indicaciones del curandero (profesor que no sigue la superchería pedo)»
    Jesús, nunca di dinero alguno a los tarotístas, ni siquiera sé si se dice así, etc. Desde mi punto de vista, no podemos comparar una cosa con la otra, como tampoco podemos comparar al MACHISTA con el que considera que el hombre y la mujer no son iguales físicamente.

    “Ustedes proponen un modelo educativo que no acabo de dilucidar. Y opina sobre ello. Se explica por sí solo”
    No haces lo mismo, Jesús, tú criticas el modelo educativo del que soy más o menos partidaria, por qué no puedo yo hacer lo mismo con el que considero que tú utilizas.

    » Punto culminante. El comunismo, el fascismo, no son mierdas. Es que no se pudieron ponerse en práctica. Ambos destruyeron sociedades enteras y la pedo generaciones enteras. Pero en ambos casos, la culpa no es de ellos. Ya, ya ¿cuántas veces habremos oído esta explicación de los mayores destructores de la historia?»
    El fascismo es una mierda, efectivamente, porque habla de superhombre y esto no es real. En cuanto al comunismo, lo que dije antes, una cosa es la teoría y otra muy diferente la práctica (los malvados son capaces de convertir el agua en veneno, igual que los buenos son capaces de convertir los panes en peces), pero si ya la teoría es discriminatoria… apaga y vámonos.

    “Pruebe a hacer con el artículo de Ricardo lo que yo acabo de hacer con su intervención. Así se hacen las cosas es ciencias, refutando o demostrando punto por punto (como hace Ricardo en su artículo)”
    No, Jesús, no tengo tiempo, ni me siento preparada para tanto, sí podría buscar autores que dicen lo contrario que el señor Ricardo, los hay se lo aseguro. No obstante, sólo pido respeto tanto para unos como para otros, porque estoy convencida que es así como podemos llegar lejos.

    Un cordial saludo

    • jesús San Martín
      3 abril 2011 a 14:41 #

      Un abrazo Mari

      • 3 abril 2011 a 19:05 #

        Marisa, sabía lo que usted iba a decir: tan corta es su capacidad dialéctica que se le anticipa fácilmente y tenía preparada la respuesta.
        El comentario en cuestión.
        Lo que he lamentado, y sigo lamentando, es haber molestado a una persona que no tenía intención de crear polémica. He discrepado y seguiré discrepando con Mari de forma amistosa. No se discrepa igual de una persona que pretende aportar, de aquellos con problemas psicológicos o incompetentes, que sabiendo la necedad de sus razones pretenden apoyarlas con expresiones hueras.
        Observe que yo había dicho “he ido a levantar todas las contradicciones”, cosa que he hecho y mantenido en mi disculpa. Para posteriormente indicar que no las hubiera mostrado tan crudamente, no que fueran falsas, las mantengo ahora como las mantenía entonces. No muestro errores en mi discurso lógico, aunque usted me acusará de ello.

        Como puede comprobar, con tan débil capacidad dialéctica, no podrá escaparse del hecho: usted utiliza expresiones cargadas de valor, pero no aporta ni datos ni demostraciones, por lo que sus intervenciones son como las aportaciones de la pedagogía: puro vacío.

        No hace falta tener una gran capacidad dialéctica para decirte que eres un pelota», prepotente y demagogo.

      • Jesús San Martín
        4 abril 2011 a 5:52 #

        Marisa, el comentario que esperaba de usted:

        “Engreído, prepotente.”

        No se enfade. Si es que usted es así, predecible, simplona y atolondrada como sus argumentos logsianos. Permítame dejarle con su pataleta de niña enrabietada.

    • Luzroja
      3 abril 2011 a 17:17 #

      Mari, nos dices en tu escrito:

      » No obstante, sólo pido respeto tanto para unos como para otros, porque estoy convencida que es así como podemos llegar lejos».

      Mucho me temo que el tipo de respeto al que tu te refieres es a la cortesía debida al interlocutor, pero el tipo de respeto que aquí se maneja va en el sentido de tener en cuenta como válidas las opiniones de los otros, entendiendo que la validez de una oponión la dan los razonamientos.

      Convendrás conmigo en que no se les puede dar crédito a dos opiniones distintas (si Juan opina que en el pozo cubre y Pepe opina que no cubre, uno de los dos opina mal, necesariamente yo le preguntaré a cada uno por qué opinan así, y de sus razonamientos determinaré cuál será la opinión que deberé respetar si me quiero tirar de cabeza al pozo en cuestión y no partirme el espinazo).

      Nadie en su sano juicio «respeta» cualquier opinión vertida.
      Y más aún, Mari, creo que es precisamente un apreciable ejercicio de respeto hacia las opiniones de los demás, el cogerlas y refutarlas con la potencia de los razonamientos. ¿O es preferible dar la razón como a los tontos aunque lo dicho sea un disparate?

      Y esto aplicado a la enseñanza tiene mucho interés, porque permitiría corregir al alumno que abre la boca para decir chorradas sin cuento evitando la cháchara inútil y estéril, generaría un diálogo ordenado, aumentaría el escuchar, incrementaria el uso del discurso razonado y evitaría el discurso opinador, fomentaría el respeto hacia el otro al no considerarlo como un cualquiera que debe escuchar memeces, generaría autocontrol, empatía, contención, trato humano y además, se aprendería un montón.

    • 3 abril 2011 a 18:03 #

      Pues me parece muy mal que no se haya leído el artículo de Ricardo. Es que lo que verdaderamente merece la pena de este punto de encuentro de profesores no es la cháchara, sino los escritos. Además no sé cómo va a buscar usted autores capaces de decir lo contrario de lo que sostiene el artículo si no sabe lo que dice el profesor Moreno Castillo, porque confiesa que no se lo ha leído. Incluso, y perdone que así lo entienda, no sé cómo tiene tanto tiempo para entrar en el foro a discutir pero no tiene usted diez minutos para leer un artículo que podría aclararle muchas cosas si lo lee con atención. Estoy un poco confuso, porque no sé qué sentido tiene entrar aquí a entretenerse discutiendo sobre no se sabe qué, salvo el mero protagonismo, que aunque en algunos se manifiesta patológico, en usted no me lo esperaba. Me deja atónito, de verdad. Yo no creo que se pueda despreciar así como así el valor de estos pequeños ensayos que, con toda la generosidad del mundo, nos ofrecen profesores de reconocida valía, como Ricardo Moreno. Vivimos tiempos muy raritos.

  34. 3 abril 2011 a 16:01 #

    El brillante, valiente y riguroso artículo de mi admirado Moreno Castillo incita a algún aspecto de la relación entre el lenguaje y el conocimiento, que es de sumo interés para todo el que esté interesado en la palabra como expresión honrada del pensamiento y no como mera arma mediática y social concebida por sus frutos inmediatos. En suma, las palabras no pueden utilizarse en vano y ser vacías de contenido si con ellas queremos comunicarnos lealmente con nuestros interlocutores.

    El lenguaje de la pedagogía es una jerga y no propiamente una taxonomía. No designa una red de conceptos basados en hipótesis que posteriormente se contrasten con la realidad. Por el contrario, los palabros de la pedagogía al uso se refieren a los mismos hechos que se pueden llamar de forma más llana en la lengua común, como muy bien sybraya Moreno Castillo.

    La función de los tecnicismos que constituyen las taxonomías es acuñar términos que mantengan una relación biunívoca con los conceptos y objetos propios de un área del saber, conceptos y objetos a los que se puede acceder a través de la experiencia. La función de los tecnicismos es, pues, allanar el camino para un conocimiento científico contrastado, objetivo y riguroso. Un lenguaje científico no puede ser pomposo, difuso, polisémico ni mucho menos no referencial. Al contrario, tiene que ser unívoco, preciso. Y la definición de sus términos ha de estar sometida al contraste con la realidad que estudie cada disciplina propiamente científica.

    La función de las jergas, por su parte, es la de distinguir e identificar al grupo que las usa de quienes no pertenecen a él. Y, además, dificultar el acceso a los no iniciados. Es obvio que en ocasiones los científicos pueden usar los tecnicismos como jerga para alguna de estas finalidades sociales que caracterizan las lenguas de grupo.

    Sin embargo, ninguna de las características propias de los lenguajes científicos es aplicable a la actual pedagogía, imperante en ciertos departamentos universitarios y en los gabinetes ministeriales y de las CC.AA.

    La jerga de la pedagogía, además de para aburrir y confundir, es un instrumento para que sólo hablen de temas educativos en ciertos ámbitos los que quieren monopolizar el autoconcedido título de expertos y que suelen ser, paradójicamente, quienes peor conocen la realidad de la escuela. Y, desde luego, ese lenguaje iniciático pretende cerrar el paso a los profesores que al hablar de educación parten de su experiencia personal y saben de lo que están hablando en lugar de recurrir a los gurus de la pedagogía del “establishment educativo”.

    El lenguaje de los pedagogos por supuesto que no es inocente. Si nos valemos de sus pseudoconceptos, ya estamos asumiendo en cierta forma su predicamente intelectual. Si todos terminamos empleando sus palabros, estamos reconociendo su autoridad y podemos acabar viendo la realidad de la escuela a través de sus torcidos y necios planteamientos. A través de sus aporías.

    La jerga pedagógica ha surgido paralelamente a la jerga tecnocrática. En el léxico ha recurrido al neologismo innecesario, ha parasitado de otras ciencias con cierta analogía pseudotaxonómica. Y ha cultivado una retórica del circunloquio vacío y expletivo (institución escolar, sujeto de la educación, diseño curricular) con la que ha tratado de disfrazar su insoportable oquedad. Pero donde alcanza las cimas del paroxismo es en los textos pedagógicos, programaciones, informes, etc., que son una caricatura siniestra del lenguaje técnico y científico. Cientos de páginas para no decir nada, para defender absurdeces, las más de las veces asertos inverificables, calificaciones discrecionales. Nada comparable a un conocimiento objetivo de un objeto de estudio que se quiera de verdad investigar.

    La jerga pedagógica no es más que una de las muchas perversiones del lenguaje del poder, cuyo abuso y prepotencia es directamente proporcional a la deshonestidad intelectual de las proclamas oficiales. Palabras, palabras, palabras, En el peor sentido del término. Nada eufónicas y escasamente esclarecedoras.

    Por otro lado, no sólo su lenguaje es perniciosamente perverso. Muchos de los asertos que pueden darse como científicos (los mencionados en el artículo de Moreno Castillo y otros muchos) no pasan de ser opiniones discutibles, generalizaciones infundadas o una farragosa logomaquia irrelevante. Cuando no solemnes memeces. ¿Puede todo ese conjunto de tesis que tanto daño ha hecho a la educación compararse a una ciencia? La pregunta no es que sea sólo retórica, es una provocación para que se aporten argumentos en sentido contrario. Difíciles de encontrar. Como diría Antonio Muñoz Molina, la pedagogía es una pseudociencia.

    La discusión que plantea el artículo que comentamos es trascendente, Porque si la respuesta a la pregunta es NO, habría que extraer algunas consecuencias y enseñanzas. Si la respuesta es NO, carece de sentido que se le siga dando tanto pote a esa fábrica de paridas de productividad desmedida. Y que siga teniendo tanto poder la secta pedagógica.

