La Jennifer y el Jonathan visitan el Liceo


Francisco Javier González-Velandia Gómez

Si Jennifer y Jonathan -que tras algún que otro bache en la ESO y algún empujoncillo, hoy son flamantes bachilleres-  hubiesen sido los únicos testigos de la exposición de las lecciones de Aristóteles, dictadas con posterioridad a su Física y que hoy son universalmente conocidas como Metafísica, es absolutamente seguro que hoy no existiría el texto en cuestión. Y es que nuestros alumnos son incapaces de tomar apuntes.

La práctica de tomar notas fue una tradición venerable y sus orígenes nos retrotraen a los comienzos de la transmisión del saber por parte de los maestros de la Antigüedad. En la Grecia clásica encontramos numeroso ejemplos de esta práctica entre los sofistas, así como en las escuelas de Platón y Aristóteles, si bien es muy probable que haya  fuentes documentadas aún más antiguas. Sea como sea, esta práctica pedagógica ha tenido y sigue teniendo un peso importante como herramienta metodológica de aprendizaje. Fue gracias a muchos alumnos aplicados y atentos del pasado, que hoy en día disponemos de todo un corpus literario del que, de no haber sido por el trabajo  disciplinado de estos alumnos, que anotaron, revisaron y dieron forma a sus apuntes, no gozaríamos. Son muchos los tratados de la Antigüedad así como de la Edad Media, bastantes de ellos anónimos o de autores espurios,  que pertenecen a este género. Pero también en tiempos más recientes podemos mencionar numerosos documentos valiosos de grandes maestros, cuya existencia se debe al trabajo de sus discípulos. Es el caso, por poner un ejemplo,  de bastantes escritos de Wittgenstein, que fueron editados por Schlick, Waismann y Moore.

A lo que voy: nuestros alumnos son incompetentes a la hora de tomar apuntes y ello se traduce en una serie de incompetencias de mayor calado, cuya síntesis global podríamos denominar como incompetencia instrumental o fundamental.  Señalemos algunas:

Déficit de comprensión: Jennifer y Jonathan no han entendido nada, porque su falta de atención ya es una costumbre adquirida durante su desarrollo cognitivo en la ESO y el Bachillerato, que es casi imposible ya de superar.

Déficit de concentración y atención: demasiado tiempo escuchando, demasiado esfuerzo, demasiada información,  demasiado conceptual,.., simplemente demasiado, aburrido.

-La falta de comprensividad va unida directamente a la incapacidad de analizar y sintetizar la información. La información es recibida de modo rapsódico, inconexo, incomprensible. A partir de ella no hay nada que sintetizar, pues es imposible alcanzar una síntesis donde nada hay que sintetizar.

Déficit de expresión: aunque entre mensaje y mensaje del móvil, nuestros “alumnos multitarea”, perciben vagos ecos y hasta algo les suena de lo que le ha contado el profesor de filosofía, ¡que vaya tostón de hombre!, cuando tienen que dar expresión a esa idea fugaz que han captado, bien sea vagamente, no encuentran las palabras, no hay palabras.

Seguramente habrá más carencias, aunque creo que es suficiente. Pero, ¿por qué esto es así? Pues evidentemente porque no han aprendido, ni han desarrollado las competencias elementales, que a un alumno del sistema tradicional le permitían tomar unas notas más o menos decentes y elaborar unos apuntes legibles, personalizados y hasta valiosos. Una vez denostada la clase magistral y las prácticas consideradas académicas ligadas a la misma, ¿qué sentido podía tener eso de tomar apuntes? No obstante, la toma de apuntes entraña toda una metodología, pone en funcionamiento capacidades esenciales y asienta hábitos educativos de gran utilidad, sin que ello desde luego signifique una renuncia a otras metodologías y estrategias de aprendizaje:

-En primer lugar y fundamental, requiere silencio y atención, lo cual es conditio sine qua non del aprendizaje.

La mente ha de estar activa desde el inicio  para procesar la información, desarrollándose así las capacidades de intelección, comprensión y memoria.

-A medida que se va cogiendo práctica, el alumno va descubriendo su propia metodología de síntesis y enriquece su capacidad de expresión, su potencial expresivo conceptual.

-Una vez fijadas las notas, es cuando el alumno reelabora y completa  la información, recurriendo a las fuentes necesarias: el libro de texto, manuales, enciclopedias, páginas de Internet. Y es entonces cuando tiene lugar un segundo momento de reflexión, en el que los contenidos aprendidos se sedimentan, se iluminan, se estructuran, se interiorizan, pasan a formar parte de nosotros.

-Al tratarse de un material propio, es mucho más sencillo su estudio, su comprensión y su memorización.

-Esta práctica es de gran utilidad en sentido práctico, no sólo académico, ya que nos capacita para llevar a cabo tareas habituales en el mundo laboral o que pueden ser de ayuda para  nuestros intereses más inmediatos.

El abandono de las prácticas pedagógicas relacionadas con el modelo tradicional (académico) han dado lugar, contrariamente a lo que se pretendía, a unas actitudes muy pasivas en el alumnado, lo que se traduce en una mayor dependencia del libro de texto y en una fuerte tendencia a la  evasión: desatender, semiatender, dormitar, hablar compulsivamente, distorsionar, generar ruido, violentarse, etc. En este sentido los medios audiovisuales, con todo su potencial educativo, no dejan de tener el enorme peligro de estimular la pereza mental hasta extremos patológicos. No es otra la razón del enorme poder del cine como espectáculo estético-industrial frente a otras artes como la música o la literatura, que requieren una concentración mucho mayor, una participación comprometida del sujeto: no se puede leer a Quevedo, ni escuchar a Bach, semiatendiendo o estando pendientes del teléfono móvil.

Hemos, en definitiva, de agradecer a los Dioses que en la antigua Grecia no hubiese ningún Coll, ni ningún Marchesi, dirigiendo los templos del Saber: hoy no podríamos leer la Metafísica, ni muchas otras maravillas, fruto del genio de la humanidad.

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Categorías: Diagnósticos, Soluciones

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158 comentarios en “La Jennifer y el Jonathan visitan el Liceo”

  1. 19 febrero 2011 a 8:25 #

    Lo subscribo totalmente, Juan Francisco, y es lo que les digo continuamente a mis alumnos que, no se enteran, porque, como dices, semiatienden o se distraen o tienen el entendimiento disperso entre tanta multitarea. En definitiva, si me permites una síntesis. Eliminar todas las competencias y sustituirla por la clase magistral (en el sentido magistral), tanto para docentes, como para discentes. Un saludo.

    • 19 febrero 2011 a 12:02 #

      Francisco Javier, disculpa, me equivoqué con tu nombre. Saludos. Excelente artículo. Has puesto el dedo en la llaga.

    • Rosa Aguilar
      19 febrero 2011 a 13:11 #

      quizás el que no se entera eres tú, y no tus alumn@s, que tan solo te intentan decir de mil formas que no les gusta lo que haces. escucha primero, luego si eso, lo escribes, pero no te olvides de escuchar a la gente con la que compartes experiencias de vida.

      • sonia
        19 febrero 2011 a 13:14 #

        El que se pica, ajos come. Y sin «@» que ese símbolo no es una letra del abecedario, para eso existe el genérico en nuestra lengua.

      • Jesús San Martín
        19 febrero 2011 a 14:01 #

        Rosa, permíteme el tuteo, ya que lo utilizas tú. Sencillamente eres tonta. No lo consideres un insulto, porque no lo es, me atengo a la definición que da el diccionario: falto o escaso de entendimiento o razón. Y ya que tú utilizas el imperativo, permíteme que lo haga yo: piensa antes de hablar.

      • 19 febrero 2011 a 15:50 #

        Parece que no, que el alumno pinta poco en el proceso educativo. Es más, algunos tratan de convertirlo en enemigo y causante de todos sus males. ¿Por qué entonces escuchar al alumno? Fíjese que yo, en la misma línea, me atreví a decir que es necesario «empatizar» con el alumno. ¿Sabe lo que me llamaron? «Pederasta». ¿Como lo ve?
        Es un atrevimiento escribir algo que no esté acorde a una línea determinada, como si en la educación solo existiera una verdad, sólida e inquebrantable, que todos debemos asumir. Lejos de buscar en diferentes opiniones la riqueza del debate, lo más que puede encontrarse es un insulto como respuesta. ¿Lo ve? Pues eso.

      • Francisco Javier
        19 febrero 2011 a 22:12 #

        Comentario grosero, carente del mínimo respeto y tonto, como muy bien señala Jesús San Martín. Lea Usted alguno de los excelentes artículos de Juan Pedro Viñuelas y reflexione un poco antes de hablar.

      • Maestra Ciruela
        3 marzo 2011 a 20:10 #

        Según esta argumentación, que seguramente algo de razón tiene, me apuesto la tiza a que los alumnos preferirían en vez de a un profesor de filosofía al DJ David Ghetta, y en vez de estar en un IES la discoteca Pacha de Ibiza «all-day-all-night-viva-la-fiesta-y-vivan-los-dj-y-viva-la-noche-viva-viva». Los profesores estamos para transmitir conocimientos, y de la manera más efectiva posible -de la capacidad de cada cual depende que esto se dé en mayor o menor medida-, no para divertir a los alumnos. Para aprender la concentración y la capacidad de memorización es fundamental para consolidar los conceptos aprendidos, y se está perdiendo, entre otras, porque no se hace que los alumnos apunten en clase y por tanto, se concentren en las explicaciones, les lleguen por la vía que les lleguen. Yo imparto clases con metodología digital, con libro de texto, etc. pero se da una circunstancia común, sean de 1º de ESO o de 2º de Bachillerato: Se les olvida todo de un día para otro. Tampoco hacen el esfuerzo de leer los enunciados, con lo que pierden una capacidad que incluso forma parte de las competencias básicas: autonomía personal. Buscarse la vida. Si no tienen la suerte de que su familia complemente lo que no aprenden en los institutos, circunstancia más frecuente cuanto menor es su nivel cultural y social, que no siempre económico, lo llevan claro para su futuro.

    • José Miguel
      19 febrero 2011 a 15:29 #

      Más que eliminar competencias, sería instituir como competencia esencial del proceso de enseñanza la real incompetencia de nuestros alumnos que Francisco Javier describe perfectamente en su artículo. ¿Acaso las competencias no hablan de «competencia en comunicación lingüística», «adquisición de conocimientos», «tratamiento de la información», «competencia para aprender a aprender», «autonomía e iniciativa personal»…?

  2. gilles
    19 febrero 2011 a 8:53 #

    No estoy de acuerdo en que se haya abandonado el modelo tradicional de enseñanza.De hecho, el tomar apuntes, es una de sus principales (y mas dañinas) caracteristicas.Digo esto porque el hecho de tomar apuntes convierte al alumno en un elemento completamente pasivo y alienado de las clases, en las que parece que el unico objetivo es el lucimiento explicativo del profesor, ya sea para los alumnos, ya sea para el mismo, convirtiendo las clases en una suerte de conferencias obligadas, en las que al alumno ni se le estimula, ni se le incentiva a participar, ni a questionar, ni a utilizar su propio criterio (eso es aun mas valido en las clases de filosofia, que a mi juicio deberian presentarse de un modo casi opuesto al de la tradicional clase magistral).Yo estuve 3 años en la facultad de filosofia y uno de los motivos que me llevaron a dejarlo ( aunque no tenia problemes respecto a los resultados academicos) fue precisamente este.En cierto evento europeo de educacion, un sector pequeño pero importante de catedraticos señalo que el sistema estaba construido para que se titularon un tipo muy concreto de persona, sugiriendo que la enseñanza estaba focalizada a licenciar a gente con cierta actitud y capacidad, pero no mas alla de esta,y que desplazaba el criterio propio y la autonomia intelectual de los que no se ajustaban a esos parametros.Creo que son los docentes los que deberian redoblar esfuerzos oara diseñar o, en su caso, adaptar su enseñanza a los tiempos que corren, y a las necesidades educativas y formativas que demandan los nuevos tiempos, que no son ni los de Aristoteles, ni los de Kant, ni siquiera los de Wittgenstein o Foucault.Por mi experiencia personal debo decir que, en lineas generales, el personal docente tiene una marcada tendencia a echar las culpas a otros, mas que a revisar su trabajo ( cuando, a mi juicio, la enseñanza es algo que requiere constante y continua renovacion, equiparable al Derecho, y dicho sea de paso, para mi la docencia es una profesion cuya responsabilidad es equivalente a la de oficios como medico o bombero, puesto que en sus manos, y en sus aciertos – o errores – esta el futuro de muchisimos individuos).

    A mi, personalmente, me resulta infinitamente mas realizador hacer lo que declaraba Schopenhauer:»si deseas aprender, no vayas a clase, leete los libros».Y la verdad es que tras años de estudio, y a mi pesar, es algo que no he hecho mas que reafirmar.Un saludo!

    «Dimelo y lo olvidare.Enseñamelo y lo recordare.Involucrame y lo Aprendere.»

    • Jesús San Martín
      19 febrero 2011 a 9:52 #

      Estimado Giles, confunde ser un pasivo monje copista con la actividad descrita por Francisco Javier: una mente activa, que sintetiza lo que escucha y lo expresa con sus palabras. ¿Qué hace usted sino eso cuando lee un libro? Obviamente, si tiene usted desarrolladas las mencionadas capacidades, mejor el texto original que escuchar al profesor. Precisamente esa será su actividad cuando, en calidad de profesional, necesite nuevo conocimiento. Por otro lado, si usted es partidario del consejo de Schopenhauer, y se introduce en su lectura, entonces ¿cómo involucrarle, tal como solicita, si la lectura es una actividad individual?
      La clase magistral es una forma de comunicar mucha información, y muy rápida, a un grupo homogéneo de estudiantes, que necesariamente deben sintetizar y asimilar la información, no repetir como loros. Ello no es óbice para que quien tenga la capacidad de absorber la información de los libros, lo haga, y todo estudiante universitario debe hacerlo. No obstante, muy poca gente, puede coger un libro de matemáticas y aprender de él, necesita que se lo expliquen; me estoy refiriendo a leer un libro del nivel inmediatamente superior al que tiene.
      De todas formas, totalmente de acuerdo con usted: si ya ha descubierto cual es el método que mejor se adapta a su aprendizaje sígalo, y olvídese de lo que digan los demás. Pero le recuerdo que la ley le obliga a ir al colegio, aunque no quiera y pueda aprender mejor en casa leyendo libros, ya que no son los profesores los que determinan como se enseña, sino los políticos, por mucho que queramos renovarnos.
      En la corrida, todos entienden de toros, pero en el ruedo sólo está el torero. Si nos pusiéramos como toreros (profesores) quizá juzgaríamos de otra manera su actividad. El principal mal que tiene la docencia es que toda persona ajena a la actividad se cree, no ya solo capaz, sino con derecho a juzgar.

    • Sara
      19 febrero 2011 a 10:07 #

      Como se nota que no está en contacto con alumnos de Educación Secundaria.
      Nadie duda de que la teoría del aprendizaje cooperativo, participativo, motivador y chachipiruli… es genial. Desde mi actual perspectiva y mis conocimientos miro atrás y me encantaría haber tenido clases con power point, debates, reflexiones… suena impresionante… pero, la realidad es que, como bien dice el autor de este artículo, con los niños NO FUNCIONA. Todos los ingredientes que el autor nombra son los que condimentan el caldo de cultivo de nuestro alumnado: cuanto más atractivo y visual haces las actividades, menos piensan.
      Supongo que todo empieza porque nuestros niños y adolescentes NO LEEN, adquirir hábito de lectura requiere un proceso lento y aburrido, con resultados a largo plazo (no hablo de «leer» los actuales cuentos, más visuales que otra cosa). Como consecuencia de esta falta de lectura, no tienen vocabulario (mi última «perla»: viernes en 2º ESO, alumna me pregunta si decimoctavo quiere decir dieciocho), sin vocabulario no se puede razonar, argumentar, relacionar ideas, ni nada.
      Las bases educativas deben volver a ser las tradicionales y entonces, en niveles superiores de enseñanza se podrán plantear nuevas estrategias.

    • 19 febrero 2011 a 11:32 #

      A pesar de que la red está llena de blogueros que apoyan estas premisas, agradezco que alguien, alguien más, coincida en mi visión de la educación en este foro.
      Más de una vez he criticado esa enseñanza tradicional que, en pleno siglo XXI, insiste en mantener al profesor como único protagonista, dejando al alumno a su suerte. Claro que con esfuerzo y disciplina puede conseguir lo que quiera, por muy plomiza que sea la exposición del maestro. ¿Pero por qué tiene que soportar eso si se puede evitar?
      No gusta leer que el protagonista es el alumno, quien en definitiva es el beneficiado o el perjudicado en esta historia. Y siendo eso así, cabe pensar que ya no vale aquello de meter contenidos en la cabeza del discente y que este, posteriormente, lo plasme con rigurosa precisión en un papel. No sabemos si esa prueba es suficiente para mostrar algo más que la posesión de una prodigiosa memoria, ni si esta actúa a corto o largo plazo, en cuyo caso, si el fin es el aprobado, habremos sembrado en terreno baldío.
      ¿Cómo, entonces, conocer si los contenidos, además de entendidos han sido asimilados? Evidenciándolo mediante la práctica, experimentando.
      Un futuro médico puede saberse el vademécum de memoria pero, ¿qué le aporta eso sino el evitar perder unos segundos en su consulta? ¿de qué le sirve que alguien le predique bondades sobre la cirugía si no ha tenido oportunidad de practicar por sí mismo?
      ¿Se puede hacer un postgrado sin tomar un solo apunte? Sí, yo lo he hecho. Claro, que para eso hay que estar dispuesto a abrir un poquito la mente y creer que hay vida más allá de la enseñanza tradicional. ¿Cuál es, entonces, el procedimiento? Lo dicho, experimentar y vivenciar al tiempo que se aprende, algo para lo que nuestra escuela aún no está preparada porque esas palabras suenan lejanas o peor, casi agresivas, basadas en «ideología progre», ideada por «psicopedabobos», que nos sitúan en el «fascismo», bajo la presión «inquisitorial», sometidos a las peores de las torturas. Esto, solo por mostrar algunas de las perlas que, quienes carecen de argumentos, dedican a quienes, ¿qué delito cometemos?, creemos en una educación no estancada en modelos tradicionales. Y por supuesto evitando expresiones como «empatizar con el alumno», tan defendida en la inmensa mayoría de los foros educativos pero que aquí nos ha valido el calificativo de «pederasta». En fin, poco se puede avanzar si todo lo que se arguye es descalificar e insultar a quien aporta algo más que la eterna cantinela de que los malos siempre son los demás.
      Como bien dices, hay que adaptar la educación a los tiempos y a las nuevas necesidades demandadas; lejos de las del siglo pasado, que en su momento sí podrían tener sentido, pero eso no es argumento para mantenerlas por los siglos. El hombre de las cavernas estaba feliz allí dentro, lejos de peligros y protegido de las inclemencias meteorológicas. Menos mal que un día decidió salir a tomar el aire, abrir su mente y arriesgarse a sobrevivir en otros medios. ¡Y no le salió gratis, pero valió la pena! Lo mismo que aquel loco que se atrevió a mirar un poco más allá de Finisterre, o el otro que se enfrentó a la iglesia con la ciencia en la mano.
      Hay vida más allá de la caverna pero, para descubrirla, hay que estar dispuesto a reconocer que nadie está en posesión de la verdad absoluta y, menos aún, atacar a quien aporta su verdad relativa por sorprendente que parezca.
      «Involúcrame y lo aprenderé». Esa es la clave.
      Saludos.

      • 19 febrero 2011 a 12:16 #

        Disculpe, señor Alonxo, pero, con todos mis respetos. No se entera usted de nada de lo que habla este artículo. Otra cosa son sus polémicas en este blog, que no conozco en detalle. Además, ha introducido en su respuesta un tema muy peligros: el mito del progreso. Ése es, precisamente, otro de los mitos que subyacen a la ideología psicopedagógica que alimenta a la LOGSE. Pero otro día hablaremos del progreso. Solo decir que todo el pensamiento hegemónico actual se basa en esa ideología: en economía, en política, en educación…y como toda ideología es un enmascaramiento de la realidad para engañar al pueblo, una forma de creencia y de adoctrinamiento. Por eso usted lo utiliza como verdad evidente, cuando realmente, aquí, no hay verdad, hay fe. Y fe interesada por parte de los gobernantes. Dése usted cuenta que de sus palabras se deduce, automáticamente, sin previa argumentación, que el futuro es mejor que el pasado. Disculpe, pero el que se encuentra en la caverna es usted, me refiero a la caverna platónica, claro…

      • 19 febrero 2011 a 13:59 #

        Disculpe, Señor Juan Pedro Viñuela, con todos mis respetos, como “no me entero de nada”, vengo aquí a que usted me ilustre. “Otra cosa son sus polémicas en este blog, que no conozco en detalle”. ¿Cuáles son “mis” polémicas y a qué viene eso?
        ¿He introducido un tema peligroso? ¿Hablar del progreso? Bueno. “¿Engañar al pueblo, una forma de creencia y adoctrinamiento?” Puede ser. En todo caso no más peligrosa que cualquier otra, para quien se deje engañar, claro está.
        No, revise mi comentario y observará que no, “no utilizo verdades evidentes”. Usted tiene su verdad y yo la mía; yo respeto la suya. Y, efectivamente hay fe, hay fe en lo que cada uno se quiera creer. Yo no ando por esos andurriales de la fe, por tanto, no me doy por aludido.
        “De sus palabras se deduce, automáticamente, sin previa argumentación, que el futuro es mejor que el pasado”. De mis palabras cada uno decide lo que le venga en gana, sí. En todo caso, no hace falta deducir nada, está muy claro: el presente (del futuro no me atrevo a hablar, quizá por aquello de la fe), es diferente al pasado, y por ello requiere unos métodos diferentes. Eso, no es que se deduzca, es que se expresa muy claramente. Su última frase haré como que no la he leído. ¿Por qué se empeñan tanto en entrar en el terreno personal? ¿Y usted me habla de polémicas? ¡Vaya!

    • Josçe Marçia
      19 febrero 2011 a 12:09 #

      Sr. Gilles:

      No entro en el meollo del asunto tratado –la desaparición del hábito de la toma de notas y apuntes por parte del alumnado- porque supongo que el autor del post y otros más capacitados que yo le darán cumplidas explicaciones. Querría centrarme en sus críticas a todo o parte del sector profesoral –esa crítica “por elevación” bastante frecuente- atendiendo, parece, a su personal y fallida experiencia.

      1. “Por mi experiencia personal debo decir que, en lineas generales, el personal docente tiene una marcada tendencia a echar las culpas a otros…”. Cierto. Aunque no señalamos al culpable principal en términos abstractos sino concretos. Y cito de otro profesor y otro foro: «….Es lo que tiene ser un país dirigido por políticos mediocres, que hacen leyes de educación mediocres que sólo producen universitarios mediocres que están abocados a tener trabajos mediocres el resto de sus mediocres vidas».

      2. “Creo que son los docentes los que deberian redoblar esfuerzos para diseñar o, en su caso, adaptar su enseñanza a los tiempos que corren, (….) , a mi juicio, la enseñanza es algo que requiere constante y continua renovación”. Pues sepa vd.que la mayoría del profesorado estamos aburridos y cansados de adaptarnos y renovarnos, hartos de practicar autocrítica, autoevaluación, contricción y penitencia según las creencias de cada satrapilla de turno, sea inspector, director u orientador. Lo que nos diferencia de otras profesiones es que debemos hacerlo obligatoriamente al son de leyes, decretos, órdenes, mandatos y normas, frecuentemente de periodicidad mensual, lo que raramente ocurre en cualquier otro oficio. Lo que pasa es que esta renovación impuesta obedece a criterios políticos y/o de una corriente pedagógica determinada, cuyos resultados estamos, por desgracia, experimentando. Traslade esto a la profesión médica y a la implantación por ley de un método de tratamiento clínico sin la suficiente base científica, sólo debido a intereses políticos que creen en los de un determinado laboratorio.
      Parece que se confunde vd. con la formación que cada profesional realiza libremente profundizando y poniéndose al día en su área de conocimiento, por propia convicción deontológica y/o por los resultados que obtendrá. Para su conocimiento -aunque sospecho que lo sabe perfectamente- esto último NO se tiene en cuenta para nada, ni apenas se EVALÚA profesionalmente en primaria y secundaria. Al contrario, estamos llegando a la aberración de que los profesionales de la enseñanza tenemos casi que avergonzarnos de nuestros currícula académicos (doctorados, congresos, investigaciones, publicaciones….) si no queremos ser tachados –a veces abiertamente y siempre en las reuniones del sanedrín- como tradicionales, carcas y sobre todo, elitistas.

      3. Citas a Schopenhauer:
      – ”Si deseas aprender, no vayas a clase, leete los libros”.De acuerdo parcialmente, dado que dependiendo del profesor, pueden complementarse mejor ambas cosas. Claro que Schopenhauer no conoció la LOGSE y lo que vino después. Y aunque vd. sí, le recordaré que según las estadísticas cada vez se lee menos en España –no digamos ya libros-, y que si un profesor de secundaria o bachillerato siguiendo su ideal diera libertad a un alumno para hacer lo aconsejado por la máxima sería expedientado ipso facto, y que salvo una inmensa minoría –acomplejada y arrinconada por sus compañeros- el alumnado le tiraría el libro a la cara (metafóricamente o real según los Centros).
      -“Dimelo y lo olvidare. Enseñamelo y lo recordare. Involucrame y lo Aprendere.” (lo de las tildes debe ser cosa de su ordenador, pero queda horrible). De acuerdo, si bien lo de la involucración no lo termino de entender del todo. Para su actualización -y la de Schopenhauer- he de decirle, sin embargo, que según la corriente pedagógica constructivista, que de eso se trata, y las leyes, decretos y normas que la implementan, han decidido que los profesores de los niveles aludidos no somos enseñantes sino educadores. Así que quienes intentamos enseñar –con o sin apuntes- estamos bordeando la legalidad y, desde luego, no somos bien vistos por la línea de mando. El pobre Schopenhauer debería revisar su discurso si viviera.
      En resumen, la idea general que en su crítica subyace –obviando los anacronismos de las citas- es justamente lo que sus actuales compañeros de ideología han IMPUESTO por LEY en nuestras aulas desde hace 20 años, con el resultado evidente y contrastable, según todos los indicadores propios y ajenos, del hundimiento de la educación primaria, secundaria y del bachillerato. Y ahora que se va imponiendo en la Universidad pronto veremos las consecuencias finales.

      • 19 febrero 2011 a 14:41 #

        Iba a contestar, pero no hace falta. Excelente su comentario, Josçe Marçia (José María, tal vez). Quizás apuntar otro despropósito en el que Gilles abunda y que también se ha convertido en un tópico de la discusión de nuestro tiempo: extrapolar lo que se dice para los alumnos de Enseñanza Secundaria a otros ámbitos que de ningún modo se puede pensar que, salvo por desconocimiento o intención falaz, comparten similares planteamientos didácticos. Esto es, los niños de los Colegios o los estudiantes de las Universidades. Un saludo.

      • 19 febrero 2011 a 14:44 #

        ¡Ah, se me olvidaba! Un certero y riguroso artículo, Francisco Javier.

      • Francisco Javier
        19 febrero 2011 a 22:22 #

        Excelente puntualización Antonio, que es aquí parece que todo es el mismo cóctel insoportable. Un saludo, Antonio.

    • José Miguel
      19 febrero 2011 a 15:47 #

      Gilles escribe esto:

      «lucimiento explicativo del profesor, ya sea para los alumnos, ya sea para el mismo, convirtiendo las clases en una suerte de conferencias obligadas, en las que al alumno ni se le estimula, ni se le incentiva a participar, ni a questionar, ni a utilizar su propio criterio (eso es aun mas valido en las clases de filosofia, que a mi juicio deberian presentarse de un modo casi opuesto al de la tradicional clase magistral)».

      «autonomía intelectual».

      Es algo ingenuo hablar de «criterio», «cuestionamiento», «autonomía intelectual» en sujetos adolescentes, en estos tiempos de formación académica prácticamente inexistente. Poseer un mínimo de recursos críticos, potentes, primero uno tiene que aprender muchas cosas, con papel y lápiz, leer, estudiar, relacionar, las ideas que las mentes más lúcidas desde muy antiguo han elaborado, y después de mucho batallar con ellas, uno puede atisbar la posibilidad de ejercitar cierto juicio crítico que rebase el estadio infantil. Gilles, como muchos, se mueve ese marco psicologista (muy en la onda piagetiana, y, por tanto, de la psicopedagogía al uso que padecemos, por el que todo sujeto tendría una espontánea capacidad para la crítica, incluso una inclinación innata. Pero eso está a años luz de la realidad adolescente en las aulas. Por cierto, ¿acaso Gilles observa una elevada «autonomía intelectual» en las facultades universitarias de ferrea endogamia como son las españolas? Si eso pasa con los adultos, imagínese con unos adolescentes que ni siquiera saben tomar unos apuntes. El adolescente a lo más que llega es a una crítica negativa, pura oposición desnortada, esa rebeldía sin causa nihilista, que a ningún lugar conduce. Y hablamos de la crítica en su sentido genuino, no la vulgar crítica psicologista, muy extendida en las aulas.
      ¿Y quién le dice a Gilles que una clase magistral no puede fomentar el pensamiento crítico? ¿Y por qué Gilles, entusiasta de la «autonomía intelectual» (me gustaría saber realmente qué se quiere significar con tal sintagma), emplea el topicazo psicologista de la clase magistral como producto de la vanidad o del «lucimiento» personal del docente? Además, si la clase fuera realmente magistral, ¿importaría mucho, en ese caso, las motivaciones psicológicas del docente, si su lección ha sido digna de tal nombre?

