Huelga de estudiantes: ausencia obligatoria

Se huele en estos días a pegamento y pintura por los pasillos de la universidad de Murcia. Coronando la entrada del aulario, una pancarta de Asamblea UMU, la que da comienzo a un larguísimo camino de baldosas amarillas que recorre el resto del edificio. Según me cuentan, el Gobierno Regional debe 64 millones de euros a la Universidad de Murcia, además de haber reducido o anulado la concesión de algunas becas y ayudas como la Erasmus. También se comenta que las tasas de matriculación para el año que viene aumentarán un 5.1% -como si no pagáramos suficiente los que no somos becarios-, cifra que, se asegura, va a parar directamente al Banco Santander todavía no sé por qué motivo. Y es que, a pesar de tener una asignatura cuatrimestral llamada Documentación aplicada a la traducción, para la cual he pagado algo así como un mes de alquiler, no puedo contrastar todos estos datos. No sé cómo hacerlo. Y eso que se supone que su objetivo es que aprendamos técnicas de búsqueda de información, por no hablar del hecho de que oficialmente a esta asignatura se le dedican entre 40 y 60 horas de prácticas, más otras tantas de trabajo en casa. Una de las paradojas del sistema.

En todo caso, hoy mismo se había convocado una manifestación. Ya venían avisando nuestros compañeros ingleses de que el estado del bienestar, tan arraigado en la Europa de los últimos 20 años, estaba comenzando a desmoronarse, tanto para la clase media como para los estudiantes. Y parece que la profecía se cumplirá también en España, más concretamente en la Región de Murcia.

 Ahora la pregunta es, ¿cómo hemos esperado tanto para demostrar nuestro asco ante las toneladas de basura que nos están echando encima? Obviando nuestra indiferencia, también es cierto que, para aquellos que estudiamos con Bolonia, es bastante complicado coger siquiera aire para poder gritar. Gracias a los nuevos términos que este programa de estudios ha introducido en nuestro vocabulario, como el de créditos ECTS, tenemos que asistir a clase para, entre otras cosas imprescindibles, entregar religiosamente eso que el plan Bolonia llama “prácticas”, por no hablar del famoso portafolio, una mezcla de papel, tinta, y paja en grandes cantidades muy popular entre los profesores en los tiempos que corren. Si cada vez aumenta más la carga de tareas inútiles para el alumno, y además, te exigen que te las tragues todas porque la asistencia es obligatoria -como si estuviéramos en el instituto- discúlpenme, soy de letras, pero algo me dice que la suma de todos estos factores da como resultado un número negativo.

Empiezo a pensar que Bolonia es un maléfico plan para que aquellos señores que tomaron en mi infancia forma de Pinky y Cerebro controlen la universidad y, de paso, el mundo en una sola noche.  Claro que mi teoría tendría más credibilidad si no fuera porque los que mandan aquí y los que mandan en la Región son los mismos. Y ya de paso respondo así a mi pregunta de por qué profesores y Rectorado no han hecho mucho ruido todavía.

Por ello, como no he luchado mucho aún por mis derechos como estudiante en estos dos años que llevo de universidad, me hubiera gustado ir a la manifestación convocada en contra de todas esas medidas con las que empecé este artículo. Y digo me hubiera  gustado porque al final, como no quiero suspender y volver a pagar las exorbitantes tasas de matriculación, he tenido que entregar una de esas maravillosas prácticas esta misma mañana. Vamos, que lo he tenido jodido. Así que, mientras no se inventen los días de 30 horas, creo que tendré que seguir dejando en manos de otros las reivindicaciones y las protestas.

Que el 15-M se apiade de nuestra alma.

(Damos la bienvenida a Ana María Gea Jiménez, estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad de Murcia.)

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Categorías: Crónicas del País de las Maravillas, Diagnósticos, Rebelión

Autor:Ana Gea Jiménez

Ana María Gea Jiménez. Estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad de Murcia. Pueden consultarse algunas de sus publicaciones en el diario digital Muralidades.