    En suma, si la sociedad, sus representantes y sus gobernates llegan a la conclusión de que la pedagogía no sólo no es una ciencia (conclusión de una obviedad manifiesta), sino que, tratándose de una creencia, ficción o de otra entidad mental o conceptual, además no es la religión verdadera, entonces no tiene sentido que siga contando con la fuerza, con la influencia y con la repercusión de las que goza en España y fuera de España desde hace ya demasiado tiempo. Sus sumos sacerdotes, algunos monaguillos y otros pícaros, bulderos y maleantes se resistirán a perder su papel de chamanes, de hechiceros de la tribu y de “expertos”, “creyentes” o beneficiarios de un monstruo que debería haber sido desenmascarado y definitivamente preterido desde el momento en que causó un efecto demoledor sobre la enseñanza, a la que ha infligido un perjuicio que debería haber sido apreciado por unas autoridades que tanto presumen de la prioridad de los asuntos educativos, pero que tan poco hacen por favorecer su progreso.

    • 3 abril 2011 a 16:43 #

      Excelente, Mariano. Un saludo.

    • Francisco Javier
      4 abril 2011 a 9:10 #

      Excelente. Estaría muy bien publicarlo. Un saludo, Mariano.

      Para los que no alcancen a entender tu verbo acerado, siempre se puede decir eso de que la pedagogía es un puta mierda ejercida por pervertid@s, gilipollas y chupopteros sinvergüenzas.

  35. uno+
    3 abril 2011 a 18:06 #

    Disculpen, pero… ¿dónde puede leerse el artículo completo?

    • 3 abril 2011 a 18:11 #

      En el enlace después de la presentación. Aquí mismo.

  36. uno+
    3 abril 2011 a 18:14 #

    Problema resuelto , me funciona con Safari pero no con Firefox

  37. Unoquepasadevezencuando
    3 abril 2011 a 19:49 #

    Alonxo te está llevando al huerto, ya verás lo que tarda en sacarte un comentario tuyo que muestra la falsedad de “Siempre pongo el acceso a mi blog”. Te dejará como mentiroso otra vez. ¿Y lo que te hace largar? ¿eres consciente de lo que sueltas cada vez que te enseña el trapo? Que si soy humilde, que si reconozco mis errores ¿no crees que la gente estará pensando que eres un tonto redomado? Te tiene tomada la medida y está jugando contigo, te está haciendo perder los papeles, y él, como el que oye llover.

  38. Ricardo Moreno Castillo
    3 abril 2011 a 19:54 #

    Mari:

    Efectivamente, hay quienes sostienen tesis distintas a las mías. La mayoría de los que conozco las han defendido tachándome de retrógrado, reaccionario, nostálgico…y un largo etcétera. Nunca me han aportado argumentos que hicieran vacilar mis convicciones. De algunos me consta su mala fe: son muy partidarios de la actual sistema de enseñanza pública por la cancha que les da, pero, por si acaso, a sus hijos los manda a colegios privados, donde se les inculca el hábito de trabajo y la disciplina que desde siempre han garantizado una educación de calidad. Los experimentos pedagógicos son muy divertidos siempre y cuando se hagan con los hijos de los demás. Por poner un ejemplo, Álvaro Marchesi (uno de los padres del actual despropósito educativo) presumía en una entrevista de que él le tomaba la lección a su hijo tres veces por semana (por teléfono, porque su hijo vive en Brasil). A mí me parece muy bien, tomar la lección es un método muy eficaz para obligar a estudiar, y no cabe duda de que Marchesi es un padre ejemplar. Ahora bien, es chocante que cuando se trata de la educación de su propio hijo utilice un método tan tradicional y anticuado, que además le obliga a estudiar todos los días, esté o no motivado.

    Si quieres leer opiniones más autorizadas que las mías, pero que defienden ideas parecidas, te recomiendo el libro «La secta pedagógica», de Mercedes Ruiz Paz, maestra en ejercicio y licenciada en pedagogía, de manera que sabe muy bien de qué habla. Te recomiendo también un artículo de la profesores sueca Inger Enkvist, titulado «La influencia de la nueva pedagogía en la educación: el ejemplo de Suecia». Podrás ver en él que las tonterías que dicen los pedagogos en Suecia son las mismas que las que dicen en España (y con los mismos desastrosos resultados). La estupidez no entiende de fronteras y se adapta a todos los climas. Lo encontrarás facilmente tecleando en google. Todo lo que puedas leer de esta mujer merece la pena.

    Un cordial saludo

    Ricardo Moreno

    • Mari
      4 abril 2011 a 14:35 #

      Muchas gracias, Ricardo, conozco algo sobre la autora – Mercedes Ruiz Paz – que me recomienda, poco, así que tomo nota.
      Sí, «haced lo que yo diga, pero no hagáis lo que yo haga», sé que anda por ahí mucho malandrín suelto y que “en todas partes cuecen habas” y que “vemos la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio”, pero… también sé, que existen personas que han dedicado su vida al estudio de la educación, desde siempre, desde los clásicos, y esto no hay que olvidarlo, y por ello hay que respetar (por supuesto lo que sea respetable, lo que no se tira).
      Recuerdo que, cuando comencé los estudios de magisterio, el primer autor que estudie fue a Víctor García Hoz, quedé maravillada con su vida, maestro rural primero, después en la Escuela de Estudio Penitenciarios, director… doctor… defensor de la educación personalizada… Después conocí a otros, ya sabe, más… interesantes, para mí.
      No podemos ni debemos permitirnos el lujo de desdeñar los conocimientos sobre educación, estemos o no de acuerdo con ellos. Yo podré no estar de acuerdo con los autores que me recomienda, pero no por ello voy a infravalorar sus trabajos, sus esfuerzos, porque sé, y sobre todo si se han dedicado a enseñar a lo largo de su vida, que su interés es mejorar la educación. Dicho esto también me gustaría decir que cuando algún método, modelo, o llamémoslo X, se pone en práctica como dios manda y no se obtienen los resultados esperado, pues eso… pero es que el problema de nuestra escuela no es tan simple, tendríamos que estudiarlo y tener en cuenta muchas más variables.
      Un estudio serio de la educación en nuestro país no debe tratar sólo de los pedabobos como los llaman en este foro, ni siquiera de si la pedagogía es una ciencia o no lo es. Un estudio serio debería pasar (y ahora yo digo esto que gusta a tantos aquí en este espacio, sí, a esos que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio), desde mi criterio, por aclarar los males de los que se aqueja; uno es, también desde mi criterio, lo que en este foro se denuncia: desenmascarar a los listos, que no tienen que coincidir siempre con orientadores, directores o carguillos de los centros de profesores, aunque es verdad que coinciden en no pocas ocasiones, sí, éstos que tanto defienden la ley (para mí no desarrollada como es debido) y que son los que menos se la creen y de esto estoy completamente segura (claro que la seguridad que me da mi visión, percepción y sentir), pero también tenemos que mirar para el otro lado, para el lado de los que se oponen a todo, que tampoco son poco y con el lema… pues yo más; después, están los que de verdad creen en la educación, que…

      Un cordial saludo.

      • Francisco Javier
        4 abril 2011 a 19:09 #

        Mari:

        1) Me parece sensato y necesario eso que dices de llevar a cabo un estudio serio (un debate nacional) en el que todas los partes implicadas deberían participar de forma serena y equilibrada. Ahora bien, ¿sería posible que en dicho estudio participasen TODOS, incluidas personas como Ricardo Moreno Castillo, Mercedes Ruiz Paz (y en general voces disidentes de la ortodoxia pedagógica: maestros, profesores, catedráticos (de Colegios, IES, Universidad), académicos de la lengua, intelectuales del mundo de la cultura, escritores,…. )? ¿Seríamos capaces de poner los datos reales sobre la mesa y reconocer que son los que son? Seamos honestos: sabemos de sobre que algo así es de momento absolutamente imposible. Hay demasiados intereses de por medio y poca voluntad (buena voluntad.)

        2) Hay algo que no comparto contigo, desde mi perspectiva de docente,. Lo de que la LOGSE se implanto mal, que no se llevó a cabo, es una cantinela ya muy vieja y suena muy mal. Esa idea está muy cercana de la descalificación, el insulto, a la totalidad del profesorado, que por incompetencia o mala fe se ha negado a comulgar con el evangelio de la Secta. No es cierto. En sus inicios los profesores en general se tomaron en serio, muchos con entusiasmo, la LOGSE, lo que no deja de resultar sorprendente, y sólo aquellos que tenían mucha experiencia miraron con recelo, con escepticismo, lo que se avecinaba. Con el tiempo cundió el desánimo, pero, con la inercia característica de este cuerpo, la LOGSE prosiguió con todo su aparato y los profesores obedecieron (y siguen haciéndolo, aunque algunos a regañadientes) sumisamente. No funcionó, no funciona, no funcionará. Y además es imposible.

      • Mari
        5 abril 2011 a 14:24 #

        1º Francisco Javier, yo también creo que esto es difícil, pero éste es para mí el camino, luchar para que esto ocurra; comenzar por los docentes, que somos los que realmente entendemos de esto. Ponernos de acuerdo, ceder unos y otros y presentar una propuesta que parta de la realidad, justa y aceptada por todos. Estoy convencida que nos pondríamos de acuerdo, aunque también soy consciente de las dificultades que entraña la ideología, ésta tiene gran influencia en todas partes y no van a ser una excepción los centros educativos. Los maestros y profesores antes que enseñantes somos personas interesadas, ciudadanos… Y, sí, tenemos una idea de sociedad y de hombre distinta; esto significa, desde mi criterio, que somos partidarios de un tipo de hombre u otro, de un tipo de sociedad u otra.
        Soy partidaria de un hombre… lo que implica una forma de gobierno… Y esto no es decir ninguna tontería. Una de las diferencias, en teoría, para mí, entre la derecha y la izquierda de hoy es ésta: el tipo o tipos de hombres que pretenden, unos u otros, compongan nuestra sociedad, o la diferente forma de organizarnos, de gobernarnos.
        Hoy todos decimos que somos partidarios de la justicia, pero unos la entienden sólo como igualdad de oportunidades para todos y otros unen a esta igualdad de oportunidades una compensación de las desigualdades…
        Pasaría lo mismo si llevamos lo dicho en el párrafo anterior a la escuela. Igualdad de oportunidades, compensación de desigualdades, estas palabras, para mí, no están vacías de contenido. Hay personas que nacen en países ricos, otras… en países pobres; hay personas que nacen en familias ricas o ilustradas o ambas cosas a la vez y otras que no. Sé que el niño que nace en una familia culta no tiene la culpa de que su compañero de clase haya nacido en la miseria cultural, pero no es justo que éste tenga que tener sólo las mismas oportunidades que el que tuvo muchas más al nacer, tampoco considero justo que el rico cultural tenga que amoldarse al otro… Con todo esto quiero decir que no es que las palabras estén vacías de contenidos, es que no queremos llenarlas, no nos interesa llenarlas, y quizás intentamos llenar las que menos… Creo que habría que aclarar el significado de muchas palabras. Palabras como justicia, igualdad, etc. porque estoy convencida que no tienen el mismo significado para unos que para otros.