    • Francisco Javier
      20 febrero 2011 a 12:58 #

      Schopenhauer, al igual que el resto de personalidades que Usted menciona, se educaron en un medio absolutamente alejado, opuesto, del que Usted reivindica de modo contradictorio. Su educación fue estrictamente clásica, rigurosa y fue ella la que hizo posible su posterior desarrollo como pensadores. Por otra parte, la propia metodología que estos sabios practicaron no fue otra que la tradicional. ¿Alguien se imagina a un Schopenahuer impartiendo sus lecciones en Berlín con una pizarra digital? ¡Por Dios! Piense, por ejemplo, en los cursos que dictó Foucault en el Collège de France o los Seminarios de Lacan. Y es que lo que procede aquí no es otra cosa que lo siguiente: el que tiene algo que decir, el que sabe, expone, habla, y los alumnos callan, atienden, aprehenden y se ilustran.

      Otra cosa es que Usted, tal vez, no tuvo suerte con sus profesores, que no daban la talla, o lo que fuese (también en la Universidad, no seamos tan negativos, hay muchos profesores a los que sí merece la pena escuchar, yo al menos tuve algunos excelente, que me ayudaron en los seminarios a leer con rigor y paciencia a Kant o Aristóteles entre otros). Pero eso, ¿qué tiene que ver con los apuntes o la exposición tradicional? ¿A Usted no le hubiese gustado asistir a las clases magistrales que dictaron Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, ……..? Por cierto, creo que la afirmación de Schopenhauer oculta bastante resentimiento. Es sabido que hizo intentos de dedicarse a la docencia, pero -tal vez, injustamente, da igual-, el que se llevaba la palma era Hegel, al que odiaba a muerte, y a sus clase no acudía prácticamente nadie. Concluyo: si esos nuevos nuevos métodos, acordes a los «nuevos tiempos» ¿¿¿?????, hubiesen sido sometidos a la mirada de un Schopenhauer, por poner su ejemplo, creo que la carcajada habría sido mayúscula, (y la náusea); las críticas hubiese sido demoledora, salvaje (de eso no hay duda posible.)

  3. 19 febrero 2011 a 10:00 #

    Gilles, con todo el respeto, piense Vd., que estuvo en la Facultad de filosofía, en lo que está diciendo:

    «Creo que son los docentes los que deberian redoblar esfuerzos oara diseñar o, en su caso, adaptar su enseñanza a los tiempos que corren, y a las necesidades educativas y formativas que demandan los nuevos tiempos, que no son ni los de Aristoteles, ni los de Kant, ni siquiera los de Wittgenstein o Foucault.»

    Piense que está tirando el niño junto con el agua… ¿Qué culpa tienen estos autores «desfasados» de su particular experiencia?

    » … las necesidades educativas y formativas que demandan los nuevos tiempos» : ¿dónde están esas nuevas tablas de la ley, que arramblan con todo lo hecho? Y si arramblan con todo lo hecho, ¿con qué criterio procedemos? Por cierto, le aconsejo que relea a Kant, y a los otros, y que lo trate, aunque est´ñe muerto y fuera chiquitillo, como lo que fue: uno de los mayores genios de la cultura europea. Empiece por el opúsculo «Qué es ilustración?», a ver si le dice algo.

  4. sonia
    19 febrero 2011 a 10:19 #

    Yo me voy a bajar de nivel y voy a poner un simple ejemplo que me ocurrió el otro día impartiendo una clase de informática a los alumnos de 1º de EP.
    Este curso es muy difícil. Son niños con mucha falta de atención, disciplina, concentración, que gritan, hablan y se dispersan continuamente. Como la clase es más o menos lúdica va saliendo más o menos.
    A estas alturas de curso, una gran mayoría no se ha soltado a leer, aunque parezca increíble, a escribir, ya me contarán.
    En su día me pidió mi jefe de estudios que les diese lectoescritura en la clase de informática para ayudar a su tutora. Para ello, me mandó un documento en el que aparecía una tabla con consonantes sueltas en las diversas celdas. Yo vi aquello y no supe interpretar qué quería que hiciese con eso en la pizarra digital. Mea culpa, no soy pedagoga ni estoy haciendo ninguna tesis de lectoescritura con esos métodos tan modernos y «demostrados científicamente» que con ellos los niños leen y comprenden a la primera.
    En fin, le dije que eso no sabía hacerlo, y que si no sabían lo que era una «t», cómo iban a ir leyendo las letras una a una y cada vez a una velocidad mayor.
    Intenté buscar recursos de lectoescritura pero la mayoría que existen o he encontrado por Internet son para Educación Infantil, con lo cual, eso para ellos les viene corto, necesitan «otra cosa».
    El otro día se me ocurrió que aprendiesen a escribir en el teclado y escribiesen nombres en el buscador de Google, al hacer «enter» aparecería lo que estaban buscando y si estaba bien, pues limpiaban la página y escribían letras nuevas.
    Parece ser que les gustó eso de buscar e inmediatamente, todos estaban escribiendo palabras, nombres de frutas, algunos nombres de películas, etc…
    En esto que mi jefe de estudios hace su aparición triunfal en mitad de mi clase (sin llamar, para variar) y los ve en Google y me dice muy malhumorada: «¡¡¡Están en Google!!!». Le dije que sí y le expliqué lo que estaba haciendo. Se puso muy enfadada y me contestó: «Tú sabrás lo que haces, allá tú».
    No sé, yo no soy especialista en psicopedagogía ni mucho menos, pero no creo que por mandarles escribir y reconocer lo que escriban sea tan malo en esa hora de informática, y más aún cuando miro a mi alrededor y veo el nivel que tienen, los que llevan años entrando a sus clases de apoyo y siguen igual, el nivel del resto del colegio y los «métodos» que emplean.
    ¿No será que le entró un poco de celos porque esa actividad es realmente válida porque hace que los niños aprendan a leer y escribir de una tacada y de forma lúdica y son ellos los principales protagonistas de su aprendizaje?
    Saludos.

    • 19 febrero 2011 a 11:03 #

      Hola, Sonia, ¿de qué horda paleolítica habéis sacado a esa jefa de estudios que entra a las clases sin llamar? Y en cuanto a lo de los métodos de lectura, tú sabes mejor que yo que los «innovadores» han sido tradicionalmente partidarios de aquellos métodos sintéticos o globalizadores que debieron de entrar en España hacia los años 60 y, de inmediato, fueron adoptados por la vanguardia papanateril como el no va más, que para eso venían de fuera. Poco a poco, los especialistas en preescolar y ciclo inicial más atentos, más flexibles, más preparados, más conocedores de la realidad, se fueron dando cuenta de que, por las particularidades lingüísticas del español, no solo no eran mejores que los métodos silábicos analíticos utilizados tradicionalmente en España, sino que, además, para algunos niños, eran perjudiciales, así que volvieron a los métodos de siempre, no porque fueran unos reaccionarios (eso será lo que piense tu jefa de estudios), sino porque eran buenos profesores. ¿Será por casualidad tu jefa de estudios una creyente en los novedosos métodos globalizadores que un día, con mucha ignorancia y poco éxito, algunos quisieron meter con calzador en nuestras escuelas?

      • Laura
        1 marzo 2011 a 23:54 #

        Ufff polémico tema donde los halla la lecto-escritura.
        Desde mi perspectiva de tutora de infantil en Castilla y León os recumo brevemente. Ahora mismo resistimos unas cuantas (muy poquitas) empeñadas en dejar que sean los propios niños los que pidan aprender. Al mismo tiempo chocamos frontalmente con los padres que ya en 3 años te preguntan que cuando empezamos a leer y escribir; y lateralmente con los compañeros de primaria, pobre de la que pase a 1º una clase donde haya menos del 90% de alumnado que lea y escriba… a ver qué es lo que has estado haciendo 3 años!!!
        Como tampoco vamos a desvariar con el tema, que da mucho de sí, simplemente voy a mencionar que como ha dicho Pablo, tanto hablar de métodos nuevos, modernos, globalizados etc etc resulta que lo más eficaz, para la gran mayoría del grupo aula (una media de 20 a 25 niños) sigue siendo el tradicional.
        MI opinión es que lo interesante es no quedarte sólo con un método, sino ir cogiendo cosillas de unos u otros que te pueden ir ayudando en uno u otro momento de la escolaridad para lograr que los niños de 5 años se interesen por la lectura y tengan ganas de escribir, que para mí, esa es la función y objetivos de infantil, respecto a la competencia en cuestión.

  5. Mari Cruz Gallego
    19 febrero 2011 a 10:55 #

    Resulta complicado el tema. Estoy segura que el verdadero fundamento de las «autoridades pedagógicas» para denostar el tomar apuntes viene por el simple hecho de buscar una solución al problema de cómo mantener, por obligación, a todos los adolescentes en un aula hasta los 16 años, siguiendo la misma vía educativa. Como la actividad intelectual es, por definición, una actividad elitista (sólo unos pocos pueden acceder a ella), sólo unos pocos están capacitados para mantenerse en silencio, escuchando y tomando apuntes; sólo unos pocos están interesados en ello (aunque cuando suene el timbre las hormonas adolescentes se les disparen, como tiene que ser a los 15 años). Así que algo hay que hacer cuando resulta que debemos mantener a todos los jóvenes dentro del aula: admitir que todos están capacitados para lo mismo es un error, así que hay que cambiar el método, motivarles, para que no se espante el 60% (o más) de los «encerrados».

    ¿Dictar apuntes es la solución a la enseñanza? Evidentemente, no. Pero sí que es un método beneficioso por los motivos tan bien apuntados en este artículo y que no voy a repetir. Pero parece necesario aclarar, porque si no parece que se nos recrimina siempre lo mismo, que defender la clase magistral no es excluyente de otros métodos y que no se trata de volver al pergamino. Dictar una clase es totalemnte compatible con proyectar un power point, trabajar en un aula moodle o utilizar la pizarra digital. Igual que lo anterior es, y debe ser, compatible con tareas tan aburridas como realizar un comentario de texto, leer El Qujote entero y sin recortes o elaborar una disertación escrita de tres folios sobre la realidad y el idealismo.

    Sólo unos pocos están preparados para ello, y sólo una minoría está dispuesta a realizar tamaño esfuerzo, igual que sólo unos pocos están capacitados para sacar aprovechamiento intelectual de un aula moodle o un globster (y no simplemente, jugar con las tics).

    Un saludo a todos.

  6. 19 febrero 2011 a 11:13 #

    A mí no me gusta hablar de enseñanza tradicional, sino anterior a la LOGSE. Pues hablando de tradicional, es como si uno aceptara ponerse la camiseta que desean los defensores del sistema, con sus concepciones maniqueas (tradicional=malo, memorístico, elitista, desfasado, franquista, etc. contra moderno=bueno, progresista, democrático, igualitario, etc.), y sectarias. Nada, en todo caso, podrá volver a ser como antes, aunque no hay que perder la esperanza tras el deseable derrumbe del conglomerado logsiano. Felicitaciones por el artículo.

  7. 19 febrero 2011 a 11:28 #

    Javier, dados los ataques absurdos a «lo tradicional», «lo anticuado», «lo reaccionario», «la aburrida clase magistral» o «los inútiles apuntes» con que nos ha bombardeado la nueva pedagogía -nueva pedagogía que, por cierto, ya peina canas y no ha demostrado ser especialmente innovadora ni eficaz-, resulta muy conveniente una defensa de la toma de apuntes tan clara y bien razonada como la que nos ofreces. Para quien haya leído este artículo, ya será un poco más complicado despacharse los apuntes con una de esas descalificaciones lapidarias y vacías a que nos tienen acostumbrados algunos de los que los critican, y no estoy hablando de personas como alguien que escribe un poco más arriba con el nombre de Gilles, que tiene sus respetables razones y las presenta con toda corrección, sino de los talibanes de la pedagogía que hoy se han hecho dueños de la enseñanza en España y con sus políticas despóticas la han convertido en un Tora Bora educativo que ellos gobiernan con los resultados que están a la vista. Yo, por muchas reazones, no utilizo el método de dictar apuntes salvo en contadísimas ocasiones, pero lo considero uno más de los que pueden aplicarse con eficacia y, mientras así sea, debe ser respetado como cualquier otro, cosa que ha menudo ovidan los pedagogos. Es además, como tú señalas, un método que viene avalado por siglos de uso y por haberlo utilizado muchas de las figuras señeras de la cultura de la humanidad, así que… Pues bien quienes hoy en día conducen la enseñanza en España, no solo lo desprecian, sino que además están empeñados e implantar otros por la vía de una imposición cada vez peor disimulada. ¿Qué podemos esperar de quienes ni siquiera valoran la cultura y pretenden algo tan inaudito en la transmisión del saber como la imposición rígida de unas metodologías?

    • 19 febrero 2011 a 11:34 #

      Se me ha colado un «ha menudo» que podría explicar, pero me limitaré a pedir disculpas y corregirlo.

    • sonia
      19 febrero 2011 a 12:39 #

      ¿Y por qué será que estos pedagogos son los mismos que siempre quieren tener «esclavos» a su servicios para que trabajen por ellos, pongan en práctica sus «maravillosos» métodos, pero a la hora de la verdad los que se llevan los laureles son ellos?
      ¿Por qué será que esta misma gente no tiene a sus hijos en la pública y en petit comité te dicen o se les escapa que enseñan a leer a sus hijos por el método «tradicional»? ¿Por qué ese doble rasero y esa hipocresía?
      ¿Por qué siempre andan fiscalizando, cuestionando, juzgando todo lo que hacemos?
      Es que los toros se ven siempre muy fáciles desde la barrera. Y dar clase de apoyo de uno, dos, tres o cuatro alumnos como máximo y un montón de horas libres no es lo mismo que lidiar con todo el colegio dando clases de informática «para que puedan librar horas los demás compañeros» y encima te pidan que enseñes a leer porque con su maravilloso «método» no se sueltan.

  8. Helena
    19 febrero 2011 a 11:29 #

    Me alegra mucho ver que no soy la única que mantiene el valor de que los alumnos tomen apuntes en clase.
    El tomar apuntes no hace alumnos pasivos, pues la tarea lejos de ser pasiva o alienante requiere bastante concentración y actividad intelectual de los alumnos.
    En primer lugar, supone una escucha activa, no basta con el mero estar en el aula pensando en las musarañas, sino que requiere atención a lo que se dice para ir escribiéndolo. Y en ello juegan los recursos previos que tenga el alumno: vocabulario para expresarse, al mismo tiempo que supone un primer filtro de lo que recibe del profesor. Entonces, lejos de ser una tarea menor, me parece que tomar apuntes es bueno para el alumno. Apuntes que después debería enriquecer con el correspondiente manual.
    No me parece necesario que el alumno tenga que tener un ordenador en clase pues dispersa su atención. Ni me parece imprescindible un power point, aunque puede aportar mucho en según que materias. Desde luego, no en todas.
    Y nada a los pedagogos y conversos….se les ve pronto el plumero ¡Baldomeroooo!

  9. 19 febrero 2011 a 11:47 #

    Vamos a ver, lo que aquí sucede es que se confunde la clase magistral con dictar apuntes. Y eso no es así de ninguna de las maneras. La clase magistral motiva por sí misma. Es una transmisión de conocimientos, valores y pasión. Otra cosa es, como señala Maricruz, que haya que tener entretenidos a todos los alumnos. Pero eso es otro problema, no de la clase magistral, ni se soluciona con las nuevas tecnologías. Ése es el problema de la obligatoriedad de la ESO hasta los dieciséis años y prorrogable y de nuestro sistema de promoción. Es decir, que el error viene de la ideología LOGSE de fondo. El repudio de las clases magistrales, y digo en el sentido magistral, no dictar viejos apuntes o leer un libro de texto, es una consecuencia del propio sistema. De lo que se trata es de mantener entretenidos, de enseñar entreteniendo, porque, para lo que hay que enseñar, pues es suficiente. Por eso la clase magistral, que es la mejor manera de transmitir conocimientos de una forma rápida y homogénea, como dice Jesús San Martín, es denostada por todos. Ya no se trata de conocimientos, sino de meras competencias vacías y con una intención clara de instrumentalización del alumno para el futuro. Lo que, por otra parte, es un atentado contra la dignidad de las personas. De lo que se trata es de convertir a los ciudadanos en instrumentos, de ahí lo de la adaptabilidad y las competencias, eso es un todo. La clase magistral es un vehículo de transmisión del saber irremplazable y absolutamente necesario, y que exige del profesor un conocimiento profundo de su materia. Un conocimiento que siempre debe ir actualizándose. Es un deber de nuestra profesión, no la formación psicopedagógica, eso es adoctrinamiento. No entiendo ese comentario sobre la filosofía, mis clases han sido siempre magistrales, en cuanto al método, no sé en cuanto a calidad, –y utilizo las nuevas tecnologías como el que más- pero mi explicación de Platón, de ahora, muy poco tiene que ver con la explicación cuando terminé mis estudios universitarios, que no son más que una mera introducción. El profesor que ejerce la clase magistral no es un papagayo, tiene como fin provocar al alumno, utiliza el dialogo, la mayeútica, y las tecnologías modernas si vienen al caso también. Pero el error logsiano es confundir los fines con los medios. Creer que la utilización de las nuevas tecnologías o el aprender a aprender es el fin. Pero no es así, eso no son más que medios. El fin es la transmisión de conocimientos, valores y pasión, todo lo demás son pamplinas. Pero ya lo sabemos, el problema es de fondo y lo hemos discutido mucho. Esto no interesa a la ideología LOGSE que emana del poder que quiere convertir a los ciudadanos en instrumento, meros números del mercado, tanto del consumo, como del trabajo. La defensa de las clases magistrales es la defensa de la ilustración. El conocimiento es el vehículo de la libertad. Y ésta es entendida como autonomía. Y la autonomía es la capacidad de pensar por uno mismo. Pero no se puede pensar desde la nada, primero son necesarios los conocimientos. A medida que estos van incrementándose el alumno puede ir soltándose e iniciar su propio caminar: relacionar, investigar; pensar, en definitiva. Pero, claro, este ideal ilustrado, está muy lejos del posmodernismo, que hunde sus raíces en la antiilustración: en el relativismo y el nihilismo. Si el conocimiento es relativo, no merece la pena transmitirlo, porque cualquier opinión es equivalente y válida. Y esto nos lleva directamente al vacío del nihilismo. Por eso las nuevas pedagogías no son más que formalismo, pura cáscara, tautologías mistéricas, como eso de aprender a aprender y otras máximas del oráculo. Ya decía Kant que a la paloma le gustaría que no existiese el aire para así poder volar más libremente, pero, en realidad puede volar porque el aire ofrece una resistencia. Lo mismo sucede con el aprender. Necesitamos de unos conocimientos para poder pensar por uno mismo, desde la nada y el vacío no se aprende nada. Además, señor Gilles, si usted se da cuenta, lo que he hecho en todo el escrito es una actualizacin de los clásicos a los que usted cita, para desenmascarar el engaño de los psicopedagogos y el poder. Disculpe mi arrogancia, pero usted no conoce a esos clásicos ni la psicopedagogía y yo, como filósofo –que llevamos dentro el ser educadores, el germen socrático- he pretendido darle una clase magistral, disculpe mi osadía, simplemente sigo a Sócrates, el gran pedagogo. Un saludo a todos.

    • Jesús San Martín
      19 febrero 2011 a 12:44 #

      Juan Pedro, ya que hablas de provocar, aprovecharé para decir como lo hago yo. Muchas veces no dejo tomar apuntes, les obligo a entender, pregunto si lo han entendido, advierto que si hay alguien que no lo ha entendido que lo diga, pues a continuación voy a preguntar, y cuando todos lo han entendido, borro la pizarra y empiezo otro problema, sin haberles dejado copiar. Están confundiendo la clase magistral, en este caso de Maestro, con un dictado de apuntes. En esa exposición se hacen conexiones, se relacionan cosas, se da vida a la exposición, como en una novela con narraciones secundarias, se pregunta y se interactúa. Se va enriqueciendo con la vida docente del maestro, como bien dices: “pero mi explicación de Platón, de ahora, muy poco tiene que ver con la explicación cuando terminé mis estudios universitarios”
      El alumno va a proceder, como toda persona que no sabe, por imitación y copia, de ahí la necesidad de los mejores modelos: los clásicos, y de ahí tu maravillosa afirmación: “A medida que estos van incrementándose (..los conocimientos..) el alumno puede ir soltándose e iniciar su propio caminar: relacionar, investigar; pensar, en definitiva.
      En mi clase no hay creencias. Los alumnos interpelados sobre la certeza de la solución suelen decir: “creo que sí”, y les pregunto que cuántas son 5*3, y ante la respuesta de 15, les pregunto: ¿lo crees o lo es?. A continuación dicen que la soución sí es correcta y vuelta a empezar. Los alumnos no pueden responder, sí o no, tiene que explicar la respuesta. Les provoco y les digo que “porque sí o porque no, ya lo dirán cuando sean padres”. En mi clase, ni yo digo “sí”, sin justificar.
      Un saludo

    • marile
      20 febrero 2011 a 1:10 #

      Magnífico su texto. No tengo nada que comentar, tan solo resaltar esta frase «Si el conocimiento es relativo, no merece la pena transmitirlo, porque cualquier opinión es equivalente y válida. Y esto nos lleva directamente al vacío del nihilismo.» De pura evidencia resulta magistral.

  10. 19 febrero 2011 a 12:34 #

    Magnífica y certera entrada, Francisco Javier.

    El espantajo de la enseñanza tradicional es sólo un estúpido, aunque eficaz, reclamo publicitario del agit-prop de los introductores de las pedagogías necias y fracasada.

    Lo que dices es completamente cierto. Con el modelo de enseñanza defendido por los bárbaros no habría existido la transmisión del conocimiento. El paradigma constructivista conduce al analfabetismo y al desarrollo cero de las llamadas competencias, un término robado por los psicopedagogos a autores que nada tienen que ver con ellos para sembrar su habitual confusión.

    Al final lo que cuentan son los resultados. Con el sistema educativo imperante los alumnos no sólo no aprenden, sino que tampoco aprenden a aprender. Se ve en la degradada universidad. Son mayoría los que son incapaces de seguir una explicación. La cuestión no es que tomen apuntes o no tomen apuntes. La cuestión es que no tienen el hábito de atender ni cuentan con los mínimos rudimentos para entender.

    Si el tomar apuntes es tomar nota taquigráfica de una clase, me ha parecido siempre bastante un ejercicio bastante inútil. Para eso se hace una grabación y luego se oye las veces que sea necesario. Lo importante es que los alumnos estén acostumbrados a escuchar a su profesor, estén dispuestos a aprender de él. La clase magistral (término irónicamente empleado por la pedagogía más necia) no excluye el diálogo ni la interacción. Al contrario, el profesor debe pulsar permanentemente el grado de conocimiento y comprensión auditiva de sus explicaciones. Y el alumno debería preguntar sus dudas, para lo cual tendría que tener la intención de aprender algo, tendría que haber entendido al menos una parte de la explicación, etc..

    En fin, tu entrada es una metáfora demoledora, pese al humor, de los resultados de una pedagogía fracasada, que ha atacado la esencia del papel y el trabajo del profesor y ha ocasionado un destrozo evidente. La enseñanza media está destruida, es una fábrica de analfabetos (con gloriosas, pero escasas, excepciones) y este hecho hace tambalearse un modelo educativo que es tan insostenible como el sistema financiero. Quizá más.

  11. 19 febrero 2011 a 12:43 #

    Magnífica y certera entrada, Francisco Javier.

    El espantajo de la enseñanza tradicional es sólo un estúpido, aunque eficaz, reclamo publicitario del agit-prop de los introductores de las pedagogías necias y fracasadas.

    Lo que dices es completamente cierto. Con el modelo de enseñanza defendido por los bárbaros no habría existido la transmisión del conocimiento. El paradigma constructivista conduce al analfabetismo y al desarrollo cero de las llamadas competencias, un término robado por los psicopedagogos a autores que nada tienen que ver con ellos, para sembrar su habitual y exitosa confusión.

    Al final lo que cuentan son los resultados, por mucho que los tontos y las tontas quieran ocultarlos en la logomaquia de sus sandeces disfrazadas de modernidades. Con el sistema educativo imperante los alumnos no sólo no aprenden, sino que tampoco aprenden a aprender. Se ve en la degradada universidad. Son mayoría los que son incapaces de seguir una explicación sencillita. Si es abstracta, como si fuera en arameo con subtítulos en sánscrito. La cuestión no es que los estudiantes tomen apuntes o no tomen apuntes. La cuestión es que el modelo educativo aprendido tras años de ludismo, constructivismo y didácticas absurdas no ha fomentado en el discente el imprescindible hábito de atender ni les ha proporcionado tampoco los mínimos rudimentos para entender.

    Si el tomar apuntes es tomar nota taquigráfica de una clase, me ha parecido siempre bastante un ejercicio bastante inútil. Para eso se hace una grabación y luego se oye las veces que sea necesario. Muchos apuntes de alumnos son una selección aleatoria de frases fragmentarias no entendidas: algo que se parece a un experimento narrativo surrealista, aunque sin gracia ni luminosidad sugerente. Lo importante es que los estudiantes estén acostumbrados a escuchar a su profesor, estén dispuestos a aprender de él. Algo tan elemental como insólito en la pedagogía basura de los nefandos “expertos” que tú mencionas como ejemplo de la estutlticia instittucionalizada. La clase magistral (término irónicamente empleado por la pedagogía más necia) no excluye el diálogo ni la interacción. Al contrario, el profesor debe pulsar permanentemente el grado de conocimiento y comprensión auditiva de sus explicaciones. Y el alumno debería preguntar sus dudas, para lo cual tendría que tener la intención de aprender algo, tendría que haber entendido al menos una parte de la explicación, etc.. En eso debe consistir una clase, no en las “secuencias didácticas” que se enseñan en las facultades de educación (con minúscula deliberada) ni en la triste práctica de las guarderías estabuladoras de ciudadanos más o menos mansos, más o menos agrestes o asilvestrados, que es lo que de verdad son los establecimientos de ese invento anglosajón pseudoprogresista llamado “escuela comprensiva”.

    En fin, tu entrada es una metáfora demoledora y certera, pese al humor, de los efectos reales de una pedagogía fracasada, que ha atacado la esencia del papel y el trabajo del profesor y ha ocasionado un destrozo evidente. La enseñanza media está destruida, es una fábrica de analfabetos (con gloriosas, pero escasas, excepciones) y este hecho hace tambalearse un modelo educativo que es tan insostenible como el sistema financiero y el propio sistema de representación política y democrática. O el Estado de las Autonomías. Quizá más.

    Me temo no obstante que volvemos al razonamiento de siempre en DESEDUCATIVOS. Primero, hay que tomar conciencia de realidades como las que tú planteas. Es preciso reconocer urbi et orbi esa dura realidad. Y que se asuma en los ámbitos oficiales. El razonamiento lógico más elemental nos llevaría después a una oración consecutiva obvia. Sabemos, por supuesto, que los instalados en el chiringuito oficial, en el establishment pedagógico, en el búnker y en el aparato ni reconocerán los hechos ni admitirán lo que ellos, en su impostura o en su fe del carbonero, consideran regresivo y retrógrado. Y te dirán que las referencias a las Jennifer y a los Johnattan son resabios clasistas y segregadores que demuestran tu feroz elitismo.

    • 19 febrero 2011 a 17:28 #

      Ahí está, Mariano: al final, la pregunta siempre es: ¿y esto para qué sirve? Y luego, esta otra: vale, ¿y funciona? En el caso de nuestro sistema educativo actual y de su filosofía, yendo directamente a la segunda pregunta, que es la que importa, la respuesta es: NO, y no me lo saco de la manga, todos, desde el más crítico hasta el más adicto, estaremos de acuerdo en que hay mil datos objetivos que testimonian su fracaso. Entonces se abre la puerta a otras reflexiones: ¿por qué los que mandan siguen manteniendo una pedagogía fracasada? ¿Por qué van aún más lejos y quieren implantarla en la universidad? Hace nada hablaba con dos profesoras en prácticas que me parecieron personas sensatas, inteligentes y bien informadas. Echaban las mismas pestes que tú de la dictadura que el pedagogismo está imponiendo en los másters universitarios, de cómo se da más valor a las estupideces vacías e inútiles de un pedagogo que a las enseñanzas con contenido de un especialista en cualquier materia, de los tochos inútiles y vacíos de cientos de páginas que se dan en los cursos más puramente pedagogistas, de la tiranía y la ineptitud que demasiado a menudo demuestran los profesores cuya materia no es matemáticas, lengua, física, inglés, geografía o economía, sino un megasuperguay enseñar a enseñar, de cómo resulta que los defensores del buenismo, cuando se suben a la cátedra, resultan ser los déspotas más feroces y los peores enseñantes… En resumen: dos personas jóvenes que veían la cuestión desde los pupitres me contaron la misma versión pesimista que compartimos dos viejos correosos y quevedianos como tú y yo. ¿Tendrá esto algún significado?

