De la Chica y la Vanguardia

 

Nacho Camino

Nueva entrevista al Consejero de Educación Andaluz. Trabajo duro para los exégetas.

Vayamos por partes:

La futura la ley de igualdad de trato, que niega los conciertos a los colegios que discriminen por sexo, ¿cambia algo en Andalucía?
-Cambia en el sentido de que nos otorga una mayor fortaleza en nuestra decisión legítima de que los centros que discriminan por razón de sexo no ha lugar a que sean sostenidos con fondos públicos. En Andalucía tenemos 12, que ahora están pendiente de un fallo del TSJA. Cuando la ley entre en vigor, quedarán extintos esos centros. Aunque no tendrá efectos retroactivos sobre los que ya estén funcionando.

El Consejero se ufana del poder coactivo que le confiere el Imperio de la Ley(re). Pues vale. Algún día abordaremos el asunto de la educación diferenciada, tan discutido como discutible. Sobre todo, cuando los índices de fracaso escolar masculino siguen su ascenso imparable. Imagino que sobre este particular nada tienen que decir los prohombres y las prohembras “de género”, por más que tales cifras sugieran la “fortaleza” discriminatoria del sistema educativo vigente. Muy al contrario, los responsables de co-educación (mujeres, en su mayoría) señalan la preeminencia de las féminas como un logro incontestable de la sociedad contemporánea. Nada más triste que esa sonrisa de condescendencia al desgranar los porcentajes de aprobados y cates como si cada uno de ellos fuera un orgulloso ídem en el rostro del viejo paradigma androcéntrico.

Por lo demás, a De la Chica le parece legítimo retirar las subvenciones a los centros privados que no admitan niñas (o niños). Por omisión, colegimos que le parece lógico financiar con dinero público a otros centros privados. Colegios que, claro está, pueden reservarse el derecho de admisión y aplicar criterios selectivos ausentes en la enseñanza pública. Es decir: a De la Chica le parece legítimo financiar la discriminación al mismo tiempo que la prohíbe.

Acerca de la formación continua de los maestros, esos grandes mamíferos que necesitan más actualizaciones que un tablet, dice Don Francisco:

Ya podemos identificar a los maestros de alto desempeño en un aspecto singular y concreto del proceso educativo. Profesores excelentes, auténticos expertos en enseñar la lectura en los primeros años, por ejemplo, o el cálculo, o especialistas en Historia. Hay miles. Debemos identificar a esta gente y que sean parte activa del hecho formativo durante un plazo limitado. Si tienes a un buen profesional le puedes pedir, siempre voluntariamente: usted está en condiciones de formar durante un año a otros maestros -200, 300, habría que afinar- sobre su experiencia profesional. Y una vez que concluya, devolverlo al sistema.

Llámenme loco, pero detecto en el Consejero resabios estilísticos de nuestro mayor resabio: Eduard Punset. No sabemos cómo, ni con qué fundamentos, ha llegado a adoptar esa pose de científico radial 2.0: “Ya podemos identificar…” Y no de cualquier modo, no: “… en un aspecto singular y concreto del proceso educativo.” Tanta precisión entomológica parece desvanecerse en las siguientes líneas. ¿O es que acaso la Junta contrata para la asignatura de Historia a especialistas en Ornitología?

Ustedes dirán: no conviene exagerar, es bueno aprender de otros, la trasmisión de la excelencia no es plato que pueda rechazarse… Pero me lo dirán sólo porque aún no saben en qué indicadores se basa la selección de expertos:

Tras cuatro pruebas de diagnóstico, ya empezamos a conocer las excelentes prácticas educativas, los centros que están logrando estándares muy altos de rendimiento, por encima de la media. Queremos difundir el trabajo de quienes lo hacen mejor e intentaremos ponerles en circulación dentro del sistema. La formación permanente nos la demandan los 120.000 profesores que tenemos, pero nunca, hasta ahora, hemos tenido un sistema que acredite las cualidades de cada uno de ellos.

“Tras cuatro pruebas de diagnóstico”… Esas pruebas que lo más que llegan a certificar es un nivel mínimo de comprensión lectora. Las mismas pruebas que incluían una canción de Andy y Lucas como texto para la escolar hermeneusis. Unas pruebas, insisto, que  evalúan el grado de alfabetización de nuestros alumnos. Eso es lo que va a medir la excelencia de un profesor de Secundaria, hasta elevarlo a la condición de Maestro de Maestros. Con criterios tan exigentes, no es de extrañar que haya “miles” de candidatos potenciales.

De la Chica afirma “conocer” las escuelas que alcanzan “estándares muy altos de rendimiento”. Lo curioso es que, aunque el ciudadano los conociera, no le quedaría más que resignarse y envidiar la suerte de quienes  están adscritos a esa concreta jurisdicción escolar. El contribuyente paga, pero, por supuesto, no elige. En lo que se refiere a elegir, ésta es potestad de los burócratas, quienes “ponen en circulación” o “devuelven al sistema” con admirable pasión mecanicista.

Elegir a los profesores buenos es fácil, pero ¿quién decidirá qué maestros necesita un tutor para aprender a enseñar mejor?
-Cada centro escolar seleccionará a los suyos. Los colegios y maestros van a rendir cuentas ante la administración, pero sobre todo ante la comunidad educativa a la que sirven. El consejo escolar debe saber exactamente cómo se trabaja, qué esfuerzos se hacen y qué rendimientos se obtienen… El sitio de diagnóstico y acción inequívoco es el centro educativo. Y uno de los aspectos en los que va a tener un protagonismo grandísimo será en la formación que necesitan sus docentes. Ahora ya sabemos con certeza los que han logrado objetivos y los que no han conseguido mejorar.

Este hombre está lleno de certezas, pero nos es imposible saber en qué se basa. ¿Hay alguna prueba externa, más allá de la pamema diagnóstica, que garantice el valor de los aprobados? ¿Qué objetivos son esos? ¿Qué competencias reúne el Consejo Escolar para decidir quién “necesita mejorar” y quién no? Tiemblen aquellos profesores exigentes que aún conservan la funesta manía de suspender, pues de ellos es el Reino de los Cielos Tutoriales. En serio: ¿alguien se imagina a un papá (o una mamá, no se vayan a ofender) emitiendo, con rictus catedrático, un voto favorable al adiestramiento del profesor de Física? Las palomas disparando a las escopetas. ¡De qué magníficas purgas vamos a ser testigos, estimados colegas!

De la Chica habla de rendir cuentas, lo cual está muy bien. Siempre que las cuentas estén claras. Pero, ¿lo están?:

Cuando hablamos del Plan de Calidad y de rendición de cuentas, hablamos de la capacidad de definir responsabilidades y fijar adónde se puede llegar desde el punto de partida de cada uno. No es que todos los niños tengan que sacar sobresaliente.

¿Se entiende? Permítanme que trate de explicarlo. Los contenidos comunes – que contempla el BOE – no se “fijan” desde criterios individuales. Lo que se establece como plan de estudios no depende de las condiciones de partida, sino de los objetivos que es necesario alcanzar para obtener un título. Al contemplar tantos horizontes posibles como individuos existen, tales contenidos pierden su valor universal para disgregarse en una suerte de enseñanza idiosincrática. De forma velada, se nos dice que hay que evaluar a un alumno con independencia de si ha alcanzado los objetivos, lo que acaba por significar que dichos objetivos no eran tales. Como el espíritu del Plan de Calidad es incentivar económicamente un mayor número de aprobados, es fácil suponer que el rendimiento de cuentas tendrá que ver con este candor estadístico y no con la auténtica calidad de lo que aprenden nuestros alumnos.

De lo que no cabe duda es de que la retórica de nuestros amigos socialistas despide un aroma “democrático” que embriaga y sulivella:

Entiendo que entonces no seguirá siendo voluntario…
-Desde luego,algunas medidas de las que te he dicho serán obligatorias. Se esté o no se esté en el Plan de Calidad, los resultados de las pruebas de diagnóstico van a servir para prescribir decisiones. No estar en el Plan de Calidad no es no estar en los procesos de evaluación y de rendición de cuentas. Va a rendir cuentas todo el sistema educativo, de arriba abajo, y de izquierda a derecha.

Nota bene: el Plan de Calidad fue anulado en una reciente sentencia del TSJA, precisamente por “no vincular la consecución de los objetivos educativos con la percepción de incentivos”. Aún así, De la Chica pretende vertebrar sus reformas vanguardistas en un Plan que, como el propio Tribunal puso de manifiesto, contradice la propia Ley de Educación Andaluza. Glorioso.

En resumen, más de lo mismo, más doblelenguaje. La Junta trata de identificar grandes maestros, pero organiza unas oposiciones paralelas para colocar a todos los interinos. Resultado: opositores libres con una nota de diez se quedan “fuera del sistema”. La Junta busca la excelencia, pero fundamenta su posible hallazgo en unas pruebas de alfabetización básica. La Junta quiere difundir las “buenas prácticas educativas”, cuya bondad consiste en un baremo estadístico: tanto apruebas, tanto vales. La Junta dice tener herramientas objetivas con que valorar el desempeño docente, pero deja la decisión en manos del Consejo Escolar, poblado de legos.

Les dejo que buceen en las chiquipalabras de Don Francisco. Pero no sin antes seleccionar algunas de sus más deslumbrantes gemas literarias:

– “Debemos identificar a esta gente y que sean parte activa del hecho educativo.”

– “Dan clases magistrales desde el punto de vista modélico a los niños, con su profesor presente, y así aprenden el niño y su profesor, los dos.”

– “El sitio de diagnóstico y acción inequívoco es el centro educativo.”

– “La tradición es que cuando tú implementas un recurso como ése lo extiendes como una mancha de aceite por el conjunto del territorio con carácter igualitario.”

– “Llegará un momento en que las políticas puestas en marcha por el Plan de Calidad no sean coyunturales y tendrán carácter general, pero primero hay que pasar por los procesos de experimentación cómplice.”

Y la mejor:

– “No somos dogmáticos y todo lo que sea susceptible de mejorar, lo cambiaremos.”

Y yo me pregunto: A usted, Excelentísmo, ¿qué tutor le buscamos

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Categorías: Crónicas del País de las Maravillas

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111 comentarios en “De la Chica y la Vanguardia”

  1. Maximiliano Bernabé Guerrero
    27 enero 2011 a 11:04 #

    Genial, Nacho. Reconozco, con envidia culpable, que en otras taifas os envidiamos a los compañeros andaluces por poder disfrutar de personajes como Mr. Of the Girl. ¡Qué concisión, claridad y precisión! Pero donde ya me quito el sombrero, o el cráneo si me dejan, es ante la sintaxis alejandrina. Decían que Argantonio, el legendario rey de Tartessos, promulgaba sus leyes en verso. Pues ahí lo tenéis, en la misma tierra, reencarnado. Esto es como la peli «La Momia», pero en poeta de género. ¡Viva! Por aquí, en la meseta esteparia nos comemos las uñas de envidia.
    Ya un poco más en serio, pero poco, también me parece muy acertada, Nacho, tu alusión a la discriminación de hecho que actualmente supone el fracaso escolar masculino y cómo en algunos y algunas el que se asuma que ciertos chicos van a quedar para acarrear sacos o poner cañas (y ahora simplemente para sujetar la pared) sólo despierta sonrisas de conmiseración y prepotencia. Creo que escribiré sobre eso, pero otro día que me apetezca más poner la cara para que la partan por la interné.
    Y volviendo a François de la Fille, donde ya se retrata es es cuando dice «Los colegios y maestros van a rendir cuentas ante la administración, pero sobre todo ante la comunidad educativa a la que sirven. El consejo escolar debe saber exactamente cómo se trabaja, qué esfuerzos se hacen y qué rendimientos se obtienen…» El hombre lo estaba intentando evitar, pero al final le salió la vena de estalincito purgador. De género,eso sí.

    • 27 enero 2011 a 11:58 #

      Venga, Maximiliano, seguro que vosotros tenéis vuestro propio Cicerón, no seas modesto. En cualquier caso, François de la Fille es una cima señera del Anacoluto Occidental. Después de leerle, Chomsky se replanteó su teoría de los universales lingüísticos. (Afortunadamente, una becaria consiguió que vomitara a tiempo un panqueque de Valium…).

  2. Helena
    27 enero 2011 a 11:27 #

    Quizás también interese el artículo de opinión de Martín Ferrand en el ABC de hoy.

  3. Francisco Javier
    27 enero 2011 a 12:30 #

    ¡Pero este Prohombre de la Educación es terriblemente competente! ¡Qué manera de hablar, qué aplomo, qué seguridad, qué contundencia! Desde luego es un verdadero misterio, cómo con Consejeros así, Andalucia siga teniendo esos niveles tan deplorables en Europa. Sin duda, se trata de una injusticia cósmica.

    Un artículo muy inteligente y que desmonta a la perfección el discurso de siempre. Un saludo, Nacho.

  4. Javier Suero de Quiñones
    27 enero 2011 a 15:09 #

    Estimado Nacho,

    Mis respetos más áureos. Es usted mi futuro tutor de música. Ni John Cage ni Glenn Gould me hubieran llevado a alturas más celestiales…
    Respetado profesor ¿Le provoca darle – al Signore Francesco della Piccola- un concierto para orza y botijo en su despacho¿
    P..S. El video es apoteósico.

    • Francisco Javier
      27 enero 2011 a 16:44 #

      Totalmente de acuerdo, el vídeo es una maravilla. Cage for ever!