        Francisco Javier, en cuanto a tu 2º punto decirle que bien, acabo de leer parte de la LOE y por más que busco no encuentro… Sí, veo que hay que cambiar algunas cosas. Pero bueno, usted, no está de acuerdo conmigo en esto, me parece bien. Imagino que es partidario de la ley japonesa, por ejemplo. Bien, tiene también su parte buena, se podría…

        Un saludo

      • 5 abril 2011 a 16:01 #

        Con profesoras como Mari, el Sistema Educativo en España, no tendría nada que evidiar al Finlades.
        Mi admiración y mi respecto a profesoras como usted.
        Un saludo.

      • Francisco Javier
        5 abril 2011 a 18:18 #

        Mari, si desarrollas los puntos suspensivos,…………………… tal vez me entere de algo. Pero de momento, lo único que percibo son intenciones buenistas y un discurso …. beato. La buena voluntad es un punto de partida esencial, pero no es suficiente y buenas intenciones producen a menudo enormes daños. Tampoco hay que fiarse jamás de las buenas intenciones (lo cual nos han enseñado siempre todos los grandes sabios en la historia, con gran claridad, por poner un ejemplo, Kant.) Yo no creo en las buenas intenciones de la psicopedagogía, ni en los intentos utópicos de construcción social. No son neutrales y hay que entenderlos desde el desarrollo de la sociedad capitalista, y del sujeto moderno-posmoderno. (Sobre este asunto se han escrito bastantes exposiciones, desde ángulos diversos, en Deseducativos; en mi caso, desde la dialéctica.) Los conceptos con los que entendemos el mundo, no vienen del cielo. Tienen su genealogía.

        Respecto a la justicia, debo decirte algo muy sencillo: yo lo que he visto en todos los centros por los que he pasado, es un desastre absoluto y en general un rechazo frontal a la estabulación por parte de miríadas de alumnos que se han ido sin oficio ni beneficio de sus centros (a pesar de las adaptaciones, las visitas a orientación, etc., etc., etc.) Lo he dicho muchas veces: no son sólo los docentes (en general) los que rechazan el sistema: son los alumnos. ¿Quién les compensar del daño recibido, de la «justicia»? Hay más contradicciones, son todo contradicciones. No funcionó, no funciona, no funcionará. Y además es imposible.

    • Francisco Javier
      4 abril 2011 a 15:24 #

      “No podemos afirmar que los componentes de una secta militen en un determinado partido político o suscriban los mandatos de un sindicato en particular. Todas las sectas son la misma secta. Todas ellas son capaces de adaptarse a cualquier nueva situación. (…) En todo caso, la secta experimentará siempre su mayor progreso en aquellas sociedades dispuestas a organizar el suicidio colectivo cultural de occidente a través de sus escuelas. ¿Por qué someternos a la secta?”

      Mercedes Ruiz Paz, La secta pedagógica. Grupo Unisón. Madrid, 2003 (148 páginas).

      La reseña de Alicia Delibes:

      http://revista.libertaddigital.com/extrana-fe-en-la-logse-1275766255.html

    • Francisco Javier
      4 abril 2011 a 15:33 #

      Y sin ir tan lejos, ¡si tenemos un artículo al respecto en nuestro archivo DESEDUCATIVOS del gran MAXIMILIANO BERNABÉ! ¡Y con sólo tres tristes comentarios!

      “La secta pedagógica”

      http://deseducativos.com/2010/01/28/la-secta-pedagogica/

    • Francisco Javier
      4 abril 2011 a 15:44 #

      Perdón, pero es que esto también me parece muy interesante. ¡Esta mujer es genial!

      La entevista compela aquí:

      Haz clic para acceder a charla_con_mercedes_ruiz_paz.pdf

      Foro de Educación (FE): -A su parecer, ¿cuáles son los principales problemas del sistema nacional de enseñanza –en los grados de primaria y media-?, ¿por qué cree que son causados?, ¿qué
      soluciones posibles propondría?

      Mercedes Ruiz Paz (MRP): Creo que el principal problema de la enseñanza primaria y de la media es que apenas se enseña. Desde el año 90, la propia legislación educativa ha promocionado la ignorancia, ha creado programas de estudio cada vez más carentes de contenidos culturales relevantes y más entregados a lo anecdótico, ha regalado el aprobado a unos alumnos que dejan de ser alumnos para ser «clientes» que «compran» el aprobado con la mera asistencia a clase, ha estafado a los padres de alumnos haciéndoles creer que todo marcha bien solo que hoy se estudian
      «otras cosas» que las que se estudiaban en su época, y ha seleccionado no a profesores cualificados sino a aquellos cuyo perfil permitiese llevar este plan de desculturización adelante.
      Creo que esta situación ha sido causada por una clase política que lejos de estar formada por buenos hombres de Estado se ha dedicado a gobernar para su pandilla y a tratar de eliminar sus propios fantasmas escolares. Creo también que los pedagogos, tan ignorantes como vanidosos,
      han hecho el trabajo sucio a cambio de reconocimiento y de parcelas de poder. Una gloria efímera que espero que algún día se vuelva en su contra y se les exija responsabilidades promulgando leyes que rayan en el delirio. Creo también que los pedagogos, tan ignorantes como vanidosos,
      han hecho el trabajo sucio a cambio de reconocimiento y de parcelas de poder. Una gloria efímera que espero que algún día se vuelva en su contra y se les exija responsabilidades.

    • 5 abril 2011 a 15:48 #

      En este blog ya nos hemos puesto de acuerdo. No tiene usted más que leer el «Manifiesto» que lleva más de un año colgado en esta página. Por supuesto, una de las cosas que más nos interesa es el problema del acceso a la enseñanza en igualdad de condiciones, que ni la LOGSE ni la LOE ha resuelto, sino que al contrario, sólo ha agravado. Si no lo ve usted, le recomiendo que siga leyendo la Ley con más atención. Un saludo.

      • Mari
        5 abril 2011 a 20:07 #

        Pues si creen que su manifiesto representa y convence a todos los profesionales de la enseñanza menos a mí y a dos o tres más, adelante y suerte.

        Un saludo

        Mariiisa, gracias, no quiero desilusionarla, pero soy normalita, ya me gustaría a mí tener carisma y tal.

        Saludos

        Francisco Javier, el tema de los puntos suspensivo en mis comentarios indican por lo general un convencimiento… no al cien por cien. Un imagínese lo que quiera.

        Saludos

  39. 3 abril 2011 a 20:55 #

    Didáctica sin pedagogía

    Sin la perspectiva globalizadora e integradora de la visión pedagógica, la didáctica es un instrumento para enseñar mejor, sin preocuparse por el “a quien” : el alumno es un máquina pensante, acumuladora (y productora en el mejor de los casos) de conocimientos. La investigación educativa sucumbe a las tentaciones positivas de limitarse a investigar metodologías empíricas para pensar mejor, saber mas, diseñar mejores textos o audiovisuales, manejar de una manera ordenada y sistemática el ambiente (colectivo, grupal o individual) de clase.

    Si bien la didáctica puede manejarse como un saber autónomo, con objetivos y metodologías propios, como toda ciencia necesita un horizonte, al perderlo, el “saber por el saber” se convierte en un fin. Y el horizonte de la didáctica debe ser la pedagogía, así como el horizonte de la pedagogía es una concepción determinada del hombre, de su crecer en sociedad.

    A mi juicio, el gran pecado del “boom” de la tecnología educativa, de la instrucción programada, fue precisamente el de aislar a la didáctica del pensamiento pedagógico, convirtiéndola en una serie de fórmulas eficientes pero carentes de norte.

    • Andrea
      3 abril 2011 a 21:10 #

      perspectiva globalizadora e integradora

      visión pedagógica

      tentaciones positivas

      metodologías empíricas

      saber autónomo

      objetivos y metodologías propios

      toda ciencia necesita un horizonte

      una concepción determinada del hombre

      tecnología educativa

      instrucción programada

      la didáctica del pensamiento pedagógico

      fórmulas eficientes

      carentes de norte

      ESPECIALMENTE LO ULTIMO

    • Luzroja
      3 abril 2011 a 21:58 #

      Un escrito que ignora::

      El Norte, El Sur, El Este, y El Oeste.
      El Septemtrión, El Meridión, El Oriente y El Occidente.
      El Boreal, El Austral, El Naciente y El Poniente.
      El Arriba, El Abajo, La Izquierda y La Derecha.

      Un desastre sin pies ni cabeza.

    • Francisco Javier
      4 abril 2011 a 9:15 #

      «el horizonte de la pedagogía es una concepción determinada del hombre, de su crecer en sociedad.» ¿Qué concepción? ¿Qué significa eso? ¿Por qué una y no otra? ¿Por qué no dejan en paz al «hombre»?

  40. 3 abril 2011 a 23:08 #

    Uuuuffff esto ya huele a podrido.!
    Altamente tóxico y contaminante!!!!!
    Necesito aire fresco y limpio………

    • anonima
      4 abril 2011 a 6:10 #

      ¿De dónde ha salido esta payasa?

    • Sigmund Floid
      4 abril 2011 a 8:52 #

      Lo que huele a podrido es tu halitosis mental.

  41. Alicia Cañada
    4 abril 2011 a 10:10 #

    Hoy no he ido al instituto. Estoy en casa, enferma con un poco de fiebre,y aburrida. Una amiga me envia un SMS diciendo que hay un blog de un profe del instituto y que si me aburro lo lea. No se ni de que hablais, termino este año y me habeis enseñado que una ciencia necesita un método. Supongo que la pedagogia es ciencia si entre otras cosas usa un metodo cientifico. Pero da igual. Yo solo veo como os peleais, como os insultais entre vosotros como «poligoneros» es lo que nos decis a nosotros. Voy a enviar el enlace al insti porque es mas divertido que la Noria, increible el nivelazo que gastais.»Sois incapaces de argumentar con propiedad» y esto es lo que nos decis a nosotros???, después de leer este blog me pregunto ¿cómo os atreveis?, pero como coño os atreveis??. Solo veo como haceis distinciones entre pedagogos y no pedagogos, entre los mios, los que piensan como yo y los demás, es vuestra guerra de poder, vuestros intereses. Vuestra y solo vuestra. En realidad desde siempre hemos sabido que nosotros los alumnos os importamos muy poco. Y es por eso que siempre hagais lo que hagais no nos gustais seais pedagogos o profes o las dos cosas. Termino este año el instituto. Y espero no volver a veros jamás. Mi nombre lo he tenido que inventar por si repercute en mi nota, porque encima me dais miedo. Estais locos?.

    • 4 abril 2011 a 10:47 #

      Te agradezco mucho tu comentario, el punto de cordura en este blog, sólo lo podia poner el alumno, gracias.

      …y haces muy bien en no poner tu nombre, ya ves como funciona, la mayoria, de esta «panda»……
      de engañabobo retóricos,acomodados y sedientos de privilegios perdidos…….
      Mil gracias.

      • tiene su aquel
        4 abril 2011 a 11:50 #

        Mariisa, creo que a eso se refiere Alicia. No le gusta ese juego cruzado de descalificaciones y con tu comentario no haces sino darle la razón. Si no estás de acuerdo con sus razones, debate pero no descalifiques. Y mucho menos prejuzgues lo que van a hacer o dejar de hacer.