      • 19 febrero 2011 a 18:41 #

        El pedagogismo es la relígión del poder. Pese a su vaciedad y su carácter nocivo, gana adeptos en la propia universidad, más o menos vergonzantes. Hay que tener en cuenta que el nuevo máster de formación de profesores tiene como asignaturas obligatorias para todas las especialidades una de psicología, otra de pedagogía y otra de sociología de la educación. Cuando digo todas las especialidades, me refiero a lengua, matemáticas, inglés, física, etc.. Es decir, que gracias al nuevo título de «especialización pedagógica» aumentarán las plantillas de estas materias tan mágicas y que siguen difundiendo la renovación educativa, la mediación, el aprendizaje significativo y demás gaitas. Las demás asignaturas, por lo menos en Humanidades y en ciencias puras, pierden horas porque los grados tienen menos carga lectiva y los másteres que no conducen a la docencia es dudoso que vayan a tener más gente. Ojalá me equivoque. O sea, que más pedagogos y asimilados en la universidad. El error que han cometido algunos ha sido no hacerse pedagogo. Porque se asciende más rápido y se vive mejor. Eso sí, hay que tener el estómago suficiente para tragarse la bazofia que transmiten. Pero el esfuerzo en una tesis de pedagogía no se puede comparar con el de una tesis en ciencias, por ejemplo.

      • 19 febrero 2011 a 20:04 #

        Pablo, según lo que cuentas de las profesoras en prácticas que están haciendo el máster, no dejo de pensar cuanto mejor era el estúpido CAP que tuve que hacer y que hemos hecho tantos. En mi caso me fastidió unos cuantos sábados cuando estaba en 5º, sí porque fui de la última hornada que lo pudo hacer en 5º de carrera. aunque ya tenía su buena dosis de jerga pedaboba y nos anunciaban la reforma que venía extendiendo la escolaridad obligatoria a los 16 años, que llegó al año siguiente.
        He de admitir que tanto los profesores que nos daban las clases, profesores de instituto, como los alumnos, pasamos muy por encima de esas tonterías del aprender a aprender, algo que oí por primera vez en aquellas clases.
        Este curso doy clase a dos cuartos de ESO. En uno ignoran tan descaradamente mis clases, que el viernes repetí algo que había hecho en la clase anterior y no me dijeron nada, demostrando el desprecio total a mi trabajo y a su aprendizaje. En el otro un grupo que sería muy bueno si estuvieramos en un sistema de excelencia, como decía Mari Cruz en otro comentario, me cuesta muchísmo comenzar por la total dispersión y falta de atención del grupo. La clase auténtica queda reducida con suerte a 30 minutos.
        Y yo sí uso las nuevas tecnologías, me vienen muy bien para proyectar el Tratado de Versalles que ya que no se lo imprimen ni lo leen los alumnos, ni comprenden el vocabulario más elemental cuando estamos ante un comentario de texto histórico, al menos lo lleno yo de subrayados, asteriscos y demás en la piezarra digital, no vean lo bien que queda eso y lo que mola.

      • 19 febrero 2011 a 21:49 #

        Hesperetusa:
        quizás la cosa de la que se quejaban más amarga e insistentemente era algo que menciona Mariano: la sobrecarga de asignaturas y tiempo dedicados a psicologías y pedagogías, Lo consideraban inconcebible, por la poca utilidad que luego les veían a la hora de enseñar lo que tenían que enseñar, que, en su caso, no era pedagogía, por supuesto. Porque, como tú, como yo, y como la imnmensa mayoría del profesorado, entendían que en la enseñanza lo que valen son los contenidos. Lo siento por los pedagogos: han colonizado la universidad, que era el único nivel que les quedaba, pero, ya ven, en las cabezas no han conseguido entrar: los dogmas que obligan a estudiar exclusivamente por su propio beneficio, la gente los acata, pero no se los cree y tiende a despreciarlos, cosa muy adecuada a su inutilidad. No es la primera vez que me encuentro a gente recién ingresada o a punto de ingresar en el oficio que tiene calados a estos vividores de los pspicopedagogos. Y, tal y como tú dices, también ellas sabían valorar los cursos, conferencias o lo que fuera que les aportasen un conocimiento REAL del oficio de enseñar. En realidad, el mayor triunfo lo tenemos en la mano los que entramos en las aulas de las que ellos huyen, porque somos los dueños de la decisión última acerca de qué se enseña y cómo. Tantas veces como he tenido ocasión de ver a un pedagogo enfrentándose a una clase, he comprobado que se trataba de un completo incapaz para esa tarea, como era esperable en alguien que ha huido de ella y, además, abomina del saber. Esa es una miseria de la que no podrán librarse por mucho que pontifiquen.

  12. Antonio
    19 febrero 2011 a 12:59 #

    Estoy totalmente de acuerdo con el autor del artículo. Los falsos conceptos de modernidad y progreso en la educación (el buen rollito y la huida de todo lo que esté previamente establecido aunque funcione bien) lo único que están consiguiendo es que, con el mayor nivel tecnológico de la historia, los jóvenes actuales sean los más ignorantes a distintos niveles de las últimas décadas. ¿Pero es que no ven los responsables competentes que los jóvenes de ahora no saben razonar, expresarse o escribir como los de hace 20 ó 30 años? ¿Es que están ciegos, o simplemente no tienen hijos ni experiencia de primera mano?

  13. Francisco Javier
    19 febrero 2011 a 13:09 #

    Este artículo surgió a partir de un «experimento» que hice con un grupo de alumnas de 4º de la ESO. Debo decir que este grupo lo componían alumnas de alto nivel (en el contexto actual, se entiende) , lo mejor de lo mejor del centro: las más empollonas, las más competentes, las más refinadas. Nunca empleo los apuntes, pues sé de sobra que es imposible y que no me harían ni caso. No obstante, unas clases las dediqué a que las alumnas en cuestión viesen unos documentales sobre tres compositores de los que ya había hablado: Debussy, Schönberg y Ligeti (el tema era las músicas de vanguardia en el Siglo XX). Por cierto, estos documentales son perfectamente comprensibles y de gran calidad -entretenidos, por lo tanto. Como yo sé, que cuando se hacen estas cosas, el alumno tiende a desconectar (y hablo de alumnas -¡cómo no, alumnas!- de buen nivel), pues se me ocurrió la idea inocente de que tomasen notas de lo que escuchaban y que luego haríamos un pequeño «control» para ver si se habían enterado de algo (preguntas del tipo: «menciona alguna obra que se haya comentado», «en qué estilo se encuadra la música de Schönberg», «qué es el Impresionismo musical», «qué compositor acuñó el término «micropolifonía»», etc.) Desde el primer momento me di cuenta que apenas anotaban y cuando vi los controles el resultado, como me temía, fue absolutamente un desastre: prácticamente en blanco. Al preguntarles porqué creían haber hecho tan mal el control, me comentaron que eso era «dificilísmo», que no tenían costumbre, y que se sentían incapaces ( la verdad, creo que exageraban y le echaban bastante rostro..) ¿No es entonces preocupante el hecho en sí? Si no me engañaron – y creo que no lo hicieron o, al menos, no del todo-, lo que esto significa es lo que digo en el artículo: que hay unas carencias básicas tremendas, y más si tenemos en cuanta que hablo de alumnado «de élite».

    Y me reafirmo en lo que he dicho: ¡cuidado con las nuevas tecnologías!, que provocan mucha más pasividad de lo que aparentan tras la idea ilusa de que es el alumno el que ahora es protagonista, el creador de sí; que un texto es un texto, y que da igual que esté en digital: al final el esfuerzo de comprensión, de interpretación, de asimilación, de horas, de eso no te libra ni Dios.

    Una aclaración: en lo de los apuntes, no me refería tanto al dictado (que tampoco me parece mal en determinados casos), como a esos profesores, que llenaban pizarras y pizarras de datos (por ejemplo, desarrollos matemáticos), que tú debías ir anotando, sintetizando, comprendiendo: eso requería tensión intelectual, y es bueno.

    Un saludo y muchas gracias por todos vuestros estupendos comentarios.

    • Jesús San Martín
      19 febrero 2011 a 13:40 #

      Pues les has dado la puntilla, Francisco Javier, porque demostraste que, con sus métodos, los alumnos: no se enteran de nada, son incapaces de comunicar la información que han recibido, no saben expresarla con sus propias palabras ni sintetizarla, y mucho menos legarla a posteridad con una de las más grandes herramientas que hemos inventado: la escritura. Y todo los has hecho haciendo que se critiquen a sí mismos, haciéndoles pasar por una clase magistral lo que eran sus propias herramientas: un vídeo lúdico y colorista. Enhorabuena.

  14. Jesús San Martín
    19 febrero 2011 a 14:04 #

    http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5728

    «Sólo es suficiente el éxito. ¿Qué le pide usted a su médico? ¿Que le cure, o se conforma con que lo intente?. Al estudiante hay que pedirle resultados desde el primer día y no sólo buena voluntad»

    «recuperar la memorística, la disciplina, la exigencia y repetir curso»

    «A los estudiantes hay que exigirles disciplina. La motivación es otro de los mitos pedagógicos cargados de buenas intenciones que han llevado a la cola de Europa a nuestro sistema educativo”

  15. Maximiliano Bernabé Guerrero
    19 febrero 2011 a 16:03 #

    Muy buen artículo, Francisco.
    Rosa Aguilar. ¿No será usted la ministra de eso que antes era Agricultura y ahora son varios medios? Lo digo sólo por darle el tratamiento correspondiente y sentirnos honrados por su visita.
    Gilles… ¿De Rais?
    Alonxo. Ya estamos con lo de meter cosas en la cabeza… No sé si esto es «déjà vu» o reincidencia. También «El hombre de las cavernas estaba feliz allí dentro, lejos de peligros y protegido de las inclemencias meteorológicas» Yo creo que tú nunca has estado en una caverna, si así hubiera sido, sabrías que una caverna es todo menos cómoda. Además, suelen tener una entrada que un oso o un julay de otra tribu te puede bloquear muy fácilmente. Eso fue lo que impulsó a salir al hombre de las cavernas. Y andando el tiempo, a aprovechar éste, anotando lo más importante que decía su maestro. Sin «vivenciar» nada.

    • 19 febrero 2011 a 16:29 #

      «Yo creo que tú nunca has estado en una caverna».
      Por eso vengo aquí, para que usted me ilumine sobre el tema.
      Claro, una caverna, vista desde el s. XXI no nos parecerá cómoda jamás. En su día, sin duda fue lo más cómodo que el ser humano disponía, aún con los peligros que le acechaban. Nunca estamos lo suficientemente cómodos, por eso deseamos salir ( no todos, algunos prefieren seguir allí metidos, con oso incluído) y buscar otros medios. Eso no es ningún delito, simplemente, adaptar los métodos al momento que nos toca vivir.
      Y sobre su última teoría, primero fue el aventurero y luego el maestro; no al revés. Quizás sea ese el meollo de la cuestión. ¿O el maestro, por ciencia infusa, conocía lo que había fuera de la cueva? ¿Había un maestro que sabía lo que había más allá de Finisterre antes de que alguien lo descubriera? La fe tiene sus límites.

      • 19 febrero 2011 a 20:08 #

        Señor Alonxo, el llamado «hombre de las cavernas» jamás vivió en las cavernas. Esa es una estupidez que se arrastra desde los inicios de la investigación en Prehistoria en el siglo XIX. Pero este es un foro sobre educación y no voy a ponerme a escribir sobre el Paleolítico. Pero algún dato ya le ha dado Maximiliano más arriba.

      • 19 febrero 2011 a 20:31 #

        «Señor Alonxo, el llamado “hombre de las cavernas” jamás vivió en las cavernas.»
        ….
        ¿Y a mí qué me cuenta? ¡ Es increible!

  16. 19 febrero 2011 a 16:12 #

    ¡Qué cantidad de ignorancia sobre el día a día de la educación puede llegar uno a leer! Así que oigo lo de «actualizarse», «ir con el tiempo presente», «adaptarse al momento», «adapatarse a las nuevas tecnologías», etc., llego inmediatamente a la conclusión de que quien emite semejantes mensajes lo ignora todo sobre la educación o, lo que es peor, quiere evitar que ésta se convierta en un revulsivo para los alumnos y les despierte, les active el pensamiento crítico que, como es obvio, no surge de la nada, sino, paradójicamnte, de la crítica del pensamiento, es decir, de lo que ha sido pensado y expresado desde antes de los presocráticos. Parto de la base de que para activar ese pensamiento lo primero que ha de poder hacer el alumnado es ser dueño de su expresión y ser capaz de pensar por su cuenta y riesgo. Hoy aparece en el diario la noticia sobre el latrocinio intelectual perpetrado nada menos que por el ministro de Defensa alemán, quien, al parecer, ha fusilado -quizás llevado por la efusividad propia del cargo…- 118 páginas de una tesis doctoral de 420 o algo así… ¿Cuál era su problema, o sus problemas? ¿Falta de tiempo? ¿Ausencia de ideas propias? ¿Incapacidad para expresarse? ¿Que ha tenido una educación -es un hombre relativamente joven- basada en el aprender a aprender cómo recortar y pegar y hacerlo pasar por propio? En mi Instituto dos niveles, 2º y 3º, usan el 1×1. Ha aumentado el número de ciberadictos de manera escandalosa, y ante el requerimiento de que no lo usen cuando no hay por qué, por ejemplo en mmiis clases, me encuentro con reacciones violentas, propias de quienes están seriamente enganchados…, y no precisamente a las materias escolares. Quienes desprecian el ejercicio de tomar apuntes ignoran que la toma de las tales es una de las mejores esuelas de expresión, capacidad de síntesis, aumento del vocabulario y desarrollo de la atención que existen. ¡Cómo echo de menos en la actual inclusividad -porque llamarla selectividad es una ironía de las autoridades académicas, ya que lo último que hace es realmente «seleccionar»- aquella llamada «prueba de madurez» que consistía en asistir a una conferencia y después ser capaz de resumirla y emitir una valoración crítica, tras haber tomado las notas correspondientes. Si la echaré de menos que para el próximo curso he propuesto un plan de conferencias quincenales para tdos los bachilleratos que les obligue a realizar esa prueba, debidamente evaluada por quiene le toque, que la expresión no es exclusivamente una «asignatura», sino que ha de ser preocupación de todos los docentes. Y si yo he de corregirles -u ofrecerles- a los alumnos en mis clases de Literatura ciertas conocimientos históricos, pongamos por caso, o filosóficos, de igual manera esos otros colegas han de poner el énfasis en que tal frase o párrafo de lo que les han escrito no se atiene a lo que la justa expresión prescribe. Si tomar apuntes es, por lo tanto, un ejercicio de absoluto interés, ¡no digamos ya tomarse la molestia de corregirlos y trabajar con la clase los fallos que han favorecido el que se hayan escrito tantos disparates o absurdos como suelen acabar escribiendo! Al final, claro está, acabamos en la ciénaga desoladora de la incompetencia expresiva, en el tremedal donde varan las mejores intenciones docentes, porque «si en segundo de bachillerato están, literalmente, incapacitados para seguir el hilo del discurso abstracto», ¿cómo diablos -pedagógicos, claro; pero, ¡ay!, de esos que saben más por «viejos», que por diablos…- puede uno transmitirles el conocimiento que desea que ellos hagan suyo para hacerse más ellos?
    Sí, decididamente las TIC no son la panacea, y me parece más eficaz, a la hora de despertar a nuestros adocenados estudiantes -salvo tan dignísimas como escasísimas excepciones- de su sopor cibernético y su simplicidad twitera, la figura de un profesor que se empeñe en que aquellos sepan seguir el hilo de una clase magistral, sin perderlo, esto es, sin perderse, que vale tanto casi como «echarse a perder» para el conocimiento, para el rigor intelectual.
    Claude Simon definía la inteligencia como la capacidad de seguir los meandros de una única frase compuesta que se extendiera a lo largo de una página sin perder el hilo. Ahora bien, ¿cuántos lectores son hoy capaces de poder leer al novelista francés sin renunciar a la tercera página de cualquiera de sus excelentísimas novelas?
    Finalmente, aunque soy profesor de Literatura, no dejo de insistir a mis alumnos en que si de verdad quieren aprender a pensar con rigor llegar a dominar la expresión con soltura, han de leer filosofía, mucha filosofía. Y también escuchar a quien habla de ella…

  17. Mari Cruz Gallego
    19 febrero 2011 a 16:13 #

    Quizás todo se reduzca a una cuestión de gusto personal. Cada uno puede enseñar de la manera que considere más oportuna con el grupo que tiene delante. La cuestión fundamental no se reduce a la dicotomía dictar / no dictar. La cuestión fundamental es que el sistema educativo en España ha fracasado en cuanto a nivel de excelencia. Probablemente haya extendido la alfabetización más allá de lo que lo hacía la EGB, pero sólo eso: la alfabetización, no la excelencia. Para algunos bastará con eso. Otros seguiremos con el empeño de mejorar -reconstruir sin volver atrás- el sistema de enseñanza en nuestro país.

    Y si algo me gusta de deseducativos desde el principio es que se asemeja a cierto remanso de paz alejado del neolenguaje derecha/izquierda que tanto daño ha hecho a la crítica en cualquier ámbito o tema que se pretenda debatir. Y quizás también por eso Deseducativos fracasará, como muchos otros ideales.

    Esto último puede parecer no tener nada que ver con lo que se discute en este post (siento si desvío la conversación) pero cuando uno lee ciertas cosas que se comentan en otros sitios, se da cuenta de lo «agustico» que se está por aquí.

    Saludos.

  18. 19 febrero 2011 a 16:15 #

    Pido disculpas por el «ladrillazo» anterior…

    • Jesús San Martín
      19 febrero 2011 a 17:01 #

      Cuando he leído tu post, me he sentido inteligente al llegar a la frase: “Claude Simon definía la inteligencia como la capacidad de seguir los meandros de una única frase compuesta que se extendiera a lo largo de una página sin perder el hilo.” Porque yo no me he llamado a engaño, nos estabas examinando. Como aquel alumno que escribió en el examen: “eres un idiota y seguro que no lees hasta aquí” y el profesor escribió “si he leído hasta aquí y por eso tienes un cero” Bromas aparte ¿Cómo va el oficio de doctorando? Veo que últimamente estas más en el foro. Eso puede deberse a dos cosas. Una, que tienes algo más de tiempo. Dos, que estás desesperado. La mía es por la segunda, espero que la tuya sea la primera.
      Un abrazo

      • 19 febrero 2011 a 18:07 #

        Nada, contagio de una edición crítica sobre una polémica dieciochesca en la que anduvo metido Forner, polemista profesional donde los hubiera. Pero ya la ultimo (1ª acepción) y continúo con mi gozoso gólgota particular… Recuerda que mi deadline es el 2015…
        Un abrazo.

  19. Jesús San Martín
    19 febrero 2011 a 16:52 #

    Como complemento al tema tratado, quiero añadir la necesidad de saber las demostraciones matemáticas. Quien nada entiende y menos sabe, lo soluciona, en realidad embrolla, con un “no sirven para nada”. Son los tontos del diccionario: falto o escaso de entendimiento o razón; apoyados por los necios reiterativos, que pretenden hacer de su estupidez superlativa una realidad avalada por la machacona reiteración de sus tonterías, y cimentada en el desvarío de la verdad relativa.
    Los teoremas del álgebra son de tipo constructivo, y sabida la demostración, quedan resueltos todos los problemas relativos al teorema, es más, sobran todos los problemas. En análisis no luce tal suerte, pero las demostraciones de sus teoremas fundamentales aportan más conocimiento que el teorema en sí, y valga para convencer al lector que eligiendo él cualquier número del intervalo (0,1) yo siempre encontraré otro número del mismo intervalo y mayor que el número elegido por el lector (le recuerdo al lector que el número 1 no pertenece al intervalo).

  20. Juan
    19 febrero 2011 a 20:38 #

    Excelente artículo, Francisco Javier; pones el dedo en la llaga, una de tantas que salen a relucir en este sistema educativo que padecemos.
    No sé a qué viene tanta polémica aquí, ¿pero es que se nos van a meter aquí también los defensores de tanta mierda pro-logse? ¿Por qué no nos dejan en paz con nuestras cosas, nuestra crítica, nuestros análisis y nuestras visiones? ¿Es que tampoco nos van a dejar eso? Que se vayan a hacer comentarios de complacencia a otras páginas de gili-tics y psicopedaboberías, hombre. No merece la pena entrar en discusiones imbéciles. Yo borraría sus comentarios y a otra cosa.
    Insisto, muy buen artículo Francisco Javier.
    Saludos desde Crisis Educativa

  21. Ana Belén
    19 febrero 2011 a 22:27 #

    Hola!

    me uno a las felicitaciones de otros comentaristas por este artículo, Francisco Javier, tan bien escrito y tratando uno de los grandes males que afectan a la inmensa mayoría de los que llenan las aulas, un mal que no es otra cosa que uno de los grandes lodos que ha traído la vigente ley, o más que lodo, fango. Creo que absolutamente todos los que aquí nos expresamos sabemos que eso es así, aunque unos pocos se empeñen en mirar para otro lado y en seguir afirmando que el problema es del profesor. Si pudiéramos ver sus clases por una mirilla…En fin, pura hipocresía. Yo también he tenido experiencias parecidas: hacer leer un artículo a alumnas de 4º de ESO y que me respondieran que no lo entendían, (no es que no se hicieran una idea de lo expresado en el artículo en su conjunto sino que no entendían cada frase), he intentado «motivar» con las TIC: webquests, en las que aprovechaban cada vez que yo me daba la vuelta para entrar en el Tuenti, ponerles una película y ver cómo bostezaban haciéndole la competencia al mismísimo león de la Metro…eso en ESO, en 2º de BAC la última ha sido recientemente, cuando en un examen pedí en una pregunta que se me explicase, con propias palabras, redactándolo, el valor de un pronombre en una frase y la pregunta se quedó en blanco porque no sabían hacer tal cosa. La alumna que me puso al corriente de que no sabían hacer eso saca buenas notas en general, por cierto. Un saludo y enhorabuena por el artículo.

  22. Luzroja
    20 febrero 2011 a 0:51 #

    Magnífico escrito.

    Considero que tomar apuntes no es escribir al dictado lo que el maestro tenga interés en que sus alumnos recojan, tomar apuntes es, anotar del discurso del maestro la esencia, de tal manera que al releerlos evocan con fidelidad a aquel. Los apuntes sirven a quien los escribió y suelen resultar incompletos para quienes no acudieron a la sesión.

    Los chicos no saben coger apuntes porque sencilla y llanamente no lo han hecho nunca.
    Si un alumno no puede sintetizar un texto que ha leído, jamás podrá tomar apuntes (explicar esta afirmación es fácil, así que lo obviaré), por lo tanto, desde primaria el alumno debería empezar contando y después escribiendo lo leído o explicado en clase por el maestro.
    Es muy sencillo, el maestro narra en clase: una notica, un cuento, una historia, una anécdota, y el alumno, tras escucharla la escribe en su cuaderno. Esta actividad graduada en dificultad y mantenida en el tiempo da frutos.

    Poder coger apuntes implica cierto conocimiento de lo que se está tratando, comprensión de los términos que se están utilizando en el tratamiento y dominio de la escritura. Esta última es la cenicienta del sistema educativo, ni las matemáticas, ni la lectura, ni las ciencias, ni la historia ni…están tan descuidadas como la escritura.

    Quienes desprecian la riqueza que encierra el hecho de saber coger apuntes, presumen de pura incapacidad mental.

  23. Jesús San Martín
    20 febrero 2011 a 13:34 #

    Francisco Javier, el otro día, en el artículo de nuestro querido Juan Poz, tratabas el resentimiento y el odio contra la cultura: “Jesús, yo esa puta envidia de la que hablas, la veo perfectamente reflejada en todos esos programas -y en la Industria de la Cultura en general- en los que la chusma es protagonista (tipo Gran Hermano, Operación Triunfo, shows tipo “Belén Esteban” y otras barbaridades semejantes). En el fondo lo que hay en estos programas, que ven millones de seres, es resentimiento y odio a la Cultura, una forma grosera de negación de todo valor y de autoafirmación de la estupidez como valor supremo. Lo excelente es ser un patán, un vago, un macarra, un medioce absoluto (o peor), y hacer ostentación de serlo, llevarlo por montera.” Hoy vuelves a tratar el tema desde otro ángulo, cuando preguntas a quién no le hubiese gustado ir a las clases magistrales de los prohombres: “¿A Usted no le hubiese gustado asistir a las clases magistrales que dictaron Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, ……..?”. Ya lo decía el extraordinario Laplace: “leed, leed a Euler, que es el maestro de todos nosotros” El maestro reconoce al maestro, le otorga pleitesía. El patán goza con los patanes en la televisión. Creo que deberías dar forma a estos pensamientos que emanan del mismo sitio y regalarnos los ojos y la mente.

    Un abrazo

    Jesús.

  24. Antonio García Martín
    20 febrero 2011 a 15:22 #

    Está muy bien el artículo y probablemente tengas toda la razón del mundo. Hoy en día los apuntes de los alumnos no son de la calidad que lo eran antaño, de igual manera que muchos de los docentes no llegan ni a ser una sombra de lo que fueron esos grandes pensadores a los que haces referencia.
    Como alumno puedo reconocer que la tendencia general es crear malos apuntes y reutilizar los de alumnos anteriores, pero como profesores no estaría mal que hicierais un poco de autocrítica.
    Vuestro gremio está lleno de personajes que sobreviven de temarios de sus predecesores, sólo se dedican a leer diapositivas plagadas de faltas de ortografía y además son incapaces de responder a una cuestión que se escape del contenido del programa.
    Unos malos apuntes fastidian a un alumno, un mal profesor fastidia a 90 personas.

    • Jesús San Martín
      20 febrero 2011 a 16:36 #

      Estimado Antonio, gracias por sus comentarios. No obstante, decirle que el temario no lo fijan los profesores, por lo que no es de extrañar que el de uno coincida con el del anterior. Supongo, que estando usted en el foro, es estudiante universitario. Si es así, dispone de representantes tanto a nivel de la junta de la facultad, o escuela, como de la universidad. Esos representantes pueden tratar, manteniendo su anonimato, los defectos que usted justamente crítica: no saber responder a las preguntas, trasparencias que no guardan el rigor acorde a su nivel. Si usted se lo hace saber a sus representantes, la universidad tendrá la realimentación necesaria para evitar tales desmanes. Saldrá favorecido usted, saldrán favorecidos los 90 alumnos de los que habla, saldremos beneficiados todos los ciudadanos.
      Un cordial saludo.

      Jesús San Martín

  25. Laura
    20 febrero 2011 a 16:14 #

    Llevo tiempo siguiendo el blog y éste me ha parecido un articulo muy bueno, felicidades Francisco Javier.
    Yo sólo soy maestra de infantil, pero nos cansamos hasta el aburrimiento en intentar inculcar la «escucha activa» y la necesidad de ciertos momentos de «silencio» en las aulas, y año tras año vemos como ya en alumnos de 3 años es una cuestión cada vez más compleja y trabajosa…

    • Francisco Javier
      20 febrero 2011 a 18:42 #

      Llevas toda la razón, Laura, para mí también el silencio es una palabra clave y sin silencio estoy convencido que es poco lo que se puede hacer. Como soy de música, sé muy bien lo que ello significa y como, por lo visto, no termino de aprender a motivar. o no lo hago lo suficientemente bien, tengo que recurrir a sistemas de engaño para que escuchen un poco lo que estamos trabajando: me pongo con el cuaderno como un policía y al que se menea más de la cuenta le bajo la nota del control de audición (y al revés: a los que se contienen y mantienen silencio, la nota sube.) En fin, son los pequeños teatrillos que uno tiene que ir inventando. Lo que dices de los niños más pequeños es muy preocupante. Si ya desde pequeños tienden a no controlar un poquito el horror vacui, mal asunto. Por cierto, España es demasiado ruidoso, además de poco respetuosos con tan serio problema y eso repercute negativamente en los hábitos culturales de la población. Un saludo.

      • Maestra Ciruela
        3 marzo 2011 a 20:59 #

        He participado en un intercambio europeo y he observado con mucha envidia como el silencio es importantísimo tanto en los pasillos de los institutos, como en las aulas, como en las calles. El silencio es necesario para concentrarse y meditar. A veces pienso que este ruido que hay que aguantar en todo momento: hilos musicales, gritos, gente que molesta haciendo ruiditos maleducadamente con bolis, llaves, etc., la manía de gritar y hablar a voces, etc. forma parte de una conspiración para volvernos más tontos.

  26. Mari
    20 febrero 2011 a 16:57 #

    Jesús San Martín, disculpe que cambie de post, pero el interés de éste… creo que lo merece. Veo que, usted, ya ha comentado bastante sobre el mismo, así que ahora seré yo quien lo haga, a pesar de que existan personas, aquí, que no quieran intrusos o lo que es lo mismo personas que piensen bastante diferente a los que aquí escriben.