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22 comentarios en “Huelga de estudiantes: ausencia obligatoria”

  1. 17 noviembre 2011 a 16:05 #

    Bienvenida, Ana. Te agradezco tu participación en este blog, porque se echaba en falta la voz de un universitario, máxime teniendo en cuenta lo que está cayendo en las aulas de las Facultades. Un cordial saludo.

    • Ana Gea
      17 noviembre 2011 a 20:24 #

      Muchas gracias. Me ha encantado escribir para Deseducativos, y espero que mi visión sirva de algo para aquellos que quizá tengan un concepto distorsionado o poco claro de lo que es ahora la universidad y el Plan Bolonia. Un saludo.

  2. Manuel Ballester
    17 noviembre 2011 a 16:29 #

    Me da la impresión de que el plan Bolonia es como le llaman en la universidad a la Logse: adios a la universidad.

    • 17 noviembre 2011 a 18:08 #

      No te equivocas.

    • Ana Gea
      17 noviembre 2011 a 20:31 #

      Hola Manuel:
      A mi también me da esa impresión en mi primera clase. Mi consideración de la universidad como la máxima institución de formación del alumno se desvaneció ante mis ojos ese mismo día. Todo lo que aprendemos allí está dirigido a las salidas profesionales. Si no sabes nada más de lo que te rodea, no te preocupes, que eso no entra para examen.

  3. Leira
    17 noviembre 2011 a 17:07 #

    Le voy a enseñar este artículo a mi hijo; estudiante de segundo año de «Ciencias de la Educación Física y del Deporte».
    El otro día me contó un poco de su vida académica y de la grandísima pérdida de tiempo. Como por ejemplo, tener una clase a las 8 de la mañana de «jugar al pilla-pilla», importantísima actividad de una asignatura llamada «Juegos Motores». La siguiente clase de otra inutilidad, a las 12, y así toda la semana.
    Yo aprendí a jugar al pilla-pilla en pre-escolar. ¿Los de hoy lo tienen que aprender en la universidad?
    Y como dice la autora del artículo; muchos cuadernos y trabajillos inútiles.

    Me dolió mucho oír todo lo que me contó. Y no solamente porque le costeo los «estudios» a él y su hermano, y para poder hacerlo, me tengo que privar de muchas cosas, sino por la grandísima pérdida de tiempo, disfrazada de «carrera universitaria».

  4. Mariano
    17 noviembre 2011 a 17:45 #

    Bienvenida al blog. Coincido con Antonio en que es importante, muy importante, que los estudiantes tomen conciencia de la corrupción estructural de la reforma boloñesa, que es la LOGSE de la universidad como muy bien dice algún comentario.
    Pero me temo que hay bastante desinformación y confusión. Y que los estudiantes se han acomodado a las ventajas cortoplacistas del sistema, despreciando el enorme coste que tiene para sus propios intereses a la larga la degradación del sistema.