      • 5 abril 2011 a 15:04 #

        Mariiiisa, para ti y para Alicia:
        Aquí tienes a uno que siempre ha escrito con su nombre y sus apellidos, con todas las facilidades para conectar con su blog, donde está su correo… es decir, siempre a cara descubierta: ¿haces eso tú? ¿Lo hace Alicia? En eso me parezco a gente como Nacho Camino, David López Sandoval, José Antonio Llanillo, Moreno Castillo, Juan Pedro Viñuela, Maximiliano Bernabé y otros muchos que olvido. Me parece una falta de ética como un piano este infundio que lanzas diciéndole a Alicia que hace bien ocultando su nombre. Yo diría que es al revés: nosotros no lo ocultamos porque somos coherentes y estamos dispuestos a hacernos responsables de lo que decimos, cosa en la que, sintiéndolo mucho, me temo que personas como tú no estáis en condiciones de igualarnos, porque, sencillamente, muchas de las barbaridades y/o tonterías y/o injurias que lanzáis aquí solo os atrevéis a decirlas protegidos por la cómoda barrera del anonimato: si hablaseis dando la cara, como hacemos nosotros, el 99% de lo que habéis vertido aquí no se habría atrevido a decirlo una persona con vergüenza. Haz la prueba: quítate la máscara y responde a este comentario.

    • Anonima
      4 abril 2011 a 11:06 #

      ¿Pero qué clase de atolondrada eres? ¿Realmente crees que un alumno de instituto escribe como tú has escrito? Que si tengo un poco de fiebre, que si no he ido al instituto. Mariisa=tú, vaya payasa.

      • 4 abril 2011 a 22:31 #

        La payasa y retorcida es usted, yo no he escrito el comentario de Alicia.
        …Si que estais un poco locos…,si.

    • tiene su aquel
      4 abril 2011 a 11:20 #

      Hola Alicia. No, no están locos, sufren de corduriditus aguda. En cualquier caso si prefieres leer eso a ver la Noria, algo bueno han conseguido. Que te mejores.

    • tiene su aquel
      4 abril 2011 a 11:47 #

      Se me ha cruzado el comentarios de anónima. Supongo, que joven como eres, conoces mejor que yo la fauna que frecuenta algunos foros y plataformas, así que no hará falta que te indique que anónima es un troll y desde luego no es profesor, así que no hagas caso.

  42. 4 abril 2011 a 10:37 #

    …..y digo que el que se presta para peón del veneno, es doble tonto y no quiero ser vailarin de su fiesta!

  43. tiene su aquel
    4 abril 2011 a 11:02 #

    He leído el artículo del señor Ricardo Moreno. En su día incluso me leí su libro y comparto con él más cosas de las que pueda parecer. Sin embargo, no puedo evitar verle como al Sancho Panza que indicaba a Don Quijote que dónde el veía gigantes no había sino molinos de viento. Ahora define el lenguaje pedagógico como una jerga infumable capaz de vaciar la realidad de contenido. Y no le falta razón. Es increible la de textos que se pueden llegar a hilar para no decir absolutamente nada. Son como los jaikus, sugerentes, a fin de que cada cual trate de interpretar qué demonios quieren decir con eso de “igualdad de oportunidades” “aprender a aprender” “aprendizaje significativo” “educación en valores” “evalución continua”y todos aquellos dogmas que bien hilados en un discurso pueden darte, eso sí, la oportunidad de una placita de funcionario de por vida sin haber aprendido nada de auténtico valor y significado, y eludiendo así la evaluación continua de la labor docente. Es increíble.
    Sin embargo, la cordura de nuestro amigo Sancho pierde su razón de ser sin la compañía del Quijote. El lenguaje sirve describir la realidad pero también sirve para imaginarla. Y el tiempo nos ha demostrado que los más fantásticos e increibles libros de ciencia ficción han sido ampliamente superados por la realidad. El problema no está tanto en determinar lo que es real o imaginario como en determinar qué mundo imaginario queremos construir, si “el viaje a la luna” de Julio Verne o el “1984”de Orson Wells.
    Esta crisis y todas las noticias con que nos despertamos, las catástrofes naturales, las guerras, el cenit de los combustibles fósiles, la inviabilidad de muchos de los adelantos tecnológicos que nos han traído bienestar a unos pocos, nos han arrojado a la cruda realidad pero lejos de darnos cordura lo que han hecho en postrarnos en la desesperanza. Y aquí el lenguaje también es importante. El lenguaje nos permite describir las cosas como son y nos permite también describir las cosas como deberían ser. Y ese “como deberían ser” es en definitiva lo único capaz de movernos a la acción, de hacer realidades.

    • Observador
      4 abril 2011 a 12:44 #

      el 1984 dororsonwell

      • tiene su aquel
        4 abril 2011 a 17:31 #

        Gracias por el apunte observador, quise decir de George Orwell. No tengas miedo a pronunciar su nombre. Si te equivocas seguro que alguien te saca de tu error. No pasa nada.

  44. Frank
    4 abril 2011 a 15:28 #

    Mariiisa Alonxa la Trolla, eres la p…a. ¿Suficientemente poligAnero pour toi?
    Ahora, guapita, vete a hacer terapia psicótica a otro lado y deja a los grandes hablar de sus cosas.

  45. Polícrates
    4 abril 2011 a 23:06 #

    Pons asinorum, Mariiisa.

    • 5 abril 2011 a 17:52 #

      Pablo López Gómez,
      Soy una ciudadana, normal y corriente, haciendo uso de mi derecho, de libertad de expresión, en un foros abierto y desde mi propio criterio.
      Mis comentarios son puntuales,unos más afortunados que otros, lo reconzco, cosa, que le sucede a todo el mundo en este Blog, salvo algunas excepciones.
      Ni me averguenzo de mis comentarios, ni me escondo en el anomimato para decir lo que digo.
      Anonima: me llamó payasa, (también lo habrá leido…?) Tendríamos que pedirle que diera la cara, porqué a ella no se lo pedimos? se lo pedimos a Polícrates?

      • Jorge Rubio
        5 abril 2011 a 18:03 #

        Anónima no te llamó payasa, eso te lo llamas tú sola.

      • 5 abril 2011 a 18:14 #

        Mariisa;
        mientras el blofg sea abierto no tienes que dar explicaciones a nadie y opinar lo que te venga en gana. Si quieren leer solamente opiniones afines que lo cierren a los demás.
        Y si quieres ser anónima o no, también es tu problema, nadie te lo debe recriminar. No se puede aceptar que exista el anonimato (como los clones) y después echarlo en cara. Es absurdo. Cada uno se define por lo que dice, no hace falta que «den tanto la cara». Fíjate la cantidad de insultadores que hay, muy valientes porque dan la cara, como si eso fuera un atenuante. Pues vaya valentía. Valentía es respetar, aceptar la pluralidad, lo demás es otra cosa.
        Saludos.

      • Frank
        5 abril 2011 a 20:11 #

        Tú tienes de normal lo que yo de torero bombero, titi. Que se te ve el plumero, La Trolla Jackson, a ti lo que te va es tirar la piedra y esconder la mano. Entras aquí como elefanta en cacharrería, insinuando e insultando a diestro y siniestro y luego te haces la ofendida.
        No cuela, cariño. Así que, si no te gusta esto, si te huele a hediondo, si tan estúpidos somos, ya sabes dónde está la puerta. Y perdona que no nos levantemos para acompañarte.
        Au revoir!

  46. 5 abril 2011 a 20:30 #

    Alonxo, al final en este blog, lo que menos importa es lo que sea o deje de ser la pedagogía y a la vista está….y que cada uno, se llama, a si mismo lo que es…..,payasetes hay unos cuantos por aquí…jeje
    Pero digo yo, qué, de vez en cuando, ser un poco payasa es hasta saludable!
    Alguien tiene que animar este aburrido blog.

    Un saludo y gracias por tu comentario.

  47. 5 abril 2011 a 20:53 #

    Frank-estein no te das cuenta que aquí no hay puerta, mon amour!
    yo no he insulatado a nadie. Yo he dicho, lo que he dicho, tio!
    Será tu problema si te das por aludido, bonito mio!

    • Frank
      5 abril 2011 a 21:03 #

      Vuestros besúguicos diálogos,
      oh Trollana Alonxina,
      son tan vacuos
      como la pedabóbica
      superchería
      que tanto admiráis.

  48. Pablo
    6 abril 2011 a 13:24 #

    En realidad, si lo que hay que tener es el fundamento científico de los argumentos, se podría afirmar que la tierra es plana, que la filosofía es una forma de comedia o que el dinero hace la felicidad con el mismo nivel de solidez de este artículo. Supongo q

    • Francisco Javier
      6 abril 2011 a 13:29 #

      Ni te entiendo, ni te entiendes.

  49. Pablo
    6 abril 2011 a 13:35 #

    La pedagogía es tan científica como la filosofía (como que puede ser considerada una rama de ella). Y tan imprescindible. Y tan inaccesible a los que no tienen ganas de aprenderla.

    • Francisco Javier
      6 abril 2011 a 14:04 #

      La filosofía no es ciencia, por lo que la pedagogía tampoco. Es la tesis del artículo de Ricardo: la pedagogía no es una ciencia.

    • 6 abril 2011 a 16:35 #

      La pedagogía, al menos la pedagogía institucional, no sólo es prescindible, sino que es un cáncer que debe extirparse, pues buena parte de las falacias y del fracaso del sistema educativo es consecuencia directa de las aporías del «pensamiento pedagógico» (!raro oxímoron!).

      Desgraciadamente, la pedagogía la conocemos muy bien, por eso pensamos algunos que debe erradicarse. De hecho, yo podría colarme en un congreso de pedagogos, imitando su estúpida e insufrible jerga y repitiendo sus memeces y podría pasar por pedagogo, cosa que no podría hacer en un simposio de una disciplina científica de verdad.

      Por cierto, ayer vi en televisión a un catedrático de Pedagogía de la UCM haciendo una apología del jugiete educativo que era tan científico y de tanto nivel como un discurso de Belén Esteban, una película de Santiago Segura o unas declaraciones de Íker Casillas.

      • Luzroja
        6 abril 2011 a 17:48 #

        Bueno, aquí va una anécdota sobre qué es la pedagogía:

        Cuando yo era pequeño, odiaba la tortilla a la francesa (esa que se hace con un huevo, una pizca de sal y que tiene forma alargada) pues bien, mi madre, con toda la pedagogía del mundo, me la hacía a la inglesa, hecha con un huevo, una pizca de sal y de forma redondeada,( amoldada a la sarten en la que la hacía) yo me la comía de mil amores.

        Creo que ésta es la verdadera pedagogía, dorar la píldora para que el infante consiga hacer lo que el adulto considera conveniente para él.

      • Mari
        6 abril 2011 a 20:28 #

        Pues si usted, señor Mariano, no pudiera hablar de padagogía en un congreso de pedagogos no sé quien podría hacerlo, un médico, un arquitecto, un ingeniero de caminos, etc.