    Mire, yo llegué a este blog a través del señor Raus, y créame que me gustó ver lo que otras personas diferentes a mí piensan, porque así puedo hacerme una idea de lo que otros profesionales, y mire, digo PROFESIONALES, los que están al pie del cañón a diario (que somos los que tenemos que hablar, ¡narices!), piensan sobre los procesos de enseñanza – aprendizaje. Tardé en entrar en este lugar, ya sabe… el tiempo, pero cuando lo hice entendí mejor a algunos de mis compañeros de trabajo, a los que piensan como la mayoría de ustedes. Aún no sé exactamente cuáles son los objetivos de deseducativos, pensé que se trataba de que diferentes profesionales expusieran sus puntos de vistas y se llegara, por mayoría, a ciertas conclusiones que generarían propuestas, con el fin de mejorar la educación de nuestro país. Era consciente, desde el primer día que entré aquí, que algunos, como es lógico, la minoría, se quedarían, o nos quedaríamos, sin colar ni una de nuestras ideas, aunque era posible que, con esto me conformaba, aportásemos variables en las que algunos no hubieran caído en un momento determinado… No piense que es fácil – ni en otros lugares más afines ideológicamente hablando – explicar por qué es necesario acordar en democracia es…, la verdad es que unos y otros creemos estar en posesión de la verdad. Pero, no podemos cortar las alas a las abejas, para que no piquen, porque entonces no podrán volar, ni tomar polen, ni fabricar la riquísima miel… en el mundo no existen sólo delicadas y bellas mariposas, también hay grillos, moscas, etc. y cada una o uno tiene su función imprescindible, para que la cadena no…

    Parece que nadie (o casi nadie) cree que seamos los profesionales los que debamos llegar a acuerdos, si queremos que esto mejore, porque sino acabaremos diciendo eso de “el uno por el otro y la casa sin barrer”. En fin, soy la gota que empieza un vaso que igual se queda así por los siglos de los siglos, lo que implicaría que estoy completamente equivocada.

    ¿Tan malo es que a algunos nos guste escuchar (o leer) todas las posibles soluciones (siempre que sean razonables y razonadas, éticas y estéticas) a un problema, se esté o no de acuerdo con cada una de ellas? Me gusta saber, discutir y sacar enseñanzas positivas de cada discusión. Disfruto escuchando una lección magistral, cogiendo apuntes, resumiéndola, discutiéndola…

    Los mayores, a veces, también discutimos tonterías, pero esto también es normal, como lo de repetir hasta la saciedad las cosas, pero es que somos humanos e imperfectos.

    Mis alumnos, ya sabe como son mis alumnos, chicos y chicas de 18 a 22 años, la mayoría, fracasos escolares, que se matriculan en nuestro centro con el objetivo de graduarse en Secundaria. Tras explicarles una lección, tengo la costumbre, como todos imagino, de preguntar si se han enterado, si quieren preguntar algo, les pregunto sobre lo dicho, les digo que me resuman, etc. Les cuesta resumir oralmente más que por escrito, pero lo hacen, unos mejor que otros, pero acaban en poco tiempo haciéndolo todos. A principios de curso se niegan, ellos eso no saben hacerlo – dicen -, igual les pasa cuando les mando resumir un texto narrativo o…; entonces, paro la clase y les digo, contarme por escrito lo que hicisteis ayer por la tarde, sino os interesa contármelo o no podéis, debéis o debéis, podéir tirar de la imaginación e inventarlo, pero conterme algo; o les digo, cuál es la última película que habéis visto… Pues contármela oralmente, primero uno, después, otro… o… Si estos alumnos míos lo hacen medio bien en poco tiempo, cómo no lo van a hacer los de bachillerato, lo que ocurre es que no están acostumbrados y ellos, cuando – de repente – los mandas a hacer algo que no han hecho casi nunca, pues… Habría que preguntarse por qué no lo han hecho casi nunca.

    Pero si a sintetizar se aprende andando por la vida. Mi abuelo no fue nunca a la escuela, no sabía leer ni escribir y sintetizaba estupendamente. Nos contaba cuentos largos – a veces y debido a la premura – en cinco minutos y a dormir; otras veces, los estiraba…

    Analizar quizás sea para ellos más complejo, pero también aprenden pronto. Comienzo con el análisis de una oración, análisis no sólo morfo- sintagmático y sintáctico, también semántico… Así acabamos analizando textos narrativos, cuentos, fábulas, leyendas, pequeños fragmentos de novelas.

    ¿Quién dice que sintetizar y analizar no sean verdaderos y necesarios métodos de enseñanza? Todo aquél que conozca los intestinos del “aprender a aprender” sabrá que es de esto de lo que trata ésta expresión tan despreciada por algunos y tan usada superficialmente por otros. Aprender a reflexionar, sintetizar, analizar, memorizar (más comprensiva, que mecánica, aunque esta también es válida, siempre y cuando no se trate sólo de aprenderlo para el examen y después olvidarlo), ya que con todo esto tendremos ganada la mitad de la batalla.

    Yo no digo que los profesores tengamos la culpa de nada, pero sí creo que un maestro y un profesor de secundaria teníamos que tener más años de estudio (ocho mínimo entre teoría y práctica).

    Los maestros y profesores de secundaria no somos actores, somos pedagogos, por eso tenemos que saber pedagogía, palabra también en boca de muchos hoy.

    Mire, Jesús, la enseñanza universitaria e incluso el bachillerato, de hoy, no requiere que el profesor tenga que ser pedagogo, pero la primaria y secundaria sí necesita maestros y profesores que conozcan no sólo la materia sino también el alma del niño, ¿por qué?, porque si un campesino conoce las diferentes semillas, y trata con sensibilidad, maestría, cariño, sus plantones y sembrados, si se tuerce un arbolito, le pone una guía y lo observa, estudia si le viene bien más o menos agua, si tal o cual tierra o abono, en fin… dígame los niños.
    Otro día, si quiere, hablamos de las diferencias entre la enseñanza que deben recibir, eso sí, siempre desde mi criterio, unos alumnos y otros, he dado clases de preparación a la prueba de acceso a los ciclos formativos de grado superior y de acceso a la universidad para mayores de 25 años y no un año o dos. Así que creo puedo decir algo al respecto.

    Un cordial saludo.

    • Jesús San Martín
      20 febrero 2011 a 18:11 #

      Hola Sra Mari. Contesto en un post abierto, ajeno a su entrada, para que no crea que mi enojo va dirigido contra usted. Ya rataré en detalle lo qu epregunta, Ahora el grito de rabia. Gracias por tratarme sólo de Jesús

    • 20 febrero 2011 a 18:33 #

      Ante todo quiero felicitarla por la claridad de ideas que muestra en su comentario. También por atreverse a hablar de pedagogos sin hacer mofa de ellos; ya verá que aquí se les llama «pedabobos» y otras ocurrencias igualmente creativas. Al parecer son los culpables de casi todos los males de la educación. En cuanto a expresiones como «el alma del niño» también merecen un elogio pues algunos «profesionales» de la educación le tacharán de «chachipiruli» cuando menos y «pederasta» cuando más.
      Gracias su comentario, muy a tener en cuenta, ya que propone la mejor vía para avanzar en el debate: aceptar diferentes opiniones aunque no sigan la línea «oficial» del foro. Todos tenemos preferencias a la hora de leer comentarios y nos identificamos más con unos que con otros. Pero si nos dedicamos a contemplar nuestro ombligo no avanzaremos.
      No creo que nadie tenga la fórmula magistral para solucionar los muchos problemas de nuestra educación actual, más bien intuyo que es un compendio de todo lo que aquí y en otros foros se expresa, teniendo muy en cuenta la opinión de quienes acumulan más experiencia. Ese es al menos mi propósito.
      Estamos tan satisfechos con nuestro buen hacer que solo nos da para ver culpables allende los muros del colegio, sin pararnos a reflexionar sobre nuestro día a día. Si un chico sale de Secundaria sin dominar unos contenidos mínimos, unas habilidades, sin tener una formación básica y un espíritu crítico, eso no es culpa del gobierno, ni de la tv ni de los pedagogos. Si ha pasado con nosotros 13 o 14 años, algo habremos hecho mal. Empecemos por ahí, siendo críticos con nosotros mismos. Y luego, ya veremos.

    • Borja Contreras
      20 febrero 2011 a 21:32 #

      ¿El «niño» de dieciséis años? ¿El alma de la criaturita de cuarto de la ESO? Le aseguro que ninguno de mis alumnos de ese nivel leería su post sin sentirse humillado. Y con razón. El problema es que hay un montón de «mamás» y «papás» que les miman con cariño hasta que llegan a los treinta.
      Señora Mari: soy profesor de secundaria. No pedagogo. Si usted lo es, me parece bien, pero por favor…¡Déjeme a mí decidir lo que soy y lo que no! He conocido decenas de pedagogos y he cursado un año de pedagogía. Del alma del niño, ni idea, señora…
      Más formación…desde luego. En la materia que hay que impartir. Yo he perdido cantidad de horas en cursos con pedagogos y créame, ni ocho años ni ochocientos…Si éso es de lo que se trata, tiempo perdido. Formación, la que haga falta. Perder el tiempo con discursos vacuos, dinámicas de grupos -siempre las mismas- activides para invadir la intimidad del chaval (perdón, tutorías)… De eso, ni un minuto más.

  27. Jesús San Martín
    20 febrero 2011 a 18:14 #

    Nadie pone en duda que haya que conocer al alumno. El problema reside en que un grupo de pseudopedagogos ha establecido cómo enseñar y ha suprimido todo lo que hay que enseñar. Como decía Mariano: los resultados, ¡quiero los resultados!. Como comenta el lector Giles en este mismo artículo: los maestros son tan importantes como los médicos. El resultado de la acción del maestro es la formación, por eso ¡quiero los resultados en la enseñanza! ¡no quiero palabras melifluas y bonitas! ¡quiero los resultados! ¡qué los explotadores no me digan que los mansos de espíritu heredáremos la tierra, mientras me quitan hasta el aire para respirar! ¡no quiero heredar nada, quiero mi dignidad como persona, sólo eso!
    Qué formación tenemos al día de hoy. Actualmente llegan a la universidad alumnos que sólo saben integrar polinomios, para que todo el mundo sepa su complejidad: sumo uno al exponente y divido por ello (¡no es alucinante! ¡es bochornoso!). Las clases se han convertido en guarderías, donde no hay respeto por los profesores ni por el resto de los alumnos de la clase. No hay posibilidad de expulsar a los gamberros, y los profesores son masacrados y meados. Se aprueba a quien no lo merece: por madurez; hay que ser muy miserable, muy vil, para arrastrar tan canallescamente, por el suelo, el sudor de quienes se han esforzado: los alumnos aprenden que sin trabajar aprueban, y el resultado es el lastimoso 40% de paro en los jóvenes y familias desvertebradas: nos hemos cargado la sociedad,¡todos!, ¡sin excepción!, desde el primero hasta el último, empezando por los padres y terminando por los profesores. Nuestra educación es un absoluto desastre, ¿cómo desastre? ¡una mierda, joder, una mierda! ¡U N A M I E R D A! Hay que decirlo alto y claro. Porque nuestros colegios son los lugares donde se esconden a los parados para que no anden por las calles, donde se les atonta para que no quiten a garrotazos a la escoria que nos gobierna, para que sigan esclavizados hasta el día de su muerte y sus hijos los sustituyan. ¡qué asco, dios mío!¡qué asco!

    • Francisco Javier
      21 febrero 2011 a 9:32 #

      Este es el discurso apropiado, Jesús, sin zalamarías, ni sutilezas, sin mariconadas, que es lo único que son capaces de entender estos sádicos, corruptores de niños, auténtica lacra social. Por eso se lo vamos a recordar una y otra vez, para que su conciencia se remueva en sus miasmas.

  28. Luzroja
    20 febrero 2011 a 20:56 #

    En realidad, la pedagogía está sobrevalorada.
    Sin animo de ser lapidario, diría que para enseñar se necesitan cuatro cosas:
    Saber muy bien lo que se quiere enseñar, tener ganas de enseñarlo, ser vehemente en la enseñanza y desplegar paciencia durante el aprendizaje.
    En resumidas cuentas: conocimiento, ganas, entusiasmo y paciencia.

  29. Jesús San Martín
    20 febrero 2011 a 22:15 #

    Hablar del alma del niño, Sra. Mari, lo encuentro desafortunado, porque cuando hable con la madre, el niño dejará de ser niño para ser pura alma, porque es carne de su carne, y en cuanto término científico también lo encuentro desafortunado por tratarse de una palabra cargada de valor, de esas que abusan los que carecen de razones, y no es su caso.
    Sin duda, la mejor conocedora del “alma” del niño sería su madre, pero igual que ella no está capacitada para tratarle una enfermedad, si no es médico, tampoco para enseñarle las materias escolares si no es maestra. Y siendo la mejor conocedora del alma de su hijo, y no apta para enseñarle, mucho menos los pedagogos, si a cuanto conocimiento del alma se refiere.
    Los ejemplos del maestro y el médico no los he elegido al azar, sino para hilvanar el post. Si me atengo a que la persona más adecuada para enseñar al niño sería el pedagogo por el conocimiento de su alma (ya he demostrado la falsedad del aserto) entonces también lo sería para curarle, y no el pediatra. También, siguiendo en esa línea, se argumentaría que el biólogo conociendo mejor la esencia (el equivalente al alma en este ejemplo) de la vida que el médico, sería él quien debería tratar la enfermedad, pero ambos sabemos el resultado. El médico tendrá alguna asignatura de biología en la carrera y el maestro de pedagogía. Me resulta extraño que alguien necesite 3 ò 5 años para aprender las técnicas pedagógicas, cuando el cálculo de Newton, que permite calcular las trayectorias de los planetas, se enseña en un año. Se podrá estudiar mucha historia de la pedagogía, pero la que funciona, si no me la resumen en una línea, como Luzroja en su post: conocimiento, ganas, entusiasmo y paciencia, es que no vale. No exagero, el álgebra la sintetizo, al final del curso, en menos de un cuarto de pizarra, y me parece demasiada pizarra, porque, como todos mis alumnos saben: el núcleo es dios, y eso encierra todo el álgebra lineal. Como Luzroja dice, hay una sobrevaloración, por lo menos temática.
    Observe que de su afirmación se deduce una cosa muy peligrosa: los padres no son los más adecuados para enseñar a sus hijos, y entonces los adoctrinamos en el colegio.
    Si Kelvin decía que una ciencia tiene de ciencia lo que tiene de matemáticas (de cuantitativo frente a cualitativo, quería decir), parafraseándolo, diría que una ciencia social tiene de superchería lo que tiene de palabras cargadas de valor en su exposición; en este aspecto, José Miguel es quien continuamente pone al descubierto las tretas de hablar al corazón en vez de a la cabeza, técnica, por otro lado, propia de los demagogos, y desde luego, un lenguajes que nada tiene que ver con la Ciencia.
    Una persona con una concepción de la Tierra plana no podría poner un satélite en órbita. Y la mayoría pensaba así no hace muchos siglos. Quiero indicar con ello que la Ciencia es un conocimiento objetivo, no el resultado de pactos. Son muy dados a los pactos aquellos que hablan de la verdad relativa, pero en la ciencia no hay de nada de relativismo, sólo, como acabo de indicar, conocimiento objetivo, y sobre todo frío, es decir, carente de palabras cargadas de valor en la formulación de la Ciencia. Parece que los que se declaran sin fe, abusan del mismo lenguaje que el libro en el que tanto se habla de la misma.

    Un saludo muy cordial

    P.D. No he tratado lo que tenemos en común. No vea un mensaje dirigido a usted, como no debió verlo en la frase que le llevó a escribir: ”también discutimos tonterías, pero esto también es normal, como lo de repetir hasta la saciedad las cosas,”. He visto cosas muy interesantes en su post que me gustaría tratar posteriormente, especialmente lo que comenta de su abuelo, porque pienso que su abuelo era un maestro, como lo son casi todos los ancianos. Pero he aprendido que cada idea en un artículo.

  30. Mari
    20 febrero 2011 a 22:44 #

    No sé por donde empezar, me gustaría contestar a todos los que han hecho referencia a mi comentario, pero ahora no puedo, porque lo haría mal, las prisas son malas consejeras y sus replicas son merecedoras de un poco más de mi reflexión. 

    Jesús, perdona sino te tuteé, no fue intencionado, la costumbre. intentaré tuteados, pero discúlpame si en alguna ocasión no lo hago. También le contestaré en cuanto pueda.

    Dejaré, no obstante, para comenzar y situarnos, una copia de lo que dice el DRAE sobre:
    pedagogo, ga.
    (Del lat. paedagōgus, y este del gr. παιδαγωγός).
    1. m. y f. Persona que tiene como profesión educar a los niños.
    2. m. y f. Persona versada en pedagogía o de grandes cualidades como maestro.
    3. m. y f. En casas principales, persona que instruye y educa niños.
    4. m. y f. Persona que anda siempre con otra, y la lleva a donde quiere o le dice lo que ha de hacer.

    • José Miguel
      20 febrero 2011 a 23:49 #

      El origen del término hay que situarlo en la Grecia Antigua, era el paidagogós (el niñero) Este era un esclavo que ejercía ese menester, del que era parte esencial acompañarle a la escuela: «ágo» es conducir, y «agogós» es el que conduce, el que lleva, el que acompaña. Siendo ésta su misión más notoria, al menos de puertas afuera, de ella tomó el nombre. El pedagogo le entregaba el niño al maestro, quien para no obligar al pobre esclavo a hacer tantos viajes a casa, tenía dispuesta una habitación especial llamada «paidagoguéion» en la que esperaba cada pedagogo a sus respectivos niños para acompañarlos de vuelta a casa. Pues bien, en la actual democracia de mercado se ha producido la inversión del que era esclavo en un reyezuelo de los centros que esclaviza a los profesores, y el «paidagoguéion» son los Departamentos de Orientación, que de ser pasivos recintos de esperar se han convertido en activos perpetradores de planes y programas infames. Sólo se mantiene invariable la circunstancia de que permanecen alejados a mil leguas de los niños de antaño y hogaño.

      • José Miguel
        20 febrero 2011 a 23:52 #

        Más que de los niños, habría que decir de las aulas.

      • Francisco Javier
        21 febrero 2011 a 9:37 #

        Gracias por este comentario tan erudito (y tan interesante.) Que tomen nota los niñeros. Un saludo, José Miguel.

  31. Jesús San Martín
    20 febrero 2011 a 22:55 #

    Sra Mari trato ahora el post de los ancianos: el poso sosegado de la sabiduría.
    Cuando una persona es joven, la muerte es y debe ser enemiga suya, con la edad es y debe ser una amiga, con la que uno finalmente se irá, para que le cure de todos sus achaques y dolores. Pasado el tiempo uno acepta que la muerte es una bendición. El tiempo le ha ido quitando vista, oído, fuerza, le ha ido desgastando. Uno acepta tranquilamente su final y ya no tiene miedo el miedo a la muerte, que como joven debería tener, puede mirar a la vida tranquilamente y reírse de tanta locura. Ya no hay necesidad de ganar nada, puede analizar sin pasión y sin la esperanza de la eternidad, puede hablar con sabiduría, y con palabras intemporales. Si uno tiene la suerte de encontrar un anciano, no amargado, escuchándole aprenderá todo lo que tiene que aprender, y lo que hay aprender no son matemáticas.

    P.S. Por lo que he leído de sus posts, damos la clase de una forma muy parecida, pero me da la sensación que así la imparten muchos de los autores del blog. No es de extrañar que se enfaden cuando los descerebrados acusan de falta de pasión, empatía por el alumno, preocupación por la enseñanza y todos los disparates que se leen. Iba a colgar el post y veo que ya nos tuteamos, pero este ya estaba escrito y no lo voy a cambiar.

  32. Mari
    20 febrero 2011 a 22:58 #

    Nuevamente, pido disculpas por errores debidos al iPad,

    Donde dice: «sus replicas son merecedoras de un poco más de mi reflexión», debería decir: «Sus replicas son merecedoras de una más profunda reflexión». Escribí en un principio, lo que se ha colado, pero lo corté, por parecerme una expresión desafortunada, una tontería, merecen toda mi atención y más, borré y escribí: «Sus replicas son merecedoras de una más profunda reflexión». Pero el anárquico, me dejó mal nuevamente.
    También, más abajo, donde dice tuteados, debería decir, tutearte.

  33. Raus
    21 febrero 2011 a 10:25 #

    Un artículo magnífico, F. Javier. Poco puedo añadir a lo ya dicho por los compañeros. La supresión de la clase magistral y de la toma de apuntes es una de las causas de que los alumnos no entiendan lo que leen. Mejor dicho, de que no entiendan, a secas. ¿O es que acaso entienden lo que oyen? ¿Acaso atienden lo que oyen, acaso escuchan? Para oír hacen falta orejas; para escuchar, respeto.

    Permíteme, querido Javier, una breve reflexión de carácter más general. Denostar la palabra es tanto como denostar la inteligencia. La progresiva introducción de elementos visuales en la enseñanza (dibujos, fotos, colorines, películas, vídeos…) ha querido dar a ésta un carácter dinámico, estético, fresco, divertido… Los libros, en cambio, son “tochos” o “ladrillos”. “Una imagen vale por mil palabras” se nos dice una y otra vez. La imagen es, al parecer, divertida, y aburrida la palabra… Todo esto es falso. La palabra es tremendamente evocadora: moviliza al máximo los recursos visuales internos del lector. La palabra obliga a imaginar, a pensar, a ensayar combinaciones espaciales para satisfacer la continua metáfora de la expresión lingüística. Una palabra (una frase, un texto) vale por mis imágenes. Y ninguno de los artículos aquí escritos podría explicarse mediante una imagen. La denostación y desprestigio de la palabra va asociada, por otro lado, al desprestigio de la teoría y lo objetivo. Y por estar asociada al concepto de “ideología”, hoy, posmodernidad mediante, objeto de mil sospechas, mas no siempre fundadas o justificadas. El declive de nuestra civilización y la denostación de la palabra (y el prestigio de la imagen) son acontecimientos estrechamente unidos. Pero esto es cuestión de explicarlo mejor en otro lugar.

    Enhorabuena por el artículo.

    • Jesús San Martín
      21 febrero 2011 a 11:44 #

      Querido Raus, estoy repasando la tesis de la que ya es mi doctora sin lectura. Tras el primer capítulo he sentido la cabeza pesada y he venido, como siempre, a relajarla en el blog. Ha sido un gran placer dirigirle la tesis, más parecía que estuviera con un estudiante postdoctoral, sólo tenía que indicar una vez para que todo quedara resuelto. Sólo ha habido dos cosas donde he tenido que enseñar, porque mostraba más flaqueza. Una era la de partir los teoremas en lemas y proposiciones, es decir, separar bloques constituyentes más simples: no deja de ser llamativo que quien formula el teorema y lo demuestra tenga dificultad en ver la síntesis. La otra, el enunciado de los teoremas. No es que la doctoranda no sepa enunciar el teorema, es que no lo sabe escribir con esa sensación de limpieza y escritura espartana que enuncia el teorema: si esto entonces todo. Y eso es precisamente lo que los alumnos no saben hacer, escuchan un tema y necesitan diez veces más palabras que el orador para expresar lo mismo. La toma de notas, la síntesis y la reelaboración con las palabras de uno, es un ejercicio fundamental, que lógicamente sólo puede negar un mal profesor o un pedagogo que no sabe nada de la enseñanza. Nadie niega la utilidad de las herramientas, obviamente tampoco los documentales, pero deben usarse complementándose. Como persona visual, demuestro los teoremas de forma visual, y luego tengo que darles lenguaje matemático. Que nadie se llame a engaño y pretenda enseñarme el oficio diciendo: “en el futuro mandarás un vídeo a las revistas, en vez de una demostración” porque es falso: un dibujo es la demostración para ese dibujo, no para todas las funciones. La Matemática tuvo problemas muy graves por el uso de los dibujos y debió formalizar y abstraer su lenguaje (desgraciadamente el grupo Bourbaki paso a los institutos y la hizo demasiado abstracta donde no debería serlo, pero ese es otro tema). Al hablar en inglés me encuentro con el mismo problema, no puedo decir: “imagina que…”, y ponerme a hablar de una figura, porque además de hablar de la figura, debo hablar de conceptos asociados a ella que no puedo sintetizar debidamente por mi corto inglés: es como querer escribir en inglés con la facilidad que escribo en el foro, tras años de práctica.

      Un abrazo

      • Raus
        21 febrero 2011 a 12:48 #

        Querido Jesús, en efecto, no seré yo quien niegue las virtudes de un buen documental, pero el mejor de los documentales sólo será aprovechado por aquella persona que sepa traducir lo visto y oído a palabras propias, y para ello se necesita un buen bagaje lingüístico. Uno de los mayores errores de la pedagogía actual es creer que las imágenes se explican solas, que se explican a sí mismas, y no es cierto. El dramático empobrecimiento gramatical de nuestros jóvenes dificulta enormemente la comprensión de textos o imágenes. La razón, amigo mío, radica, siquiera en parte, en lo que tú apuntas: en la dificultad del estudiante para sintetizar lo percibido en pocos conceptos, en pocas palabras. Es sencillo de entender: la persona culta es capaz de ir ordenando y encasillando la información en palabras de contenido específico y muy preciso. Se trata de sincretismo: de expresar en una sola forma dos o más elementos lingüísticos diferentes. El ignorante, el iletrado o escasamente letrado, debe emplear muchas más palabras para alcanzar a comprender lo mismo, pues sus palabras tienen significado más vagos y generales (hiperónimos). Hablar y escribir con propiedad es hacerlo con precisión; es decir, con economía. De hecho, ya se sabe que los expertos en una disciplina consumen mucha menos energía cerebral (glucosa) resolviendo problemas propios de esa disciplina que los novatos. Kasparov resuelve la jugada con gran economía de movimientos y sin despeinarse. El aprendiz de ajedrez resuelve con menos economía, más fatigosamente. Ya decía Mozart que a sus composiciones no les sobraba ni una nota (da igual que en aquéllas hubiera muchas notas: eran las justas). Cuando se dice que una teoría o una fórmula es elegante, nos referimos a lo mismo: a que expresa mucho con poco y de manera diáfana y precisa. Economía, eficacia.

        Da igual que la enseñanza actual se llene de imágenes estáticas o dinámicas. Mientras los alumnos no tengan un vocabulario rico, cualquier imagen será incomprensible.
        Un abrazo.

    • Francisco Javier
      21 febrero 2011 a 12:59 #

      Gracias Antonio y muy certero lo que dices, que da para mucho que meditar. Yo cuando escucho cometarios como que la «enseñanza colorista» ( no sé porqué la terminología pedaboba me produce tanto asco) es el futuro y que una vez probada ya no hay marcha atrás, tiemblo y siento vergüenza ajena. Lo mismo que cuando aparece Punset en Redes, obsesionado con las competencias, vendiendo su mensaje neoliberal con voz de corderito. En efecto, lo visual es más diver y arraiga mucho mejor en la natural inclinación a la pereza del ser humano, en esa tendencia l estar enajenado, entretenido, de la que tan magníficamente hablaba Pascal: ponía, si no recuerdo mal, el ejemplo de los bufones que acompañaban a los Reyes para liberarles del tedio (nosostros también tenemos bastante de bufones en este gran Circo de la edcación.) El concepto vale por infinitas imágenes, pues justamente esa es su esencia. Enfrentarse a un texto, meditar sobre él, escuchar su mensaje, y luego rumiarlo, darle vueltas, imaginar, establecer nexos de significado, sacar a la luz lo que oculta: ¡pensar! Pero de le que se trata es precisamente de no pensar, ¡prohibido pensar! En el artículo he hablado de la pasividad, como actitud enfermiza; la sociedad del espectáculo lo que genera es pasividad (en medio de simulacros ficticios de participación del ciudadano más falsos que Judas). Frente a ello se debe resistir, esto es: debemos pensar. Si al final escribes algo al respecto, estaremos todos encantados. Un saludo.

      • Raus
        22 febrero 2011 a 8:53 #

        Escribiré sobre la cuestión F. Javier, aunque no pueda evitar incurrir en alguna repetición. Fíjate que la palabra espectáculo viene del latín spectaculum, apelativo nominal del verbo spectare ‘mirar’, ‘contemplar’, ‘observar atentamente’. Una actividad que puede ser muy noble cuando el espectador, el que mira, sabe observar; esto es, examinar atentamente, Pero para ello necesita de la palabra, que es, como dice Luzroja, el vehículo del aprendizaje. Y lo es porque también lo es de la razón. Date cuenta de que el término diálogo (diá-logo) significa, etimológicamente hablando, discurso racional. Es la palabra la que nos saca de un prístino estado irracional, la herramienta del pensamiento que nos hace humanos en el pleno sentido de la expresión.

        En los trabajos de Sperry, premio Nobel de medicina, se evidenció que el hemisferio consciente era el izquierdo, donde reside la facultad del habla. De hecho, en psicología, el psicólogo o el psiquiatra suelen pedir al paciente que verbalice sus vivencias traumáticas para que tome consciencia y control de ellas, para que el discurso racional interior tome el mando de las emociones. Mientras las emociones sigan sin ser habladas, el sujeto seguirá estando a merced de su cerebro emocional. Por eso mismo, ha de chocarnos a algunos, que a la par que se habla de «inteligencia emocional», se le arrebate a la palabra su poder y dignidad, que se la desprecie y sea objeto de las más atroces y bárbaras mutilaciones o torsiones.

        No cabe duda de que vivimos en era del espectáculo. Yo, que soy aficionado al cine clásico de hace décadas, puedo observar que los guiones de entonces solían incluir mucho diálogo entre los actores y actrices. Hoy lo que tiende a predominar son los los «efectos especiales», el entretenimiento de la vista y los diálogos ramplones. El absurdo se apodera de muchos de estos trabajos de pacotilla. Fíjate, F. Javier, que la palabra «absurdo» proviene del latín absurdus, compuesta del prefijo ab- y surdus (sordo). Según Cicerón, la palabra absurdo se refiere a alguien disonante, que suena inútil, reprensible o que no se entiende. ¿No es ésta, precisamente, la definición de nuestra escuela? Una escuela en que se arrincona y desprecia la palabra es, por tanto, una escuela absurda (sorda), irracional, emocional (en su sentido más primitivo), descontrolada, inconsciente y enemiga del diálogo verdadero (que no es la cháchara de nuestros pedagogos).