  5. Mariano
    17 noviembre 2011 a 18:12 #

    Facultad de Educación. Universidad Complutense de Madrid. 17 de noviembre de 2011. Insólito silencio al final de la mañana en un día con neblina que transmite una imagen más bien tristona y mustia. Hay convocada huelga de alumnos. Un pequeño grupo de estudiantes ataviados con las ya famosas camisetas verdes ocupa la entrada del edificio ensayando diversas piruetas de expresión corporal que luego representarán en la “performance” de la manifa de la tarde. Bailes, folklore diverso, consignas muy a tono para el momento. Muy en la línea de la “marea verde”.
    Que conste que es necesaria una contestación ante las cafres fatuas y engreídas, manipuladoras, provocadoras e ignorantes que gobiernan con despotismo iletrado y desprecio la taifa de Madrid. A sabiendas de que han sobrepasado ya todos los límites. En un momento de gran incertidumbre en el que quizá su modelo sea exportado a otros cantones y feudos o a lo mejor don Mariano decide dejarlas morir. O no.
    Los estudiantes llevan una semana organizando diversos “talleres” para implicarse y comprometerse con la “lucha”. Vuelve la épica. En la fachada del edificio se leen improvisadas pancartas de papel grueso en las que se expresa una ramplona filosofía naïf, una literatura barata pseudotrascendente de quien poco ha leído, son frasecillas en las que se ponen estupendos y actúan como émulos de fantasías “déja vues” que a la nada condujeron en su día.
    Poco personal está presente en la lánguida y gris mañana, con pasillos semidesiertos y galvana mientras nuestro sistema económico se puede ir al garete y parece que llega lo peor, tras la incompetencia gobernante de un ejecutivo zombie y fracasado y las dentelladas de los especuladores que aspiran al poder absoluto. En las inmediaciones del edificio unos jóvenes antisistema reparten octavillas redactadas en un lenguaje poco original excepto por su libre interpretación de las reglas de acentuación.
    Si leemos las pancartas, escritas en la Facultad de Educación, quejumbrosas respecto del tenebroso futuro que aguarda a los aspirantes a docentes, observamos unas estridentes y brutales faltas de ortografía que cortan el aliento. En uno de los carteles se hablaba del sombrío porvenir de los estudiantes de Magisterio. Y se hacía atentando contra la norma gramatical y ortográfica de forma flagrante y “sin despeinarse”. Lástima de no tener a mano la cámara de fotos. Todo un cuadro esperpéntico y delirante en la mañana gris en estos días aplatanados pero con mar de fondo en los que parece que todo se hunde sin que se atisbe la más mínima esperanza de que tras las elecciones más insulsas y con menos esperanza de la democracia haya una sola propuesta ilusionante para la educación. Ni para el resto de los asuntos colectivos. ¿Veremos alguna vez la luz al final del túnel?

    • Ania
      17 noviembre 2011 a 19:04 #

      El tema de la ortografía debía ser eliminatorio y excluyente para entrar en Magisterio. . En ésto haría falta actuar unánime y radicalmente . Yo también observo en mis alumnos de Bachillerato este problema y el pasotismo y permisividad de mis compañeros al respecto con respecto al mismo.

    • Ana Gea
      17 noviembre 2011 a 20:40 #

      Lo que pasa a veces es que la falta de motivación del estudiante se extrapola a otros campos. Somos pasivos en muchas ocasiones, es cierto. Pero lo que también he notado en algunos de mis compañeros es eso, desmotivación por sus carreras, por ejemplo, lo que les impide pelear porque mejore la situación universitaria. Por otro lado, las informaciones que nos dan son contradictorias, dependiendo de la fuente. Y, visto lo visto, también se piensa que de qué sirve luchar, manifestarse, informarse, si al final nadie hace caso de nada. El sentimiento general de muchos es que, como pasó con las manifestaciones en contra del Plan Bolonia, por mucho que la gente salga en el 17-N, se encierre una noche en la universidad y demás, las reformas se llevarán a cabo sin miramiento alguno.

    • 17 noviembre 2011 a 20:53 #

      ¡Vaya pedazo de texto, Mariano! ¡Ole!

    • 17 noviembre 2011 a 21:09 #

      De acuerdo con lo de la ortografía, lo que pasa es que en Magisterio hay profesores que también escriben con faltas (yo los he tenido) así que será un poco como lo de «le dijo la sartén al cazo».
      De todas maneras, no creo que el nivel en la universidad haya bajado de un día para otro por culpa del plan Bolonia. Son años de corrupción y mediocridad dando sus frutos.