        En cuanto a lo de la disciplina científica de verdad… tendríamos que escuchar mucho, a muchos profesionales, lanzar hipótesis…

      • Pablo
        7 abril 2011 a 6:18 #

        No se preocupen, señores, si la pedagogía es prescindible para ustedes, porque entiendo que el sentimiento es mutuo. No obstante, y no se alarmen al leer ésto, cualquier profesor que tenga ganas de hacer bien su trabajo, piense en cuál es la calificación que le corresponde a un alumno, o decida dar una clase de una u otra manera está haciendo pedagogía. Dicho de otro modo, la pedagogía es el pensamiento (científico o no, ¿quién no lo sabe?) aplicado a la enseñanza. Tal vez no les guste tal o cual pensamiento o propuesta pedagógica … seguramente luego de buscar un poco encontrarán (si tienen ganas, por supuesto) un pensamiento o una propuesta acorde con lo que sí piensan que, de verdad les digo, también es pedagógico. El caballero que aquí da el ejemplo de la tortilla francesa está haciendo pedagogía, mal que le pese, y si estudiara (si tiene ganas, insisto) un poco encontraría alguna teoría pedagogía que sostiene exactamente lo que él piensa, sin sostener teorías en ejemplos y, por lo tanto, con mayor solidez epistemológica.
        Aquí arriba alguien dice que la pedagogía es responsable del fracaso del sistema educativo ¿sabe por qué nacieron los sistemas educativos? en respuesta a una serie de cuestiones políticas, económicas y … ¡pedagógicas! fue una respuesta pedagógica (es decir, resultado de alguien que pensó en la enseñanza) a ciertos problemas de la época. ¿alguien piensa que los sistemas no deberían existir? ¿o que el nacimiento de los sistemas educativos fue un error? ¡¡Busque entre los pedagogos!! Va a encontrar pensadores que han argumentado con mucha claridad, solidez, y buena leche acerca del asunto.
        Obviamente, si se tienen ganas. Si no, ante la pregunta «¿Para qué sirve la pedagogía?» tendré que responder, melancolicamente, «A tí, para nada».

  50. 6 abril 2011 a 15:44 #

    Este artículo no ha servido para nada. Bueno, como otros tantos, ha servido para que unos se adjudiquen la sabiduría suprema y el poder de calificar a quienes no les aplauden.
    Ya conocíamos todos la respuesta: la pedagogía no es una ciencia, como no lo son la filosofía o la poesía. ¿Cual es el problema?, ¿Qué conclusión puede extraerse de una reflexión sobre una pregunta cuya respuesta conocemos?
    Podemos estar «filosofando» sobre lo divino hasta el fin de los tiempo, mientras la realidad nos come a bocados. Más interesante sería centrar en el debate en lo real, identificando, señalando los problemas de la educación y denunciándonolos, pero no en un foro. La cuestión, que en este caso no es retórica, sería: ¿Cuántos de los que se quejan tan airadamente están dispuestos a dar un pasito más?

    • Pablo
      6 abril 2011 a 15:54 #

      Efectivamente, Alonxo. Mirá lo que contestaron a mi mensaje anterior. Si el acercamiento que hacen estas personas a la pedagogía hasta ahora les alcanza para saber que no es una ciencia ¡bravo por ellos! ¡han empezado, por lo menos, a conocer algo del asunto! Imaginate qué harán cuando descubran que tampoco lo es la gramática, la poesía como vos decís, o el páncreas. E imaginate cuando descubran que importante que es para un comunicador saber gramática, o para un profesor de literatura conocer poesía, o para un mamifero tener páncreas. ¡Ánimo, que hay todo un océano de ignorancias por ser develadas frente a vosotros!

      • Frank
        6 abril 2011 a 16:19 #

        A Daniel come to judgment! yea, a Daniel!

        O wise young judge, how I do honour thee!

        (The Merchant of Venice – W. Shakespeare)

      • Frank
        6 abril 2011 a 20:40 #

        Dumb & Dumber are back!

      • Francisco Javier
        7 abril 2011 a 9:07 #

        La pedagogía no es una ciencia, como usted mismo reconoce. El problema es que muchos pedabobos se las dan de científicos y pretenden vendernos su retórica plúmbea como si fuese una ciencia, y por lo tanto timando al personal. Si tú vendes un producto como científico y no es, estás mintiendo, ocultando la verdad. Y eso hay que denunciarlo. El pancréas no es ciencia, ni no-ciencia, es un objeto. El resto de simplezas que mencionas, no merecen el más mínimo comentario.
        Habla del nacimiento de la pedagogía como una respuesta pedagógica a ciertos problemillas. La pedagogía aplicada a las masas, tiene un sentido normalizador y responde a una idea determinada de sociedad y de estado, en la que la pedagogía opera como aparato legitimador al servicio de su amo. En cualquier caso, no se trata de que no nos guste la pedagogía, sino de que no nos gusta ESTA PEDAGOGÍA.

      • Mari
        7 abril 2011 a 14:10 #

        Señor Francisco Javier, ya… ¿vamos cambiando el mensaje?
        Dice: «En cualquier caso, no se trata de que no nos guste la pedagogía, sino de que no nos gusta ESTA PEDAGOGÍA»

        Esto, de ser así, es otra cosa, ustedes no están de acuerdo con un modelo pedagógico determinado, con una pedagogía determinada. Si es esto, que tampoco lo tengo muy claro con tanto como se ha dicho aquí contra la Pedagogía en general; si es así, díganlo sin miedo. Ya les expresé mi intuición: el modelo que entreveía al leer sus comentarios y el manifiesto, un modelo entre conductistas y academicista (centrado en la materia, el profesor es el que sabe, el emisor, y el alumno es un mero receptor…).

        Creo que andan buscando una justificación, no ya científica, que en esta materia es complicado, pero que tenga, al menos, tanta autoridad como la constructivista (por ejemplo), para después, una vez justificada, nombrarla y definirla. No les gusta las que hay, saben que las que más se acercan a sus modos de ver son flojas y sustentadas en ideologías caducas.

        ¿Es esto, Francisco Javier? Si no es así perdonen, pero es que gusta saber contra quiénes o a favor de quiénes se está. Ya que por más que leo… no acabo de ver una propuesta… estructurada y de cierto peso.

        La verdad es que la mayoría de modelos pedagógicos con cierta autoridad (entendida como la adquirida por el acuerdo de una mayoría de científicos) son de izquierdas (unos de una izquierda trasnochada y otros de una «izquierda democrática», nada cerrada por cierto, abierta a todos y a casi todo lo tolerable (es por lo que apuesto en estos momentos).

        En cuanto a la relación del feminismo con un modelo pedagógico determinado y al machismo con otro, pues… también lo creo así. Aunque también es cierto que existen modelos que no beben de ninguna de estas dos fuentes, sino de la de los derechos humanos.

        Un saludo

      • 7 abril 2011 a 16:53 #

        Es complicado, Mari. Como dices, hasta el momento parecía que existía una negativa rotunda a la Pedagogía, llegándose a plantear la cuestión «¿Es la pedagogía una ciencia?», que suena más o menos como «¿Es la palangana un anfibio?» Ahora resulta que no, que es «esta» pegagogía la causa de todos los males. Por más que miro tampoco veo qué es exactamente lo pernicioso de la Pedagogía o de «esta» pedagogía, que seguro que lo hay, pero enredados entre «pedabobos» y «psicogogos» más las descalificaciones oportunas, no podemos ver el maravilloso bosque que se esconde tras argumentario tan definitivo. Espe Agurirre ha asomado la patita, pero no veo regocijo en exceso, lo que me me desconcierta aún más.
        Ya sabemos quiénes son los malos: ZP, Rubalcaba y compañía. ¿Y los buenos?… Porque a un año de las elecciones generales estoy en ascuas, esperando que me digan quién va a solucionar tanto problema en educación, para ir a reservar mi voto, no vaya a ser que a la derecha (si no sale al balcón a celebrar otra derrota), se le pasen otros ocho años sin dar palo, palos sí, a la educación.
        ¿Y si no? ¿Todo lo que vamos a aportar es esta discusión de barra de bar, con escupitajos incluídos, que nada aporta para mejorar álgo de algo? Bueno, al menos pasamos el rato…echando pan a los patos.

      • Francisco Javier
        7 abril 2011 a 18:11 #

        Sí Mari, muchas creaciones pedagógicas me parecen maravillosas. Te cito algunas:

        «El clave bien temperado» de J. S. Bach.
        Las «sonatas para damiselas» de C. Ph.E, Bach (uno de los hijos de Bach)
        Las sonatinas de Haydn, Mozart y Beethoven.
        Los estudios de Chopin.
        El «Mikrokosmos» DE Béla Bartók.
        Los «Juegos» de György Kurtág.

        Ahora mismo he leído un libro de un pianista austriaco (un libro de los 50), que plantea un método pedagógico muy bueno basado en la lectura a primera vista. Está muy, muy bien: muy práctico y bien fundado (fue discípulo directo de Alfred Adler, y conoce en profundidad la Psicología de la Forma.) En general todos los grandes pianistas (y músicos) cuando escriben sobre enseñanza (pedagogía de la música), son de interés. Ya ves, que sí me gusta la pedagogía. Un saludo.

  51. Ana Cuesta Solana
    7 abril 2011 a 11:46 #

    Lo que hay que subrayar es que la pedagogía que soportamos y que es de sobra conocida para todo el que se dedica a la enseñanza carece del rigor, de la profundidad y de la honradez y la objetividad intelectuales que es exigible para que nos tomemos algo en serio.

    Es fundamental quitar el título de «expertos» a todos los pedagogos profesionales, personas ajenas a la enseñanza, que, como dice el profesor Ricardo Moreno, han hecho un daño enorme. La pedagogía no puede ser el sustrato en el que se base la acción de los profesores. Sólo ha sido -y sigue siendo- un juguete diabólico en manos de unos personajes muy dudosos y un instrumento para deteriorar y empobrecer la enseñanza.

    También es cierto que la pedagogía tiene magnetismo para todos los que pululan por la enseñanza sin ser especialistas en nada. Sirve como pseudociencia para subir en el escalafón y es el banderín de enganche de los mediocres, los trepas y los envidiosos. Falta hace un ministro de Educación que sea consciente de este problema y se atreva a borrarla del mapa.

    • José Miguel
      7 abril 2011 a 14:16 #

      El ex-fraile Gabilondo no está por la labor, pues los pedagogos son la secularización de la anterior función de los frailes. Imposible rigor, exigencia y honestidad intelectual en «contenidos» oscuros, confusos, metafísicos (no olvidemos, que Gabilondo es catedrático de Metafísica en la Universidad), oscurantistas y con destinados no a la verdad, sino a la retórica más perversa para moldear al antojo de una muy concreta ideología, la socialdemocracia. Esto es invento del PSOE y hasta que no aparezca un ser superior, nada que hacer. Tampoco es solución el estilo Esperanza Aguirre, porque su bachillerato no es más que un parche elitista para solucionar la penosa situación del bachillerato; al igual que la bachillerato bilingüe, otro parche propagandístico; pero el bachillerato sólo tiene solución con un bachillerato más largo, más exigente, y sin asignaturas tontas.

      • Francisco Javier
        7 abril 2011 a 17:29 #

        Un bachillerato de cuatro años y derogación de toda la legislación vigente en materia educativa. Igualdad de oportunidades sí, todas; el Estado como Mamá psicótica, jamás.