        Saludos.

    • Luzroja
      21 febrero 2011 a 15:50 #

      La palabra es «el vehículo» del aprendizaje . Un niño ciego y un niño sordo son dos criaturas con deficiencias sensitivas importantes, el primero aprenderá el lenguaje y obtendrá cosechas en el mundo de las ideas en función de su propia inteligencia, el segundo, lo tiene más crudo, deberá aprender un lenguaje que no oye lo que supone una complejidad que ni imaginamos.

      Quizá estemos protagonizando en la actual enseñanza el proceso ensordecedor. Alumnos que no oigan para que no piensen, estirpándoles el órgano por el que se nutre el conocimiento.

      En la facultad de filosofía de la complutense hay un profesor ciego.

      • Luzroja
        21 febrero 2011 a 15:52 #

        En la complutense de Madrid (olvidé nombrar la ciudad en el post anterior)

  34. Maximiliano Bernabé Guerrero
    21 febrero 2011 a 10:35 #

    Para Laura:
    No digas «sólo soy maestra de infantil». Di, «soy maestra de infantil y estoy orgullosa de ello». Es tanto lo que podéis hacer a esas edades tempranas. De hecho, yo creo que muchos males de nuestro sistema de enseñanza se inician a los 3 años, si no antes. Me alegro mucho de que haya maestros de infantil que piensen como tú, me has alegrado la mañana.

    • Laura
      21 febrero 2011 a 18:34 #

      Gracias Maximiliano:
      Vengo precisamente de una terapia de café con algunas de mis compas, después de la tarde de turorías y reuniones del cole.
      Se intentan hacer muchas cosas, pero al final cuando te meten a 23 niños de 3 años, de ellos una media de 2-3 alumnos inmigrantes sin castellano, otros 2 o 3 que están en las primeras etapas del lenguaje, otro que le ves que algo le pasa, otro par con algún tipo de dificultad o necesidad en el entorno familiar… pues te ves un poco superada por las circustancias.

      Por el centro también nos están apretando las tuercas y se empieza a rumorear, que quizá las medidas extraordinarias que aplicó Murcia en navidades tengan sucedaneos en verano…

  35. Jesús San Martín
    21 febrero 2011 a 13:16 #

    En relación con lo que estamos tratando, os dejo un texto sobre economía, uno de cuyos párrafos se aplica perfectamente a las nuevas corrientes (basta cambiar economista por epdagogos):

    Los “nuevos” economistas se jactan de que su actitud supone un enorme y casi revolucionario avance en orden a los métodos de los economistas “clásicos” u “ortodoxos”, por cuanto a menudo descuidan los efectos que ellos tienen siempre presentes. Ahora bien, cuando a su vez ignoran o desprecian los efectos remotos, están incidiendo en un error de mayor gravedad. Su preciso y minucioso examen de cada árbol les impide ver el bosque. Sus métodos y las conclusiones deducidas son con harta frecuencia de profunda índole reaccionaria y a menudo les asombra constatar su plena coincidencia con el mercantilismo del siglo XVII. De hecho vienen a caer en aquellos antiguos errores (o caerían si no fueran tan inconsecuentes) de los que creíamos haber sido definitivamente liberados por los economistas clásicos.

    En el artículo explica muy bien porque su crecepelo se vende tan bien, dada la naturaleza humana. Os dejo el artículo.

    Economía en una lección.
    Henry Hazlitt

    ……Es éste la persistente tendencia de los hombres a considerar exclusivamente las consecuencias inmediatas de una política o sus efectos sobre un grupo particular, sin inquirir cuáles producirá a largo plazo no sólo sobre el sector aludido, sino sobre toda la comunidad. Se trata de la falacia que pasa por alto las consecuencias secundarias.
    En ello consiste la fundamental diferencia entre la buena y la mala economía. El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar, pero el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas. Aquél sólo considera los efectos de una determinada política, en el pasado o en el futuro y sobre cierto sector. Éste se preocupa también de los efectos que tal política ejercerá sobre todos los grupos.
    El distingo puede parecer obvio. La cautela de considerar todas las repercusiones de cierta política quizá se nos antoje elemental. ¿Acaso no conoce todo el mundo, por su vida particular, que existen innumerables excesos gratos de momento y que a la postre resultan altamente perjudiciales? ¿No sabe cualquier muchacho el daño que puede ocasionarle una excesiva ingestión de dulces? ¿No sabe el que se embriaga que va a despertarse con el estómago revuelto y la cabeza dolorida? ¿Ignora el dipsómano que está destruyendo su hígado y acortando su vida? ¿No consta al don Juan que marcha por un camino erizado de riesgos, desde el chantaje a la enfermedad? Finalmente, para volver al plano económico, aunque también humano, ¿dejan de advertir el perezoso y el derrochador, en medio de su despreocupada disipación, que caminan hacia un futuro de deudas y miseria?
    Sin embargo, cuando entramos en el campo de la economía pública, verdades tan elementales son ignoradas. Vemos a hombres considerados hoy como brillantes economistas condenar el ahorro y propugnar el despilfarro en el ámbito público como medio de salvación económica. Y cuando alguien señala las consecuencias que a la larga traerá tal política, replican petulantes igual que lo haría el hijo pródigo ante la paterna admonición: “A la larga, todos muertos”. Tan vacías agudezas pasan por ingeniosos epigramas y manifestaciones de madura sabiduría.
    Pero la tragedia radica en que, por el contrario, estamos ya soportando las consecuencias a largo plazo de las políticas de un pasado más o menos remoto. Hoy es ya el mañana que nos aconsejaba despreciar el economista de ayer. Las repercusiones remotas de ciertos métodos económicos pueden hacerse tangibles dentro de escasos meses. Otras requieran quizá el transcurso de varios años o incluso el paso de varias décadas. Pero en cualquier caso, las consecuencias remotas se hallan contenidas en la política en cuestión tan fatalmente como el polluelo en el huevo o la flor en la semilla.
    Por consiguiente, bajo este aspecto, puede reducirse la totalidad de la economía a una lección única, y esa lección a un solo enunciado: el arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.
    Nueve décimas partes de los sofismas económicos que están causando tan terrible daño en el mundo actual son el resultado de ignorar esta lección. Derivan siempre de uno de estos dos errores fundamentales o de ambos: el contemplar sólo las consecuencias inmediatas de una medida o programa y el considerar únicamente sus efectos sobre un determinado sector, con olvido de los restantes.
    Naturalmente, cabe incidir en el error contrario. Al ponderar un cierto programa económico no debemos atenernos exclusivamente a sus resultados remotos sobre toda la comunidad. Es éste un error que a menudo cometieron los economistas clásicos, lo cual engendró una cierta insensibilidad frente a la desgracia de aquellos sectores que resultaban inmediatamente perjudicados por unas directrices o sistemas que a largo plazo beneficiarían a la colectividad.
    Pero son ya relativamente muy pocos quienes incurren en tal error. Y esos pocos casi siempre economistas profesionales. La falacia más frecuente en la actualidad, la que emerge una y otra vez en casi toda conversación referente a cuestiones económicas, el error de mil discursos políticos, el sofisma básico de la “Nueva” Economía, consiste en concentrar la atención sobre los efectos inmediatos de cierto plan en relación con sectores concretos e ignorar o minimizar sus remotas repercusiones sobre toda la comunidad. Los “nuevos” economistas se jactan de que su actitud supone un enorme y casi revolucionario avance en orden a los métodos de los economistas “clásicos” u “ortodoxos”, por cuanto a menudo descuidan los efectos que ellos tienen siempre presentes. Ahora bien, cuando a su vez ignoran o desprecian los efectos remotos, están incidiendo en un error de mayor gravedad. Su preciso y minucioso examen de cada árbol les impide ver el bosque. Sus métodos y las conclusiones deducidas son con harta frecuencia de profunda índole reaccionaria y a menudo les asombra constatar su plena coincidencia con el mercantilismo del siglo XVII. De hecho vienen a caer en aquellos antiguos errores (o caerían si no fueran tan inconsecuentes) de los que creíamos haber sido definitivamente liberados por los economistas clásicos.
    Suele observarse con disgusto que los malos economistas propagan sus sofismas entre las gentes de manera harto más atractiva que los buenos sus verdades. Laméntase a menudo que los demagogos logren mayor asenso al exponer públicamente sus despropósitos económicos que los hombres de bien al denunciar sus fallos. En esto no hay ningún misterio. Demagogos y malos economistas presentan verdades a medias. Aluden únicamente a las repercusiones inmediatas de la política a aplicar o de sus consecuencias sobre un solo sector. En este aspecto pueden tener razón, y la réplica adecuada se reduce a evidenciar que tal política puede también producir efectos más remotos y menos deseables o que tan sólo beneficia a un sector a expensas de todos los demás. La réplica consiste en completar y corregir su media verdad con la otra mitad omitida. Ahora bien, tener en cuenta todas y cada una de las repercusiones importantes del plan en ejecución requiere a menudo una larga, complicada y enojosa cadena de razonamientos. La mayoría del auditorio encuentra difícil seguir esta cadena dialéctica y, aburrido, pronto deja de prestar atención. Los malos economistas aprovechan esta flaqueza y pereza intelectual indicando a su público que ni siquiera ha de esforzarse en seguir el discurso o juzgarlo según sus méritos, porque se trata sólo de “clasicismo”, “laissez faire“, “apologética capitalista” o cualquier otro término denigrante, de seguros efectos sobre el auditorio……

    • Francisco Javier
      21 febrero 2011 a 15:26 #

      La economía a mi juicio ha olvidado que se trata de una ciencia, ¿una ciencia?, humana y se inscribe de lleno como verdad incuestionada en los dogmas de Capitalismo. Se busca la rentabilidad inmediata, la especulación, no intenta ponerse al servicio del hombre para lograr una vida más libre, más justa. Yo no entiendo nada de economía, pero veo que en las Facultades de Económicas lo que se produce son empresarios, tecnócratas al servicio del Capital sin un discurso propio: son ingenuamente apolíticos y no ven más allá de sus narices. Algo no muy diferente de la Educación, que va dando palos de ciego al son de la canción del momento.

  36. 21 febrero 2011 a 21:09 #

    La lectura de este artículo deja constancia de cómo el mal pedagógico, conocido por todos aquellos que lo hayan sufrido en el bachillerato devenido en esa guardería de educación compensatoria que es la infame ESO, se extiende en la enseñanza superior como una metástasis galopante e irrefrenable.

  37. 21 febrero 2011 a 23:14 #

    Queridísimos amigos, no sé el Jonathan, pero la Jennifer seguro que tiene cosas más importantes que hacer que ir al Liceo. Vean, vean:

    http://www.formulatv.com/videos/2714/iratxe-de-princesas-de-barrio-se-presenta-a-un-casting-para-presentar-el-tiempo/

    http://www.formulatv.com/videos/2670/marta-de-princesas-de-barrio-acude-a-donar-ovulos/

    Acabaremos viendo a la Belén Esteban dando másteres universitarios.

    • 22 febrero 2011 a 10:53 #

      De momento las materias asignadas a Belén Esteban serán sólo optativas y de libre configuración. Con el tiempo pasarán a ser las troncales y obligatorias.

    • 22 febrero 2011 a 12:33 #

      Por cierto, muy ilustrativas las dos muestras de la generación mejor preparada de la Historia de España. Ya están listas para ocupar sus puestos de «cuota» en el próximo reajuste.

      • 22 febrero 2011 a 12:42 #

        Por supuesto, Mariano. Esto está sacado de un programa nuevo de la Sexta, «Princesas de barrio», y, aunque parezca que va de broma, sostengo que tiene mucho que ver con la crítica que realizamos en Deseducativos. La formación, los modales, las posturas, los delirios y las aspiraciones de las chicas protagonistas son una muestra de los resultados que han producido sobre una parte de nuestra juventud 20 años de LOGSE y unos cuantos más de arrinconar la cultura, jalear el éxito fácil y la grosería, idolatrar el dinero, machacar con el mensaje de pocos deberes y muchos derechos, fomentar la irresponsabilidad, etc.

      • Francisco Javier
        22 febrero 2011 a 13:01 #

        Bueno, el vídeo hay que reconocer que es gracioso y que la chica, al menos, tiene sentido del ridículo. Da gusto ver a las generaciones mejor preparadas de toda la historia, a las princesas y sus príncipes maromos del Polígamo. Y no sería raro que con tanta Universidad y tanta demanda empezemos a ver castings con princesas- antes- tontas que- sencillas para cubrir plazas de profesor o catedrático.

        Muy interesante el artículo que nos dejas, Mariano. (Habrá que seguir la pista a esta profesora.)

        Un saludo y muchas gracias por los comentarios.

    • Polícrates
      22 febrero 2011 a 12:43 #

      Don Pablo, acaba vd. de chafarme el día. Que mal cuerpo me han dejado estos vídeos. La cara que se le queda a la ginecóloga que atiende a la Marta da para preocuparse. ¿Tendré esa misma cara cuando hablo con mis Jennifers y Jonathanes? ¿Alguien se puede creer que con esa cara, la misma que se nos pondría por seguir estrictamente los planes de convivencia, se nos va a tomar en serio?

      El vídeo bien merece un artículo y mucha publicidad. No tiene precio, pero que mal me ha dejado.

      Saludos.

      • 22 febrero 2011 a 13:17 #

        Muy aguda su observación, amigo Polícrates: la cara de esa doctora es todo un poema, porque hay que ver lo mucho que dice.

    • Raus
      22 febrero 2011 a 14:51 #

      Madre mía, sí que es verdad lo de la cara de la doctora. Pobre mujer. Anda que la princesita, reclamando más dinero por ser guapa. Claro, ¿y la inteligencia qué, querida? ¿Eso no cuenta, Martita? No será para reír, pero la cara de la ginecóloga me ha hecho saltar las lágrimas de la risa (nerviosa). Gracias, Pablo, por el rato.

    • Jesús San Martín
      22 febrero 2011 a 15:09 #

      Lo importante son las preguntas. ¿Por qué se presta la clínica (cuyo nombre claramente publicitado se muestra con un primer plano) al juego? Están rodando: dentro de la clínica, la entrevista con la doctora, los laboratorios; es evidente que la clínica ha aceptado, ya sea cobrando, ya sea como publicidad indirecta. Me parece que han querido hacer publicidad para inducir a ciertas jóvenes a donar, ganándose ese dinerillo que hace falta para ponerse el culo (tal como dice la protagonista). Pues bien, que sepan los padres el nivel intelectual del hijo que van a tener (acudiendo a la susodicha, si pagan a las princesas) o la catadura moral de la clínica (si han cobrado para hacer el anuncio). Sería bueno comentárselo a la amiga que piensa comprar un óvulo, porque, aunque lo importante es la donación, no los mil euros, la empresa cobra una pasta.

  38. Tineo
    22 febrero 2011 a 13:44 #

    Supongo que las generalizaciones son eso, generalizaciones.
    Ayer me contó mi hijo, estudia en un IES, que habían despedido al profesor sustituto de Historia con tres ovaciones. La dele de clase le agradeció 1- la aportación de documentación fuera de los libros de texto (estaban en la 1ª guerra Mundial), 2- la rigurosidad de sus exposiciones y 3- su amenidad.
    El año pasado se jubiló su profe de Matemáticas y entre toda el aula, poniendo cada uno 6 € le regalaron un recuerdo y una tarjeta firmada por todos ellos. No sé las demás aulas. Hablo de un IES que, parece, es de lo que se habla aquí. En un concertado, que tengo a la niña, a los jubilados se les entrega una placa y dos regalos uno de la dirección y otro del APA en la cena, anual de confraternización, a la que asisten el claustro y el 70% de los padres.
    En fin me parece que hablan Ud de otro mundo.

    • Polícrates
      22 febrero 2011 a 14:17 #

      70% de los padres, he aquí la diferencia. Usted lo ha dicho todo. Efectivamente hablamos de centros muy distintos.

      Yo acudo hace años a clases con la misma geta de todos los días y aunque he tenido algún curso de esos que te despiden como dios manda hace ya lustros que no me topo con perlas de este tipo. Gracias Tineo por traer a mi memoria tan gratos recuerdos.

    • Francisco Javier
      22 febrero 2011 a 17:18 #

      Hay otros mundos, pero están es éste.

  39. Mari
    22 febrero 2011 a 15:24 #

    Voy a comenzar esta contestación – reflexión, por su interés transferencial,  por el artículo sobre economía que anexa Jesús, realmente bueno.
     No podremos avanzar mientras no tengamos en cuenta todas las variables, mientras no aceptemos la realidad tal cual es, sin olvidar como llegó a ser así,  la analicemos detenidamente, lancemos hipótesis y las contrastemos con la práctica hasta donde podamos, dejemos los intereses personales en la puerta, seamos asépticos, ya sabemos de la dificultad de ciertos saberes para llegar a verdades,  para ellos, hasta ahora, lo objetivo, lo demostrado es poco y  mientras no tengamos en cuenta todo esto… Estoy convencida que querer es poder, pero…  ¿interesa esto a alguien?  

    Pasa igual con la educación, tampoco interesa…  Unos lo que quieren es llegar a la clase y explicar la lección, que los niños no se muevan, mandar deberes para casa, que  corregirá en la pizarra al día siguiente, y después,  un control mensual, que lo decepcionará,  porque los resultados no son los esperados. Otros, optarán por el laisseiz faire, para salir diciendo: desde luego es que no hay quien los aguante. Otros se lo currarán, no escatimarán esfuerzos en sus horas de trabajo… Seguro que cada uno de los que aquí escribe conocen diferentes técnicas y a quiénes las utilizan. O igual nosotros mismos utilizamos una u otra dependiendo del alumno. También, a la hora de realizar una operación,  los cirujanos pueden utilizar una u otra técnica quirúrgica, dependiendo de una serie de factores: características del enfermo, historial médico, etc.

    Seguiré por el tema del alma. Cuando hablé del alma del niño, lenguaje metafórico,  quise decir que tenemos que intentar llegar a conocer, lo más que nos sea posible, sus conocimientos previos, su peculiar modo de aprender, de entender, de conocer lo que le impide aprender con normalidad ciertos contenidos o todos, hasta donde puede llegar, o  hasta dónde podremos exigirle, para ver si tenemos que tomar medidas de ampliación (ampliar contenidos) o de recuperación para ellos. Un niño que llega a 1º de Primaria con una pronunciación deficiente, cometiendo errores de laísmo, por ejemplo, o un niño incapaz de escuchar, etc. habrá que trabajar con él unos contenidos que con otros no será necesario. No sólo se trata de averiguar cuáles son sus aptitudes y actitudes, sino cuáles son las causas que le impide un rendimiento que no se ajuste a su capacidad, por ejemplo, todo lo dicho no implica que el niño tenga que saltarse las normas, eso… nunca. Y si no las cumple, tendrá que cumplir obligatoriamente las sanciones (ajustadas a la edad, por supuesto). Soy consciente que para realizar toda esta tarea adecuadamente la ratio tiene que bajar.  Estas son las cosas de las que debemos preocuparnos (por supuesto, no hay que ser un lumbrera para entender que  los alumnos se irán haciendo autónomos poco a poco,   si las cosas se hacen bien, irán cambiando y no habrá que estar todo el día… un trabajo coordinado, facilitará muchísimo las cosas.

    Y bobos… bobos los hay en todas partes, hay pedagogos, psicobobos, filosobobos, en fin… para  que seguir, pero esto no quiere decir que existan muchas personas dedicadas a cualquiera de estas profesiones que lo hagan verdaderamente bien. Y… es verdad, una palabra vale más que mil imágenes, también nos sirven para insultar a los otros… Por ejemplo, una puede imaginar al pedabobo o a la pedaboba, y a los psicobobos y a las psicobobas y a los filosobobos y a las … de mil maneras y  resulta divertido, hagan la prueba, pero… y las razones para que nos sirven, igual sólo se trata de ráfagas de humor irónico, pero no me lo parece, me parece más bien rabia debida al deseo de que esto cambie, impotencia, puedo entenderlo, si es así, aunque también puede que sea rabia por no poder imponer nuestro criterio, en este caso…

    También soy de las que creo que todos somos culpables de que la educación vaya como va, no sólo son culpables los pedapsicofiloso…bobos. Desde mi criterio, la pedagogía es un saber  muy respetable, escuelas fundamentadas en las diferentes teorías filosóficas, etc. que ya tendrían que haber llegado a entenderse. 

    Me alegra encontrar en este espacio personas que piensan como una. Y claro, señor Alonxo, que nadie tiene la fórmula para solucionar todos los problemas ni de la educación ni de otras muchas cosas, ni los «iluminados» la han tenido. Usted, también dice verdades como puños, y eso duele.  La verdad es que  leyendo algunos comentarios parece que los pedagogos tienen la culpa de todo lo que ocurre en la escuela,   y me pregunto  ¿la crisis no será culpa de los pedabobos?

    Otros quieren remover las conciencia de quienes no piensan como ellos, señores, seamos serios y dejemos los insultos, que ya somos mayorcitos, y el que no tenga razones, que se calle,  porque así la poca o mucha razón pudiera tener, la pierde, ¡cómo vamos a tomarnos en serio lo que comentan las personas que dicen estas cosas!, señores, reflexionen sobre lo que dicen, si las razones no necesitan insultos. 

    Señor Borja Contreras, usted puede hacer y pensar lo que le venga en gana,  yo no impongo nada, eso es manipular las palabras de los demás,  imagino que se habrá dado cuenta, sólo expongo lo que pienso, y si usted cree que no tengo nada de razón,  me parece bien, dé sus razones en contra, si quiere, y sino…  Y no diga que yo humillo a sus alumnos,  porque eso no es cierto, usted,  si ha intentado humillarme  a mí con su comentario, pero en fin, como no humilla quien quiere sino quien puede, pues… nada. Y si, usted,  cree que ha perdido el tiempo  en esos cursos sobre Pedagogía, pues no los hagas, nadie le obliga.

    Saludos

    • Francisco Javier
      22 febrero 2011 a 17:37 #

      Fórmulas magistrales, ciertamente no existen, pero al menos creo que deberíamos reconocer que la Pedagogía también tiene su parte de responsabilidad, pues no parece casual que su incidencia masiva haya coincido con el declive bochornoso de la educación de este país. ¿O eres de las que niegan los datos objetivos, sí, sí: objetivos? Por cierto, ¿dónde está la autocrítica de los responsables educativos que han creado las estructuras en las que nos movemos, en las que chapoteamos más bien? ¿Quién ha movido un dedo en este país por denunciar el avance de la Concertada (refugio de la doble moral que tantos y tantos – yo no-, practican? ¿De qué huyen? Sigo: ¿dónde están los intentos de fundamentación de una defensa de «esto» que tenemos? Si alguien quiere, hacerlo que lo haga: aquí no hay censura y todo el mundo tiene derecho a publicar un artículo o expresarse como le parezca (siempre se entiende, que tenga un mínimo de coherencia y de pensamiento.

      Personalmente me limito a describir con frialdad lo que veo, y por ejemplo, veo que muchos alumnos de Bachillerato (de la ESO prefiero ni hablar) son incapaces de reflejar por escrito lo que se narra en un documental o en una conferencia, siendo lo grave de esto no sólo el hecho en sí, sino lo que subyace: toda una serie de vicios fomentados y amparados por un sistema: la ESCUELA DE LA IGNORANCIA. Un saludo, Mari.

      • Jesús San Martín
        22 febrero 2011 a 19:39 #

        Como decía el otro día, Francisco Javier, no quiero palabras, quiero los datos objetivos. Lo que comentas del instituto lo observo yo en la universidad, y eso ha sucedido por la leyes al amparo de la pedagogía. La universidad ya se ha contagiado, porque los alumnos del segundo semestre no saben lo que deberían saber tras haber aprobado el primer semestre. Tiempo, sólo tiempo, ya lloraremos en el médico.

    • Borja Contreras
      23 febrero 2011 a 16:49 #

      Unas puntualizaciones:
      1.- Usted dice que en secundaria hay que ser pedagogo. Yo soy profesor de secundaria ergo…
      2.- Tratar de (y como a) niños a quienes no lo son es, objetivamente, humillante. Y además tiene consecuencias. La infantilización obscena de la juventud procede de que son sistemáticamente tratados como niños; eso les impide madurar, les incapacita para asumir responsibilidades y por lo mismo les impide ser libres.
      3.- Afirmar que yo trato de humillarla con mi comentario no es un argumento, sino una atribución arbitraria de intenciones. No obstante lo cual, y ya que esa es la impresión que ha sacado, le pido disculpas. Pero desde luego no era el objetivo del comentario, y eso sólo yo puedo saberlo, no usted, ya que sólo yo conozco mis intenciones.
      Un saludo.

  40. Raus
    22 febrero 2011 a 17:57 #

    Me llega por correo un breve escrito (un diálogo). Lo cuelgo aquí en honor a todas esos Jonatanes y Lleniferes que tanto abundan. Atención a la respuesta que el señor mayor le da al joven. Es, exactamente, la misma que se le puede dar a nuestros augustos pedagogos cuando nos dicen que vivimos tiempos nuevos. Ahí va. Sin desperdicio:

    «UNA VERDAD QUE A LO MEJOR DUELE A LOS JÓVENES,PERO ES MUY CIERTA.

    Durante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado a la par de él, por qué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación: *

    «Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo», dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor.

    «Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, internet, teléfonos móviles, aviones, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear y coches eléctricos y de hidrógeno. Ordenadores con procesos a la velocidad de la luz… y muchas cosas más».

    Después de un breve silencio el señor mayor respondió diciendo:
    «Tienes razón, hijo mío; nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes… ¡Así que las inventamos! »

    Ahora, dime arrogante gilipollas, “¿Qué estás haciendo TÚ para la próxima generación?”

    ¡El aplauso fue atronador!»

    Yo también le aplaudo: plas, plas, plas…

  41. Jesús San Martín
    23 febrero 2011 a 8:13 #

    Nuestro amigo José Penalva nos ha dejado una joya en Elconfidencial

    ….una creencia subyacente en los discursos del partido socialista y la pedagogía afín, de modo que su estrategia habitual ha sido la siguiente: I) negar los datos; II) crear mitos para justificar la Logse, y III) excluir la crítica

    http://www.elconfidencial.com/cuestion-escolar/2011/educacion-competitividad-fracaso-utopia-logse-20110223-7032.html

  42. Mari
    27 febrero 2011 a 23:03 #

    Disculpen la tardanza en contestar.
    Señor Francisco Javier:
    Usted, dice: “Fórmulas magistrales, ciertamente no existen, pero al menos creo que deberíamos reconocer que la Pedagogía también tiene su parte de responsabilidad, pues no parece casual que su incidencia masiva haya coincido con el declive bochornoso de la educación de este país”.
    Al menos deberíamos reconocer… ¿quiénes deberían reconocer tal cosa?
    – Los que aprobaron la LOGSE y no la desarrollaron como hubiera sido preciso.
    – Los socialistas por serlo.
    – Los del PP por serlo.
    – Los que no hicieron desde el principio más que bufar y poner zancadillas para que no se desarrollara ni lo más mínimo.
    – Los partidarios de una escuela comprensiva, democrática e integrada en la comunidad, con su retraso en división de los alumnos en ramas distintas hasta los 15/16 años, con un currículo común, que debería posibilitar la individualización y la compensación de desigualdades – mediante adaptaciones de las enseñanzas y recuperaciones – con la intención de que todos pudieran conseguir una formación básica como dios manda, y que no ha conseguido desarrollarse adecuadamente.
    – Los partidarios de Piaget, Vygotskii y Ausubel.
    – Todo el mundo.
    – Los que sólo quieren dar sus clases y punto.
    – Los que llevan intentando lustros poder coordinarse con sus compañeros y llegar a acuerdos prácticos en su Centro y no pueden, porque esto interesa a muy pocos y, además… tienen que soportar las risitas, cuchicheos y miraditas de unos y otros.
    – Los partidarios de Paulov, Skinner y Bandura.
    – …
    No sé quiénes según, usted, deberían o querrían reconocer tal cosa, aunque me imagino quiénes les aplauden, aquí no hay trampa ni cartón. Esto es lo de siempre…
    Deshacerse de ideologías, religiones y demás… es… tan difícil. La concertada, media España se moría por la concertada, si no hubiera habido manga ancha para la concertada… Uf! Avance de la concertada, pero en qué mundo vive, usted. No pocos compañeros de profesión llevan a sus hijos a la concertada, religiosa sobre todo, no se fían, al parecer, de sí mismos ni de sus compañeros… Tengo familiares trabajando en la concertada y… más horas de trabajo, ideario impuesto, del que uno no puede salirse.
    Espero merecer el derecho a publicar un artículo o expresarme como considere justo en este lugar y alcanzar ese mínimo de coherencia y de pensamiento… necesario para… ¿escribir aquí? ¡Qué barbaridad!, de verdad, cree, que son o somos pocos los elegidos…
    Creo que se equivoca… pero… en fin…
    Describe lo que ve… pues muy bien, eso es lo que hay que hacer, siempre, desde mi criterio, siempre; describir lo que uno ve realmente, pero… miremos bien, no vaya a ser que seamos propensos a ver sólo la mitad de lo que se puede verse. Y sí es así… antes de buscar culpables fuera, búsquelos dentro, porque es sabido, que si los alumnos son ignorantes es porque los maestros puede que también lo sean.
    En cuanto a datos objetivos, Jesús, cuáles queremos… que mientras en Finlandia la población llevaba alfabetizada muchos años, en España aún las tasas de analfabetismo eran… Por lo visto un estudio reciente muestra que la población juvenil se divide en nuestro país en cinco grupos de jóvenes: más grupos malos que buenos, pero digo yo y no hay algún estudio que demuestre los grupos en los que podemos dividir a los adultos, los grupos en los que se divide la población juvenil en otros países o en otras épocas, porque no vaya a darse el caso que los adultos vayamos a ser todos bellas y bestias todos los jóvenes. Porque esto no me lo creo, lo diga quien lo diga. Y mire que soy partidaria de los estudios científicos, pero sin sesgo, porque los sesgos abundan en demasía.
    Y claro que creo, señor Borjas Contreras, que es necesario que el maestro y el profesor de secundaria sean pedagogos, creo que deberían ser personas muy versadas en Pedagogía… ¿Por qué?, pues porque deberían o deberíamos conocer todos los métodos de enseñanza, habidos y por haber, que dieron resultados positivos en algún momento y grupo de población – con el fin de estudiar cuál o cuáles servirá o servirán mejor a cada uno de nuestros alumnos, también deberíamos ser orientadores en lo académico y profesional y sería de sumo interés que conociéramos variadas técnicas de trabajo en equipo… para trabajar coordinadamente con los compañeros, sobre todo con los que imparten clases en el grupo del que soy tutora; y en los otros grupo en los que soy profesora, y en el que soy miembro de un departamento… Mire, la teoría nace de la práctica y ésta a su vez se pone en práctica, con la intención de mejorar la práctica… Soy partidaria de una teoría, investigada in situ, y pactada sin salirse del marco (constitución, a ser posible mejorada). Pero… de qué es partidario, usted.
    Un saludo.