    • 18 noviembre 2011 a 11:36 #

      Siguiendo con el tema del nivel de la Facultad de Educación, y en concreto de las escuelas de Magisterio, cuento algo más de mi experiencia. Yo aprobé dos asignaturas, una de ellas anual, sin haber pisado jamás el aula, sin tener ni idea del temario y por supuesto sin haber leído absolutamente nada referente a esas asignaturas. No lo cuento por decir lo lista y lo guay que soy («fishing for compliments» como dirían los ingleses): es que escribir con un mínimo de corrección era suficiente para aprobar.
      En otra asignatura lo único que había que hacer era preparar un trabajillo (nada muy profundo) y exponerlo en diez o quince minutos. Evaluaban los propios alumnos, en plan Eurovisión, y esa nota, tal cual, fue al expediente. Mi trabajo fue el peor calificado de toda la clase… se conoce que no caí muy bien. El profesor era de la ‘vieja escuela’ y me dejó caer que había tenido muchos problemas con el sector ‘logsiano’ de la facultad (la mayoría), se jubilaba ese año y no quería líos con los alumnos. Muy lamentable.

  6. 17 noviembre 2011 a 18:18 #

    Las prácticas en Historia del Arte son también inútiles: resumir uno o dos epígrafes del tema y comentar dos láminas y enviarlas vía web (eso en un cuatrimestre).
    Por otro lado, el nivel de exigencia es reducidísimo: el otro día me comentaba uno de los tutores cómo, en el plan de la Licenciatura, los exámenes constaban de preguntas ensayísticas. Ahora se reducen a los epígrafes de los temas. Evidentemente, todo está hecho para facilitar el aprobado. Eso sí, bajo un discurso de integración TIC, modernidad, desarrollo crítico, prácticas, etc. Todo una neolengua que únicamente esconde una realidad: reducir la dificultad.
    Bienvenida, Ana.

    • Ana Gea
      17 noviembre 2011 a 20:53 #

      Gracias Mari Cruz. Hay prácticas de todo tipo. Algunas son importantes, todo hay que decirlo. Pero otras muchas, no. Yo he tenido que hacer de todo tipo, documentos de copiar-pegar directamente ( poniendo la fuente eso sí), usar el word y capturar las pantallas, resumir todos los ppt que me ponen en clase…en fin, de todo. Lo que pasa es que yo no creo que todo sea para reducir la dificultad. Eso depende de la carrera que estudies, como todo. Hay muchas prácticas inútiles, pero fáciles, y otras muchas que cumplen una norma directamente proporcional: a más inutilidad, más dificultad. En todo caso, te restan muchísimo tiempo.Tampoco creo que se facilite el aprobado, ya que la carga para el alumno, como he dicho en el artículo, aumenta. No tenemos semanas en blanco para preparar los exámenes, como se hacía antes, ahora es un mezcla entre asistencia, exposiciones obligatorias, y estudio en tus ratos libres. Y si te matriculas en una carrera como la mía, en la que el apartado de Bolonia que hablaba de parciales se lo saltaron pues…no parece que lo que quieran sea facilitarnos el asunto, precisamente.

  7. 17 noviembre 2011 a 18:23 #

    Por cierto, conozco a una estudiante de Magisterio. Se pasa todas las tardes teniendo que resolver cuestionarios tipo test en la plataforma virtual de la UMU. Cuestionarios que se autoevalúan al final y se envía la nota al profesor.
    Al final de su primer año me decía que no tuvo tiempo, en todo el curso, de leer o de investigar sobre ninguna asignatura. Cero profundización. Eso sí, mucho trabajico on line.

    • Polícrates
      18 noviembre 2011 a 1:59 #

      Y de ésto que vd. nos relata se deduce un corolario inquietante:

      Dado que la elaboración de los cuestionarios es una tarea tediosa que demanda largas horas de dedicación podemos colegir que en esa facultad abundan los becarios y que ninguno de ellos se dedica a tarea académica alguna en sentido estricto (estudio, investigación…).

    • 18 noviembre 2011 a 16:44 #

      Puntazo, Mari Cruz.