    • 27 enero 2011 a 16:46 #

      Estimado Javier:

      Me provoca, a fe mía. Me provoca…

      Gracias.

  5. Mari Cruz Gallego
    27 enero 2011 a 15:53 #

    Se cometen tantos despropósitos contra el sistema educativo y contra el profesorado que sigo sin entender cómo no nos hemos puesto en pie ya. Por eso mismo soy tan pesismita sobre este tema.
    Un saludo.

    • 27 enero 2011 a 16:34 #

      Absolutamente de acuerdo, Mari Cruz. En lo referente a este caballero, solo un político español en general y del PSOE en particular puede tener la estolidez y la audacia de machacar tanto con eso del «rendir cuentas», expresión que, con lo que ha caído, deberían evitar como si fuese la isla de las sirenas. Hace falta desvergüenza. Pero luego miras a la foto de este señor, a esa cara de velocidad que pone, y caes en la cuenta: ¡a lo que se refiere es a hacer rendir cuentas A LOS DEMÁS! Escribo estas líneas escondido debajo de la cama.

    • 27 enero 2011 a 19:00 #

      Me parece buena idea, y lo más sensato es pasar a la acción. Deberíamos empezar por la separación de niños y niñas en algunos centros de la Comunidad de Madrid. ¡Se admiten propuestas!

      • 27 enero 2011 a 19:59 #

        Hola, Alonxo:

        No acabo de entenderle. ¿Qué es lo que le parece buena idea? Propuestas, ¿para qué?

        Un saludo.

      • 27 enero 2011 a 22:19 #

        Mi comentario es respuesta al de Mari Cruz Gallego. Saludos.

  6. 27 enero 2011 a 15:59 #

    Chomsky distinguía entre gramatical e interpretable. Una oración puede ser agramatical aunque sea interpretable. No se sabe si es o no ininterpretable, lo que sí se puede suponer es la pesadilla alrededor de todo lo que rodee a ese inefable consejero. !En manos de quienes está la gestión pública! Aparte de las sandeces tópicas e incongruentes, sus huidas hacia adelante frente al páramo que administra nos llevan a la absoluta necesidad de sanear la clase dirigente. ¿Qué hay que hacer para ser consejero de Educación de la Junta de Andalucía?

    • 27 enero 2011 a 16:48 #

      En primer lugar, querido Mariano, apenas haber dado una clase en tu vida. Después:

      – Músculos fuertes para trepar por la secuoya político-burocrática.
      – Poner todo el carné en los mejores asadores.
      – Destrozar la sintaxis.
      – Otros.

  7. 27 enero 2011 a 16:13 #

    Frente a la ficción, un soplo de realidad en la prensa digital de hoy .

    • Francisco Javier
      27 enero 2011 a 17:05 #

      Da un inmenso placer ver publicados artículos como este, que dicen la verdad y nada más que la verdad: que la Política Educativa desde la LOGSE (o antes) es repulsiva y que a algunos, tal vez muchos más de lo que parece, no nos engañan. El artículo sintetiza perfectamente lo que ya sabemos de sobra aquí -y con datos (para los que les gusten las cifras del hundimiento.) Muy recomendable (incluye un documento largo con mucha información sobre el fracaso escolar.) Gracias, Mariano.

      • 27 enero 2011 a 23:48 #

        ¡Fantástico, Mariano!

    • Ania
      29 enero 2011 a 22:18 #

      ¡¡Pero si al disrumpir se le llama participar y la LOE y teorías sicopedagógicas lo justifican y lo propician!!

  8. 27 enero 2011 a 17:32 #

    Estimado Nacho:
    He seguido la delirante entrevista de nuestro Consejero a través de tu enlace y no he podido por menos de cerciorarme de su autenticidad regresando un par de veces a la cabecera. Ya no se le ocurre a uno cómo definir la actitud de nuestros audaces próceres. No sé a vosotros, pero a mí se me ha quedado un mal cuerpo… Espero con resignación la aparición de un maestro o maestra que tutele mi trabajo dentro del aula, puesto que doy por descontado que no seré incluído en el selecto grupo de los maestros de alto desempeño. Por cierto, para los que no tienen la inmensa fortuna de trabajar en los colegios andaluces me permito ilustrarles con un pequeño ejemplo , a modo de aclaración, de lo que por aquí se entiende por buenas prácticas docentes. Día de la Paz. De hoy mismo. Copio:
    JORNADA DE CONVIVENCIA Y PUERTAS ABIERTAS, donde realizaremos un encuentro con otros colegios y podréis ver la exposición de carteles
    ACTIVIDADES
    • 11:00 H JUEGOS DE FAMILIA
    • 12:00 H CUENTACUENTOS (TÍTERES)
    • 12:30 H AEROBITÓN
    • 13:00 H TAI CHI
    ACTIVIDADES PARALELAS DURANTE TODA LA MAÑANA
    • BALÓN KOF
    • TALLER DE MAQUILLAJE
    • TALLER DE GRAFITTI
    • A PARTIR DE LAS 13:00 H “CHORIPAN” A PRECIOS DE CRISIS
    OS ESPERAMOS. VENID CON CAMISETA BLANCA

    What more could you ask for?

    Casi me olvidaba de felicitarte por tu estupendo artículo. Muy bueno.

    • 27 enero 2011 a 19:49 #

      José Antonio: tú lo que necesitas es un Berlanga al que venderle estos guiones.

    • 27 enero 2011 a 19:57 #

      «Choripan» a precios de crisis…¡ Caray, José Antonio, estás como quieres!

      Gracias. Un abrazo.

    • Francisco Javier
      27 enero 2011 a 21:04 #

      Yo me apunto a los juegos de familia, que suena morbosillo; al balón kof; y tras tanta intensa actividad, qué mejor que el «choripan», ahora que estamos a fin de mes, la cuesta de enero y todo eso. ¡Qué felicidad, ay! Un saludo, José Antonio.

    • 27 enero 2011 a 21:46 #

      ¿Choripán 2.0?

  9. 27 enero 2011 a 18:58 #

    Vamos, esto es el derrumbe total… Lo que faltaba, al final sabe más un burro que un gran profesor…cambalache…

  10. 27 enero 2011 a 19:12 #

    Lo de ‘experimentación cómplice’ es algo erótico?

    • 27 enero 2011 a 19:53 #

      Buena observación, Felipe: como, puestos a pervertir, estos señores están pervirtiendo hasta el lenguaje, ya utilizan sin sonrojo la palabra´»cómplice» con connotaciones positivas, hasta cuando llevan puesto el uniforme del cargo. ¿Qué conclusiones se pueden sacar?

  11. Jesús San Martín
    27 enero 2011 a 20:19 #

    ¿Qué ha dicho este señor?

    Ya podemos identificar a los ALUMNOS trabajadores, esforzados, inteligentes, respetuosos, que enseñarán a los demás las mínimas normas de convivencia, respeto y trabajo. Cada centro escolar seleccionará a los suyos. Los ALUMNOS van a rendir cuentas ante la SOCIEDAD que les paga su educación con los impuestos, incluso los parados que no tienen que comer y los ancianos que siguen deslomándose; pero sobre todo ante la comunidad educativa en la que estudian y en la que impiden el normal aprendizaje. El consejo escolar debe saber exactamente cómo se trabaja, qué esfuerzos se hacen y qué rendimientos se obtienen… El sitio de diagnóstico y acción inequívoco es el centro educativo (siempre que no intervengan los politicastros). Y uno de los aspectos en los que va a tener un protagonismo grandísimo será en la EXTRAORDINARIA formación que necesitan sus ALUMNOS, que alcanza el bochornoso espectáculo de ingresar en la universidad sabiendo derivar sólo polinomios.

  12. 27 enero 2011 a 21:43 #

    Que el Señor nos asista o que los norcoreanos arrojen la bomba ya. Muy bueno lo de las palomas disparando a las escopetas.

  13. q
    27 enero 2011 a 22:16 #

    «Ya podemos identificar a los maestros de alto desempeño»=Son los que llevan el carné del partido en la boca, el problema es que a base de lamer culos son inspectores, directores, carguillos en la consejería…

    El resto, los que intentamos dar clase, tendremos que soportar las miradas sospechosas de estos comisarios políticos.

  14. 27 enero 2011 a 23:57 #

    Nacho, ¿te acuerdas cuando la Junta evitaba apuntarse a cualquier prueba externa por considerarlas tiránicas y liberticidas? ¡Estaban los tíos acojonaos por la mierda de nota que iban a sacar con tanta innovación pedagógica y tanta pasta mal empleada en mantener a sinvergüenzas! Ahora, ¿qué le pasa al menda éste? ¿Qué ha visto la luz y ha dicho: ¡ya está, arreglao, la culpa la tienen los de siempre, no yo y mis secuaces!? Seguro que por esos pagos hay una miríada de asociaciones innovadoras, tipo «No es verdad», aplaudiéndole la gracia a este interfecto impresentable. Voy a investigar. Un saludo, nen.

  15. Raus
    28 enero 2011 a 8:26 #

    Magnífico artículo de Nacho. Y valiente. Valor es lo que nos hace falta. Enhorabuena.

    Quiero tratar con ustedes una cuestión que ha surgido en estas páginas. Y es que, queridos amigos, no me salen las cuentas. O falla algún dato o a mí algo se me escapa. El realista artículo que nos trae el amigo Mariano en este enlace:

    http://www.elconfidencial.com/tribuna/2011/aprender-alumnos-condiciones-20110127-

    lo pude leer unas horas antes en la página que colgó Jesús en los comentarios al artículo de Pablo:

    6908.htmlhttp://www.fedeablogs.net/economia/?p=8560

    Miré los datos por encima. Sí, en efecto, el hecho de tener tantos repetidores es un problema muy nuestro.
    El artículo que me remitía mi amigo Jesús, titulado “Los regalos, aún los de Reyes, tampoco son gratis: videoconsolas y efecto sobre la lectura en PISA” está escrito por Antonio Cabrales, quien, salvo error mío de indagación, es Catedrático del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid.
    Bien, ¿qué es lo que no cuadra a mi entender? Veámoslo: el artículo en que se nos habla del problema de los repetidores y los malos resultados en PISA, se nos dice esto:

    “Como en todas partes, la probabilidad de repetir disminuye con el nivel educativo de los padres. Batimos todos los records cuando al menos uno de ellos no es universitario, pero incluso en este caso, los porcentajes siguen siendo tremendos: el 15% de repetidores, 3,3 veces la media de la muestra.”

    Sin embargo, señoras y señores, y aquí viene la rareza, o la contradicción, en los comentarios a su artículo, Antonio Cabrales dice esto (lo que ya comenté con Jesús):

    “(…)Y, por cierto, el problema español se concentra en los hijos de padres educados. Los chicos españoles con padres poco educados lo hacen como la media europea. Los chicos con padres universitarios, mucho peor. Seguro que no es solamente por las consolas, pero los universitarios españoles estamos haciendo algo mal con nuestros hijos.”

    Cabrales, más adelante, nos remite al artículo donde se puede comprobar que los hijos españoles de padres con formación universitaria obtienen resultados muchos peores que los alumnos con padres poco formados:
    http://www.antoniociccone.eu/wp-content/uploads/2008/11/cc-quality-of-education-system-9-with-tables.pdf.

    Percibo una contradicción que me parece flagrante. Por un lado se nos informa de que, en TODAS PARTES, la probabilidad de repetir disminuye con el nivel educativo de los padres. Por otro lado, se nos informa de que los alumnos españoles con padres con formación universitaria lo hacen mucho peor en el informe PISA (!).
    Si una y otra información son ciertas, la gravedad de la cuestión es enorme, pues lo que está ocurriendo en nuestro prepóstero sistema educativo es que SE ESTÁ APROBANDO A LOS ALUMNOS QUE MENOS SABEN (LOS QUE NO ALCANZAN LA MEDIA EN PISA). Es decir, los que pasan a cursos superiores sin repetir (o repitiendo menos), son, paradójicamente, quienes peores nota obtienen en PISA.

    Si esto es cierto, me parece a mí que es como para echarnos las manos a la cabeza. A mí, como ya dije, no me extraña. El sistema está tan mal concebido, tan torticeramente hecho, que cualquier absurdez es posible. ¿Cómo explicar estos resultados tan chocantes y tremendos? En gran medida el problema aparece por la forma de evaluar a los alumnos: un porcentaje enorme de la nota final es el resultado de la evaluación diaria, de la evaluación continua. Yo, que conste, estoy a favor de la evaluación continua. Pero, cuidado, de una evaluación continua objetiva, limpia, no contaminada de elementos extraños. La cuestión es sencilla después de todo:
    – Los alumnos con padres universitarios reciben más ayuda diaria en los deberes para casa que los alumnos con padres con menor formación académica. Esto es lógico. Cuanto mayor es la formación del padre, más larga e intensa podrá ser la ayuda que le preste al hijo al hacer los deberes. Los padres con buena formación no sólo podrán ayudar al hijo en Primaria, sino también en Secundaria.
    – Los efectos de esta ayuda son de dos tipos:
    A) Por un lado se consigue elevar artificialmente la nota final. Las notas diarias o frecuentes de la evaluación continua favorecen enormemente a los alumnos que reciben ayuda más intensa y culta de sus padres. Y esto conlleva, por supuesto, QUE EL ALUMNO ASISTIDO POR SUS PADRES TENGA una PROBABILIDAD MENOR de REPETIR que el alumno no asistido.
    B) Por otro lado, el alumno muy asistido por sus padres termina sabiendo menos que el alumno no asistido por sus padres (ya expliqué por qué). Y los menos asistidos serán, lógicamente, aquellos alumnos cuyos padres no tengan formación universitaria. Sin embargo, los alumnos con padres poco formados (o no tan formados) saben más en realidad que los alumnos con padres muy formados, COMO ASÍ LO DEMUESTRA EL INFORME PISA.