    • Francisco Javier
      28 febrero 2011 a 9:40 #

      Estimada Mari, como eres capaz de responderte a ti misma y te respondes tan bien, sólo me queda desearte una feliz semana.

    • Jesús San Martín
      28 febrero 2011 a 11:14 #

      Hola Mari. No he entendido tu metáfora: no vaya a darse el caso que los adultos vayamos a ser todos bellas y bestias todos los jóvenes. En todas las edades habrá una distribución normal, y la media estará dada por la formación que hayan tenido. La media es cada vez peor, no ya porque lo vean los profesores, sino porque los alumnos repetidores que coinciden con los nuevos así lo indican.
      Mi doctoranda, que acaba de iniciar los trámites para lectura es disléxica. Me acabo de enterar, cuando le he pedido el número de DNI (me he acordado de ti)
      Ando muy ocupado para poder escribir un artículo, a ver si el mes próximo, pero lo dudo. De todas formas contestaré a tus mensajes.

      Un abrazo

      • Polícrates
        28 febrero 2011 a 12:47 #

        «La media es cada vez peor, no ya porque lo vean los profesores, sino porque los alumnos repetidores que coinciden con los nuevos así lo indican.»

        Un compañero que tuve años atrás comentaba que uno de sus amigos (no docente) le había colgado el sambenito de quejica por los comentarios despectivos hacia la recién implantada ESO y sus magros resultados. El amigo directamente no le creía y lo tachaba de exagerado hasta el día y hora en que su primogénito empezó la secundaria. Pasado un tiempo tuvieron una pequeña conversación:

        – Va a ser que tenías razón.
        – ¿A que te refieres?
        – Mi hijo no pega chapa y trae varios notables con las notas, incluso algún sobresaliente.
        – Ahora lo entiendes. Ya te lo decía yo: en el país de los ciegos un tuerto es el rey.

        El caso es verídico como lo es el dato de que el primer curso en el que 3º de ESO se implantó de forma universal, los alumnos que no habían «promocionado a 2º de BUP» se incorporaron a 3º de ESO. Estos repetidores, muchos de los cuales hubieran tenido serias dificultades para sacar con provecho el 1º de BUP, se convirtieron en los líderes (académicos) de sus grupos y aún recuerdo la perla que uno de ellos nos dejó:

        – Esto de la ESO es un chollo.

        Del estilo de ésta las tengo a montones.

        Que el nivel de instrucción no ha dejado de bajar desde entonces notorio es para quién quiera ver. Que los alumnos lo adviertan en sus colegas más jóvenes (1 o 2 años menores) es un dato para deprimirse (todavía un poco más).

      • Jesús San Martín
        28 febrero 2011 a 13:17 #

        Observe, Polícrates, que he utilizado el plural. Por otro lado, tal como comenta usted, las matrículas de honor de este año a duras penas llegarían al notable en condiciones normales, y en estos casos no se puede argumentar falta de medios. Sólo lo niega quien no quiera verlo. Es sólo cuestión de años que los médicos y los ingenieros tengan el título pero no la capacidad, tal como ahora sucede en la educación primaria y secundaria. El daño es increíble, sólo se sujeta el doctorado porque se exige una publicación en una revista de prestigio, pero con el nivel que tienen los licenciados no podrán hacer el doctorado.
        Algunos profesores ya hablamos al respecto: o la nota que corresponde sin mover el nivel (todos suspensos) o todos aprobados y que reviente de una vez. Soy partidario de la segunda, pero todos al mismo tiempo, de lo contrario la universidad acabará como el resto de la enseñanza. De momento, como todos, poniendo parches a este cáncer que devora el futuro de los jóvenes. ¡Orgullosos deben sentirse!

    • Jesús San Martín
      28 febrero 2011 a 13:48 #

      Un dato objetivo, la clasificación de las universidades

      http://www.arwu.org/ARWU2010.jsp

      Es evidente que Finlandia no es el modelo. Como quería transmitir con el post sobre economía: las personas miran el óptimo local (beber alcohol) sin atender a las consecuencias a largo plazo (accidente por borrachera)

      Arroparse en la falta de medios es un excusa que siempre he escuchado en todos los fracasos de experimentación social: comunismo, sectas,….

  43. Ana Belén
    28 febrero 2011 a 14:55 #

    Alonxo dixit:
    Más de una vez he criticado esa enseñanza tradicional que, en pleno siglo XXI, insiste en mantener al profesor como único protagonista, dejando al alumno a su suerte. Claro que con esfuerzo y disciplina puede conseguir lo que quiera, por muy plomiza que sea la exposición del maestro. ¿Pero por qué tiene que soportar eso si se puede evitar?
    Vaya manera de expresarse, Alonxo, aunque no es la primera vez que se expresa usted en esos términos, no deja de sorprenderme que sea usted profesor. Eso sí que es una falta de respeto.
    ¿Cómo, entonces, conocer si los contenidos, además de entendidos han sido asimilados? Evidenciándolo mediante la práctica, experimentando.
    Bla, bla, bla. Hechos. Hable de hechos. No palabrería hueca sin más. ¿Qué son para usted la práctica y la experimentación? Porque mucho me temo que todos aquí tenemos la misma idea de lo que es la práctica en cada una de nuestras materias.
    ¿Cuál es, entonces, el procedimiento? Lo dicho, experimentar y vivenciar al tiempo que se aprende, algo para lo que nuestra escuela aún no está preparada porque esas palabras suenan lejanas o peor, casi agresivas, basadas en “ideología progre”, ideada por “psicopedabobos”, que nos sitúan en el “fascismo”, bajo la presión “inquisitorial”, sometidos a las peores de las torturas.
    Más de lo mismo.
    Esto, solo por mostrar algunas de las perlas que, quienes carecen de argumentos, dedican a quienes, ¿qué delito cometemos?, creemos en una educación no estancada en modelos tradicionales.
    La educación que usted defiende es la que está arruinando a generaciones y generaciones de jóvenes. A la realidad me remito. ¡Dice usted que no hay argumentos en Deseducativos?! No, disculpe, lo que no hay son argumentos que usted comparta. Y claro, eso hace que estemos equivocados y no le respetemos, no?
    Y por supuesto evitando expresiones como “empatizar con el alumno”, tan defendida en la inmensa mayoría de los foros educativos pero que aquí nos ha valido el calificativo de “pederasta”. En fin, poco se puede avanzar si todo lo que se arguye es descalificar e insultar a quien aporta algo más que la eterna cantinela de que los malos siempre son los demás.
    Nadie le ha insultado en este foro. Deje de mentir y de hacerse la víctima. Es usted quien con cada comentario suyo hace gala del más hiriente sarcasmo.
    Hay vida más allá de la caverna pero, para descubrirla, hay que estar dispuesto a reconocer que nadie está en posesión de la verdad absoluta y, menos aún, atacar a quien aporta su verdad relativa por sorprendente que parezca.
    Exactamente. Nadie está en posesión de la verdad. Usted, desde luego, y los que comparten su opinión, tampoco.
    En otro de sus mensajes criticaba usted que los profesores somos culpables de la situación actual porque los alumnos pasan varios años con nosotros. Cierto. Pero por si no lo sabe, hay una ley orgánica que hay que cumplir. Nefasta ley que trajo consigo verdaderas necedades como la atención a la diversidad y la analfabetización para todos en pro de la cacareada igualdad. ¿Igualdad en qué? ¿En qué son iguales ahora los alumnos españoles?
    Por cierto, vaya pillada lo de la SER, pillín… y yo que pensaba que compartíamos antipatía hacia la clase política española en general y hacia el gobierno en particular. Por cierto, dice usted en respuesta a ese mensaje que no le importaría colaborar en la COPE o Intereconomía, cuando en otro comentario termina usted un mensaje suyo con una crítica hacia estos medios. ¿En qué quedamos?

    Mari dixit:
    Mis alumnos, ya sabe como son mis alumnos, chicos y chicas de 18 a 22 años, la mayoría, fracasos escolares, que se matriculan en nuestro centro con el objetivo de graduarse en Secundaria. Tras explicarles una lección, tengo la costumbre, como todos imagino, de preguntar si se han enterado, si quieren preguntar algo, les pregunto sobre lo dicho, les digo que me resuman, etc.

    Perdone, Mari, pero ¿qué tiene de novedoso su método? yo doy clase de forma muy parecida a la suya y no comparto ninguna de sus opiniones, que eso sí, son muy políticamente correctas.Eso por un lado, por otro, me gustaría preguntarle qué experiencia tiene usted de la ESO si sus alumnos son adultos, aunque tengan un nivel bajo. Yo también estoy dando clase este año a adultos y el trato con el alumnado no tiene nada que ver con el alumnado de ESO. Con respecto a los alumnos que tengo le diré que estoy absolutamente segura de que si hubieran estudiado EGB y BUP muchos de ellos habrían obtenido el Bachillerato a su tiempo. No habrían sido perjudicados por la ESO.
    En cuanto a lo de que somo pedagogos… le respondo como ha hecho otro forero: yo soy profesora de Bachillerato. Que qué es lo malo de los pedagogos: que venden cortinas de humo, que cantan como las sirenas, eso es lo malo.Igual que las sirenas de Odiseo hacen perder el sentido común a todo aquel que los escuche: tienen en su mano la receta mágica de cómo enseñar una materia sin tener ni idea de esa materia. Curiosos seres los pedagogos. Pero si a usted y a Alonxo les va bien con ellos, allá ustedes. A mi desde luego no. ¿Sus cursos? a mí sólo me han servido para dejar mi cuenta del banco temblando. Al principio claro que me parecían verdaderos expertos y no me cuestioné sus incuestionables verdades… hasta que no me vi ante un aula de 4º de ESO. Fue la mejor vacuna contra semejante rabia.

    • 28 febrero 2011 a 19:12 #

      Ana Belén dice:
      28 febrero 2011 en 14:55

      «Vaya manera de expresarse, Alonxo, aunque no es la primera vez que se expresa usted en esos términos, no deja de sorprenderme que sea usted profesor. Eso sí que es una falta de respeto.»

      Me expreso en los términos que considero conveniente, si no le importa. Por contra, a mi no me resulta sorprendente que usted sea profesora, es más, me alegra y aún más discrepando tanto con usted. ¿Qué es lo que es una falta de respeto?
      ….
      «Bla, bla, bla. Hechos. Hable de hechos. No palabrería hueca sin más. ¿Qué son para usted la práctica y la experimentación? Porque mucho me temo que todos aquí tenemos la misma idea de lo que es la práctica en cada una de nuestras materias.»,

      Muy bien, empiece usted por decirme en qué consiste esa “idea”: Es un buen punto de partida para el debate. Hace ya muchos comentarios que lo llevo demandando.

      “Todos aquí tenemos la misma idea”. ¡Qué bonito! ¿Y no celebran que haya alguien que discrepe? ¿Qué sentido tiene un foro-cada uno puede hacer lo que quiera, claro-donde todo el mundo piensa lo mismo? ¿Para qué sirve un foro donde solo hay una idea? ¿Qué aporta sino apaludirnos unos a otros? Si esa es la intención que se diga en la entradilla y nos dedicamos a alabar lo que digan los demás.

      “La educación que usted defiende es la que está arruinando a generaciones y generaciones de jóvenes. A la realidad me remito.”
      ¿Cuál es la educación que yo defiendo? Veamos lo que dijo más arriba:
      “Bla, bla, bla. Hechos. Hable de hechos. No palabrería hueca sin más. ¿Qué son para usted la práctica y la experimentación?”
      ¿En qué quedamos sabe lo que yo defiendo y lo critica o no lo sabe y pregunta por ello? ¡Aclárese, por dios!

      “¡Dice usted que no hay argumentos en Deseducativos?! “ ¿Eso he dicho yo? ¡No me lo puedo creer!

      “No, disculpe, lo que no hay son argumentos que usted comparta”. Eso si, eso sí. Lo de arriba no.

      “Y claro, eso hace que estemos equivocados y no le respetemos, no?” ¿Eso he dicho yo? ¿He dicho que usted no me respete? Pues hasta ahora no me lo había planteado pero viendo aquello de “no deja de sorprenderme que sea usted profesor. Eso sí que es una falta de respeto”, a lo mejor tengo que planteármelo. Perdóneme si es falta de respeto citar esa frase suya. ¡A lo mejor lo es! Desde que vivimos en el mundo al revés, puede ser.

      “Nadie le ha insultado en este foro. Deje de mentir y de hacerse la víctima.”
      Bien, entenderé que usted no ha visto los insultos, por lo que no debería ser tan contundente en su afirmación. Revise el foro y luego hablamos. Sin embargo, yo no le llamaré mentirosa por ello, con datos y todo. Usted me lo llama sin documentarse. ¿Es eso un insulto? ¡Vaya, vaya!

      “Exactamente. Nadie está en posesión de la verdad. Usted, desde luego, y los que comparten su opinión, tampoco.” Exactamente, exactamente. ¿Cuál es el problema?

      “En otro de sus mensajes criticaba usted que los profesores somos culpables de la situación actual porque los alumnos pasan varios años con nosotros. Cierto.”
      No, cierto no. ¿Sería tan amable de decirnos a todos donde he escrito yo esto: los profesores somos culpables de la situación actual porque los alumnos pasan varios años con nosotros? Pues eso.

      “Por cierto, vaya pillada lo de la SER, pillín… y yo que pensaba que compartíamos antipatía hacia la clase política española en general y hacia el gobierno en particular.”
      A ver, yo se lo explico. ¿Pillada? ¿Pillada es pinchar en un nick que, por mi propia voluntad da paso a mis blogs? ¿Dónde está la pillada? En mis comentarios siempre cito mi correo y uno de mis blogs. Es un dato que doy yo voluntariamente, porque quiero, desde que comento en este foro. Y varios meses después habla usted de “Pillada”. ¿Esto es lo que se conoce como investigación? En fin…póngale al corriente de la noticia al autor de la «Pillada», que no asoma por parte alguna, jajaj…

      “Por cierto, dice usted en respuesta a ese mensaje que no le importaría colaborar en la COPE o Intereconomía”.
      No, mire, yo no digo eso. Yo digo, literalmente: “Tampoco siento vergüenza por comentar aqui o en Intereconomía.” ¿Observa la diferencia? No colaboro ni con la COPE ni con Intereconomía. Comento, a veces en Intereconomía, en sus foros, como hago aquí. ¿Ya?
      Con la SER tampoco colaboro, comento, escribo y publico lo que me viene en gana, como hago en cualquier foro. ¿Sí?
      Los comentarios que usted ha visto en la COPE son producto de su imaginación. ¿Esto es una pillada? Sin duda. Es pillar a quien miente, con datos, con frases literales. También es una pillada evidenciar cómo se manipulan comentarios, adjudicar algo que no se ha dicho, inventar y fabular. Y negar, como hemos visto, evidencias como los insultos vertidos, sin documentarse o preguntar.
      En fin, que no hay debate si en lugar de opinar sobre lo que se dice prefiere hacerlo sobre lo que no se dice, sobre lo que usted imagina y sobre lo que usted supone. Si no es mucho pedir, responda a lo que se dice, no a lo que no se dice. Hable por usted, no por el resto de participantes, pues supongo, y espero, que cada uno tenga sus propias ideas. Debata con las suyas y, por favor, ahórrese calificativos y descalificativos. Se lo copio de nuevo, para que se lea: “no deja de sorprenderme que sea usted profesor. Eso sí que es una falta de respeto.” Espero que tenga algo más que aportar; eso no dice mucho a su favor y menos para pedir respeto. En todo caso, casi es preferible que siga en esa línea, así nos ahorra a los demás el calificarla, ya lo hace usted misma.

      • HIPOCRITA Y MENTIROSO
        28 febrero 2011 a 21:56 #

        Claro que sí, Don Alonxo, como usted dice: “En mis comentarios siempre cito mi correo y uno de mis blogs.” Desgraciadamente, basta ir al artículo

        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/

        y pinchar sobre su nombre, en todos y cada uno de sus comentarios, para observar que no tienen asociado ningún blog. No es usted pillín, ni mentiroso.

      • 1 marzo 2011 a 15:17 #

        Señor Hipócrita y Mentiroso:
        Podemos seguir mareando con esto hasta el fin de los tiempos. Si usted no puede acceder, o accede y dice que no puede acceder a mi blog, no es mi problema. Le repito, y si quiere se lo puedo seguir repitiendo hasta que lo entienda, que es público, abierto, accesible,…y basta con «pinchar» sobre mi nombre. Si no es capaz de entender eso, comprendo que para usted haya sido un descubrimiento llegar a algo que es público, a lo que todo el mundo tiene acceso, usted también. ¿Cree usted que yo creo un blog y publico durante años para que no se pueda entrar en él? Hombre….
        Que ya se lo he explicado, que no ha descubierto usted nada, que no hay «pillada», que se cuentan por miles las visitas a mis blogs, incluído el espacio de la SER, donde usted también puede publicar, como supongo que podrá hacerlo en cualqueir otro medio.
        Eso es todo, señor Hipócrita y Mentiroso.

      • MENTIROSO REDOMADO E HIPOCRITA
        2 marzo 2011 a 14:04 #

        Don Alonxo, con su permiso, le diría que creo me está malinterpretando. Y se lo digo con el gran respeto del que usted se ha hecho merecedor, y como gran admirador de su ecuanimidad y buen trato, es más, temeroso de perder su palabra: palabra anhelada y querida por todos. Yo sólo decía que le acusarían de mentiroso (no seré yo, a la vista de los hechos), porque al pinchar su nombre en todos y cada uno de sus mensajes, en

        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/

        no hay ningún blog asociado.

        Yo no veo ninguna hipocresía en que un creyente de Dios esté en La Iglesia y un defensor del buen hacer del PSOE en la SER. Hipócrita es decir una cosa y que le “pillen” (utilizo su expresión, yo nunca la había utilizado hasta ahora) haciendo la contraria. Pero usted eso no lo hace.

      • 2 marzo 2011 a 17:11 #

        Habrá que seguir buscando al autor de la «Pillada» para que nos aclare en qué consiste. Al parecer, estará exponiendo su gran invento (pinchar en un nick y acceder a un blog enlazado) por esos mundos de Dios.
        Como él no aparece y usted sigue sin entender en qué consiste el invento, le repito que se trata de algo muy simple: usted pincha en algunos nicks y estos, por arte de magia, le llevan a blogs, webs o lo que el autor del comentario tenga a bien, repito, de forma absolutamente voluntaria y transparente. ¿Lo ve ya?
        Si usted tiene algún problema para acceder no es argumento suficiente para negarlo. Usted puede decir que no accede, no que no exista el enlace. ¿Ya? Bien, pues ese enlace existe porque así yo lo deseo, porque mis blogs están abiertos a todo el mundo, incluído mi espacio en la SER, mis comentarios en los foros de Intereconomía, etc. No en la COPE, como se ha dicho, sencillamente porque no existen.
        Resuelva, si así lo desea, sus problemas con la tecnología, no niegue la evidencia.
        Cuando usted publica un comentario en este foro tiene la posibilidad de citar su correo y su web. No es obligatorio pero yo opté por hacerlo público desde mi primera intervención.
        Alguien, no sabemos quien, un buen día descubrió que pinchando en mi nick accedía a uno de mis blogs (cualquier día descubre que puede llegar a otros más), y decidió que que me habia «pillado». ¡Como si fuera un delito escribir en un espacio de la SER, o de Intereconomía, o en este!
        Con esa gran noticia se apresuró a hacer juicios de valor. Ya sabe: ¡Ya lo decía yo!, expresión propia de los profetas de la derecha española que, a fuerza de repetirlas, terminan por acertar. No dijo que había visto comentarios míos en Intereconomía o en otros medios, no; citó la SER porque era lo que necesitaba. Lo que popularmente se llama «hacer de la necesidad virtud». A esto lo llamó «Pillada»; como si acaso fuera una aproximación a lo que se conoce por «Pillada». Le pongo un ejemplo: Lo que le hizo Wyoming a Intereconomía sí fue una «Pillada». Esto solamente es un pobre intento de hacer creer a los demás que lo que ven no es cierto; o lo que hace usted, negar lo que demás ven porque usted no lo ve. Como quiera que varias personas llegan a mi blog desde este mismo sitio, ahí tiene otra prueba más de que se puede acceder directamente, sin necesidad de inventarse «Pilladas» ni hacerse cositas mentales.
        ¿Por qué cree usted que no aparece el autor de la «Pillada»? Una señora también se apuntó a la «Pillada» pero no parece muy creible, a las pruebas me remito, su versión.
        No sé si me «acusa» de ser defensor del PSOE. Supongo que esa conclusión no la extrae, como hace el de la «PIllada» por mis intervenciones en la SER. No quiero ni imaginarme, en ese caso, lo que defiendo por escribir en Intereconomía o en este foro. ¿Se puede escribir en un foro para criticar? En la SER sí; en otros no tanto, o te insultan y descalifican Pues eso.
        Como verá (usted no porque tiene problemas con los cables, de su equipo) mis intervenciones en la SER son una simple distracción, como las que hago aquí o Inteeconomía. Suelo reirme muchísimo y disfruto con los inventores de «Pilladas» y otras gracias. Critico con asiduidad, en la SER, a la clase política, y hablo de temas diversos. Para que no le quepan dudas, le suelen caer más críticas a la derecha porque así lo considero conveniente, o sea, porque me da la gana. Alguna le cae a ZP o al que le toque. Será que la derecha tiene más ocurencias e inspira más o será, sencillamente, que yo disfruto más dedicándole mi tiempo a la derecha española. A fin de cuentas, de lo que se trata es de pasar un buen rato.
        Comentando en Intereconomía, espero que no por ello me acuse de nada en particular. Será que, como al autor de la «Pillada» no le interesa seguir por esa vía.
        En definitiva, no dude en reclamar cuantas explicaciones precise. Eso, sí considerando que cada uno escribe lo que quiere, donde quiere y porque quiere. Y si lo hace público no oculta nada. Y si lo ocultase, que no es el caso, tampoco está contemplado como delito.
        Saludos Señor Mentiroso Redomado e Hipócrita.
        Tampoco yo quiero perderme sus palabras. Sí echo de menos al autor de la «Pillada». ¿Dónde estará? Algún día, enredando con los cables lo descubriremos y eso sí, eso sí será una «Pillada», ¡como dios manda!

      • MENTIROSO COMPULSIVO E HIPOCRITA
        3 marzo 2011 a 19:16 #

        Don Alonxo, tanto insiste usted con mis cables que he comprobado la
        veracidad de mi afirmación desde otros dos ordenadores, y cualquiera
        puede ver la verdad de lo que digo (no sé si calificarán de falsedad su
        afirmación y por tanto a usted de mentiroso)
        Pinchando en su nombre, en todos y en cada uno de sus posts, en el
        artículo
        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/

        no tiene asignado ningún blog, por mucho que usted insista en repetirlo.

        Sé que hay muchos embusteros y demagogos, no es su caso, que pretenden
        convertir en verdad la falsedad a base de repetir que es cierta.

        También sé que hay xxxxx, tampoco es su caso, que afirman sentirse
        orgullosos (según palabras textuales) de tener un blog en la SER y
        posteriormente, de forma hipócrita arrogarse ecuanimidad.

        Dios guarde a usted muchos años, y nos deje disfrutar de su sabiduría y buenas formas.

      • 3 marzo 2011 a 21:48 #

        Pues ya era hora de que “comprobase”…lo que significa que hasta ahora se ha limitado a insistir en algo basándose únicamente en una sola prueba. ¿Un poco escaso para ser tan concluyente, no cree? Para ser tan insistente, pertinaz, testarudo y contumaz como ha sido hasta ahora.
        Al menos ahora ya tiene la “opinión” de otros dos ordenadores. Algo es algo. Por el contrario, yo tengo la prueba de cientos de ordenadores que se han conectado durante todo este tiempo desde Deseducativos a mi blog, directamente y con solo pinchar en mi Nick, como haré yo en cuanto acabe este comentario.
        Y no, yo tampoco le tildaré de mentiroso, simplemente le echaré la culpa a sus cables, los de su equipo. Ciertamente “hay muchos embusteros y demagogos, no es su caso, que pretenden convertir en verdad la falsedad a base de repetir que es cierta.” NO seré yo quien le rebata esa afirmación. Solo espero que cuando afirme algo, lo haga desde una experiencia más, digamos, amplia.
        Sí, me siento orgulloso de mi espacio en la SER, de mis comentarios en Intereconomía (se le olvida esto), y otros muchos comentarios en otros muchos medios: blogs, webs, etc. ¿Ecuanimidad? La justa para no decir improcedencias sin pruebas. No creo que escribir en la SER o en Deseducativos arrogue más o menos ecuanimidad. Lea lo que se escribe y juzgue en consecuencia. Posiblemente no haya mucha gente que haya criticado a la SER tanto y tan directamente como yo, si le sirve de algo. ¿Ha llamado usted alguna vez a la SER para criticar algún espacio, algún contenido? Si lo ha hecho, ya somos dos, lo que celebro grandemente. En todo caso, como le dije al de la “Pillada” (¿Dónde andará?), espero que me cite su lista de medios más ecuánimes que la SER, pro ejemplo.
        “Dios guarde a usted muchos años, y nos deje disfrutar de su sabiduría y buenas formas.”, señor Mentiroso Compulsivo.

      • MENTIROSO COMPULSIVO, DEMAGOGO E HIPOCRITA
        4 marzo 2011 a 17:33 #

        Don Alonxo dice
        “En mis comentarios SIEMPRE cito mi correo y uno de mis blogs.” En el artículo
        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/
        al pinchar sobre su nombre, en todos y cada uno de sus comentarios, se ve que no tienen asociado ningún blog. No seré yo el que le llame mentiroso.
        “Si usted no puede acceder, o accede y dice que no puede acceder a mi blog, no es mi problema.”
        Pero lo dicho más arriba se puede comprobar desde cualquier ordenador. No seré yo el que le llame mentiroso.
        Repite otra vez, negando la evidencia en un tercer comentario
        “Usted puede decir que no accede, no que no exista el enlace.” No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo.
        Insiste
        “Resuelva, si así lo desea, sus problemas con la tecnología” No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo.
        Insiste machaconamente
        “negar lo que demás ven porque usted no lo ve” No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo
        Insiste demencialmente
        “simplemente le echaré la culpa a sus cables, los de su equipo.” No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo
        “mis intervenciones en la SER son una simple distracción, como las que hago aquí o Inteeconomía” En la SER tiene un blog, cosa que en Deseducativos no tiene. No seré yo el que le llame demagogo.
        “No creo que escribir en la SER o en Deseducativos arrogue más o menos ecuanimidad” No seré yo el que le llame demagogo compulsivo por pretender poner al mismo nivel ambos espacios.
        “tengo la prueba de cientos de ordenadores que se han conectado durante todo este tiempo desde Deseducativos a mi blog” ¿Cientos? ¿No serán miles a la vista de las buenas puntuaciones que tienen sus intervenciones, lo admirados que son sus comentarios y lo querido que es usted? No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo
        A la vista de lo expuesto no seré yo el que le llame, mentiroso compulsivo, demagogo e hipócrita.
        Dios guarde a usted muchos años, al que rezo todas las noches para que le siga dando sus bendiciones.