  52. Francisco Javier
    7 abril 2011 a 17:57 #

    Considero el artículo de Ricardo Moreno Castillo una contribución importante a la ciencia y a la sociedad, que debería ser tomada muy en cuenta. Mostrar de modo riguroso que la pedagogía no es una ciencia es determinante para valorar su presencia en un sistema nacional de educación.
    Pero entre los defensores de la pedagogía, mejor dicho de un determinado modelo que es el dominante (paidocéntrico, comprensivo, constructivista, etc.), se nos dice entonces, que esto no es tan importante y que la crítica aquí no muerde en la sustancia pedagógica, pues de lo que se trata es de su utilidad, de su importancia, del mismo modo como la lingüística, la metafísica o el arte, es innegable, son de vital interés para la humanidad (y muy rigurosas a su manera no-científica, no positiva.) Todo esto suena muy raro. En primer lugar, vete tú a decirle a un pedagogo de la Facultad «X», que lo que hace es tan científico como la poesía. Me temo que no va a estar por la labor. Por otra parte, admitido que no estamos ante a una ciencia -que es verdad-, si presentamos un sistema que va a determinar toda la política educativa y aquellos a quienes va dirigida (los docentes y la sociedad en conjunto) le decimos que nuestro sistema es poesía política, que hay que tener fe en él, que…. qué. Lógicamente no nos podemos extrañar de que nadie nos tome en serio y que tan sólo surja efecto entre aquellos dispuestos a creer, ¡o que tengan intereses no declarados de carácter ideológico! Y los que no comulguen están en todo su derecho a hacerlo, así como a resistir todo lo posible a una ideología que se les impone autoritariamente, poniendo todo su empeño en demoler la impostura.

    Mi aplauso una vez más para Ricardo Moreno Castillo.

  53. Sergio
    8 abril 2011 a 9:07 #

    Vaya, lástima que he llegado tan tarde a este post.
    En cualquier caso señalar que el hecho de que la pedagogía no sea una ciencia no implica que sea un discurso vacío (!).
    Y por otro lado supongo que no debemos enseñar sólo ciencias (por el bien de las humanidades).

    En cualquier caso la pedagogía, si se trata de la aplicación de la experiencia y la reflexión a cuestiones educativas, me parece, no sólo esencial, sino que en parte es lo que ustedes hacen en este blog. ¿No es Deseducativos al fin y al cabo pedagogía? ¿No son sus críticas a la manera de hacer, de alguna manera, la solicitud de otra manera de hacer?

    Otra cosa es que no estén de acuerdo con la «línea pedagógica» «sugerida/impuesta» en los centros. Pero eso no significa que la pedagogía quede desacreditada por el mal uso que se haga de ella. Creo que se confunden aquí algunos términos y criticar una, llamémosla disciplina, por culpa de una visión concreta de un determinado grupo que impone un tipo de comportamiento es absurdo per se. lo criticable sería lo que ese grupo de pedagogos impone, pero no el estudio de los métodos que pueden ayudar en el proceso educativo.

    Para los que crean que en la ciencia no cabe la paradoja recomiendo la lectura de Paul Feyerabend, filósofo de la ciencia, y su visión sobre el método y los esquemas que suele haber detrás de determinadas actitudes científicas. Más que nada porque es un tema que en el siglo XX ha sido muy discutido y, por tanto, no creo que sea, cuanto menos, obvio el carácter indudable y puro de veracidad de la ciencia.

    En definitiva, sea o no sea ciencia, me parece que negar que la pedagogía es valiosa (otra cosa es que estemos de acuerdo con unos puntos de vista u otros) y necesaria es curioso entre docentes. Precisamente los docentes, con su trabajo en común, como puede ser esta página, lo que hacen a fin de cuentas es una defensa de la pedagogía.
    O así lo veo yo.
    Saludos

    • 8 abril 2011 a 11:03 #

      Sergio:
      No sienta lástima, han sido necesarios 180 comentarios para , al final, poder leer opiniones más coherentes tanto en su contenido como en su forma.
      Yo sí que sentí lástima y cierta preocupación con comentarios que decian : » la pedagogia es una puta mierda» entre otros, del mismo estilo…
      Un saludo.

      • Francisco Javier
        8 abril 2011 a 11:43 #

        Yo también siento lastima, más bien desprecio, por todos esos «charlatanes peligrosos que no han hecho otra cosa que producir sandeces y delirios sin cuento» -los ideólogos logsianos-, pero mucho más por sus víctimas (los alumnos y sus familias.) Cuando hablamos de pedagogía está claro de qué pedagogía hablamos. Por cierto, el artículo de Ricardo Moreno es más que sensato, al igual que muchos comentarios como el que nos ofrece Antonio Raus en respuesta a Sergio.

    • Raus
      8 abril 2011 a 11:13 #

      Amigo Sergio, le agradezco su participación en este foro y la buena educación con que usted escribe. Bien, yo he de decirle que estoy bastante de acuerdo con usted. Creo, eso sí, que el artículo de Moreno Castillo es pertinente porque los pedagogos oficiales (logseros, si prefiere) sí que presentan su pedagogía como una actividad científica. Su jerga abstrusa y vacía es, simplemente, una consecuencia de su cientifismo, de su deseo de hacerse pasar por científicos. No sólo le pasa a la pedagogía, desde luego: también a parte de la psicología y, créame, hasta a la filosofía, en concreto la posmoderna. La jerga cientifista, abstrusa y vacía de la filosofía posmoderna fue atinadamente criticada por los físicos Sokal y Bricmont en su Imposturas Intelectuales, libro que recomiendo desde aquí. Allí, por cierto, critican a Feyerabend, yo creo que con acierto. Esa pedagogía oficial impuesta en muchos centros escolares merece desenmascararse como lo que es: una simple jerga de charlatanes que pretenden impresionar al personal utilizando unos términos que quieren parecer científicos.

      La pedagogía en general (no la oficial pro-logse) puede ser tan respetable como la filosofía: de hecho, lo será aquélla que se base en conocimientos filosóficos sólidos. Esto es: los que nacen del pensamiento lógico y racional y la observación informal (que no por informal ha de ser falsa). El filósofo no es alguien que esté en su torre de marfil y pretenda descubrir la realidad solamente a través de la potencia de su razón. De hecho, cuando así procede, suele errar el tiro y pecar de subjetivista. El filósofo competente, lo que hace, a mi entender, es observar con agudeza y tino la realidad que le rodea y, luego, sacar sus conclusiones en el sillón. No se sirve del experimento formal, muchas veces porque el objeto observado informalmente es lo suficientemente claro y abundante como para no precisar de aquél. Por ejemplo: ¿hace falta un experimento formal para comprender que los niños, en general, no corrigen su conducta a base de exponerles buenas razones? Pues no, no hace falta. Quien quiera hacer un tal experimento, que lo haga: pero ese experimento formal no añadirá nada a lo que la simple experiencia (informal) ya indica con perfecta claridad. Digamos que, en este caso, la propia naturaleza ya ofrece la información necesaria sin tener que recurrir al experimento formal. O imagine que alguien quisiera saber si el chocolate gusta mayoritariamente a los niños. ¿Haría falta organizar un experimento controlado para ello? Hombre, si lo que se quisiera es conocer números concretos, porcentajes, etc., pues vale, pero ya me entiende. Hay cosas que no precisan de la formalidad experimental. El cientifismo de una parte de la psicología, por ejemplo, ha creído hacer ciencia por el solo hecho de medir cosas que la gente normal ya sabía de siete sobras por simple experiencia cotidiana. Lo que hace el filósofo (y, por ello mismo, el pedagogo sensato) es observar con más agudezas que el común y razonar con más solvencia. Y de esa mezcla es posible extraer un conocimiento cierto y valiosísimo. No nos hace falta que todo nuestro conocimiento sea científico. Lo que nos hace falta es que sea verdadero, y lo cierto es que podemos alcanzar conocimientos verdaderos con la ayuda de la experiencia informal y el pensamiento formal. De ahí la necesidad de la filosofía y ramas filiares. Y, creo, de ahí la necesidad de una verdadera pedagogía. De una pedagogía que base sus afirmaciones en ideas sensatas, accesibles al sentido común, lógicas… Así, por ejemplo, aquello de “aprender a aprender” es algo que se puede criticar por ser por completo ilógico. Nadie puede aprender a aprender, pues, si aprende a ello, es porque ya tiene una previa capacidad para aprender. La capacidad para aprender es innata, como lo demuestra el niño al aprender el idioma de sus adultos, aunque con la ayuda de éstos. Otra cosa es que se hablara de “aprender a estudiar”. Esto es otra cosa, más modesta pero lógica. Un profesor puede enseñar métodos al alumno para que mejore su rendimiento en el estudio. Esto ya no tiene nada de misterioso.

      Una pedagogía que se base en experiencias informales contrastables, en un pensamiento lógico y en experimentos formales, ha de proporcionar un cuerpo de conocimientos valioso para cualquier maestro. Estaríamos, en tal caso, ante una pedagogía realista. Por ejemplo:
      – Los niños, como los adultos, necesitan disciplina y esfuerzo para lograr la excelencia. ¿Verdadero o falso? Verdadero, y no para llegar a algo tan sencillo pero verdadero he necesitado hacer ningún experimento.
      – Los niños, como los adultos, pueden albergar buenas y malas intenciones. No somos los humanos muy roussonianos en este sentido. Una pedagogía que parta de una concepción “buenista” o roussoniana sobre este particular, está abocada al fracaso o la impostura.
      – Los niños que se comportan mal no rectificarán su conducta a base de sermones o buenas palabras. Es necesaria la sanción proporcional a la falta para que se hagan responsables de su conducta. La pedagogía oficial tiende a renegar de la sanción en hogares y escuelas, con las consecuencias que todos conocemos.
      – Los niños no se traumatizan por el mero hecho de que se les niegue los deseos inadecuados. La pedagogía oficial, basada en la pedagogía de Françoise Dolto, hizo creer a padres y maestros que era malo negar los deseos a los niños. Una pedagogía realista debe saber que eso es del todo falso.
      – Aunque los niños nacen dotados para desarrollar pensamiento lógico, no es cierto que lo puedan desarrollar por sí solos: necesitan de la ayuda del adulto para alcanzar un razonamiento formal y lógico maduro y pleno. El constructivismo de la pedagogía oficial piensa que el niño no precisa apenas de la presencia del maestro.

      Etc., etc., amigo Sergio. Yo entiendo que sí es posible una pedagogía realista y provechosa, pero para desarrollarla es necesario partir de premisas ciertas, de observaciones, formales o informales, justas, de un pensamiento lógico y racional. Con todo ello obtendremos un cuerpo de conocimientos veraces muy útil para el docente. La pedagogía oficial dominante no solo no ayuda al docente en su labor diaria, sino que la entorpece de mil maneras, pues parte de ideas y creencias por completo falsas. Por todo esto que aquí expongo, yo no estoy en contra de la pedagogía en general, sino en contra de aquella que no es más que un ejercicio de charlatanes dedicados a vender crecepelo. Unos charlatanes peligrosos que no han hecho otra cosa que producir sandeces y delirios sin cuento.

      Un saludo.

      • sergio
        8 abril 2011 a 12:09 #

        Apreciado Raus,
        totalmente de acuerdo con usted. Por eso me da la impresión (por los comentarios iniciales) que el problema no es la pedagogía, sino la pedagogía de la logse, etc…digamos, la pedagogía imperante. Lo que yo quería aclarar es que no se puede atacar a una disciplina por lo que unos (los que mandan, o los que mandarán, o los dos) impongan. Creo que esa aclaración soluciona muchos de los rifirafes que he visto en los comentarios anteriores (porque me da que ni unos ni otros están de acuerdo con la pedagogía que se propone hoy en día, de modo que en cierto modo el desacuerdo esconde un acuerdo real).