    En el informe PISA no hay ayuda paterna que valga, no hay evaluación continua que valga. El alumno es evaluado una sola vez. No hay efecto “media”. La nota no sube artificialmente en consideración del comportamiento del alumno, la limpieza del cuaderno o la corrección de los ejercicios para casa. Simplemente se refleja el resultado tal cual.

    Creo que ustedes, queridos compañeros y amigos, personas de probada inteligencia, sabrán comprender el alcance de este despropósito:
    – No sólo es ya que tenemos un índice intolerable de fracaso escolar y de repetidores, sino que, precisamente, buena parte los alumnos que menos repiten (los de padres universitarios) son los que peor preparados están, los que menos saben en realidad. Si esto es así, como así parece, estamos ante un fiasco de alcance mucho mayor que el que ya habíamos atisbado, y dejo a la consideración de ustedes, queridos docentes, la ponderación de dicho fiasco. ES DE UNA SINGULAR Y SINIESTRA EXTRAÑEZA QUE QUIEN MENOS PROBABILIDAD TIENE DE REPETIR SEA QUIEN PEOR RESULTADO OBTENGA EN PISA.
    Las razones que explican el mayor fracaso de los alumnos EN PISA no sólo son debidas a la manera de evaluar (y la perniciosa intervención paterna). Puedo imaginar que los alumnos con padres licenciados reciben más regalos y tienen más distracciones potencialmente adictivas, como ya se dijo el otro día por aquí. Ello, combinado con prácticas paidocentricas y permisivas, más extendidas entre los padres más formados, dan los resultados que cabe imaginar.

    Y salvo consideraciones contrarias a estas mis conclusiones que yo no haya tenido en cuenta, queda demostrado que en nuestro sistema, perverso y pervertido hasta la médula, falla estrepitosamente por culpa de la forma de evaluar a los alumnos: evaluación continua FALSA. Más falsa que un duro de madera, señores. Y queda demostrado que la variable PADRES es de capital importancia. La buena intención la veo y la reconozco. Y la agradezco. Pero la buena intención de los padres al ayudar a sus hijos está poniendo todo patas arriba.

    En la medida en que esto siga así (y no tiene visos de cambiar), yo propondría la ELIMINACIÓN tajante de la EVALUACIÓN CONTINUA. Y sí, confiarlo todo al examen final (o intermedios). Pues, o se sanea radicalmente la nota de la evaluación continua, o todo el sistema está corrupto de arriba abajo. No hay manzana que se salve de la sepsia. Y repito: yo estoy a favor de la evaluación continua, pero limpia y objetiva.
    Queridos compañeros, les pido, con la confianza que la amistad confiere, que mediten esto que aquí he dicho, pues me parece que da para más de cuatro cavilaciones. Si aquí lo discutimos, y según sean las conclusiones, me comprometo a hacer un artículo sobre la cuestión.

    Saludos.

    • Raus
      28 enero 2011 a 9:48 #

      Añado algo más. Si lo expuesto antes es correcto, resulta que nuestro problema en el Informe PISA no es que en participen en él muchos alumnos repetidores. No, no: es que resulta que los alumnos que menos repiten son los que peores nota sacan en dicho informe. ¡Son los no repetidores (o no tan repetidores) quienes más bajan la media en el informe PISA! Son los alumnos de padres bien formados quienes bajan la media en PISA. A quienes tendremos que mandar a hacer el examen de PISA, si queremos salir mejor en ese índice, es a los alumnos repetidores: los alumnos de padres obreros, de los poco formados. ¡De locos!

    • Jesús San Martín
      28 enero 2011 a 19:07 #

      Raus, acabo de leer tu post.

      Partes de dos premisas, basadas en datos estadísticos:

      “la probabilidad de repetir disminuye con el nivel educativo de los padres”

      “se puede comprobar que los hijos españoles de padres con formación universitaria obtienen resultados muchos peores que los alumnos con padres poco formados”

      que destapan un juego sucio (como adviertes) que se manifiesta “ En el informe PISA no hay ayuda paterna que valga, no hay evaluación continua que valga. El alumno es evaluado una sola vez.”

      Hay muchísimas relaciones en juego, indico algunas
      1.- “la probabilidad de repetir disminuye con el nivel educativo de los padres”
      Pero ¿la probabilidad de no repetir lo hace linealmente (proporcionalmente) con el nivel educativo de los padres? De no ser afirmativo, empezarían a jugar otras variables no consideradas, como el tipo de colegio al que van los alumnos. Además, a mayores ingresos derivados del mayor nivel educativo entrarían en juego clases particulares y no ayuda directa de los padres
      2.- ¿Qué relación hay entre la ayuda que reciben los alumnos y el nivel educativo de los de los padres? Es decir, la calidad y cantidad proporcionada. Conozco casos, pero obviamente no son una estadística, pero veo estudiar las asignaturas a mis compañeras de trabajo, para luego explicárselo a los hijos, así como buscar en Internet toda la información para preparar los trabajos.
      3.- ¿Cuál es la relación (numérica, un ajuste por mínimos cuadrados) entre los suspensos de Pisa y el nivel educativo de los padres?

      No sé si hay datos para contestar estas preguntas, pero algunos de los autores trabajan con esta información. Creo, como indicas, que deberías plantearlo en un artículo para que podamos aportar información, y en el peor de los casos para que se creen las bases para obtener esas estadísticas o hacer minería de datos sobre lo hecho.

      No obstante, totalmente de acuerdo contigo en que la evaluación continua está viciada. Una opción sería que el profesor valorara sólo los problemas que pusiera en clase y similares a los mandados para casa, si el alumno los ha trabajado sabrá hacerlos.

      Un abrazo

      Jesús

      • Raus
        28 enero 2011 a 20:05 #

        Hola, amigo.
        Ciertamente, otras variables están o estarán en juego. Huelga decir que no pretendo explicar todo con la hipótesis expuesta, faltaría más. Ahora bien, lo que yo digo es que si son ciertas las dos premisas mencionadas, si son ciertas, la cosa es de pronóstico reservado. Algo extremadamente inaudito.

        Pensemos únicamente en la variable “los alumnos de padres universitarios no llegan a la media de PISA, (y sí lo alcanzan, estadísticamente hablando, los alumnos de padres no universitarios). Bueno, si esto es cierto, lo que deberíamos encontrar, como es obvio, es que estos alumnos (los de padres bien formados) fracasan más en los estudios que los otros alumnos. Francamente, encuentro que esto no está sujeto a muchas dudas. Es lo lógico: “saco mala nota en PISA y, consecuentemente, también me va mal en la escuela”.

        Antonio Cabrales afirma que algo están haciendo mal los padres bien formados en relación con los no formados. Y pienso que, desde luego, es algo que hay que preguntase y averiguar. Mi tesis ya la conoces: 1) Los padres cultos ayudan contraproducentemente a sus hijos. 2) En la evaluación continua salen muy favorecidos. 3) Esto les permite aprobar, pero no aprender como es debido. 4) las videoconsolas y demás distracciones adictivas son más frecuentes en casas de rentas altas. 5) Las prácticas permisivas están más extendidas entre los padres universitarios, sean de derechas o de izquierdas.

        Y creo que lo tampoco está sujeto a muchas dudas, estimado amigo, es que la evaluación continua está siendo empleada por la Administración logsiana como coladero de aprobados falsos. Esto lo sabéis mejor que yo. Buena parte de la trampa logsiana está en la evaluación continua, pues está falseada.

        Iré pensando en el artículo, Jesús. Pensaré en esas variables que apuntas. No obstante, a bote pronto, me parece que la situación es harto sorprendente. Yo creo que la cosa tiene miga. Mucha.

        Un abrazo.

      • Jesús San Martín
        28 enero 2011 a 20:55 #

        Tu tesis, expresada en los cincos puntos, la veo correcta, así como el uso taimado de la evaluación continua.
        Ciertamente, el asunto tiene mucha miga, e indicaba la presencia de otras variables para que no se pueda desmontar tu argumento: que las implicaciones que hagas no puedan achacarse a otras variables.
        De todas formas, esto que muestras ahora, el post de Nacho, todo lo expuesto en Deseducativos, son síntomas de la misma enfermedad. No sirve de nada tratar los síntomas, hay que curar la enfermedad, no tenemos que poner un cubo debajo de la gotera, hay que acabar con las causas de la gotera.

        Un abrazo

        Jesús

      • Raus
        28 enero 2011 a 21:02 #

        Exacto, querido Jesús. Hay que coger el toro por los cuernos. Tenemos que identificar claramente las causas del estropicio. Algunas, muchas, ya las tenemos muy claras, pero, como ves, hay más madeja enrollada. Lo que sí me gustaría es que nadie se pusiera a la defensiva. Siempre he dicho que los padres hacen lo mejor para sus hijos. No falla la intención. Yo eso nunca lo he cuestionado. Pero hay que ser valiente y entender que hay cosas que perjudican al hijo, pese a nuestras intenciones y deseos.
        Un abrazo.

    • 29 enero 2011 a 2:24 #

      Antonio, la evaluación continua, a mi modo de ver, es uno de los inventos de la pedagogía moderna que aguantan el tipo. Te explico por qué, y lo haré, como siempre, a mi modo, osá, endilgándote un culebrón personal. Cuando yo era un tierno infante, estudiaba en un sistema que se llamaba «libre», que consistía en que te pasabas el año estudiando en un colegio y al final ibas a hacer un examen a otro sitio, el instituto oficial que tenía la potestad de aprobarte o suspenderte y al que solo habías ido en tu vida el día dedl examen. Puedes suponer la cantidad de suspensos injustos que representaba este sistema. Con la ley del 70, se extendió mucho la enseñanza oficial, de tal modo que esa evaluación que realmente valía pasó a hacérsela a un alto porcentaje de los alumnos el profesor con quien habían dado clase todo el año. Este cambio (que supuso una auténtica revolución, dada la escasa implantación de la enseñanza en aquella España tan atrasada), es lo que podemos considerar la primera realización efectiva en España de lo que yo creo el verdadero y sensato concepto de evaluación continua: al alumno le aprueba o le suspende el profesor que ha estado con él todo el curso, que es quien de verdad le conoce. Mirada así, la evaluación continua es un procedimiento que garantiza justicia, objetividad y fundamentación en la evaluación y yo lo considero el sistema óptimo. ¿Qué sucede hoy? Que este concepto se ha pervertido en un maremágnum de interpretaciones pseudogarantistas que lo han vaciado y que, además, al haber desposeído al profesor de de la autoridad didáctica y haberle arrebatado la confianza, pues resulta que ese juicio suyo de profesional que ha estado observando durante un curso la evolución, los rendimientos y el aprovechamiento del alumno, puede ser contradicho y hasta invalidado por razones tan «fundamentadas» como el enojo de unos papás descontentos. Y entonces hemos caído en la pedagogía defensiva, en el examencito rácano pero perfectamente objetivable para el caso de que haya reclamaciones. Perversiones del sistema, que al estar más pendiente de la burocracia que del aprendizaje del alumno, ha empobrecido el oficio. En cuanto a lo de los padres de hoy, absaolutamente de acuerdo contigo: con el afán de proteger a sus hijos, los han hundido. Hasta que los padres no vuelvan al espíritu de aquellas legendarias madres baleares que ponían a sus hijos la comida en alto para que no tuviesen más remedio que perfeccionarse en el manejo de la honda si querían alimentarse, no haremos nada.

      • Raus
        29 enero 2011 a 7:32 #

        Querido Pablo, me gustan mucho tus culebrones personales. Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Ya me he pronunciado en varias ocasiones a favor de la evaluación continua. Si es necesario, lo vuelvo a hacer: la considero justa. Con eso es suficiente. Contra lo que me estoy pronunciando es contra una evaluación continua infectada de demasiados gérmenes patógenos. Que te evalúe el profesor que te ha estado formando durante el curso académico, me parece lo más razonable. Que se evalúen los deberes de los alumnos en clase y en casa, me parece razonable. Pero con lo que no estoy de acuerdo, y veo que tú tampoco, es con la segunda parte: con que todo esto se haya pervertido con un montón de interpretaciones pseudo-garantistas, como tú bien dices. Esa es la cuestión. No estoy de acuerdo con que en la nota final cuenten cosas como la limpieza del cuaderno, el comportamiento del chaval en clase y cosas por el estilo. Y, sobre todo, no estoy de acuerdo con que, en general, se acepte panchamente la calificación diaria (o frecuente) de los deberes HECHOS EN COMANDITA entre alumnos y padres. Hombre, es que eso es admitir que se está haciendo una medición completamente viciada.