      • 4 marzo 2011 a 19:35 #

        Señor Mentiroso Compulsivo, Demagogo e Hipócrita:
        No se preocupe, se lo repetiré de nuevo y cuantas veces sea necesario. Ya sabe que una de las virtudes que tenemos los profesores es la de la paciencia. Y si hay que repetir algo mil veces hasta que todo el alumnados se ha enterado, sin problema. Y eso aún en el caso, como el que nos ocupa, de tratarse de algo tan fácil de comprender.
        Sí, “En mis comentarios SIEMPRE cito mi correo y uno de mis blogs.” Y sabe porqué digo eso? Porque yo sí sé que lo hago. Usted, no sabemos en base a qué, se empeña en decirme que lo que hago no es cierto.
        Y para negar eso se agarra a que “al pinchar sobre su nombre, en todos y cada uno de sus comentarios, se ve que no tienen asociado ningún blog.” Concluimos:
        1) Mi verdad: “En mis comentarios SIEMPRE cito mi correo y uno de mis blogs.”
        2) Su verdad: (de la que yo no he dudado jamás): “al pinchar sobre su nombre, en todos y cada uno de sus comentarios, se ve que no tienen asociado ningún blog.”
        De lo cual deducimos que su ordenador, y dos más, no le permiten acceder a mi blog a través de ese enlace. Es decir, repitiendo lo anteriormente dicho en otro comentario, que le repito hasta que lo entienda: “Usted puede decir que no accede, no que no exista el enlace.” ¡Esto es fácil de entender, creo!
        Y añade: “Pero lo dicho más arriba se puede comprobar desde cualquier ordenador”. Es decir, una vez hecha su afirmación hace ya varios comentarios, se basó en que SU ordenador (en singular) no le permitía acceder. Posteriormente, buscando más argumentos, probó con DOS ordenadores más. Y ahora, añade: “se puede comprobar desde cualquier ordenador”. Bueno, ahora ya tiene la prueba definitiva. Es decir, que hubiera sido más razonable que hubiera probado con “cualquier ordenador” no solamente con el suyo y posteriormente con dos más, antes de lanzarse a afrimar tal cosa. Hace afirmaciones y después busca la pruebas que las sustenten. ¿El mundo al revés?
        Bien, aceptando con mucha generosidad su sucesiva aportación de pruebas, resolvemos que usted no puede acceder desde ningún ordenador. Perfecto. Yo sí que puedo acceder, no desde“cualquier ordenador”, sino desde todos los ordenadores que utilizo.“Ni pa ti ni pa mi”.
        Llegados a esta simple conclusión (si no lo entiende se lo puedo repetir, sin problema), podemos pedir que otros “foreros” nos digan si acceden o no. Así veremos si el problema es de todos los ordenadores que usted ha probado (y no “cualquier ordenador”, que entre todos los ordenadores del mundo incluiría el mío y que usted no ha tenido oportunidad de utilizarlo a tal efecto), y que ninguno le permite acceder a mi blog, o de todos los ordenadores que yo manejo y que sí me permiten hacerlo.
        Le sugiero, por tanto, que interpele, requiera, demande o reclame la opinión de otras personas. E insisto en ello porque es usted quien no tiene ese dato. Y mire qué casualidad, yo sí lo tengo, entre otras cosas porque, ya se lo he dicho en otra ocasión: cuando alguien accede desde Deseducativos u otro lugar de la red a mi blog, eso queda así grabado. Como no tiene por qué creerme, pregúnteles cómo llegan allí si no es, como se permite desde esta web, a través del propio nick, previa cumplimentación de datos como se sugiere al hacer los comentarios y que usted, como yo,-tal vez tampoco vea eso-, podrá observar cada vez que desea escribir algo. Debería, antes de nada, aceptar que esa posibiliad existe. Avanzaríamos un pasito.
        Claro, de ahí que insista en que “niega lo que demás ven solamente porque usted no lo ve”. Sería presumible que, en ese caso, el problema de ceguera es de quien no ve y además niega lo que los demás sí que ven y además pretende acusar de ciegos. Y como tenemos pruebas de que sí que lo ven, y por ello acceden al blog, y por eso queda grabado, puede usted insistir hasta el día del juicio en que su verdad está por encima de la del resto del mundo e incluso de argumentos que no son opiniones gratuitas sino evidencias, datos objetivos, que usted cuando pueda entrar en el blog, claro, podrá contrastar como puede hacer todo el mundo, menos usted y todos los ordenadores del mundo, que utiliza.
        El autor de la “pillada”, que sigue sin aparecer, debería decirnos cómo llegó a tal “pillada” si no fue a través del citado enlace. Porque si fue por otro medio, hizo un esfuerzo inútil, pues el acceso es directo, como digo, desde mi nick. Quizás por eso, por haber realizado tanto esfuerzo –innecesario- para algo que no lo requería, se sintió tan realizado por tal “no-pillada”. Lo que a él le produjo semejante alegría, compartida por otra “forera”, no deja de ser una cuestión hilarante. Como si para beber un vaso de agua hubiera probado todas las variantes propuestas por Tip y Coll en su genial interpretación. El problema es que el autor de la “no-pillada” se lo toma en serio y los demás, al verlo en semejante postura, solo podemos sonreírnos.
        Claro, primero le echaba la culpa a los cables de su equipo, luego a los de dos más y ahora a los de todos los equipos del mundo que, al parecer, usted ha probado.
        Mire, en la SER puedo escribir lo que quiera; en Deseducativos también puedo escribir lo que quiera, en Intereconomía también. ¿Cuál es su nuevo problema? No dude en contármelo y le ayudaré en la medida de lo posible. Usted puede poner o no al mismo nivel o en distinto nivel tales espacios. Como quiera que yo escribo en ambos cuanto quiero, para mí están al mismo nivel. Es más, si de cantidad se trata, escribo mucho más en Deseducativos.
        Ahora resolvamos otra de sus dudas. “tengo la prueba de cientos de ordenadores que se han conectado durante todo este tiempo desde Deseducativos a mi blog” ¿Cientos? ¿No serán miles a la vista de las buenas puntuaciones que tienen sus intervenciones, lo admirados que son sus comentarios y lo querido que es usted?”
        Sí, mire. Cada día hay varios enlaces desde Deseducativos a mi blog. Como quiera que esto se produce desde hace varios meses, no es necesario hacer muchas operaciones. Creo. No creo que sean miles, no, cientos sí. Eso también es un dato objetivo pero si usted prefiere imponer su «verdad» porque sí, perfecto.
        ¿Buenas puntuaciones? Pues no reparo en eso ni tampoco me molesto en puntuar o “despuntuar» a nadie, me basta con leerlo. Si alguien se molesta en puntuarme será porque antes me ha leído. Y, por la razón que fuera, se molesta también en acceder a mi blog-usted no, que no puede-. ¿Le parecen más interesantes los comentarios más puntuados? Mire, yo soy más partidario de los críticos, -no soy muy dado a seguir la línea oficial- así es que en adelante me fijaré un poquito en ese dato. Gracias por su observación.
        ¿Admirados mis contenidos?
        Pues no lo sé, no me quita el sueño el que lo sean o no. No vivo de esto. Escribo lo que me apetece y punto, mi ego está sublimado hace mucho tiempo.
        ¿Lo querido que soy? Pues sí que debo serlo. No se imagina usted la cantidad de comentarios que me han dedicado, insultos incluidos. Si se refiere a eso, pues sí, muy querido. Y más aún, pues cuento con quien me sigue con puntualidad. ¿?
        “No seré yo el que le llame mentiroso compulsivo
        A la vista de lo expuesto no seré yo el que le llame, mentiroso compulsivo, demagogo e hipócrita.
        Dios guarde a usted muchos años, al que rezo todas las noches para que le siga dando sus bendiciones.”
        Un placer, como siempre. No deje de consultarme sus dudas.

        Por cierto, no me sigue, ¿eh? ¿Dónde están esos medios más «ecuánimes» que la SER? ¿Ha criticado usted en alguna ocasión a la SER, directamente, como le dije? A ver si va a resultar que yo cuestiono a la SER más que usted, y usted me cuestiona a pesar de ello. ¿No es paradójico? ¿Conoce al autor de la pillada? Es que se nos van quedando temas en el camino, y nada más lejos de mi intención.

      • MENTIROSO COMPULSIVO DEMAGOGO E HIPOCRITA
        6 marzo 2011 a 9:11 #

        Don Alonxo, admirado y respetado ídolo, a todo lo dicho hay que añadir lo siguiente:

        (Comentario de Alonxo, 4 Marzo 19.35, en este mismo artículo) Dirigiéndose a mí: “Claro, primero le echaba la culpa a los cables de su equipo”

        Sin embargo fue usted el que dijo que era culpa de mis cables, no yo, tal como usted falsamente afirma (sin querer, claro, todos sabemos que usted no es un mentiroso compulsivo). Véalo:

        (Comentario de alonxo, 2 Marzo 17.11, en este mismo artículo) “usted no porque tiene problemas con los cables, de su equipo”

        (Comentario de alonxo, 3 Marzo 17.11, en este mismo artículo) “simplemente le echaré la culpa a sus cables, los de su equipo”

        No seré yo el que añada a, mentiroso compulsivo, demagogo e hipócrita, el bochornoso acto de mentir y poner la mentira en boca de otro.

        Seguiré rezando por el eterno reposo de su Alma a la diestra de Dios.

    • 6 marzo 2011 a 16:17 #

      Señor MENTIROSO COMPULSIVO DEMAGOGO E HIPOCRITA:
      Le recuerdo, por si lo ha olvidado, que fue usted quien inició este “debate”para acusarme de que mis comentarios no tienen asociado ningún blog. Como le he explicado pro activa, pasiva y perifrástica, tal “problema” se soluciona “pinchando” sobre mi nick para comprobar que es cierto lo que digo. Y, repito, no digo que usted no pueda acceder, debido quizás a problemas de sus equipos informáticos. Sí miente, ciertamente al decir “que no hay asociado ningún blog”. Como en lugar de intentar comprobar, ha preferido enredar, ahí le tenemos cada día con una nueva ocurrencia para intentar salir de un jardín del que no encuentra manera de escapar.
      Como hemos demostrado, con datos (usted primero se basó en que desde su equipo no podía acceder, más tarde desde otros dos ordenadores y, finalmente, desde “cualquier ordenador). Es decir, primero afirmó que no se podía acceder y después trató de buscar las pruebas. Digamos que su procedimiento no es del todo correcto. Pero esto tardará en comprenderlo a juzgar por lo complicado que le resulta asumir que todo es mucho más sencillo. No se preocupe, para eso estamos.
      Como siempre, responderé a su mensaje, a sus afirmaciones, lo que usted no hace con lo que le comento y menos aún con lo que le pregunto. Digamos que en eso también muestra lagunas importante en el arte de dialogar. Usted trata de ir buscando en cada uno de mis comentarios un clavo ardiendo al que agarrarse, a medida que se evidencia su falta de base con los datos objetivos y argumentaciones que se aportan. Usted opina, no argumenta. Usted no tiene datos, y peor aún, niega los datos que se le ofrecen por evidentes que sean. A la luz está todo lo que se le dice, pero prefiere negarlo. Es pues su negación de las cosas “porque sí” frente a la evidencia. Extraño modo de debatir el suyo.
      Por supuesto que, ante su afirmación, absurda por otra parte, de que no existe tal enlace a mi blog-que todo el mundo puede comprobar-usted también cuando decida salir de su postura de “no a todo”, preferí echarle la culpa a sus cables, los de su equipo. Era un modo de hacerle ver que a veces estas cosas fallan, y depende de la configuración de su equipo el acceso a tales o cuales documentos. Y lo hice así porque me parecía más correcto que creer que se trataba de su total desconocimiento de lo que es un enlace de un blog a otro. Ojo, que tiene derecho a ignorar; lo que no tiene derecho es, desde la ignorancia es a negar lo evidente. Siendo que ya no sabemos si el problema es de los cables de su equipo o de otros- ya es casualidad que fallen tantos equipos-, convendremos que el problema no es de esos equipos sino de su dificultad para entender lo que se le dice, siendo tan simple. Como digo, tiene todo el derecho a desconocerlo, pero no a negarlo. Con esa valentía de negar los datos, hace usted bueno aquello de Machado: “Castilla miserable, ayer dominadora; envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora”.
      Y, en lugar de dar su brazo a torcer, que no la hará ni que todos los participantes en esta web le digan que está errando (observe que una de ellos ya se lo ha mostrado), usted seguirá en “su verdad”, basada en no, no, y no. Por esas mismas, podríamos negar que es de día o que es domingo. ¡Es tan fácil! Hasta los niños son capaces de hacerlo.
      Por tanto, el problema no es que no comprenda lo que se le dice sino que no quiere comprenderlo y ya sabemos que con los alumnos que no quieren no hay manera de trabajar.
      Habló usted del PSOE y la SER (otro de los clavos a los que trató de agarrarse), pero ha decidido no comentar más al respecto no respondiendo a las preguntas que se le hicieron sobre ese asunto.
      Se agarró más tarde a la “pillada” pero tampoco ha tenido recorrido en ese tema, ni por supuesto a respondido a lo que se le preguntó.
      Habló después de “ecuanimidad” echándola en mi cara cundo en mis comentarios no había aparecido tal palabra. Cuando se le pidió que citara los medios ecuánimes para usted tampoco contestó.
      Volvió varias veces el principio, asegurando que tal enlace no existe, cuando es evidente y hay numerosas pruebas que lo muestran, que así es. Usted no las ve, y pensábamos que era culpa de la tecnología. Y no, la culpa es de quien se niega a verlo. Tampoco nos dijo si había preguntado a otros foreros. No parece que le interese esa información.
      Insistió con lo de la SER pero por ahí tampoco sacó tajada porque no hay de donde sacar a decir verdad. Tampoco nos respondió sobre sus críticas a la SER.
      Y ahora, en el intento de aprovechar su penúltimo cartucho, se limita a copiar algunas frases que dicen lo mismo para justificarse a sí mismo en lugar de reconocer que ha metido la pata hasta el fondo y está dispuesto a seguir haciéndolo, simplemente diciendo “no”, sin aportar nada nuevo, sin argumentar nada y sin contestar a nada.
      Como quiera que, al decir de una compañera, este interesantísimo debate aburre al personal, no seré yo quien prosiga con él, por respeto a los demás. Dicho lo cual, si desea seguir con ello y está dispuesto a que se le sigan dando datos objetivos- que no parecen gustarle- es muy importante que conozcamos que nos muestre en qué punto del aprendizaje se encuentra.
      Para ello, necesitamos que nos responda a lo citado anteriormente y de ese modo, mostrarle nuevos datos sobre cualquiera de los asuntos tratados: la SER, el PSOE, la ecuanimidad, el enlace al blog, etc.
      No lo hará porque usted no ha venido a decir que miento al decir que desde Deseducativos se accede a mi blog con solo pulsar en mi nick. Usted ha venido a otra cosa. Y como es cosa, a mí no me molesta y por eso he tratado de argumentarle a pesar de su negación de todo cuanto se dice, sí que molesta a los demás, doy por concluido esto, por mi parte. Si no responde a lo citado, le dejo la última palabra para que siga diciendo “no, porque no”.
      En todo caso, ha sido un placer. No dude en consultarme cualquier otra duda.
      “No seré yo el que añada a, mentiroso compulsivo, demagogo e hipócrita, el bochornoso acto de mentir y poner la mentira en boca de otro.
      Seguiré rezando por el eterno reposo de su Alma a la diestra de Dios.”

      • Kormir
        7 marzo 2011 a 13:28 #

        Don Alonxo
        Le he dado los posts donde usted me acusa de hacer una cosa, que fue usted quien hizo, y es incapaz de reconocer tan trivial error.
        Usted dice: “para acusarme de que mis comentarios no tienen asociado ningún blog”. No encontrará tal afirmación en mis palabras, y desde aquí le reto a que las muestre con pelos y señales, como yo he hecho con las suyas en mi post anterior. Lo que yo dije, y mantengo, es:
        En el artículo
        http://deseducativos.com/2011/02/25/educacion-y-competitividad-el-fracaso-de-la-utopia-logse/
        al pinchar sobre su nombre, en todos y cada uno de sus comentarios, se ve que no tienen asociado ningún blog. (Cualquiera puede entrar en el mencionado mensaje y comprobarlo).
        Ello está en clara contradicción con su frase: “En mis comentarios SIEMPRE cito mi correo y uno de mis blogs.” Podría haber usted dicho: “pues me he equivocado y ahí no lo puse, errar es humano”. Nuevamente en una cosa tan trivial no sólo no reconoce su error, sino que inicia un diálogo con el claro sentido de confundir y tapar sus falsedades.
        Con ello los lectores se pueden hacer una idea del valor de su palabras en este foro y de su deseo de colaboración.

        (Los lectores, que quieran dar fe del valor de las palabras de Don Alonxo -y por tanto de lo que cabe esperar de él- y de las mías, sólo tienen que pinchar el nombre de Alonxo en el artículo citado más arriba y comprobar si tiene o no asociado un blog)

  44. Mari
    1 marzo 2011 a 15:09 #

    Señora o señorita Ana Belén, he dicho yo en algún momento que mi método sea novedoso, este método la propone la escuela comprensiva, no sé si lo sabrá, si lo utiliza será porque en parte está de acuerdo con ella o…, no lo sé, usted me dirá. Y no sé si mis opiniones son políticamente correcta, una procura ser correcta, pero en esto de políticamente… pues no lo sé… porque qué es eso de ser políticamente correcto, cumplir con mis deberes y exigir mis derechos como ciudadano, cómo es mi obligación, si es esto… le prometo que lo procuro, sobre todo porque respeto a las mayorías, aunque en no pocas ocasiones esté convencida de que están equivocadas o… se trata de que digo lo que nuestros mandatarios quieren oír, pues si es así, creo que se equivoca, digo lo que considero que es lo justo y lo mejor, eso sí siempre desde mi criterio, ya ve soy muy normalita.
    En cuanto a su pregunta de mi experiencia en la ESO, pues la tengo, antes de estar en adultos impartí, lengua y sociales en séptimo y octavo de EGB y, posteriormente, en primero y segundo de la ESO, no sé si le basta; además tengo que decirle que aquellos cursos era también… como dice un compañero mío, ¡FUERTES con mayúsculas! Usted dice que ahora imparte enseñanzas en adultos, y que: “Con respecto a los alumnos que tengo le diré QUE ESTOY ABSOLUTAMENTE SEGURA de que si hubieran estudiado EGB y BUP muchos de ellos habrían obtenido el Bachillerato a su tiempo. No habrían sido perjudicados por la ESO”. Me ha llamado la atención tanta seguridad, mire a mis 56 años de edad, nunca he podido tener tanta seguridad y mire que creo que hay cosas que se deberían cambiar, ya, en este mundo.
    Y si es profesora de Bachillerato, pues dé clases en bachillerato, que allí ya no tendría que ser pedagoga, según mi criterio, claro.
    Tampoco he dicho en ningún momento que crea en los equipos psicopedagógico, tal y como están constituidos, ni en la orientación, y mire que soy la “orientadora” en mi Centro. Propongo, por si no me ha leído en otras ocasiones, que todos los maestros y profesores de secundaria sean o seamos pedagogos, entre otras muchas cosas, por lo que dice, evitar que – sin conocer nuestro oficio – tengan que decirnos como tenemos que hacer nuestro trabajo; desde mi punto de vista, somos nosotros los que tenemos que saber métodos diferentes, etc. para conjugarlos con la práctica, etc. Aunque los orientadores y orientadoras imparten enseñanzas, no sé si lo sabrá.
    Y… qué cursos hace usted, que le dejan la cuenta temblando, yo nunca me he gastado un duro en cursos y sin embargo he hecho muchos, aunque a decir verdad… la mayoría me han servido para poco.

  45. Mari
    1 marzo 2011 a 15:10 #

    Señora o señorita Ana Belén, he dicho yo en algún momento que mi método sea novedoso, este método la propone la escuela comprensiva, no sé si lo sabrá, si lo utiliza será porque en parte está de acuerdo con ella o…, no lo sé, usted me dirá. Y no sé si mis opiniones son políticamente correcta, una procura ser correcta, pero en esto de políticamente… pues no lo sé… porque qué es eso de ser políticamente correcto, cumplir con mis deberes y exigir mis derechos como ciudadano, cómo es mi obligación, si es esto… le prometo que lo procuro, sobre todo porque respeto a las mayorías, aunque en no pocas ocasiones esté convencida de que están equivocadas o… se trata de que digo lo que nuestros mandatarios quieren oír, pues si es así, creo que se equivoca, digo lo que considero que es lo justo y lo mejor, eso sí siempre desde mi criterio, ya ve soy muy normalita.
    En cuanto a su pregunta de mi experiencia en la ESO, pues la tengo, antes de estar en adultos impartí, lengua y sociales en séptimo y octavo de EGB y, posteriormente, en primero y segundo de la ESO, no sé si le basta; además tengo que decirle que aquellos cursos era también… como dice un compañero mío, ¡FUERTES con mayúsculas! Usted dice que ahora imparte enseñanzas en adultos, y que: “Con respecto a los alumnos que tengo le diré QUE ESTOY ABSOLUTAMENTE SEGURA de que si hubieran estudiado EGB y BUP muchos de ellos habrían obtenido el Bachillerato a su tiempo. No habrían sido perjudicados por la ESO”. Me ha llamado la atención tanta seguridad, mire a mis 56 años de edad, nunca he podido tener tanta seguridad y mire que creo que hay cosas que se deberían cambiar, ya, en este mundo.
    Y si es profesora de Bachillerato, pues dé clases en bachillerato, que allí ya no tendría que ser pedagoga, según mi criterio, claro.
    Tampoco he dicho en ningún momento que crea en los equipos psicopedagógico, tal y como están constituidos, ni en la orientación, y mire que soy la “orientadora” en mi Centro. Propongo, por si no me ha leído en otras ocasiones, que todos los maestros y profesores de secundaria sean o seamos pedagogos, entre otras muchas cosas, por lo que dice, evitar que – sin conocer nuestro oficio – tengan que decirnos como tenemos que hacer nuestro trabajo; desde mi punto de vista, somos nosotros los que tenemos que saber métodos diferentes, etc. para conjugarlos con la práctica, etc. Aunque los orientadores y orientadoras imparten enseñanzas, no sé si lo sabrá.
    Y… qué cursos hace usted, que le dejan la cuenta temblando, yo nunca me he gastado un duro en cursos y sin embargo he hecho muchos, aunque a decir verdad… la mayoría me han servido para poco. Un saludo

    • Ana Belén
      1 marzo 2011 a 20:32 #

      Se nota, Mari, afortunadamente para usted, que no es opositora, si no, sabría de qué cursos hablo. Le cuento: el baremo de la disposición transitoria de la LOE, todavía en vigor en estos momentos: baremo por cursos de formación: cuatro puntos en cursos de más de 100 horas que puntúan 0,5 cada uno. Se necesitan 8. Precio: entre 100 y 150 euros cada uno. Échele la cuenta.
      En Galicia además un apartado similar pero para cubrir 2 puntos en cursos de menos de veinte horas que puntúan 0.05 cada uno: es decir, se precisan 40 cursos que cuestan 40 euros cada uno, si no se está afiliado al sindicato de turno, claro. Ya está. Multiplique.
      Temas de los dichosos cursos: Tic’s en las aulas, comprensividad en educación, resolución pacífica de conflictos, risoterapia y demás delirios de toda esa camarilla.
      Pero eso no es lo peor. No. Lo peor es que si usted ha hecho un Máster obtiene los mismos puntos que un curso de corta y pega online sobre toda esa temática basura. Pero hay más: es que si tiene usted un doctorado tampoco recibe más puntos por ello. Si todo esto le deja indiferente, no hay nada más que hablar. Un saludo.

      • 1 marzo 2011 a 23:38 #

        Ana Belén, esto que mencionas es uno de los aspectos más aberrantes de la situación actual; además de mantener un sistema inoperante y fracasado, la secta le ha agregado el chiringuito de la supuesta formación para hacer su negocio. Su hegemonía ideológica y la pasta: dos razones muy poderosas para defender a uñas y dientes el tinglado. Esto es corrupción pura y dura.

  46. Mari
    1 marzo 2011 a 15:20 #

    Se ve que le di dos veces, lo siento.

    Señor Francisco Javier, gracias, igualmente.

    Jesús, en cuanto tenga un ratito hablaré con usted de datos y estudios, pero para ello necesito algo de tiempo, porque creo que es el TEMA entre los grandes temas.

    Un cordial saludo a ambos.

    • Jesús San Martín
      1 marzo 2011 a 15:52 #

      Sin duda, ese tema es ipmportante. Hay podremos ponernos de acuerdo.
      No me extraña lo del tiempo, yo acabo de terminar de comer (son las cinco menos diez). Hay días que son muy locos. Y los próximos van a ser peores.
      Un cordial saludo.

      • Jesús San Martín
        1 marzo 2011 a 15:53 #

        ahí, no «hay», ¡qué día dios!

  47. Jesús San Martín
    1 marzo 2011 a 17:13 #

    Noam Chomsky: las 10 estrategias de manipulación mediática
    7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
    La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas).

    ¿Por qué será que quienes más defienden las políticas que llevaron a la primera situación más se empeñan en hacernos sentir culpables, de decir que dejemos de echar la culpa a los demás? Cuanto más sube al árbol, más se le ve el culo al mono: «nosotros somos culpables del estado de ignoracia».
    9. Reforzar la autoculpabilidad
    Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

  48. Mari
    2 marzo 2011 a 13:55 #

    Ana Belén, siento que tenga que gastar tanto en estos cursos que no le gustan, no sé si sabe que existen los centros de profesores, donde se pueden hacer cursos, pertenecer a grupos de trabajo, a seminarios, ser coordinadora de algunos de estros grupos; usted misma puede formar un grupo de trabajo, con otros profesionales y tratar temas que interesen al grupo o… Son gratis y te certifican las horas tras presentar el trabajo o… realizado. Sabrá, también, que para que nos paguen un sexenio, tras cumplir uno, tenemos que presentar 100 horas de formación, nadie se quejó en su momento y pocos se quejan de esto. Si no te formas, pues no te pagan el sexenio y punto, pero no conozco a nadie que haga esto, pero no te obligan a hacer unos cursos determinados; los que procuro hacer, ahora, son sobre educación de adultos, nunca hice ni bailes de salón, ni risoterapia, ni nada de esto. Tampoco creo que sea obligatorio presentar cursos, a la hora de opositar serán precisos si usted los quiere tener para adelantar a otros o para que otros no le adelanten a usted… Aprobar una oposición nunca fue fácil, créame. La primera vez que me presenté sólo salió una plaza de mi especialidad para toda la provincia y éramos cientos los que nos presentamos. Ser el mejor de la provincia, ¡ ojú! Así que aprobar una oposición siempre fue una odisea, es competir, competir y competir… Sobre todo si se convocan pocas plazas y el número de opositores es… En fin, le deseo lo mejor. Un saludo

    • Ana Belén
      2 marzo 2011 a 18:34 #

      Evidentemente no es obligatorio hacerlos, pero desde hace cuatro años en el momento en que se implantó esta disposición es prácticamente imposible obtener plaza sin tener el apartado de formación cubierto, es por este motivo por el que gente con más de un nueve en la oposición se queda sin plaza en el concurso. Los centros de formación de profesores no son la solución pues no puede acceder a ellos ninguna persona que no trabaje para la administración por ejemplo. Tampoco disponen de cupo para tanta demanda ni hacen tantos cursos. Son los sindicatos los que tienen la sartén por el mango en esta cuestión. Es pura corruptela, como muy bien señala Pablo. Corrupción en el sistema de acceso al Cuerpo de Profesores y Maestros. Créame, la situación de la educación en este país no es ninguna broma. Y no nos quejamos por quejarnos, como afirman algunos. Gracias por sus buenos deseos. Lo mismo para usted. Y por cierto, no es decisión mía tener que dar clase en ESO, si pudiera no sacaría los pies del Bachillerato, pero no soy yo la que tomo las decisiones cuando llego a un centro. Otra cosa,con respecto a mi alusión a lo novedoso de su método de dar clase, sé que esas son palabras mías, no suyas, pero en mi opinión su descripción responde a una manera bastante tradicional de dar clase, no veo nada peculiar, de ahí mi comentario. Ha dicho que exponía el tema y luego preguntaba si lo habían entendido, ¿no?, pues eso de aprendizaje por descubrimiento tiene poco. En mi opinión una vez más, las teorías y los pedagogos que usted menciona más arriba no son más que teorías de despacho y salón y que sólo sirven para llenar los oídos, porque quedan muy bien, son lo que el público quiere oir, pero no es posible trasladarlas a la realidad de las aulas. La atención a la diversidad por ejemplo, es algo fantástico en la teoría, y creo que todos los que tenemos la experiencia de estar en un aula en la que encontramos 25 alumnos de entre 12 y 16 años, (da igual el curso), con distintas aptitudes y actitudes ( y recalco estas dos palabras, sabemos que es imposible de aplicar en 50 minutos: es absurdo pensar que podemos dar 25 clases diferentes en una: una clase para el alumno repetidor, otra para el que tiene «altas capacidades», otra para el alumno chino que habla poco español, otra para el alumnos que tiene una deficiencia visual o auditiva…pero es que eso es irreal ya en un aula en la que no encontremos todos esos casos juntos. No se puede obligar a nadie a estudiar si no quiere. No se puede vulnerar con ello el derecho de los que sí quieren que son los más perjudicados y de los que nadie se preocupa. Estos son para mí los problemas de base de esta ley. Lo único que se pretende con ella es maquillar el paro juvenil, ¿qué pretenden con la ampliación de la educación obligatoria hasta los 18? es todo política, por Dios santo!, ¿cómo pueden no verlo? El nivel de conocimientos y por lo tanto la competencia de nuestros estudiantes no les importa a los que hacen las leyes. Ellos tienen a sus hijos a buen recaudo, en buenos y carísimos centros privados donde, seguro, la LOE tiene poca aplicación. Hay un vídeo que publicó en su momento Nacho Camino, a propósito de las protestas en Andalucía hace unos meses, se lo recomiendo. Es buenísimo. Resume la situación a la perfección. Un saludo, Mari, y perdón por la extensión del mensaje.