        De ahí mi sorpresa cuando por ejemplo decía Francisco Javier «Cuando hablamos de pedagogía está claro de qué pedagogía hablamos». Disculpe, lo sabrá usted. Yo cuando hablo de pedagogía, hablo de una disciplina que no me parece ninguna estupidez. Si de lo que se trata es la pedagogía imperante y obligada y posiblemente absurda pro-post-logsiana, entonces se aclara desde el inicio. Pero creo que englobar a la pedagogía entera y a los pedagogos dentro de una etiqueta por culpa de un grupo concreto es faltar al respeto intelectual de todos los que se dedican a esa disciplina (igual que con la mayoría de generalizaciones, tipo funcionariado, etc etc etc).

        Volviendo a los comentarios de Raus, creo que hay un refrán que bien ejemplifica lo que debería ser la pedagogía. «Cada maestrillo tiene su librillo». Y todos los docentes en cada clase hacemos, o deberíamos, ensayo-error constantemente. Y de la experiencia extraemos conclusiones sobre cómo mejorar nuestra práctica docente. En muchos casos incluso ya podemos llegar a vislumbrar (nunca a «ciencia cierta») qué determinado tipo de actividades nos resultarán útiles con un grupo y no con otro. Pero es a través de la experiencia, y creo también de la puesta en común con otros docentes, como mejoramos nuestra tarea.

        A mí personalmente me parece perfecto que en las universidades se investiguen diferentes métodos de enseñanza y se propongan resultados, siempre y cuando el profesor pueda tener un grado de autonomía para poder adaptarlos a su trabajo diario. En definitiva, creo que todos los métodos (quizá al parecer el imperante no, pero yo no trabajo en España así que no me cabe a mí decirlo, pero no tengo por qué poner en duda lo que confirman todos los que ejercen docencia en institutos), que todos los métodos nos aportan soluciones y son negativos cuando se imponen por oposición a los demás.

        Y totalmente de acuerdo con lo que usted afirma como conclusión, la pedagogía, como todas las disciplinas, también tiene su cupo de charlatanes. Pero siempre algo huele a podrido.

        Un placer leer su respuesta.

    • Jesús San Martín
      8 abril 2011 a 18:10 #

      Sergio.
      Sus planteamientos son certeros. Ni la pedagogía es una ciencia, ni está vacía. La pedagogía es un cuerpo de conocimiento, que no alcanza la fuerza de ley. Precisamente, al arrogarse torticeramente el título de ciencia, se arroga el de ley, y por tanto de obligado cumplimiento, con su nefastas consecuencias (Entiendo que ese es el mensaje de Ricardo).
      Dice usted bien, “cada maestrillo tiene su librillo”, porque al no estar vertebrado ese cuerpo de conocimiento, es necesaria la experiencia, tanto propia como ajena, para lograr el cemento que una los conocimientos parciales o inconexos.
      No puedo negar la pedagogía, entendida como la actividad que realizo para formar a mis alumnos, y que coincido con usted, realizamos en este foro, y que se asemejo a guisar. Hay unos ingredientes generales, y luego el arte de cada uno, resultado de la experiencia. Esto me trae a la cabeza una anécdota. Estaba en EEUU, había cocinado bastante para mis amigos, y una amiga se comprometió a preparar un plato típico americano para mí. Cuando la vi aparecer con cacharros de medida le dije que no siguiera: era evidente que no sabía guisar. Esas medidas, de la cocina hecha con regla, corresponden al corsé de las falsas leyes de la pedagogía. Cuando llama a su madre y le pregunta cuánta sal debe poner, la respuesta es: o un puñado o una pizca, y ese puñado o esa pizca, sólo lo da la experiencia. Quien sabe guisar abre el libro de cocina y cocina cualquier receta, y quien no sepa no hará nada. Desgraciadamente tenemos a muchos escritores de libros de cocina que no distinguen la ternera blanca del cerdo, ni los bacalaitos de las pescadillitas. Para aprender a guisar hay que ponerse perdido de harina, y eso se hace en la cocina, no en el despacho. En este foro todos sabemos guisar, porque no hemos puesto perdidos de la harina que sueltan miles de tizas gastadas contra el encerado.
      Un saludo.

  54. sergio
    8 abril 2011 a 12:17 #

    Apreciado Francisco Javier

    Creo que el señor Raus, más que darme una respuesta, como usted indica, realiza unas aclaraciones en las que yo creo que lo que queda claro es que ambos estamos bastante de acuerdo. Al menos por mi parte suscribo lo que él dice y me parece que él pensará lo mismo.

    • Francisco Javier
      8 abril 2011 a 12:40 #

      Perfecto, lleva Usted toda la razón. ¡Ojala todos los profesionales de la pedagogía pensasen así en España! La diferencia entre su visión y la imperante en este país es que Usted propone y en España lo que se ha tratado es de imponer una determinada concepción del modo más autoritario y dogmático (una verdadera instrumentalización de la educación.) Un saludo y un placer sus comentarios.

      • sergio
        8 abril 2011 a 12:56 #

        Sin duda estamos de acuerdo en que toda imposición (y para más inri interesada…y para más inri, interesada en crear bobos) es negativa. Yo por mi parte ignoro hasta qué punto es posible en un instituto la rebelión práctica. Y cuando me refiero a este concepto quiero decir que, desde mi punto de vista, lo más hermoso de la profesión de docente es la relación «íntima» (ojo a las malas interpretaciones) entre el grupo de alumnos y el profesor.

        Una clase es un microclima y en él, por lo general, podemos llegar a un pacto a partir del cual trabajar juntos (y esto lo observo en la metodología comunicativa en el ámbito de la enseñanza de lenguas).

        Creo por mi parte que la rebelión del profesorado (y esto quizá roce la ciencia ficción) va a tener como cómplice antes al alumno que al político (ya dejo de lado a los metodólogos estatales). El reto creo que es ganar al alumno, reto complicado para el que quizá no haya metodología. Sino instinto y suerte.

        Pero el que se gane al alumno, gana la partida (con esto no quiero decir que sea fácil).
        Un saludo y ánimos

        S.

    • 8 abril 2011 a 17:20 #

      Estimado Sergio

      lo mejor para empezar a entendernos es llegar a un acuerdo a propósito de los términos que utilizamos. Le explicaré. En este blog llamamos «Pedagogía» a lo que pomposa e inadecuadamente, según Ricardo Moreno, se denominaba, en la recién fenecida licenciatura, «Ciencias de la Educación». Verá usted que la intención de Ricardo al criticar esta pretensión no andaba desencaminada, sea acertada o no, porque la Pedagogía en cuanto Ciencia de la Educación se desvinculó de la Facultad de Filosofía hace ya unos años porque su carácter «científico» la alejaba del carácter especulativo que siempre caracterizó a la Filosofía. Bueno, esta no fue la única razón, todo hay que decirlo. También creó Facultad propia debido a la gran cantidad de pasta que ingresaba gracias a haberse convertido en el brazo ideológico del poder político socialista de antaño (Marchesi, Coll, Rubalcaba -este también de hogaño-, Maravall, Jolines, Polanco), esto es, gracias a instituirse en la «ciencia» capaz de fundamentar los objetivos de la pedagogía política que se pretendía imponer a golpe de Ley (grandes momentos del rodillo socialista).
      Esta «nueva ciencia», mera especialidad de la Filosofía con delirios de grandeza, huía de la especulación que la había visto nacer y buscaba modelos teóricos en un batiburrillo de psicología evolutiva, psicología del aprendizaje, historia de la enseñanza, sociología del lenguaje, conductismo, cognitivismo, constructivismo y todos lo ismos mal digeridos habidos y por haber, formando una pasta tóxica e incomestible, incapaz de provocar más transparencia y lucidez que la que se puede esperar de una manta zamorana. Los criados en esta disciplina, con el rigor teórico de un elefante en una cacharrería, como la tal Mariiisa, van buscando por ahí la posibilidad de encerrarnos a los Deseducativos en sus perversas y pobres categorías, las cuatro chorradas dogmáticas que han aprendido al dedillo, y yo me muero de risa cuando leo que se nos quiere «conductistas», porque según la mentada los que aquí escriben sostienen que el profesor lo hace todo y el alumno sólo reacciona a nuestros estímulos, como el perro del ruso aquél. Es una estampa tan patética que sólo falta el marqués de Sade sodomizando al perro, perdóneme usted. (Sé perfectamente el nombre del ruso aquél, como todos mis alumnos de Psicología. Pero es que el «ruso aquél» me parece un término más exótico, menos gastado).

      Por supuesto nada más errado que comparar esta oscura, tupida y retorcida «ciencia» con otros tipos de saberes del campo de las «humanidades», como ya han hecho algunos siniestros comentaristas en su afán por dar como Sade al perro, y sin ton ni son. No estamos ante disciplinas comparables porque ni la Filosofía, ni la Música, ni la Poesía, ni la Retórica, la Oratoria o la Dialéctica han pretendido nunca obtener el status moderno de «ciencia». O sea, el status kantiano de saber objetivo. Pero resulta que la Pedagogía sí. Y te daba un título de licenciado en «Ciencias de la Educación». Y a desmontar tamaña mentecatez va encaminado el artículo de Ricardo.

      Por otra parte, hay otra cosa de la que se puede hablar. Esto es, de la didáctica concreta de nuestras asignaturas. Algunos a esto también lo llaman «pedagogía» pero a mí me gusta diferenciar, porque no es conveniente mezclar las churras con las merinas, y porque si no diferencio, y también a mi didáctica le llamo «pedagogía», estoy dejando que fray Pedagogo se crea con derecho a entrar en mi aula a decirme lo que tengo que hacer. Cosa que ha intentado por doquier. En todas nuestras aulas. Y, en mi caso, no sé en el de otros, llevándose una buena patada en culo. Yo creo que los Deseducativos somos Antipedagógicos pero muy didácticos. Porque al fin y al cabo la didáctica es el territorio de los profesores, y la Pedagogía el de los vendedores de crecepelo. Es normal que la siempre solícita Mariiisa no sepa de qué pie cojeamos pedagógicamente. Mira mal. Mira de la única forma que sabe mirar. Estrábicamente pedagógica.

      Por esta razón la contestación más arriba de este pedazo de colega que es Francisco Javier resulta tan plausible. Cuando la pobre Mariiisa, sin tener a qué asirse, desprovista de dogmática, buscaba un ismo para sobrevivir, Francisco le dice que la única «pedagogía» que practica él es la didáctica de la Música. Por supuesto. Es lo suyo. Es lo que compete saber al profesor de Música. Frente a la didáctica de la Música, para el profe de Música, el conductismo y el constructivismo no son más que una puta mierda. El que no es profesor de Música de verdad, el que no es más que un advenedizo, no puede entenderlo. Del mismo modo que yo no entiendo qué puede ser para el Neurocirujano un buen corte de bisturí. Francisco Javier pone de relieve eso que parece tan poco que nos reúne aquí, pero que al mismo tiempo resulta tan inusual, tan intempestivo, tan crucial: que nuestra profesión, el ser cada uno profesor de su materia, nos exige un saber didáctico peculiar que al pedagogo le es asunto tan ajeno como desconocido, y que mejor haría éste yendo a contarle sus monsergas al lucero del alba.