        Mira Pablo, yo –y ya lo he dicho varias veces en mis culebrones personales- cuando voy a casa de mis queridos amigos (insisto: médicos, ingenieros, informáticos… leñe, el más tonto soy yo) veo cosas como las siguientes: niño de siete años “haciendo” sus deberes: “mami, ¿aquí qué pongo?” La madre (preparada e inteligente), echa un ojo al libro de texto: “ahí tienes que dibujar un mueble”. Más adelante: “Mami, ya he acabado el dibujo”. “Hijo, esto que has dibujado no se entiende mucho. Mejor escribe debajo lo que es. Escríbelo en inglés”. “¿En inglés?”. “Sí, cariño, en inglés”. “¿Cómo es casa en inglés”? “En inglés es house…”

        ¡Por el amor de Dios! ¡Si aquí no vemos todos un problema gordo gordísimo es que queremos estar ciegos, o es que yo estoy tonto! Esa “ayuda” paterna es general (o muy extendida) en las casas con padres bien formados. Y no sólo donde hay padres licenciados, también donde no los hay: pero, como es lógico, esa “ayuda” no puede extenderse hasta cursos de Secundaria por razones obvias. Los padres universitarios, lógicamente, extienden su paternal ayuda hasta Secundaria, con los deletéreos efectos que cabe imaginar. Lo he dicho y lo repito: el crío no presta atención, no se esfuerza.

        Porque lo que sí está claro, Pablo, es que, como dice Antonio Cabrales, algo están haciendo mal los padres con formación universitaria: es que, según nos dicen claramente las estadísticas, los alumnos con padres bien formados lo hacen mucho peor en PISA que los alumnos de padres menos formados. ¿Cuál es la causa o las causas? Si no son las que yo apunto (y no digo que sean las únicas), ¿cuáles son? ¿Y cómo es posible que sean, precisamente, los alumnos que fracasan en PISA los que menos repiten en la escuela? ¿Cómo es esto posible? Bueno, yo, a falta de argumentos diferentes u opuestos, creo que la clave para explicar el fenómeno está en la adulteración de la evaluación continua: los alumnos más asistidos por sus padres son aprobados gracias a la nota adulterada de la evaluación continua (la que procede de la calificación de los deberes hechos en casa, para ser más concretos).

        Y, por fin, lo que digo es que si el docente ha de evaluar continuamente a sus alumnos, NO deberá contar con la nota de los deberes para casa que estén hechos en comandita con los padres, (que es lo que haces tú, Pablo), por la sencilla razón de que está adulterada y es falsa. Si esa ayuda paterna no es hoy por hoy posible eliminarla, si no es posible que los padres entiendan que no deben ayudar a sus hijos a hacer los deberes, el maestro tendrá que prescindir de esa fuente de información. Y tendrá que hacer la evaluación continua basándose en medidas objetivas de lo que vea en clase, del rendimiento objetivo del alumno en clase. Es decir, rectifico: que se siga practicando la evaluación continua, pero con medidas objetivas.

        Pero lo malo es que cualquier profesor va a encontrar necesario mandar deberes para casa por razones obvias. ¿Y qué hacer si esa fuente de datos está contaminada? Yo, si fuera docente, advertiría muy seriamente a los padres a principio de curso: “Señores, si detecto discrepancias sospechosas entre el rendimiento del crío en clase y el rendimiento en casa, los deberes no serán calificados”.

        En fin, disculpa el rollo. Tengo la recia impresión de que el problema aquí tratado no está recibiendo la atención que yo creo necesaria, que no es del agrado de nadie ventilar estas cosas. Si el dato de que los alumnos de padres licenciados suspenden en Pisa, contrariamente a lo que sucede con los de padres menos formados, si este dato no dispara todas las alarmas, ignoro qué pueda dispararlas. A veces me pregunto si tiene sentido seguir predicando en el desierto. Quizá no sea este mi desierto.

        Un abrazo.

      • Jesús San Martín
        29 enero 2011 a 9:37 #

        Desde hace tiempo otorgo un 30% de la nota por evaluación continua, el resto dependía del examen final. La finalidad es la que indica Pablo, para que nadie se juegue un año de estudio a una sola carta y un solo día. Los alumnos me preguntan en qué consiste la evaluación continua: “pregunto lo que quiera cuando yo quiera”. Sin embargo, el jueves pasado me visitó un alumno del curso pasado, y me comentó que con Bolonia estamos dando aprobados por fascículos, dado que ahora tienen una serie de exámenes parciales que les eliminan la materia aprobada. Le indiqué que había reflexionado sobre ello, y que el problema de aprobar por fascículos era que el alumno nunca tiene una visión completa de la materia. Le hablé de Deseducativos y le animé a que nos contara lo que decía, pues es importante tener el punto de vista de los alumnos. Entre otras cosas, comentó lo que Raus advierte, la sobreprotección que tienen los alumnos, espero que escriba y dé detalles.
        Terminado el semestre, los aprobados en la asignatura que imparto se han subido a un 55%, pero mi media es del 35%. Hay un elemento perturbador, en medio de los exámenes parciales hay evaluación secreta de los alumnos, y los malos profesores ponen un examen muy fácil, que no corresponde al nivel o simplemente aprueban. Las consecuencias de la perversión del sistema ya se dejan notar, ayer, en el Paraninfo, el rector decía que la nueva meta era integrar a los doctores en las empresas, dicho de otra forma, el título ya no vale, porque todos somos conscientes de que los doctores se dedican a la investigación. Los alumnos tendrán que estudiar más años para llegar al mismo sitio, mientras tanto malgastarán años de vida.
        Y visto lo que se cuece, empieza a gustarme lo que nunca me ha gustado, el famoso examen por libre del que habla Pablo, o ponemos las dos reválidas como había antes, con capacidad para bloquear el acceso.
        Un saludo

        P.D. Los culebrones de cada uno le dan vida a los post, si no hay historia que contar no hay nada.

      • Raus
        29 enero 2011 a 10:06 #

        Jesús, gracias por esa nueva información: todo apunta a la misma dirección: regalar aprobados. Sobre esta cuestión ya no digo aquí más. Quizá escriba un artículo. Quién sabe, lo mismo es que veo yo fantasmas, que veo yo problemas donde no los hay.
        Un abrazo.

      • Raus
        29 enero 2011 a 11:00 #

        Querido Jesús, no sé si es un abuso de confianza por mi parte, pero te voy a pedir un favor. Verás, mi inglés es como mi chino: nulo; y, para ir montando el artículo, necesitaría conocer qué pone el enlace al que remite Antonio Cabrales en relación a lo de los alumnos con padres universitarios que no llegan a la media en PISA. Si fueras tan amable de traducir el texto que habla de ello, te lo agradecería (ya te debería dos cervezas en el bar de Moe). Gracias.
        El enlace es este:

        Haz clic para acceder a cc-quality-of-education-system-9-with-tables.pdf

        Un abrazo.

      • Jesús San Martín
        29 enero 2011 a 11:13 #

        La semana próxima estaré en Dublín, a ver si en los tránsitos me da tiempo a traducir los párrafos que trasmiten las estadísticas y las gráficas, sino habrá que esperar un poco más. Monta un programa en tu ordenador que pueda leer pdf, porque te mandaré un pdf comentado del artículo original.
        Un abrazo.

      • Raus
        29 enero 2011 a 11:19 #

        No, Jesús, no te preocupes, que te veo demasiado liado. Ya le preguntaré a algún amigo mejor avenido con la lengua de Shakespeare. De verdad, no te preocupes. Te lo agradezco igual (cerveza incluida).
        Un abrazo.

      • Jesús San Martín
        29 enero 2011 a 14:08 #

        Me he descargado el pdf nada más leer tu post anterior, el programa para escribir en los pdf también está en el mismo portátil, que llevaré en la mano mientras viaje, por lo tanto un hora en la ida y otra en la vuelta, de espera, no me lo quita nadie, creo que en ese tiempo encuentro lo de PISA y sobre ello escribo en español. Lo que más atención requería era el seminario de Dublín, acabo de venir de pasear y mientras lo hacía lo repasaba y veo que está bien. Como ves del post de Francisco Javier el tema va a ser interesante, así que déjame que te mande el pdf comentado en lo que respecta a PISA, porque creo que lo vas a usar bastante (el adobe normal debería leerlo) Ahora bien, mejor que el bar de Moe, uno de futuruma con Bender.

        ¿Te has planteado desarrollar el estudio y mandarlo a publicar a una revista de impacto? Deberías reflexionar sobre ello.

        Un abrazo

      • Raus
        29 enero 2011 a 15:11 #

        Vale, Jesús, mándalo cuando puedas. Obviamente, primero hay que asegurarse bien de que las fuentes son correctas. Si lo fueran, sí que es probable que me plantee mandarlo a una revista, si ello es posible. Estaríamos ante un escándalo de cuidado, pienso yo. No había pensado lo de la revista, pero creo que es muy buena idea. Buen viaje y que todo vaya bien.
        La cerveza, mejor en un bar real.
        Un abrazo.

      • Jesús San Martín
        29 enero 2011 a 15:32 #

        Es especialmente importante notar que comparado con la media europea, España lo hace relativamente peor cuando consideramos chicos (teenagers) con padres educados o con nivel superior al de secundaria que cuando consideramos chicos cuyos padres tienen un nivel inferior al de secundaria. Una implicación de este hallazgo es que los resultados de PISA para España en ciencia y matemáticas no aumentarían automáticamente la media conforme el nivel educacional de los padres españoles se acercara a la media europea. De hecho, cuando nos preguntamos cómo sería el resultado PISA-España si el nivel educacional parental fuera igual a la media europea, encontramos que más de la mitad de los países europeos en nuestra muestra continuarían haciéndolo mejor que España en cada uno de los tres categoría de tests de PISA

        No obstante, anterior a él está el siguiente párrafo, lee con mucho cuidado la nota que te adjunto en el mismo

        Cuando tenemos en cuenta los bajos niveles educativos de los padres españoles, encontramos que el resultados PISA para España están un poco por encima de la media en ciencia y matemáticas y aproximadamente en la media para lectura. (Nota para Raus.- no explican cómo hacen esto, quizá se lo saquen de la manga) Por lo tanto, la baja formación de los padres españoles repercute negativamente en los resultados de PISA

        Por un lado ten cuidado con la nota, por otro, los dos párrafos están apoyando tu hipótesis de que el incremento del nivel educativo de los padres echa a perder la formación de sus hijos, en contraste con lo que sucede en el resto de Europa

      • Raus
        29 enero 2011 a 15:59 #

        Muchas gracias, Jesús. Bueno, viene a ser lo que afirma Antonio Cabrales basándose en esos datos. Ya sabes: es él, el autor que explica el mal influjo de las consolas en el rendimiento académico, quien hace notar el mal papel de los alumnos con padres universitarios en PISA.
        Y fíjate en que, si después de todo, estos alumnos repitieran más que los alumnos de padres no univesitarios y fracasaran más en la escuela (es decir, que hubiera concordancia entre el rendimiento mostrado en PISA y el mostrado en la escueal), si así fuera, no dejaíamos de estar ante una anomalía más que curiosa, digna de toda nuestra atención.
        Una posible concordancia PISA-escuela merece atención; una posible discordancia, todavía sería más digno de atención.

        Un abrazo.

      • 29 enero 2011 a 16:26 #

        A esa desposesión de las prerrogativas del profesor lo llaman «democratizar la enseñanza», de tal modo que una junta de evaluación o una junta directva o un consejo escolar, según se tercie, decide «en última instancia» sobre aquello que habría de ser competencia exclusiva de quien batalla con la criatura durante todo el año y puede «justificar» sobradamente la calificación que haya puesto. En el fondo de todos estos procesos está el miedo a la libertad y a la diferencia, el temor malsano a verse relegado por nuestras propias carencias y desidias. El conocimiento, el saber, ni es ni ha sido nunca democrático: no-puede-inocularse-de-forma-igualitaria, por la sencilla razón de que el conocimiento sólo se imparte cuando alguien-lo-adquiere; y esas conquistas crean diferencias, se quiera o no, ¡y benditas sean, qué caramba! La democracia partidista es el único medio de promoción que tienen a su alcance muchos de los que han sido postergados en ese proceso de aprendizaje, y así nos luce el pelo: pajinados y achicados estamos…

    • Francisco Javier
      29 enero 2011 a 12:43 #

      Es decir, que las familias con más estudios y mejor situadas en el escalafón social está consiguiendo con su intervención educativa que sus hijos pierdan posibilidades de estar entre los vencedores de esta ….., viéndose desplazados por los hijos de padres más humildes. Suena un poco extraño y creo que habría que matizar. En cualquier caso, si es así, pues vale. Tal vez sea la forma absurda y no prevista como al final este sistema absurdo está consiguiendo algo de justicia.

      ¿Evaluación continua? Sí, de acuerdo, pero sin descartar pruebas ocasionales de carácter general, reválidas y el empleo cuando lo determinen los contenidos y las formas de la evaluación diferenciada. Al final las pruebas «objetivas» son necesarias y si se hacen bien dan una medida realista de lo que se sabe o no (casi siempre corroboran lo que uno intuye.)

      Por otra parte, siguen siendo el único método fiable de justificar los resultados académicos a nivel legal: si a alguien se le ocurre evaluar sin recurrir a exámenes (lo cual es perfectamente posible por ley), ante una reclamación estará indefenso y el follón que se puede armar será con toda seguridad terrible (los alumnos, las familias, la inspección quieren pruebas: quieren ver exámenes – en esto la sociedad sigue siendo muy tradicional.) No me parece tampoco descartable la eliminación del concepto de «evaluación continua». Creo que es discutible, un tema a debatir con serenidad y sin dogmatismos (falsos a priori.)

      Un saludo.