  8. Helena
    17 noviembre 2011 a 20:29 #

    Puede verse un análisis crítico de la situación de la Universidad Española y su futuro (Proyecto 2015) en este enlace: http://rebelion.org/noticia.php?id=139371
    EStá escrito por un recién licenciado en Derecho y el panorama que pinta es escalofriante.
    Un saludo

  9. El pobrecito profesor
    18 noviembre 2011 a 22:15 #

    La Facultad de Ciencias de la Educación debería cerrarse o prohibirse, sin más explicación. Toda la LOGSE viene de ahí, como un pulpo que extiende sus tentáculos a causa de maestros frustrados y envidiosos que, haciendo la antigua Carrera de Pedagogía, creyeron descubrir el mundo educativo. Los mediocres se refugiaron ahí, pues no querían ser Maestros sino Licenciados sin esforzarse, e inventaron para ello esa carrera con toda la tontería que la caracteriza y que ahora llega a la Universidad tras haber destruido los Institutos.
    Publican libros vacuos, dan clases absurdas y no saben nada, porque no han estudiado nunca nada. Sólo se sentían los pobres maestros, y de ahí su resentimiento.
    Sin embargo, con su palabrería sin significado alguno han engañado a políticos tan inútiles como ellos y así lo controlan prácticamente todo. Y va a ser difícil echarlos. Porque siguen saliendo toneladas de maestros logsianos que no saben ni escribir ni hablar -a la maestra de mi hijo me remito-, controlan los sindicatos, CEP’s y Consejerías, crean ROC,s, AGAEVES, Planes de Calidad y demás Adaptaciones que también dirigen, y en los Institutos y Universidades arrinconan el saber y el estudio porque no saben de nada que merezca el nombre de conocimiento.
    Luego, al ver la dificultad que era aplicar sus propias sandeces a los alumnos mayores, cansados como todos de sus juegos y bobadas, nos lo derivaron a los institutos -Primero y Segundo de la ESO: a ver quién los aguanta, con todo lo que llevan «aprehendido» de la escuela-. Y, encima, nos obligan a seguir con el mismo estilillo didáctico.
    Pues venga, se ven que han desembarcado ya en la Universidad, que no hay nada para un maestro frustrado que decir: ya soy profesor universitario. ¡Ea, a sufrirlos, que ya verán qué clases tan divertidas y qué alumnos más preparados llegan y salen de ahí!
    ¿Por qué no quisieron ser Maestros, con lo noble que es esa palabra?
    (Por cierto, ¿les llaman ya así sus estudiantes universitarios o alguien sabe decir todavía «profesor» y «usted»?).

    • Francisco Javier
      19 noviembre 2011 a 18:18 #

      Es una pena que Nietzsche no haya escrito un ensayo titulado «La genealogía de la pedagogía.» El resentimiento de la secta pedagógica tal vez encontró su caldo de cultivo en los albores de la cultura europea, en la divina Grecia. Etimológicamente sabemos que el pedagogo era un esclavo:

      «La palabra *pedagogía* viene del griego paidón (niño) y ágo (yo conduzco). En sentido estricto era la persona encargada de llevar de la mano a los niños, por extensión se llama así a los maestros que guían al niño en todo lo relativo a su educación.»

      «El significado etimológico de «pedagogía» está relacionado con el arte o ciencia de enseñar. La palabra proviene del griego antiguo»paídagogos», el esclavo que traía y llevaba chicos a la escuela. La palabra «paída» o «paídos» se refiere a chicos, ese es el motivo por el que algunos distinguen entre «pedagogía» (enseñar a chicos) y andragogía (enseñar a adultos).»

      En algún momento de la historia los «acompañantes», llenos de resentimiento y negra bilis, decidieron esclavizar a la humanidad entera. Y lo malo, al parecer, es que con éxito. ¿Pero es que no hay gente competente en la Universidad que reaccione, que denuncie esta ignominia, que diga «¡basta ya!»? ¿Es que no se dan cuenta los alumnos del gran timo al que les están sometiendo? ¡Pero qué pena!

  10. Ania
    19 noviembre 2011 a 12:12 #

    ¡¡Ay, qué razón tienes, pobrecito , amigo , y qué poco nos cunde el sentido común!!

    A ver si leyéndote, leyéndoos…ésto va cambiando…

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