      • Jesús San Martín
        2 marzo 2011 a 19:11 #

        El tema de la atención a la diversidad lo he enfocado otras veces, usando la distribución normal. Dejo un nuevo argumento en contra.
        La idea es que la clase debe ser lo más homogénea posible, para que con un solo mensaje del profesor se llegue a todo el alumnado. Si cada alumno tiene una capacidad distinta, y hay 50 alumnos en clase, entonces habrá que mandar 50 mensajes distintitos, cada uno adecuado a su receptor, y mientras tanto los 49 restantes pierden su tiempo. Una perdida de sólo la décima parte sería 50/10=5, en vez de 50, y aún así, eso es una destrucción de recursos que no se puede consentir ninguna sociedad. La normalización (en este caso la homogeneidad del alumnado en un aula) es un proceso fundamental para conseguir resultados con recursos limitados. La gente olvida que hasta el color de la pintura de su casa está normalizado, como lo está la resistencia del papel (de lo contrario no podrían imprimirse periódicos). Todos nacemos con el gen: soy el centro del universo, pero como nacemos todos con ese gen, no sólo nosotros, no pueden atendernos a nosotros individualmente. No hay recursos para la atención individualizada, de ahí la necesidad de la homogeneidad y la clase magistral.
        Atención individualizada es el nombre comercial de un crecepelo, pero crecepelo al fin y al cabo. Algo de lo que gustan todos los calvos, pero no existe, sólo se dejan robar los tontos. En este caso los calvos son las mamas: mi hijo es especial (si lo sabré yo, que lo dice mi madre), y el médico (en este caso el profesor) le dice: eso no existe, pero la mamá erre que erre. Pues nada, erre que erre, pero calvo.

    • 2 marzo 2011 a 21:43 #

      Los Centros de Profesores y Recursos o CEFIRES o como quiera que se llamen en las distintas taifas de Hispanistán por muy gratuitos que sean sus cursos son una de las más miserables formas de perder el tiempo.
      Por un curso que medianamente valga la pena hay cien que son pura basura.
      Ahora los sindicatos ¡tan defensores ellos de los trabajadores de la enseñanza! han sacado que no se puedan cobrar los sexenios si no se hacen sus cursos o los de los CEFIRES y similares. Con porcentaje horario, que nadie se llame a engaño, pero que nada tiene que ver con el saber y la profundización en la materia que imparte el profesor. De nada valen los máster, doctorados o segundas carreras.
      Hace años que no pongo el pie en el CEFIRE de turno y pienso seguir así. Estoy dispuesta a renunciar al sexenio, porque hay cosas por las no pienso pasar. Quizá esta es una de las pocas cosas con las que puedo oponerme a este sistema absurdo y perverso.

  49. Mari
    2 marzo 2011 a 14:18 #

    Jesús, esto que transcribes lo critica Chomsky, pero hecho en falta un comentario tuyo sobre lo transcrito.

    Un cordial saludo

  50. Mari
    2 marzo 2011 a 14:23 #

    Quise decir, comentario más completo.

    • Luzroja
      2 marzo 2011 a 17:54 #

      Me atrevo…
      Comentario más completo: Si se establece un encuentro entre el que sabe y el que ignora, el primero ejecuta y el segundo acata.

  51. Mari
    2 marzo 2011 a 20:26 #

    Luzroja, se olvidaron de los rebeldes, cómo el que escribe en contra de dichas estrategias… Limitar a la humanidad a ricos y pobres, por ejemplo, no es de ser muy… Inteligente. Y no lo digo por usted, como ya se habrá dado cuenta, sino por quiénes así piensan. Sembrar odio es… poco ético cuando menos.
    Un saludo

    • Jesús San Martín
      2 marzo 2011 a 21:22 #

      Mari, Chomsky no propone las estrategias de manipulación mediática, sino que las descubre: muestra las técnicas de manipulación. Es el mismo Chomsky lingüista que todos conocemos, o que yo, por lo menos, estudié en COU. No estoy de acuerdo con todo lo que dice, pero sus libros son muy reveladores de cómo funciona el mundo; son puntos de vista que hay que conocer. Sus estudios de los medios de masa, te pueden ser muy útiles para enseñar a los adultos a leer el periódico de forma crítica, y posteriormente a analizar todo críticamente. Se le pretende desacreditar como muy extremista, cuando él es partidario del mercado de Adam Smith, del mercado de la plaza del pueblo, donde las cosas pueden funcionar.
      El párrafo que yo había añadido, indicaba que van de la mano los partidarios de las técnicas que han destrozado la educación y los que quieren hacernos creer que es nuestra culpa. En el foro hay un arquetipo de ello. Si lees sus post (tampoco merece la pena), verás que ambas técnicas coinciden en él: es una persona que vive para la manipulación y la provocación.

      Dejando de lado ese tema. Cuando dices que los profesores deben ser pedagogos ¿qué quieres decir? Porque dicho así, parece que quieres decir una persona que ha estudiado la licenciatura de pedagogía, a lo que yo me opondría, porque exijo que sean expertos en la materia que enseñen. Intuyo que quieres decir que el profesor sepa enseñar.

      Esta mañana, a la llegada a la escuela, he coincidido con una compañera y le he preguntado sobre los alumnos. Su respuesta es que no saben generalizar, que si cambias ligeramente algo pierden totalmente el hilo. Ha continuado diciéndome que sus hijos (que van a un concertado) sólo trabajan con problemas, cuando deberían empezar con la teoría y saber llevar el conocimiento general al problema particular. Posteriormente he hablado con otra compañera sobre la formación de los alumnos (aprobados) del primer semestre, coincide conmigo: desastrosa. La sociedad se irá por el desagüe al mismo tiempo que lo poco queda de la universidad.

  52. Mari
    2 marzo 2011 a 22:29 #

    Las descubre y las critica. Conozco parte del pensamiento de Chomsky, y también me parece muy interesante parte de lo que dice, aunque a veces me da la sensación que se contradice, me da la impresión que, por una parte, confía en el hombre y por otra… no. Miraré sus estudios de los medios de masa, no los conozco, gracias.
    La manipulación y el chantaje son estrategias que los humanos aprendemos rápido, casi tan rápido como aprendemos a hablar, es curiosa la capacidad del hombre para aprender cuando nos vemos en la necesidad.
    Cuando digo que los profesores deben ser pedagogos quiero decir que deben conocer todo lo que hasta la fecha se conoce sobre los procesos de enseñanzas -aprendizajes, siempre que estos conocimientos (de conocer) sean reconocidos por la comunidad científica. Tú mismo dices que hay que conocer a Chomsky, por ejemplo, pues de esto se trata. Y como está disciplina está estrechamente relacionada con la filosofía (y su ética), también sus conocimientos deberían ser imprescindibles para el maestro y profesor de secundaria, independientemente del área en la que se especialicen. Un maestro de primaria imparte varias materias y así debe ser, al menos así lo creo.

    • Francisco Javier
      5 marzo 2011 a 17:59 #

      «Cuando digo que los profesores deben ser pedagogos quiero decir que deben conocer todo lo que hasta la fecha se conoce sobre los procesos de enseñanzas -aprendizajes, siempre que estos conocimientos (de conocer) sean reconocidos por la comunidad científica. »

      Estimada Mari, me temo que esto es puro pseudoplanteamiento. Los seres humano no son ratitas de laboratorio y no vale aplicarles métodos científicos. Por otra parte, la pedagogía, aunque le pese mucho a los pedagogos, de ciencia tiene poco. Buscamos un método que funcione y que sea científicamente relevante, verdadero. Pero:

      1) ¿Qué puede significar que funcione? Eso dependerá de lo que pretendemos. Si lo que desea uno es formar buenos trabajadores, habrá que emplear tal vez A. Si deseamos personas libres en sentido ilustrado, mejor B. Si preferimos que se lo pasen pipan los alumnos C. etc.
      2) Somos seres históricos: lo que vale en una sociedad comunista, no tiene el mismo valor en una capitalista. En tiempos de Stalin se aplicaban métodos (científicamente rigurosísimos y firmados por Stalin) distintos a los de los comienzos de la Revolución soviética en los que se ensalzaba la creatividad y el nuevo hombre (los tiempos de las vanguardias soviéticas, que luego Stalin se encargaría de aniquilar y reemplazar por el Realismo obrero.) Lo que valía en el s. XIX, ya no sirve en el XX. Lo que era el ideal educativo de la democracia ateniense, no sirve en la cristiana Edad Media. etc., etc.
      3) Somos seres sociales: lo que funciona en un barrio residencial de clase alta en Londres, es seguro que no funcionará en un suburbio de la misma ciudad. Lo que vale en una sociedad protestante, es diferente en el mundo islámico. etc.
      4) Somos individuos: lo que vale para Juanito es desastroso para María; lo que se adapta muy bien al estilo del profesor X, hace sentirse muy mal a Y. etc
      5) Tenemos edad : los métodos empleados en un niño pequeño, es seguro que no sirven en un mozo de catorce. etc. Por no hablar de la Universidad, donde la pedagogía debería estar penalizada por Ley -excepto en la Facultad de Pedagogía se entiende.
      6) Unas disciplinas son muy diferentes de otras: la clase dinámica, muy buena para la educación física, es impropia de la de matemáticas, que requiere estar calladitos para enterarnos.

      Hay muchas, muchas más variables, lo cual es algo que no parece que entiendan los pedagogos, emperrados en hacer del mundo un laboratorio de sus inventos de guardería.

      Una observación más: si el docente tuviese que aprender todos los procesos de enseñanza-aprendizaje garantizados por la comunidad científica, me temo que se volvería loco y sería tal su empanada mental, que nunca lograría empezar a explicar el Teorema de Pitágoras, que es lo tenía que dar ese día. Por otra parte, ¿quiénes son esos sabios que determinan lo que es válido o no desde un punto de vista científico en un asunto como este? ¿Son más científicos los principios del Conductismo que los del Estructuralismo? ¿Por qué? ¿Por qué no Platón? ……………………..¿¿¿¿???? (Como sabrá. los cambios son continuos y obedecen más a modas, que a criterios científicos.) Concluyo: he conocido muchos docentes, que sin tener ni puñetera idea de psicología eran extraordinarios y muy valorados por sus alumnos; al revés: docentes llenos de ideas científico-pedagógicas horribles y odiados por sus alumnos además.

      Un saludo.

  53. Jesús San Martín
    3 marzo 2011 a 9:16 #

    Bien que se conozcan las técnicas de reconocido prestigio, pero que se domine perfectamente la materia que se va a enseñar. Un ejemplo. Antes, en el instituto, se enseñaba el teorema del valor medio. Cualquier experto en matemáticas sabe que es el teorema que más se usa en el análisis, porque lo habrá usado montones de veces durante la carrera, y lo sabe porque es experto en la materia. Saber lo que dice el teorema, que lo puede ver cualquier lector en un libro, no sirve para transmitir su importancia. Si yo, que no tengo ni idea de música, me dijeran que la enseñara, cogería el libro y “lo traduciría”, es decir, expresaría con lenguaje asequible a los alumnos lo que dice el libro, pero eso no dejaría de ser un parafrasear el libro, una lectura sin comprensión y con el mismo resultado para los alumnos. Sin embargo, Francisco Javier, podría establecer las conexiones pertinentes, la dificultad que entraña (para mi tan difícil es Mozart como un ejercicio de solfeo. Los alumnos sólo aprenderían mi incompetencia), como aproximarse a la materia, su evolución en el contexto cultural. Este tipo de aportación sólo la puede hacer un experto porque ha sufrido la materia y ha fatigado los textos y la reflexión. Cuando yo digo que la matriz no es invertible, automáticamente estoy conectando con el pulso de mi corazón, la rotura de los puentes, y la forma de las nubes. Eso motiva al alumno. La semana pasada, con la idea de la recta tangente generada por la derivada, mostré como se puede hacer geometría intrínseca en una superficie y me lleve la clase a los agujeros negros. Les gustó, pero lo hice porque sé geometría diferencial y relatividad general. Lo mismo se les puede contar a los alumnos en el instituto, pero las materias que he mencionado las conoce el profesor (licenciado), por eso en el instituto debe haber licenciados si queremos que aprendan y les demos la motivación de la que tanto hablamos todos.

    En cuanto a Chomsky. También tengo esa sensación con el hombre, unas veces se puede confiar y otras no, y eso me incluye a mí como ser humano. Es lo que pretendía decir cuando hablaba con Marile. Con tantas guerras detrás, y tanta destrucción, no me creo que seamos ángeles, y si estoy aquí es porque mis predecesores han sobrevivido en ese mundo y porto genes de depredador (yo y todos los demás). También los tengo de ayudar al grupo, pero tengo los dos, no me engaño.

  54. Mari
    3 marzo 2011 a 20:20 #

    Ana Belén, entiendo su indignación, pero ¿ qué sistema de oposición propondría, usted? Considero justo que la experiencia cuente, porque si la administración se sirve de interinos cuando los necesita, es lógico que después los recompense, mientras un interino trabaja, hace cursos… en los centros de profesores… y estudia, un opositor que aún no es interino tiene todo el tiempo para estudiar… para llegar a ser interino… creo que no es una opción mala del todo, aunque pueden existir otras mejores, no digo que no, pero cuál o cuáles.
    En cuanto al tema de la diversidad, también la entiendo, es cierto que con una clase llena de alumnos diversos es muy difícil… Se necesitan grupos muy reducidos para poder atender adecuadamente al alumnado, aunque ya sé, esto supondría… gastar más; supondría crear más puestos de trabajo, llegar a contar con una ciudadanía más culta y ética, lo que bajaría entre otras cosas la delincuencia.
    Jusús, estoy de acuerdo, ángel y demonio, pero sabemos qué es ser bueno y qué es ser malo y podemos optar por una u otra opción u optar por ser bueno para unas cosas y malo para otras. La mejor opción, desde mi criterio intentar ser lo más ético posible, bueno; la Ética también habla de esto.

    • Jesús San Martín
      3 marzo 2011 a 20:46 #

      Mari, ese deseo no soporta la fuerza de la prueba. Recientemente una madre quemaba al violador de su hija y moría. Se ha solicitado el indulto, lo que indica el sentir social (humano) respecto a esa muerte. Cuando dos países luchan en guerra, los ciudadanos de ambos países están encantados de masacrar a la otra parte. Tiene una explicación biológica sencilla: ese comportamiento está gobernado por el cerebro reptiliano, y cuando entra en funcionamiento bloquea la parte racional. También explica otro problema, esta vez de los adolescentes. Son conscientes (racionalmente) del peligro de no usar condón en las relaciones sexuales, y todos dirán que lo usarán cuando llegue el momento, pero la decisión (igual que lo que tú propones) se ha tomado en unas circunstancias que no se corresponden con el momento de la acción, momento controlado por el cerebro reptiliano y no hay nada que razonar. Accidentes de coche, riñas familiares, salidas de tono, es innumerable el número de acciones no controlables. Sencillamente intento tener cuidado, evitar, si es que puedo, que mi cerebro reptiliano se active e intentar marcharme cuando se active el del otro: soy conciente del ángel y del demonio, aunque sé que la mayoría de las veces el demonio no es premeditado.

    • Ana Belén
      4 marzo 2011 a 10:18 #

      Por supuesto que es justo que la experiencia cuente, yo misma soy interina en estos momentos. Mi queja es sobre esos cursos ofrecidos por sindicatos y entidades que surgieron de la nada para la ocasión. Esos cursos sólo son un engaño y son casi condición sine qua non para superar el concurso. De hecho conozco mucha gente que se ha quedado fuera con más de un nueve, como le decía en el otro mensaje. Una prima mía quitó plaza en 2008 después de hacer y pagar religiosamente todos los cursos. En palabras suyas «había que comprar la plaza». En la convocatoria de 2007 se quedó fuera del concurso a pesar de haber quitado la misma nota que tuvo al año siguiente porque no tenía esos puntos. A eso me refiero. Y quién consintió eso o quién salió beneficiado? Los sindicatos. El baremo de formación se debería de completar con cursos de verdad, que aporten algo cuando se hacen: cursos relacionados con los estudios que se han realizado, de idiomas, de informática… pero no esos cursos que encima, si ya eran de dudosa calidad ahora se han convertido en carne de mercadillo: la gente compra y vende los trabajos por internet.

  55. Mari
    5 marzo 2011 a 0:07 #

    Señor Alonxo, que cansino se han puesto ustedes, usted  y el señor mentiroso compulsivo… En fin, yo pasaría del  tema, es una pérdida de tiempo, como verá soy de las que dan consejos sin que se los pidan, pero no de iglesias, no vaya a confundirse.   ¡Si todos aquí sabemos que dice usted verdad! y es mentiroso… el que miente – como su nombre indica – no ve la tontería. Perdonen que me tome esta licencia,  pero es que… aunque, si a ustedes le entretiene esto… sigan, a fin de cuentas tampoco hacen daño a nadie. 
    Por otra parte, Alonxo, me gustaría decirle que dice usted cosas muy sensatas,  eso sí, desde mi punto de vista, y digo esto para que no vayan a pensar algunos, de los que aquí escriben,  que creo que digo verdad absoluta. En el blog » el nudo gordiano», dice, usted,  cosas muy sensatas, eso sí, desde mi punto de vista, y digo esto no vayan a creer más de uno que creo que  digo verdad absoluta.  

    Ana Belén, no estoy en total acuerdo con usted en lo del tipo de cursos, tampoco en total acuerdo. En lo demás de acuerdo. Hablaremos cada vez que se tercie, puedo entenderla, no crea.

    Señor Alonxo, que cansino se han puesto ustedes, usted  y el señor mentiroso compulsivo… En fin, yo pasaría del  tema, es una pérdida de tiempo, como verá soy de las que dan consejos sin que se los pidan, pero no de iglesias, no vaya a confundirse.   ¡Si todos aquí sabemos que dice usted verdad! y es mentiroso… el que miente – como su nombre indica – no ve la tontería. Perdonen que me tome esta licencia,  pero es que… aunque, si a ustedes le entretiene esto, sigan, a fin de cuentas tampoco hacen daño a nadie.
    Por otra parte, aprovecho para decirle, señor Alonxo, que estoy totalmente de acuerdo con usted en lo que dice en la entrada «nudo gordiano».

    Ana Belén, con usted no estoy tan  de acuerdo en lo que dice respecto al tipo de cursos, pero tampoco en total desacuerdo. Ya le comentaré más detenidamente.

    Jesús, mezclas las  matemáticas con todo lo demás con tal maestría que… ya hablaremos de esto en otro momento. Ahora, siguiendo el tema que nos ocupa «ángel o demonio», decirte que me niego a creer esto que dices; podemos, desde mi punto de vista, cometer pequeños errores de cálculos, pero errores garrafales, pues la verdad… Creo que no.  Somos más competentes de lo pudiera parecer,  cuando uno decide cuál será su escala de valores,  ésta ( la escala de valores) le servirá de guía a la hora de actuar. No obstante, situaciones extremas pueden dar lugar a acciones extremas, pero, no nos engañemos, esto ocurre en muy pocas ocasiones, lo normal es actuar según un criterio preestablecido: soy racista o no, machista o no, etc. Y actúo en consecuencia… es lo normal, aunque siempre hay quiénes piensan una cosa y hacen otras. 
    Una persona realmente formada debería actuar éticamente, porque su escala de valores debe seguir  principios éticos.

  56. Mari
    5 marzo 2011 a 0:16 #

    En fin, nuevamente mi iPad falló, aunque creo que fueron las prisas. Perdonen de nuevo, los dos primeros párrafos creí haberlos borrados y no fue así, no los tengan en cuenta. Gracias y perdón de nuevo.

  57. Jesús San Martín
    5 marzo 2011 a 16:15 #

    No digo que el hombre se plantee hacer el mal, que esté rumiando como hacer daño. Digo que es nuestra naturaleza tribal y de lucha frente a recursos limitados, y cuando tiene que encarar tal cosa no son pequeños errores de cálculo son millones de muertos. También afirmo que la gente, aunque no quiera, pierde el control racional. Decía José Luís Sampedro que el hombre decide irracionalmente lo que quiere y luego procede racionalmente a conseguirlo.
    Hay un experimento, con resonancia magnética nuclear, en la que se demuestra que cuando a la gente se le muestra la foto de su ídolo se bloquea la parte racional del cerebro. Eso explica muchas cosas de la Alemania nazi. No lo juzgo, sólo soy consciente del hecho, y me pongo a cubierto (si es que puedo).

  58. Mari
    5 marzo 2011 a 22:15 #

    Francisco Javier, usted dice: “… me temo que esto es puro pseudoplanteamiento. Los seres humano no son ratitas de laboratorio y no vale aplicarles métodos científicos”.
    De verdad cree esto, si usted tuviera un hijo con problemas psicológicos, seguramente, lo llevaría al médico y éste lo desviaría al psiquiatra, que a su vez, además de ponerle un tratamiento a base de medicamentos, le mandaría al psicólogo.
    ¿Es la Psicología más ciencia que la Pedagogía? ¿Y la Sociología?
    A veces, cuando escucho discursos como el suyo, pienso en las dobleces que éste puede conllevar, soy mal pensada por naturaleza. Mire, yo no pretendo enseñar un oficio a nadie, porque no soy profesora de formación profesional, pretendo ayudar a mis alumnos, en la medida de mis posibilidades, en su formación emocional, ética, cultural (cultura general) y democrática, que conozcan sus deberes (y los cumplan) y sus derechos (y los exijan si se los limitan) y en la adquisición de habilidades y destrezas con las que posteriormente puedan iniciarse sin dificultad en cualquier formación profesional (profesor, médico, carpintero, etc.). Y para esto necesito, para ayudarles, a los otros, a la Pedagogía y a la Filosofía, y de ésta principalmente a la Ética; la pedagogía me aportará los instrumentos con los que se podrán desarrollar adecuadamente los diferentes contenidos (teóricos, prácticos…) de las diferentes áreas y, de la ética, los valores. Pero cómo ya habrá podido imaginar, esto no puedo hacerlo sola… por lo que vago como alma en pena por los desiertos… intentando encontrar algún oasis.
    Formar ilustrados esto es… si se refiere a ilustrados como personas cultísimas, pues, que quiere que le diga, es un esfuerzo personal extraordinario, autoformación, principalmente; esfuerzo que puede o no revertir en el bien social, no pocos cultísimos hicieron poco o nada por la sociedad, otros se lucraron por ello o/y hicieron mucho daño y otros lo dieron todo por el bien común, ¿Qué es ser ilustrado? No sólo de cultura vive el hombre, necesita también ser un ser ético. Un ilustrado sin ética, para mí, es un seudoilustrado.
    Y claro que somos seres históricos, primero se descubrió el fuego, después la cocinilla de carbón, después se inventó el infiernillo de petróleo, después la cocina de gas y ahora podemos disfrutar de la vitrocerámica, siempre se fue hacia delante, cada nuevo invento supera al anterior, nunca se volvió atrás, pero ahora parece que algunos quieren volver atrás. Es cuestión de descartar lo que no sirve y de recrear sobre lo útil.
    Y claro que lo que funciona en un barrio residencial de la clase alta no funciona en el suburbio, a mí lo que me avergüenza es que aún haya personas que vivan en suburbios y guerras…
    Y claro que lo que sirve para usted no vale para mí, no le quepa ninguna duda. Pero, creo que si nos esforzamos podemos llegar a acuerdos.
    Mire, hoy comiendo con unos amigos ha surgido el tema educativo; ellos, nuestros amigos, han tenido a sus cuatro hijos, dos varones y dos hembras, estudiando hasta segundo de bachillerato en colegios religiosos. Todos, creo, han repetido segundo de bachillerato y alguno de ellos, algún otro curso, por lo que todos han estudiado 2º de bachillerato (curso repetido) en un IES. Estos jóvenes, exceptuando la pequeña que aún no ha terminado la carrera, son dos diplomados y uno, licenciado. Ante mi pregunta: ¿Qué diferencias habéis observado entre la enseñanza de los jesuitas (donde habían estado los varones) y el IES? Rápidamente, dice mi amiga, pues que si mis hijos hubieran hecho la primaria y secundaria en la pública no hubieran estudiado una carrera, porque ya sabes tú, me dice, lo relajados que han sido para estudiar. Le insisto, pero ¿háblame de diferencias? Primera, dice mi amiga, en todo momento apoyada por su marido, en cuanto faltaban un día te llamaban para ver qué pasaba, 2º qué si tenían un mal comportamiento, te llamaban rápido, ya que las faltas en comportamiento les podía llevar a la expulsión y a no volver ser admitidos. 3º dos horas de estudio al día, además de las clases y otras dos que tenía que estar yo con ellos, para que comprendieran y aprendieran la lección.
    Mi segunda pregunta: ¿Consideras que tus hijos cuando repitieron en el IES estaban más preparado que sus compañeros? Ella, mi amiga, dice, con rotundidad, ¡NO!, pero mis hijos sabían comportarse y conocían el valor del esfuerzo. Si mis hijos llegan a ir a la pública, sobre todo el pequeño, no hubieran terminado ni la ESO, te repito, mira fulanito y… Pero ¿Por qué?, le pregunté, a lo que me responde: porque los profesores de instituto sólo piensan en dar sus clases e irse a casa, no se preocupan de mucho más. Me enfadé y… Pero he sacado de esta conversación que hay varias cosas en las que cada día creo estar menos confundida. Para que fracasen menos alumnos en la ESO, tenemos que, para empezar, contactar con frecuencia con los padres, hacer cumplir las normas… y valorar mucho más el esfuerzo. Tenemos que aprender de todo y de todos.
    El docente no tiene que aprender todos los procesos de enseñanza-aprendizaje garantizados por la comunidad científica, como usted menciona, el docente tiene que conocerlos, además le digo, para su tranquilidad, que los métodos de enseñanza no son tantos como imagina, cada área tiene los suyos propios, que a veces coinciden con los de otras y otras que no.
    Dice: “Por otra parte, ¿quiénes son esos sabios que determinan lo que es válido o no desde un punto de vista científico en un asunto como este? ¿Son más científicos los principios del Conductismo que los del Estructuralismo? ¿Por qué? ¿Por qué no Platón? ……………………..¿¿¿¿????” ¿Por qué no Platón? Porque si no hubiéramos avanzado nada desde Platón, poco hubiéramos avanzado en lo demás, aún tendría que lavarse la camisa en el río. En cuanto a estructuralismo o conductismo, que decirle, puede que una mezcla de ambas sea de momento la solución…y a investigar.
    Dice: “(Como sabrá los cambios son continuos y obedecen más a modas, que a criterios científicos)”. Yo no creo esto, creo que lo verdaderamente científico está reñido con las modas huecas que vuelven al pasado. Creo en las modas nuevas y creativas, en los avances y nuevos descubrimientos.
    Primero dígame de qué alumnos habla, ¿qué alumnos valoran bien a un profesor? El alumno responsable, el irresponsable, el… No sé, pero esto es difícil de averiguar cuando se trata de niños y adolescentes. O sino pregúnteles.
    Buenos y malos alumnos, buenos y malos profesores. ¿Cuál será el mejor alumno de una clase? ¿Cuál el mejor profesor? A saber, pero lo que sí me parece necesario es aclarar qué tiene que saber un futuro maestro o profesor de secundaria, porque la ciencia y la técnica no paran.
    En fin, voy a ver si me da tiempo y leo la nueva entrada “Elaborando un plan de centro” y contesto a Jesús. Qué tenga un buen fin de semana.

  59. Mari
    5 marzo 2011 a 23:04 #

    Jesús, lo que dice Sampedro parece interesante, pero, para mí, el hombre que desea irracionalmente ser rico o saltar más que nadie, y ve en ello un objetivo racional imposible de conseguir, se resigna, y a otra cosa más fácil. El que no se resigna e intenta conseguir un objetivo difícil con esfuerzo y sin dañar a nadie, ese es un gran hombre, independientemente de que lo consiga, y el que lo intenta con malas artes es un egoísta, también independientemente de que lo consiga o no. En la tierra aún quedan muchos egoístas, éste es otro de los verdaderos problemas de la humanidad. Pienso que, deshacerse de la parte egoísta es difícil, pero quién lo intenta de verdad está bastante más satisfecho de sí mismo. Esto también es educable, si los padres no son egoístas y enseñan a sus hijos a no serlo, estoy convencida de que no lo serán.
    Jacinto Benavente dijo que: “El único egoísmo aceptable es el de procurar que todos estén bien para estar uno mejor”

    Y nunca he tenido ídolos, no sé por qué.

    • Jesús San Martín
      6 marzo 2011 a 11:01 #

      Parafraseo tus palabras, Mari, para destilar mi opinión sobre la enseñanza, la escuela y los padres.

      El alumno que no se resigna e intenta conseguir un objetivo difícil con esfuerzo y sin dañar a nadie, ese será un gran hombre, independientemente de que lo consiga, ….
      Esto también es educable, si los padres son trabajadores, esforzados, respetuosos y enseñan a sus hijos a serlo, estoy convencido de que lo serán.

      En cuanto a tu frase: “Y nunca he tenido ídolos, no sé por qué.” Yo te sé decir el porqué. Porque sabes que no hay nadie por encima de ti, como no lo hay por debajo. Y para saber eso hay que conocer a los clásicos: la libertad que se denomina rebeldía.

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