      • Raus
        29 enero 2011 a 14:16 #

        Querido Francisco Javier, no exactamente. La cosa es más retorcida y, me atrevo a decir, siniestra: los alumnos que fracasan en PISA son, mayoritariamente, alumnos con padres universitarios (de rentas, por tanto, medias-altas). Pero, amigo, y aquí viene lo tremendo, parece ser que estos alumnos de familias universitarias son los que tienen menos probabilidades de repetir curso; es decir, que son los que más éxito escolar tienen. ¿Ves la contradicción? Lo lógico es que quien fracasa en PISA también fracase en la escuela (sea más repetidor, abandone, etc.), pero no: es justo al revés.
        Si ambos datos son ciertos, aquí hay como para armar la de San Quintín. Partiendo del supuesto de que ambos datos sean ciertos, mi hipótesis para explicar este fenómeno es lo que ya he expuesto: que los alumnos con padres universitarios ayudan a hacer los deberes, lo que acarrea efectos negativos en su rendimiento real. Pero, eso sí, entre tanto, las notas de la evaluación continua (corrección de deberes caseros, etc.), al ser artificialmente elevadas, les sirven para ser aprobados. Lógicamente, es sólo una hipótesis que deberíamos contrastar. Yo creo que va por ahí los tiros, pero es cuestión de investigarlo. No sé si me he explicado bien.

        Saludos.
        .

      • Francisco Javier
        29 enero 2011 a 18:03 #

        Desde luego, estimado Antonio, te explicas perfectamente y sería muy interesante disponer de esos datos objetivos, lo cual sería a su vez un elemento necesario para justificar la tesis que has propuesto sobre el influjo de los padres en la educación (que al margen de datos positivos yo diría que es más que verosímil.) Se trata de una tesis importante que debería ser tomada muy en serio por los «especialistas» en educación a la hora de establecer metodologías de estudio, teorías del aprendizaje y diseñar los proyectos educativos. Un saludo.

      • Raus
        29 enero 2011 a 19:02 #

        Considero, Francisco Javier, que lo que yo he dicho sobre el influjo pernicioso de los padres cuando asisten a sus hijos en los deberes, es, como dices, verosímil. De hecho, estaría dispuesto a probarlo empíricamente si ello fuera posible: bastaría con contrastar en el laboratorio el rendimiento de alumnos asistidos por sus padres y de alumnos que estudian por su cuenta. En realidad, este “experimento” ya está hecho: basta con comparar el rendimiento académico de los alumnos actuales con los de alumnos pre-logse.

        Ahora bien, la tesis que yo he defendido (la asistencia paterna perjudica el aprendizaje) no podría predecir con seguridad apodíctica que, comparados alumnos con padres universitarios con alumnos con padres no universitarios, estos últimos fueran superiores a aquéllos (siempre dentro del mismo sistema escolar, se entiende). Lo que sí puede predecir es que, igualando todos los factores, rendirá más el alumno con padres interesados en la educación de su hijo pero que lo asisten con los deberes que el alumno con padres asistentes. Los padres de quienes ya tenemos cierta edad que mostraban interés por la marcha escolar de sus hijos, solían influir beneficiosamente en el rendimiento del vástago. El punto de inflexión, según deduzco, viene de la mano de la generación que conseguimos hacer una carrera universitaria. Nuestros padres no podían ayudarnos en las tareas escolares: no tenían conocimientos formales para ello. Ahora la cosa ha cambiado en este sentido y son muchos los padres que se sienten culturalmente capacitados y moralmente obligados a ayudar a asistir a sus hijos. Nuestros padres no eran universitarios, pero nosotros salíamos mucho mejor preparados que los chicos de hoy.

        Pese a todas estas evidencias y la verosimilitud de lo que he expuesto, yo, francamente, no me hubiese atrevido a predecir un menor rendimiento en PISA en los alumnos de padres universitarios que en los alumnos de padres no universitarios. Una cosa es saber que algo es malo y otra saber con precisión hasta dónde alcanza su nocividad.
        Desde luego, deberíamos conocer datos objetivos y fiables sobre PISA. Si no me fuera posible conseguirlos, desestimaré elaborar un artículo sobre la cuestión, como es obvio.
        Saludos.

      • Raus
        29 enero 2011 a 20:20 #

        Fe de erratas: donde pongo: «Lo que sí puede predecir es que, igualando todos los factores, rendirá más el alumno con padres interesados en la educación de su hijo pero que lo asisten con los deberes que el alumno con padres asistentes» debería poner: «Lo que sí puede predecir es que, igualando todos los factores, rendirá más el alumno con padres interesados en la educación de su hijo pero que NO lo asisten con los deberes que el alumno con padres asistentes».

  16. Francisco Javier
    28 enero 2011 a 9:05 #

    «Va a rendir cuentas todo el sistema educativo, de arriba abajo, y de izquierda a derecha.»

    Esta y otras frases similares dejan ver bien claro que nos hallamos ante un verdadero inquisidor. No exageraba Pablo al situar a los responsables de la educación española en el XVII. El hundimiento inminente y el descrédito absoluto de nuestros políticos está dando lugar a reacciones violentas, autoritarias, que más bien responden a un mecanismo de defensa psicológica que a una supuesta fortaleza de ideas: es humo, fuegos fatuos, nada. No entiendo muy bien cómo se va obligar a los profesores que se nieguen a participar en el Plan de Calidad. Bueno sí: se aprueba por Ley y ya está; no es nada voluntario. Lo cual quiere decir, que se acabó la Libertad de Cátedra, que un profesor bueno se intoducirá en mi clase para demostrar ante los alumnos y su profesor deficiente qué es dar clase de verdad. ¡Pero esto es de locos! Es una locura, una imbecilidad. ¿Pero qué se puede esperar de alguien, que dice frases como: “La tradición es que cuando tú implementas un recurso como ése lo extiendes como una mancha de aceite por el conjunto del territorio con carácter igualitario.”? ¡Piedad!

    • Ania
      29 enero 2011 a 21:29 #

      Lo que hacen en las clases es introducir los agentes externos a través de los esperpentos de Orientación. La LOE lo propicia.Ellos buscan al elemento culpable de turno para que polarice los malos rollos y sirva de ejemplo para achantar a los demás. Ya se encarga la Junta de Evaluación final de curso de titular a todo el mundo una se han quitado de encima obstáculos como exitosamente difamados, trasladados, de baja , en prácticas, opositores a perpetuidad los buenistas, tutores y definitivos aguerridos defensores de los fuertes de turno que les premiarán con sus magníficos horarios , liberaciones y prebendas varias. Como abundan los observadores hacia el otro lado y los enemigos que huyen a través de puentes de plata El «éxito educativo» se perpetra. Tiene que haber fracasados oficiales para justificar éxitos académicos de grupos y Diversificaciones Curriculares que nacieron infames . Alguien tiene que fracasar para que los demás se sientan exitosos . Así es como la mayoría titula Todo vale para cubrir los asientos de las aulas con los culos discentes necesarios para mantener el dispositivo educativo a punto…para seguir desbarrando.

      Ave César!

  17. Ana Belén
    28 enero 2011 a 13:47 #

    Hola!

    Vaya perlas las del consejero andaluz! coincido totalmente con lo que expresaba Pablo en su artículo a propósito de los nuevos inquisidores. Por supuesto que el sistema educativo debería rendir cuentas, pero empezando por los impulsores de tan nefasta ley y por todos aquellos que la siguen jaleando y protegiendo.
    Últimamente se está notando una mayor presencia en los medios de los pit-bull del sistema, ¿será por algo? esta misma mañana había en la 2 una tertulia con maestros jubilados, sólo vi el final, y no sé cuál fue el tema central de la tertulia, aunque no es difícil imaginarlo teniendo en cuenta la frase que soltó uno de los invitados. Andaluz también, por cierto, si no recuerdo mal, su nombre Cipriano Meléndez, maestro jubilado y presidente de una asociación de maestros jubilados de Cádiz. Terminó su intervención diciendo: Hay que pasar de la cultura de la queja a la cultura de la transformación. Insisto en que no vi toda la tertulia, pero así a primera vista me parece más de la misma demagogia. Para el sábado, también en la 2, un documental sobre el fracaso escolar. A ver cómo lo enfocan, pero me temo lo peor. Saludos.

    • Raus
      29 enero 2011 a 21:51 #

      Estimada Ana Belén, estoy viendo el enfoque de estos programas de «segunda pedagogía». Más de lo mismo: lo que cuenta son los valores, no el contenido académico. Cuenta sacarlos personas, las emociones, la comunicación y todo eso. Luego, eso sí, a la Administración se le comunica que las criaturas han cumplido con el programa académico. Empachado de tantos valores, he cambiado de canal. Tus temores han sido plenamente satisfechos. Justo en el blanco. Buen ojo.
      Saludos.

  18. 29 enero 2011 a 15:08 #

    El afán inquisidor de esta gente es más que evidente. Se trata de ir buscando uno tras otro chivos expiatorios, y lo más sorprendente, todo pasa por no reconocer ni un sólo error propio, de negar cualquier autocrítica, de situar en el otro su responsabilidad y la propia.

    Pero si pensamos en que desde las más altas instancias del Ministerio se confunde equidad con homogeneidad o que, como muestra J.M. Lacasa en su última entrada, la gran victoria socialista y de la Logse consistió en lograr escolarizar un 5% más de alumnos de 15 años, todo se entiende un poco mejor.

    Lo que hasta el presente esgrimían como su victoria más incontestable: la ampliación de la escolarización obligatoria hasta los 16 años, se resume en que después de tantos años de Logse se ha conseguido escolarizar a un 5 % más de alumnos de 15 años, y al precio que ya todos conocemos, y que por sabido no voy a repetir una vez más.

    • Francisco Javier
      29 enero 2011 a 18:11 #

      LOGSE-LOCE-LOE

      5 % más de alumnos escolarizados mayores de 15 años = 100 % de alumnos incompetentes en general + las aulas más «disruptivas» de Europa (y probablemente del Mundo) + tasas de abandono y fracaso escolar desorbitadas (entre las peores de la CE) + Universitarios cada vez más ignorantes, incompetentes e infantiloides.) Una bonita ecuación llena de incógnitas e irresoluble.

  19. 29 enero 2011 a 18:45 #

    Los comentarios de Juan Poz sobre las prerrogativas del profesor y las opiniones de Emilio y Francisco Javier sobre el precio de «escolarizar» o «estabular» a más alumnos de más de 15 años son piezas esenciales del análisis sobre la educación.

    Es imprescindible difundir más esas tesis, por muy obvias que nos parezcan, porque las aporías del discurso educativo oficial están basadas justamente en los principios contrarios.

    La jibarización del profesor de la que hablaba Penalva y el perjuicio que al sistema educativo en su conjunto causan la enseñanza comprensiva, el aprobado general y el diseño curricular son dos asuntos de envergadura.

    El insostenible y fracasado sistema educativo que padecemos se basa sobre el desprecio, la desconfianza y el linchamiento del profesor y su autonomía, por una parte. Y, por otra, la desmotivación real del alumno. Es machacar a la vez la enseñanza y el aprendizaje, la labor rigurosa del docente y el derecho a aprender del alumno.

    Sin embargo, en un contexto de crisis general, un reyezuelo de taifas sigue sin enterarse de qué es lo que pasa en el ámbito educativo y se propone seguir perpetrando los mismos disparates que nos han conducido al desastre, en su versión corregida y aumentada. ¿Quousque tandem abutere patientia nostra?

    • Francisco Javier
      30 enero 2011 a 11:05 #

      Como estratagema de asalto al poder, de golpe de Estado, hay que reconocer que la Secta sabía muy bien lo que hacía. La LOGSE fue una victoria colosal, que ha asegurado el poder de la Secta para décadas, tal vez para siglos, a no ser que una crisis profunda haga tambalearse de tal modo las estructuras sociales, que ello repercuta seriamente en la educación. E incluso esto es mera especulación, pues es probable que ni aún así el fondo se viese afectado. A mi entender, creo que llevas toda la razón al situar el punto arquimédico del problema en la ampliación obligatoria de escolarización hasta los 16 años en el «modelo comprensivo». Ese es el verdadero problema, la raíz de la podredumbre de todo el sistema: desde la primaria (promoción automática), hasta la Universidad (cuya evolución apunta claramente a una degradación y a una presencia cada vez mayor de la ideología dominante -en la que la Secta asume funciones de aparato al servicio del Poder.) La Secundaria obligatoria (colegio segunda parte) es el eje sobre el que pivota toda el edificio, contaminando todas los niveles, todo. De ahí que sea justamente este dogma central el que haya que demoler una y otra vez, pues de él depende el resto. Mientras este dogma funcione, van a dar igual las pizarras digitales, la wifi gratis, los portátiles, Buda, el Ejercito de Salvación, la Beneficencia, las adaptaciones (significativas, no-significativas, a-significativas,…..)

      Es esta la razón principal (hay muchas) por la que considero tan necesario crear un clima de opinión que cuestione los dogmas de la Secta. Y en este sentido, el Manifiesto de Deseducativos me parece un texto fundamental: una propuesta radical, que justamente cuestiona la raíz, esa raíz que los genios de la Secta han conseguido arraigar de tal manera en la mente de la población que va a ser necesario un trabajo arduo -su imagen podría ser la de Sísifo- para volver a poner las cosas en su justo término.

  20. Ania
    29 enero 2011 a 20:08 #

    «El insostenible y fracasado sistema educativo que padecemos se basa sobre el desprecio, la desconfianza y el linchamiento del profesor y su autonomía, por una parte. Y, por otra, la desmotivación real del alumno. Es machacar a la vez la enseñanza y el aprendizaje, la labor rigurosa del docente y el derecho a aprender del alumno.».