      Lo bueno que tiene Deseducativos es que se han juntado un grupo de profesores que tienen esto muy claro. Por fin.

      • sergio
        8 abril 2011 a 18:04 #

        Apreciado Antonio

        Me gustaría aclarar que el estatus de ciencia en el mundo universitario se pone según venga en gana fruto de una obsesión por entender que la ciencia es una especie de conocimiento supremo, ¿no es el periodismo ciencias de la información?, pero no por ello voy yo a acusar a los periodistas de ineptos (aunque a veces me venga en gana) o de que no tengan un método para informar «científico», el cual normalmente suele consistir en rebuznar, pero adecuando el rebuzno a la RAE (no siempre, claro está, no sea que muchos ni lo entiendan). La economía parece ser una ciencia (y no hablo de España, sino en todo el mundo salvo, tal vez, en el extremo norte del Polo Sur) y, si lo es, desde luego, los economistas parece que deben ser los científicos más necesitados de un oculista del mundo. O de metodología. O didáctica, como usted lo llama.

        Creo que con metodología y didáctica tenemos un juego de palabras y no más, o sea, una de churras y merinas. De todos modos tildarse de antipedagógico no creo que sea un piropo, si bien le entiendo en el contexto en el que se expresa («Porque al fin y al cabo la didáctica es el territorio de los profesores, y la Pedagogía el de los vendedores de crecepelo» ojo, regalan el concepto de «pedagogía» a cuatro pedagogos, cuidado, porque regalárselo es una manera de darles la razón, cuando si están equivocados lo que habría que hacer es negárselo, creo yo). Es como si el tarotista se llama científico y yo en respuesta digo que ahora yo no soy científico (toma jeroma).

        Vuelvo a remitirme a lo mismo, si no están de acuerdo con una pedagogía concreta, atáquenla, pero no renuncien a la pedagogía como docentes (o llámenla didáctica, que a fin de cuentas viene a ser jugar con el lenguaje, cosa que por cierto, según he entendido por lo leído, hacen los aquí llamados «pedabobos», nombre que no entro a valorar porque la verdad es que me da lo mismo).

        No sé en el resto de disciplinas, pero en lo que se refiere a lenguas el estudio pedagógico hace bastantes años que se lleva a cabo y, desde aquí, lo que reclamo es que el esfuerzo de determinadas personas no debe ser denostado por culpa de la logse (que hay mundo, y mucho, antes). El que crea que la pedagogía empezó en España hace unos años que se lo haga mirar. España, como siempre, va a remolque (otra cosa es que cojamos una disciplina, le demos el toque made in spain, y la instauremos, como hemos hecho tantas veces, por nuestros santos cojones, argumento tradicional y de dudosa validez científica, si bien bastante tozudo).

        Yo, por mi parte, no sé si seré deseducativo o no (lo cierto es que lo que me preocupa es ser buen profesor, lo otro me importa poco) pero desde luego no renuncio a la pedagogía por culpa de cuatro mentecatos (y ya sabe a quién me refiero).

        Y cuando usted afirma que cada materia exige un saber didáctico peculiar lo que hace es una defensa de la necesidad de una pedagogía docente (y por favor no interprete con esto que me refiero a la oficial que usted detesta). Lo cual me parece, en realidad, una conclusión bastante lógica.

  55. Pablo
    8 abril 2011 a 13:36 #

    Creo que hasta ahora quedan dos cosas claras: La pedagogía no es una ciencia, pero no por ello es menos importante o valiosa en tanto disciplina que pretende mejorar la educación. Dentro de la pedagogía, hay distintas corrientes de sentidos ideológicos, políticos, filosóficos, etc. divergentes; y que estar en desacuerdo con una de ellas (incluso con mucho fundamento) no implica, per se, cuestionar a la pedagogía toda como disciplina.

    Ahora bien, el artículo razona absolutamente en contra de estos dos fundamentos ¿no? Tanto en su contenido como en la forma que relaciona sus hipótesis de los datos que presenta. A veces me parece que estamos adhiriendo a cualquier discurso que sea agresivo hacia quienes piensan distinto que uno, simplemente porque, por ello, lo creemos de nuestro lado. A lo mejor estamos demasiado acostumbrados a dividir el mundo en «nosotros» y «ellos». Créanme, de aquí no se sale sin mucha (y buena) pedagogía.

    • Mariquilla
      4 abril 2012 a 8:26 #

      Tenemos los frontispicios de nuestras facultades universitarias adornados con rimbombantes letreros que proclaman a los cuatro vientos el carácter “científico” de las materias que imparten:
      Facultad de Ciencias Políticas, Facultad de Ciencias de la Educación Física y del Deporte, Facultad de Ciencias Humanas, Facultad de Ciencias del Trabajo, Facultad de Ciencias Jurídicas, Facultad de de Ciencias Médicas (Medicina y Enfermería), Facultad de Ciencias de la Educación, Facultad de Ciencias de la Información… A todas ellas, en lo que a su carácter científico se refiere, se les podría aplicar el mismo tratamiento. Existe, sin embargo, una especial obsesión por negar a la Pedagogía lo que a las otras se otorga con toda naturalidad.
      No soy pedagoga, pero llegados a este punto sólo se me ocurre una respuesta : La Pedagogía, como otras disciplinas , no es una ciencia , ¿ y qué?
      Como alguien ha dicho en este blog, “de esta situación no salimos si no es con mucha y buena pedagogía”

  56. Ana María de Argentina
    12 May 2011 a 1:43 #

    Soy docente y encontré este lugar buscando información sobre R. Moreno Castillo. El punto es que estoy realizando un proyecto de gestión, cité una frase suya que dice “con niños cada vez más incultos y peor educados en valores y conocimientos, con maestros cada vez más deprimidos, desalentados y alejados de su deseo de educar, con padres cada día más ausentes de sus responsabilidades y funciones, la educación está en estado terminal y habrá que realizar cambios vinculares para no asistir a su funeral”. Frase a la que adhiero, pero que encontré ya citada por lo que necesito saber de qué libro y editorial es para poder citarla en mi trabajo. Si fueran tan amables de contestarme pronto. Muchas gracias.

  57. Escéptico sin dogma
    29 marzo 2012 a 15:41 #

    Llevo 9 años viviendo en Finlandia y me hace gracia cómo la gente es capaz de opinar sin ningún conocimiento. En mi opinión estamos pasando por una época complicada, el mundo está en proceso de cambio y con el tiempo muchas «verdades» caerán por su propio peso. La educación en Finlandia no puede ser tan buena porque aquí la gente está enferma mentalmente y su cultura provoca actitudes contrarias a lo que se presiente que debería ser un aprendizaje saludable. No hablan demasiado, ni se comunican, son bastante raros, asociales y tendentes al aislamiento. No alimentan el pensamiento crítico, hasta el punto de molestarse personalmente a la mínima crítica hacia su sistema. Tienen uno de los mayores índices de suicidio, incluso entre los menores de 14 años. Un 35% de los universitarios usan antidepresivos. Habría que estudiar el porcentage de familias desestructuradas y alcoholismo entre los jóvenes. Tienen un gran problema de violencia doméstica (20 mujeres asesinadas al año en 5 millones de habitantes, con la misma estadística habría unas 700 mujeres asesinadas en España) también abuso infantil. Aunque les parezca mentira no hay ninguna mención o mensaje para avisar a la población sobre estos problemas, ellos no saben que es así. El entorno es triste y depresivo. No entiendo lo del informe Pisa. Pregunten a cualquiera que haya vivido aquí más de dos años. A mí me parece una sociedad retrógada en decadencia, nacionalista y terriblemente discriminativa hacia los extranjeros. Busquen información real y valórense más. Yo creo que lo mejor de España es la calidad de las personas. Aquí copian, son envidiosos, fríos, distantes, intolerantes, racistas, antisociales, amargados. No relativizan lo leído, simplemente lo memorizan. Qué es la educación? Quizás deberíamos preguntarnos eso..

    • Francisco Javier
      30 marzo 2012 a 18:37 #

      Muy interesante tu testimonio. Yo lo que no entiendo tampoco es la obsesión por este país, tan alejado en todos los sentidos de la desastrosa España (los vagos del Sur para muchos finlandeses.) ¿No nos podríamos fijar en otros países con una educación mejor que la nuestra? No sé: Polonia, por ejemplo.

      • Mariquilla
        31 marzo 2012 a 10:21 #

        Oyendo hablar a un hombre, fácil es
        saber donde vio la luz del sol.
        Si alaba a Inglaterra, será inglés
        Si habla mal de Prusia, es un francés
        y si habla mal de España… es español.

        Joaquín M. Bartrina

    • Emilio
      2 abril 2012 a 14:42 #

      Cuando alguien tiene una ocurrencia y además la presenta en clave relativista y ausencia de dogma tengo la certeza de que me quieren timar. Cuando además tiene la osadía de presentar a un país entero como un conjunto de enfermos mentales, pienso en alguien que desea invadir Polonia de nuevo.

  58. ana522
    29 marzo 2012 a 17:10 #

    Ozú!!

  59. Mariquilla
    6 abril 2012 a 12:38 #

    ¿Un nuevo intento confiando en el azar?

    http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/1226698/educacion/secundaria/mixta.html

  60. 8 abril 2012 a 7:49 #

    Atentos a la nueva iniciativa «educativa» de la progresista administración andaluza

    http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/06/andalucia/1333707562.html

  61. Mariquilla
    10 abril 2012 a 7:35 #

    El Gobierno de la Nación –española, naturalmente- ha hecho sus cuentas, ha revisado el gasto público, ha estudiado los sueldos de los altos cargos políticos, empresariales, bancarios, cuerpos de élite de la administración pública, altos mandos militares, consejeros de estado, magistraturas supremas de la justicia, miembros de los consejos de administración, dirigentes sindicales y afines, etc. etc. y con una lógica aplastante y rigurosa ha adoptado, en la última semana, dos medidas decisivas para sacar al país de la crisis :

    1.- Perdonar a los defraudadores de Hacienda.
    2.- Reducir el gasto en educación y sanidad.

    Como debe ser, don Mariano. Un cordial saludo. Andalucía no te olvida.

    • Mariquilla
      13 abril 2012 a 9:49 #

      Afirmación oportuna y certera la de José Antonio Marina, aunque yo la habría ampliado:

      «Un mulo conectado a internet sigue siendo un mulo. El que le ordena conectarse, un burro».

    • Anónimo
      15 abril 2012 a 20:37 #

      En mi opinión quien se atreve a decir que en cuatro o cinco años es capaz de acabar con el fracaso educativo, le echa una jeta increíble, pero si eso lo dice José Antonio Marina: alguien que viene vendiendo ungüentos o tutiplén pues apaga y vámonos.

  62. Jorge Alonso Cárdenas
    5 marzo 2014 a 18:01 #

    Estoy de acuerdo. Pero el problema no es que la pedagogía no sea ciencia, sino que tampoco es nada. Ni arte ni ciencia. Ni siquiera religión. Más bien parece una secta de retóricos fundamentalistas… Y agrego que para poder enseñar solo se requieren dos cosas: Saber a plenitud eso que se quiere enseñar y sentir el deseo de transmitirlo sin egoísmo ni arrogancia. Y estos requisitos se cumplen bien desde cualquier profesión…

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