    Lo has expresado Mariano con total nitidez. El profesor es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Hace demasiado tiempo que se está propiciando este deterioro sin una reación suficientemente contundente por parte de los damnificados. Nadie nos salvará si nosotros no lo hacemos Muchos que están fuertes pasan de implicarse Ésto se hunde y se salva quien puede: los que se han colocado en situaciones de ventaja, los Alonxo, los que se jubilen anticipadamente, los que…

  21. Mari
    30 enero 2011 a 3:11 #

    Frases como «tendré que regalar un jamón al profesor para que me apruebe al niño» he escuchado, entre en broma y serio, con frecuencia desde que recuerdo. Conocer, evaluar lo que alguien sabe y lo que deja de saber es… PISA, maestros, profesores y alumnos. Todos somos evaluados constantemente… por sus obras lo conoceréis (buenas o malas). Se han dicho tantas cosas al respecto a lo largo de la historia.
    El otro día me decía un amigo, profesor de autoescuela, que necesitaría mucho mas tiempo para preparar adecuadamente a sus alumnos, principalmente jóvenes; no se trata, me comentaba, solo de enseñarles a conducir el coche, que muchos ya casi saben, hay, a no pocos alumnos, que concienciarles, educarles. Los profesores de autoescuelas, quizás tengan cosas que enseñarnos; también me dijo que el nivel socioeconómico y cultural de los alumnos poco tiene que ver con la concienciación, con la educación vial y social.
    Desde mi punto de vista, tiene razón Raus, los padres no deben hacerles las tareas escolares a sus hijos. Creo que los padres, siempre que puedan, deben asegurarse a diario, al menos los primeros ciclos de escolarización, de que sus niños entendieron bien la lección del día, leen y comprenden adecuadamente los enunciados de problemas, ejercicios y otras actividades que les manden sus maestros para casa… Sino es así tienen que ponerse manos a la obra: explicarles, animarles a entender y a hacer y supervisarles posteriormente las tareas hechas… Y cuando no puedan, pues que busquen ayuda, lo comenten con sus maestros o… Estoy convencida, por experiencia, que es un buen método. Así, habrá niños que pronto realicen solos sus tareas… Y otros a los que se tendrá que seguir ayudando…
    Me preocupa que los hijos de universitarios pasen de curso y… No lo comprendo. Otra variable a tener en cuenta, y por si le sirve al señor Raus, ademas del tipo de colegio, profesor, contenidos, y relacionado con ello, podría ser los métodos de enseñanza que se utilicen en ciertos centros, muy diferentes, quizás, a los utilizados en los países incluidos en el informe PISA.

    • Raus
      30 enero 2011 a 10:10 #

      Estimada Mari, me alegro de tenerla por aquí. Hace ya tiempo, le prometí responderle a un comentario suyo, y no lo he hecho. Disculpe por ello. No obstante, mi respuesta hubiese sido una repetición de argumentos ya expuestos. Vayamos a lo de ahora, aunque creo que acabaremos reproduciendo la misma argumentación de siempre.

      Dice usted: “El otro día me decía un amigo, profesor de autoescuela, que necesitaría mucho mas tiempo para preparar adecuadamente a sus alumnos, principalmente jóvenes; no se trata, me comentaba, solo de enseñarles a conducir el coche, que muchos ya casi saben, hay, a no pocos alumnos, que concienciarles, educarles.”
      ¿Cree usted que la labor de los profesores de autoescuela es concienciar y educar a sus alumnos? Usted ya conoce lo que pienso, pero volveré a decirlo:

      1. Hay muchas campañas para concienciar a los jóvenes de muchas cosas. Por ejemplo, de cosas relativas al sexo, o al alcohol, o las drogas, etc. La eficacia de esas campañas es nula. Por más que se insiste en los peligros anejos a ciertas conductas, los jóvenes siguen a la suya. Una chica salía en el telediario y lo exponía con crudeza: “Sí, he ido a cursos sobre lo malo del abuso del alcohol, pero da igual, yo sigo bebiendo lo mismo”.

      2. Lo que sí está demostrado que funciona es educar a la persona desde que es muy pequeña para que aprenda a respetar y obedecer a sus mayores; y obedecer acríticamente, por supuesto, pues no se puede esperar que un crío de meses o de poca edad te obedezca críticamente. Cuando ese respeto no se inculca, las campañas de concienciación dirigidas a jóvenes son más inútiles que un cenicero en una moto.

      3. Si la labor del profesor de autoescuela es educar a los alumnos para que conduzcan como es debido, también deberá ser labor del que vende un transistor educar al comprador para que no tire las pilas a la basura, pues ya se sabe usted lo muy contaminantes que son. Obviamente, hace falta informar a la población de ciertos peligros, pero la “concienciación” del ciudadano para prevenirse de ellos sólo acontece en personas que fueron educadas bien por sus padres. ¿Debería asegurarse el vendedor de radios que sus compradores están concienciados de que no deben tirar las pilas a la basura?

      4. Insistiendo en lo mismo. Mire, según un eminente doctor, especialista en dietética y cirugía de enfermos de obesidad, el señor Carlos Molina Navarro, el mayor problema de salud de este siglo, es, con mucho, la obesidad. La cantidad de personas que mueren y morirán por culpa de la obesidad y sus secuelas (hipertensión, colesterol y diabetes) es sencillamente enorme. Más que las que se lleva el tabaco. Pues bien, ¿qué hacemos, señora Mari, con los alimentos riquísimos en calorías y grasa? Si una señora compra bollería para su niño, ¿debe el dependiente concienciar a esa señora de que no le dé a su hijo bollería en demasía? ¿Debe educarla dietéticamente?… ¿Se da usted cuenta, amiga Mari, de a lo que nos conduce la propuesta que usted hace? Yo sé que usted la hace con la mejor intención, pero mucho me temo que por ahí no daremos con la solución.

      Más abajo entra usted en el asunto de los deberes. Dice usted estar de acuerdo conmigo. Pero dice usted que
      “Creo que los padres, siempre que puedan, deben asegurarse a diario, al menos los primeros ciclos de escolarización, de que sus niños entendieron bien la lección del día, leen y comprenden adecuadamente los enunciados de problemas, ejercicios y otras actividades que les manden sus maestros para casa… Sino es así tienen que ponerse manos a la obra: explicarles, animarles a entender y a hacer y supervisarles posteriormente las tareas”.

      Pues lo siento, pero esto es justamente lo que creo que nos se debe hacer, señora Mari. La supervisión y corrección de los deberes es competencia de los maestros y profesores. Hablo siempre de chavales de inteligencia normal. Si los padres supervisan las tareas y se ponen a explicar las tareas al niño, ya estamos viciando la evaluación continua relativa a los deberes hechos en casa. Y el niño –lo he explicado ya- sabrá que si no lo hace bien, su problema no será enfrentarse al maestro y una mala calificación, sino a sus padres, quienes le explicarán de nuevo esto y aquello. Es el maestro el que debe estar informado de qué no entienden sus alumnos y volverlo a explicar si es preciso, porque es quien está preparado para ello. Si el niño no hace los deberes porque no quiere, no por falta de comprensión, el maestro debe castigarlo con la nota correspondiente. Y los padres, enterados de ello, obrar en consecuencia: castigar por no hacer sus deberes o hacerlos haraganamente. El niño tiene que comprender que los deberes son SUS deberes, no los deberes de sus padres, y responsabilizarse de ellos. Y apechugar cuando no los hace bien: primero, encajando una mala nota, o un suspenso; segundo, encajando un castigo paterno si recibir el suspenso le da igual.

      Es una ironía que los pedagogos llamados progresistas estén siempre dando la murga con las cualidades excelsas que deben tener los maestros, o, ahora, con eso de que van a seleccionar a los mejores maestros, y que, por otro lado, admitan sin empacho que los padres puedan ejercer de maestros o profesores. ¡Tanta selección de profesionales y resulta que los padres pueden hacer de maestros!

      Dice usted, señora Mari:
      “Otra variable a tener en cuenta, y por si le sirve al señor Raus, ademas del tipo de colegio, profesor, contenidos, y relacionado con ello, podría ser los métodos de enseñanza que se utilicen en ciertos centros, muy diferentes, quizás, a los utilizados en los países incluidos en el informe PISA.”

      Gracias por la información, señora Mari. Si usted es partidaria de que los padres supervisen y expliquen a sus hijos las tareas escolares, convendrá conmigo en que los padres españoles se deberían enterar de cuáles son los métodos de enseñanza que se utilizan en los países (exitosos) incluidos en el informe PISA. ¿Se da usted cuenta de que, sean cuales sean los métodos exitosos de enseñanza, no es competencia de los padres averiguar cuáles son? Si usted es partidaria de que los padres intervengan y asistan a sus hijos en los deberes, es obvio que estará de acuerdo en que los padres vayan a cursillos pedagógicos en que se les enseñe esos métodos exitosos. Cursillos o carrera. ¿Se da usted cuenta del despropósito que eso sería?

      Espero haberla a usted concienciado de algunas cosas, señora Mari, y no lo digo con ninguna ironía. Es usted adulta y capaz de pensar, así que considero que lo que le he explicado sirva para que tome usted conciencia de los perjuicios que acarrea al sistema la intervención paterna.

      Cordiales saludos.

      • Ania
        30 enero 2011 a 11:33 #

        Estimado Raus, quiero hacerte un pequeño apunte sobre algunos aspectos de tu díálogo escrito con Mari:

        Los pedagogos YA HAN EMPEZADO a enunciar lo que es o debiera ser un padre o madre «competentes», y una de sus «competencias»consiste en que sean operativamente capaces de dominar y transmitir el currículum escolar que afecte a sus hijos a sus hijos. Tenemos al padre-madre -profesor físicamente presentes en las clases de enseñanza cooperativo-inclusiva: nos los están empezando a meter en las clases, como experimento de carácter voluntario, pero con nclara intención de obligatoriedad en un plazo medio-corto.

        Siento no extenderme más,

        Un abrazo a todos.

      • Raus
        30 enero 2011 a 12:29 #

        Gracias, estimada Ania. Es el colmo, de verdad, ya no sé qué palabras emplear para expresar mi asombro ante tanto despropósito. El mundo del revés: los padres enseñando y explicando lecciones y los maestros transmitiendo valores y educando a los críos. Desastroso.
        Un abrazo.

  22. Jesús San Martín
    30 enero 2011 a 14:01 #

    Míralo así Raus, si los maestros transmiten valores entonces transmiten los valores que determina la dictadura. Claros ejemplos ya los hemos visto: control del juego en los recreos, educación para la ciudadanía y la famosa sentencia de que los niños deben ser escolarizados, con la bochornosa defensa por parte del estado. Se les olvida mencionar que toda persona con un nivel de excelente conocimiento se debe exclusivamente a su trabajo en casa y que muchos de los genios fueron educados en casa, ahora mismo me viene a la cabeza Euler y los hermanos Bernoulli.
    Ahora bien, si los maestros transmiten valores (los bomberos queman los libros en Fahrenheit 451) ¿quién enseña? Pues los padres, porque la misión del maestro no es enseñar sino transmitir las consignas de la dictadura y del partido que lo sustenta.
    Si te son útiles las reflexiones anteriores puedes usarlas para ese artículo que nos tienes prometido, en el que nos explicarás por qué este comportamiento dogmático, de la que falsamente se autodenomina izquierda, al haberse arrojado en los brazos del neo capitalismo salvaje, y necesitar un mensaje demagógico con el cual perpetuarse en el poder.
    Con el autoengaño, del que nos advertía Juan Pedro, la gente no se da cuenta de la dictadura en la que vive. Pues les voy a recordar algo, para que lo piensen, pero antes necesito explicar qué es un crecimiento exponencial, y lo haré con un ejemplo. Imaginemos que tenemos una bacteria en un espacio gigantesco, realmente gigantesco (podemos imaginar una piscina olímpica, pero sería mucho más grande), y que la bacteria se divide cada segundo, primero hay una, luego dos, luego, cuatro, ocho,….de tal forma que en cada división ocupa el doble de volumen en ese espacio original en el que se encuentra. Supongamos que tarda un millón de segundos en llenar todo el espacio, ¿Cuánto tiempo le lleva de ocupar la mitad de la piscina (el espacio original) a tenerla totalmente llena? No sigas leyendo y piensa la solución…..
    Le lleva un solo segundo, porque si en cada segundo dobla el volumen, pasar de la mitad a la unidad le lleva un segundo, es decir, en el último segundo ocupa un volumen igual al que ocupo en los 999.999 segundos anteriores. Es increíble ¿verdad? Parece mentira lo extraordinariamente rápido que crece una exponencial. Ahora que tenemos claro lo que puede hacer una exponencial, recordemos que los tipos de interés de la deuda siguen el mismo tipo de crecimiento y que cuando alcanzan cierto punto, entonces como mucho puedes devolver los intereses pero no el principal, ese punto para España está el 5.5%, que como se observa aquí

    http://www.elblogsalmon.com/entorno/costo-de-la-deuda-de-espana-y-portugal-se-dispara-a-niveles-historicos

    lo tenemos desde hace un tiempo: es un punto de no retorno. ¿Qué implicaciones tiene?
    Pues muy sencillas, nos van a robar todo y en particular se van a quedar con los monopolios (agua, luz, electricidad, autopistas, sanidad,…) desde los que serámás fácil seguir neocolonizándonos, lo cuentan en

    http://dfc-economiahistoria.blogspot.com/2010/12/el-desastre-espanol-y-el-nuevo-orden.html

    y en

    http://dfc-economiahistoria.blogspot.com/2011/01/el-fmi-rescate-o-saqueo-el-caso-de-la.html

    aunque aparece en muchos más sitios. En particular esta es la razón por la que se privatiza Aena y las loterías del estado, y también la razón por la que el gobierno da orden de vender a la SEPI todo lo que tenemos

    http://www.elpais.com/articulo/economia/SEPI/inicia/venta/parte/IAG/Red/Electrica/Ebro/Foods/elpepieco/20110129elpepieco_12/Tes

    y ya sabemos que cuando estás obligado a vender el comprador compra al precio que quiere: tu hígado.

    Esta “cosillas” hacía tiempo que las había leído por uno u otro lado, y no me pillaban de susto, no obstante me preguntaba por qué bajaba el oro si las materias primas subían, y ayer se cumplía la ley: al perro flaco todo se le vuelven pulgas (el perro flaco somos nosotros por si alguien no se ha dado cuenta todavía):

    http://www.marketoracle.co.uk/Article25878.html

    (Está en inglés) y viene a decir que el valor de esas famosas compras de deuda española por parte China están respaldas con nuestro oro, con el que tiene el Banco de España, ese oro que no dicen que se está vendiendo (Venta masiva de ors por parte de bancos centrales implican la bajada, más cuando están obligados a vender como comentábamos arriba).

    No voy a contar, para que la gente reflexione sola, por qué metemos miles de millones de euros en las cajas si las van a privatizar. Si las vamos a dar saneadas nos quedamos con ellas ¿o se dan a cambio de algún pago?

    Es muy bueno que la sociedad carezca de capacidad crítica, que tenga el cerebro lavado y que crea las consignas, además es muy bueno tenernos liados con la huelga de los malísimos controladores, el dopaje de nuestros mejores deportistas, y que si son galgos o podencos, todo con tal de no mirar lo que tenemos delante: expolio.

    Y cómo se consigue eso: destrozando la educación.

    P.S. Saludos Maximiliano, si el petróleo y el dólar se han puesto así porque hay jolgorio al lado del canal de Suez ¿cómo se pondrá cuando se cierre el Estrecho de Ormuz? Clase de geografía, historia y economía, malo que la gente sepa.

    http://mamvas.blogspot.com/2011/01/wikileaks-estados-unidos-planeo-el.html

  23. Maximiliano Bernabé Guerrero
    30 enero 2011 a 16:13 #

    Jesús, para enjuiciar la revuelta en los países árabes me faltan elementos estratégicos. Aún así, a mí me da que en el caso de Túnez, los Estados Unidos quieren debilitar la influencia de Francia en la zona, a quien aún no le perdonan que no les acompañara en la aventura iraquí. En cuanto a lo de nuestra deuda, lo patético del caso es que sabemos que vamos de cabeza al desastre y nadie hace nada por evitarlo. La crisis de 1929 desembocó en una guerra mundial, y yo sigo sosteniendo que ésta desembocará en otra, aunque muy diferente de las dos anteriores. Para empezar, yo creo que España ya no podrá ser neutral.
    Y para cortar el patetismo, voy a decir una tontería. En el momento en que estemos al borde del abismo, la nación en pleno clamará unánime por un salvador, un hombre providencial, en el que se unan la acción indomeñable, la voluntad inquebrantable y el verbo florido, y no será otro que el actual consejero de educación de la Junta de Andalucía. Le 19 Brumaire de François de la Fille! Nous t’attendons!

    • Jesús San Martín
      30 enero 2011 a 16:29 #

      ¡Me has hecho reirme a carcajadas! en fin, añadamos a nuestro perro flaco esa pulga andaluza.

      De acuerdo con las dos hipótesis, III y sin neutralidad (Estrecho de Ormuz), la misma indicación da Niall Ferguson (que pertence al Club Bilderberg) Más de unA llorará, cuando su hijo parta, recordando como pisaba el cuello del maestro e impidió la capacidad crítica.

  24. Mari
    30 enero 2011 a 23:49 #

    Gracias, señor Raus. Me falta tiempo, hay épocas… ya sabe, la familia, los pequeños males, el trabajo y demás. 
    Bueno a lo que vamos. Pienso que todos los adultos deberíamos aportar nuestro granito de arena en la concienciación de nuestros niños y jóvenes, ya sabe como pienso, seguramente sea una ilusa.  Considero que a  la persona que no esté concienciada en… no se le debería dar el carnet, lo que supondría…
    Los  vendedores no son considerados educadores, los maestros y profesores, sí, pero los vendedores, no; aunque deberían serlo, con sus hijos, y, también con los hijos del Sinceramente, no lo sé. No sé si un profesor de autoescuela debe o no concienciar, lo que sí creo es que al que no lo esté no se le debería dar el carnet, lo que supondría     de la tribu, claro que decir esto es… Repetir lo de siempre.
    Los ciudadanos nórdicos, en mayoría, respetan las normas de circulación, cumplen con sus deberes sociales; están bastante más concienciado que nosotros. ¿Qué métodos utilizan sus educadores (padres, maestros…) para ello?  
    En cuanto al tema de si los padres o… deben ayudar a sus hijos (en la forma que expliqué), decir que desde siempre muchos padres se preocuparon de este tema (¿quien no ha recibido clases particulares en su vida de estudiante?; seguramente muchos de los que aquí escriben fueron ayudados por sus padres en algún momento, ¿qué diferencia hay?)
    Los padres también enseñan, educan y utilizan métodos diferentes, y claro que deberían saber qué métodos utilizan una mayoría de padres en los países mas aventajados en el informe PISA. Y también deberían informarse los docentes sobre los métodos que estos colegas utilizan. Son muchas las variables que intervienen en cualquier proceso. Sé que usted trata de descubrirlas, pero es muy difícil  llegar a todas.
    Y siento decirle, señor Raus, que no, que aún no me conciencio, pero no por ello debe pensar, en ningún momento, que es un mal enseñante.
    Un cordial saludo.

    • Raus
      31 enero 2011 a 9:48 #

      Señora Mari:
      Dice usted: “Considero que a la persona que no esté concienciada en… no se le debería dar el carnet, lo que supondría…”

      Pero dígame usted: si el tendero supiera a ciencia cierta que la señora que compra bollería a su hijo no está concienciada de que la bollería diaria es mala para su hijo, si tal cosa supiera, ¿debería venderle el bollo para el niño? ¿No debería haber en las pastelerías educadores sociales de lo dietético? ¿Le parece a usted estrafalario esto? Le puedo asegurar que el problema de sobrealimentar a un niño es una conducta dañina para el niño, quien puede estar condenado a una vida de enfermedades y muerte prematura. ¿No es esto suficientemente grave como para pensar en poner educadores sociales en tiendas y pastelerías? Sobrealimentar al hijo es ponerlo en peligro, como es poner a terceros en peligro si se circula por carretera a más de lo debido.

      Por otro lado, ¿cómo podríamos saber si un chaval está o no concienciado de que debe de conducir con prudencia y respeto por las normas de circulación? El chaval en cuestión puede mentir como un bellaco.
      Dice usted: “Los vendedores no son considerados educadores, los maestros y profesores, sí, pero los vendedores, no;”

      Los maestros y profesores son CONSIDERADOS educadores por cierto sector de la sociedad, pero no son educadores profesionales, que es en el sentido en que usted lo dice. Su función principal es enseñar materias académicas que los padres, por diferentes razones, no pueden enseñar. Los educadores deben ser los padres. Los docentes enseñan. Los padres educan. Eso no quiere decir que el docente no haya de intervenir como adulto que es cuando ve que dos chicos se pegan en clase. Como adulto dicho, pero no como educador profesional. Ni quiere decir que el padre no pueda enseñar cosas al niño. Pero la función profesional del maestro no es educar sistemáticamente, sino circunstancialmente. Y la del padre no será la de enseñar algo sistemáticamente (matemáticas, lengua…), sino circunstancial y ocasionalmente. No es esa su labor profesional.

      Los profesores de autoescuela tampoco son educadores. Lo que hacen es enseñar el código de circulación al estudiante, lo que incluye advertir que su infracción será penada con multas, retirada de puntos o cárcel, pero ya está. Si tiene delante a un chico no educado por sus padres, de nada valdrá que intente concienciarlo de que hay que conducir bien. Si el chico está educado por sus padres, la simple información dada por la autoridad de turno (el maestro de autoescuela) será suficiente para que respete las normas de circulación. Al menos en la mayoría de los casos.

      Dice usted: “Los ciudadanos nórdicos, en mayoría, respetan las normas de circulación, cumplen con sus deberes sociales; están bastante más concienciado que nosotros. ¿Qué métodos utilizan sus educadores (padres, maestros…) para ello?”

      Yo se lo digo. En contra de lo que cree y difunde la secta pedagógica, los padres nórdicos se dedican a imponer su autoridad a sus hijos desde que son muy pequeños. Los nórdicos aprenden a cumplir normas y reglas desde muy pequeños. Y a hacerlas cumplir. Si usted viajase a uno de esos países, encontraría que cuando el tren llega unos minutos impuntual, los viajantes le echan la bronca al maquinista, porque entienden que la impuntualidad administrativa está mal. Porque entienden que incumplir las reglas establecidas está mal. A los niños, desde que son como el puño, les obligan a obedecer. ¿Cómo? De la única manera que aprende a obedecer un niño: cuando no obedece lo que el padre ordena, se le castiga. Y el castigo, descuide, no tiene por qué ser terrible ni nada por el estilo. De esta manera el niño acaba comprendiendo que la voluntad de su padre está por encima de la suya. Y acabará entendiendo que hay que respetar lo que diga el padre. Y como esto lo hacen todos los adultos (también los maestros), esos niños, cuando se hacen adultos, están más predispuestos a escuchar a la autoridad de turno que la gente de aquí. Como desde muy pequeños aprenden a obedecer (se les enseña), ya no se suele necesitar la presencia de una autoridad punitiva e intimidante. El caballo domado no necesita del látigo para obedecer. Pues con las personas, lo mismo (y espero que nadie haga interpretaciones fuera del tiesto).

      Dice usted: “En cuanto al tema de si los padres o… deben ayudar a sus hijos (en la forma que expliqué), decir que desde siempre muchos padres se preocuparon de este tema (¿quien no ha recibido clases particulares en su vida de estudiante?; seguramente muchos de los que aquí escriben fueron ayudados por sus padres en algún momento, ¿qué diferencia hay?)”

      Señora Mari, se confunde usted. Un niño puede recibir clases particulares impartidas por un profesor o por el mismo padre si es competente en la materia. Pero una cosa es que el profesor de turno te explique la teoría y otra, muy distinta, que te ayude a hacer los deberes. Mire, yo tengo alumnas de pintura. Yo les explico cómo han de hacer el círculo cromático, por ejemplo. Pero, luego, ese círculo lo deben hacer ellas. Y si se equivocan, deben insistir hasta que les salga bien. Pero si yo les pongo como deberes que hagan el círculo cromático, rechazaré aquel círculo que no esté hechos por ellas solas, por su propia mano. Desestimaría el círculo que viniera hecho con la ayuda de un pintor profesional.
      Una cosa es recibir clases particulares y otra, muy distinta, que imparte esas clases, le haga parcial o totalmente los deberes que al alumno le han mandado en la escuela.

      Parece que esto no es algo que se acabe de entender, y a mí me parece de suma importancia comprender lo que está pasando. Y creo que no es tan complicado. Una cosa es que un padre le explique a su hijo cuáles son las reglas para acentuar las palabras y otra, muy distinta, que ese padre le diga al hijo las palabras que debe acentuar en tal o cual ejercicio de lengua. ¡Y esto es lo que se está haciendo, simple, llana y directamente! Pero diré más: dado el nivel paupérrimo que hoy hay en nuestra escuela, ningún niño normal necesitará clases particulares ni para aprobar ni para sacar buenas notas. Bastará con que estudie y haga sus deberes como es debido. Puedo entender que las clases particulares masivas se necesiten allá donde el nivel sea extraordinariamente alto, allá donde se persiga la excelencia. Si aquí un niño normal necesita aquí clases particulares para aprobar es que, sencillamente, no atiende en clase ni trabaja en casa.

      ¿Pero pueden o deben explicar los padres ciertas materias en casa a sus hijos pero sin hacerles los deberes o ayudarles a hacerlo? ¿Es esto lícito? No me parece conveniente, como tampoco las clases particulares en una escuela de resultados tan pobres como la que tenemos. No me parece conveniente porque, de esa manera, el niño se acostumbra a no tener que atender como es debido en clase: es que sabe que, aunque no atienda, luego vendrá su papá por la tarde a explicarle de nuevo la lección. O la clase particular. Hay que proceder justo al contrario: ni explicaciones paternas ni clases particulares en niños de inteligencia normal. Hay que acostumbrar al niño a prestar atención al maestro en clase. La ayuda extra (explicaciones de padres o profesores en clases particulares) es uno de los motivos de que los alumnos se confíen y desatiendan en clase. Y uno de los motivos de que haya tanta algarabía en las aulas.

      Un amigo profesor de instituto me daba la razón ayer. Me decía que los alumnos estaban muy callados y atentos el día anterior a un examen. Claro, saben que en el examen no tendrán ayudas extras de terceros. Y ahí se aplican algo y atienden. En general, por tanto, la ayuda extra es contraproducente y no hace otra cosa que viciar el sistema. Si un crío de hoy necesita clases extras para aprobar unos exámenes de bajísima dificultad, o bien ese crío es intelectualmente retrasado o bien es más vago que el suelo.

      Contésteme, señora Mari, por favor: usted manda un ejercicio a los alumnos para casa (de lo que sea, da igual). El alumno Juanito le lleva bien hecho el ejercicio. El alumno Pepito también lo lleva bien hecho. Empero, Juanito ha hecho el ejercicio con ayuda de sus padres. El alumno Pepito lo ha hecho solo. ¿Cómo calificaría usted a estos alumnos? ¿Con la misma nota? ¿Cómo sabrá usted el grado de ayuda paterna recibida por Juanito? ¿Cree usted poder poner nota al ejercicio que le trae Juanito?
      Pues yo, señora Mari, la verdad, si no soy capaz de hacer ver al personal que la ayuda paterna a la hora de hacer los deberes trunca la evaluación continua (relativa a la nota de los deberes caseros), si no soy capaz de hacer ver una cosa que a mí me parece tan sencilla, malamente me podré considerar buen enseñante.

      Cordiales saludos.

  25. Mari
    31 enero 2011 a 0:07 #

    Perdón, se ha metido por ahí un trozo que había borrado mas arriba. me han regalado en Navidad un iPad y escribir en él y con él aún me cuesta. Lo siento de veras. El párrafo tercero debería decir:

    «Los  vendedores no son considerados educadores, los maestros y profesores, sí, pero los vendedores, no; aunque deberían serlo, de sus hijos y también de los hijos del resto de la tribu, claro que decir esto es… Repetir lo de siempre»

  26. Mari
    1 febrero 2011 a 13:21 #

    Señor Raus, le contestaré en breve, ahora no puedo.

    • Raus
      1 febrero 2011 a 13:48 #

      Tranquila, señora Mari. No pasa nada.

  27. Mari
    6 febrero 2011 a 23:05 #

    Mire, mi larga experiencia como educadora, me gusta más esta palabra, luego le diré por qué, me lleva a afirmar (claro, siempre desde mi percepción) que hay alumnos que entienden cualquier explicación, sobre un contenido determinado, a la primera y otros que necesitan que se la expliquen varias veces; los maestros no somos superhéroes, no tenemos todo el tiempo del mundo; los maestros también necesitamos ayuda y colaboración, igual que cualquier hijo de vecino, ya sabe, «la unión hace la fuerza»; ya nos gustaría que todos los niños nos llegaran con un extenso vocabulario y con un cálculo mental ágil, pero, no nos engañemos, esto no es así, no todos los padres tienen el mismo nivel cultural, ni económico, ni tienen los mismos problemas (y hay muchos tipos de problemas en una sociedad como la nuestra: parados – cuyo principal preocupación es pagar el piso y conseguir comida para su familia – viciosos, etc.); sinceramente, no sé de que alumnos habla; también hay niños hiperactivos, niños disléxicos, niños tímidos, aterrorizados, en fin, señor Raus, no acabo de entender muy bien su postura. ¿De verdad cree que todos los niños necesitan el mismo tiempo para aprender? (bastantes tienen que desaprender lo aprendido, para comenzar a aprender aquello que la escuela tiene que enseñar: léxico, ortografía, gramática, aritmética, geometría, informática, también hay niños que nacen con un ordenador bajo el brazo y otros que no lo tendrán hasta la mayoría de edad, en fin…) Si nada de lo dicho piensa usted que es real, pues… Será que vivimos en países distintos. Mire, le voy a dar la razón en una cosa, es cierto que existen niños mimosos y… Pero casi siempre las cosas tienen sus porqués; recuerdo un alumno de primero de primaria (siempre he pedido colaboración de la familia, este curso la pedí para que me ayudasen a enseñarnos a leer, a ser puntuales…), diabético, hijo de médico; su mamá, cuando le pedí colaboración, me dijo que ella no era partidaria de que el niño hiciera nada fuera del horario escolar, que era muy pequeño y tal, bien, le dije, como lo vea; el pequeño, siempre llevaba algún juguete a clase, yo se lo recogía y se lo dejaba en el recreo; en fin… A mitad de curso conocía las vocales y poco mas, tenia un amplio vocabulario, pero no quería hacer nada; su madre, a mitad de curso, algo preocupada, porque su hermana, que era maestra, le había dicho que veía muy atrasado al niño, fue a hablar conmigo, era una madre apenada por la enfermedad de su hijo, pero entendió mis motivos y colaboró y el niño aprendió a leer sin demasiadas dificultades… Por desgracia he tenido también casos de padres que no han podido ayudar a sus hijos…
    Mis alumnos de ahora son Jóvenes que han fracasado en la educación secundaria, cuando los «evaluó», uno a uno, intuyo muchas cosas.
    Y, señor Raus, enseñar es una palabra muy amplia que incluye a educar o… es al revés, no sé, pero considero que el que enseña educa y viceversa, sino seríamos como máquinas, que educan a maquinas, todas hechas de un mismo material, capacidad… Y los maestros robot que enseñamos igual y…
    Cuando mando un ejercicio para casa, al igual que cuando lo hacen en clase, mi intención es que sepan llevar a la practica la teoría, y me da igual quien le explique la teoría, si lo hace bien, y me da igual quien le intente hacer ver que todo lo que se aprende sirve para algo… Me da igual quien le explique el para qué y el cómo se lleva a
    la práctica lo aprendido, si lo hace bien, y el alumno lo aprende y me lo demuestra, pero esto no es más que el principio, porque enseñar – educar es mucho mas complejo.

    Perdone, pero no puedo corregir, este aparato nuevo es cómodo, es el propio para mesa y brasero, pero leer lo escrito y demás es complicado, así que…perdone de nuevo… Acabaré aprendiendo.

    Un cordial saludo

    • José Miguel
      7 febrero 2011 a 0:02 #

      Cuando alguien se expresa en términos genéricos como «es algo más complejo», pero jamás explicitando en qué consiste esa complejidad, es como esos sujetos «especialistas» en fenómenos paranormales, que se declaran con un acceso privilegiado a cierto «saber» respecto del resto de mortales. Léase saber objetivado = enseñanza versus saber paranormal = educación. Quien «sólo» enseña es equivalente a una máquina; en cambio, el sintagma «enseñar educando» sería el Santo Grial pedagógico. Lo malo es que jamás explican, objetivan qué es eso, pero, sobre todo, tal jerga es un galimatías que suena a disco rayado, donde no se distinguen los profesionales de los padres, el claustro de la asamblea o consejo escolar… acabando en un totum revolutum inextricable. La cuestión es explicar lo oscuro por lo más oscuro para ahuyentar a los curiosos sobre los tejemanejes de esta secta.

    • Raus
      7 febrero 2011 a 10:47 #

      Señora Mari, yo, créame, me alegro de que usted nos diga lo que piensa en todo esto, precisamente porque usted sabe expresar sus opiniones con la necesaria educación y, así, puedo –o podemos- hacernos una idea más clara del pensamiento de nuestros oponentes ideológicos. Y espero que no lo de “oponentes” no le ofenda ni nada por el estilo. De otros se puede decir que son, sencillamente, enemigos.
      Dice usted:
      “hay alumnos que entienden cualquier explicación, sobre un contenido determinado, a la primera y otros que necesitan que se la expliquen varias veces; los maestros no somos superhéroes, no tenemos todo el tiempo del mundo; los maestros también necesitamos ayuda y colaboración, igual que cualquier hijo de vecino, ya sabe, “la unión hace la fuerza”

      Bien, esto me suena a la ya manida expresión de “tribu educativa”. A aquello de que toda la tribu educa o, como usted cree, enseña. Piense usted en lo siguiente, por favor. Va usted al médico. La sala de espera está abarrotada de pacientes. Cuando usted entra a la consulta, encuentra al doctor agobiado de tanto trabajo. Tanto, que, al fin, el doctor se desahoga con usted expresándole esta queja: “Los médicos no somos superhéroes, no tenemos todo el todo el tiempo del mundo; los médicos también necesitamos ayuda y colaboración, igual que cualquier hijo de vecino, ya sabe, “la unión hace la fuerza”. Y dicho esto, le pide, directamente, colaboración. Le pide que aprenda a diagnosticar las enfermedades. De esta manera, él sólo tendría que prescribir el tratamiento cuando usted entrara en la consulta. No me negará que también es cierto que muchos médicos de este país se verían aliviados con esta medida. No me negará usted que la queja recurrente de muchos facultativos es la escasez de tiempo de consulta para atender a todos los enfermos. Sin embargo, a nadie en su sano juicio se le pasaría por la cabeza pedir a los pacientes (o potenciales pacientes) que colaboraran de esa manera. El médico, ante esta situación de desbordamiento, lo que debe hacer, en buena lógica, es exigir a la Administración más recursos materiales o humanos. Es decir: una ampliación de plazas médicas con tal de que bajara sustancialmente la ratio de pacientes por doctores. Si usted tiene problemas para atender a todos sus alumnos como es debido, la solución no será pedir que den clases quienes no son profesionales de la enseñanza (los padres), sino reclamar a la Administración más colegas, más plazas de maestro.

      Dice usted:
      “hay niños hiperactivos, niños disléxicos, niños tímidos, aterrorizados, en fin, señor Raus, no acabo de entender muy bien su postura.”

      A los alumnos a los que yo me he referido son a alumnos normales, y entiendo que un niño disléxico o hiperactivo, o aterrorizado no es un niño normal en relación a su capacidad de aprender, o de aprender ciertas cosas. Pero no sé qué me quiere decir con esto. ¿Me pretende decir que un padre debe ser capaz de enseñar a un disléxico o un hiperactivo? Yo hubiera pensado que para tratar estos trastornos se requiere ser un profesional especializado –al menos mínimamente especializado-. Pero si un padre cualquiera, culto o no culto, puede atenderlos, aleluya. Quizá sea usted quien crea que los padres sí son superhéroes.

      Mire usted, señora Mari, lo que aquí propone revela, muy a las claras, y perdone, que usted tiene en poco su profesión, en muy poco. Sí, porque cree que cualquiera la puede desempeñar con solvencia. Es decir: los padres. Si usted piensa que los padres están preparados para dar clases a sus hijos, entonces, obviamente, usted piensa que los estudios que cursa un maestro y la oposición que ha de superar están de más. ¿Pueden dar clases los padres a niños de Primaria? ¿Sí? Pues en tal caso cursar Magisterio y hacer una oposición son actividades innecesarias, actividades que no acreditan nada, prescindibles.

      Por el contrario, si usted piensa que sí son necesarios esos estudios y procesos de selección, entonces lo que está pidiendo es que los padres se saquen todos Magisterio y opositen: de esta manera podrían dar clase con solvencia.

      En Secundaria la cosa es todavía más rocambolesca. ¿Debe un padre poder explicar la lección de matemáticas a un crío que curse 1º de la ESO, o 2º…? Si el hijo en cuestión tiene problemas con matemáticas, física y lengua, ¿precisará el padre licenciarse en matemáticas, física y lengua? Si usted piensa que no necesita tal cosa, entonces está reconociendo que no es preciso obtener la licenciatura de tal o cual materia para impartirla. Si, por el contrario, usted cree que sí se precisa un conocimiento reglado de esas materias para poder impartirlas, entonces tenemos que los padres, para poder dar clases a sus hijos, necesitan licenciarse en todas y cada una de las materias que reciben sus hijos a lo largo de Secundaria. ¿No le parece de locos?

      Pero mire, señora Mari, todavía hay más problemas. Cuando usted pide colaboración a los padres a la hora de hacer los deberes, ¿cómo sabe usted que los padres se limitarán a explicar solamente la lección al hijo? ¿Cómo sabe que no acabarán haciéndoselos en parte o totalmente? Por desgracia, sabemos que el ser humano incurre en acciones tramposas muy a menudo. Ojalá bastase la palabra del conductor de que conducirá bien. Pero no: no basta con que prometa respetar el código de circulación. Son necesarios guardias, multas, radares, advertencias… ¿Cómo está usted segura de que el padre se limitará a explicar las reglas de acentuación y que no caerá en la tentación de indicar al crío que ponga el acento en la “o” de “león”? Sabe usted que hecha la ley, hecha la trampa. Hoy la ley permite que el alumno sume nota con los deberes, y ello hace que, como dijo aquí un experimentado compañero, sean muchos los padres que se lanzan a pasar a limpio los deberes del hijo o a hacérselos en mayor o menor medida. Porque los padres, señora Mari, son prácticos: lo que quieren es que su hijo obtenga el aprobado y le sea concedido el título, y muchos harán lo que sea para que lo consiga. Muchas veces lo he dicho y lo repito: la ley está hecha de tal forma que favorece la trampa; lo cual adultera la evaluación continua relativa a los deberes para casa.

      Señora Mari, soy yo quien le pide cortésmente colaboración a usted. Medite sobre lo que le he dicho, por favor. Y piense que no les hace ningún favor a los alumnos tratándolos como si fueran torpes o lerdos. La mayoría son normales, sencillamente normales. Los más inteligentes y aplicados harán sus deberes sin problemas, en poco tiempo. Los que no sean tan espabilados, necesitarán más tiempo. Quizá no hayan captado del todo la lección, pero ahí tienen el libro de texto. Ahí lo tienen para leer la lección tantas veces como precisen hasta captar sus ideas. Y si no las capta, será el maestro, el profesional acreditado de la enseñanza, quien deba explicarle de nuevo la lección. Pero si usted me dice que eso no es siempre posible dada la escasez de colegas, la solución no es pedir a los padres que hagan de maestros o profesores, sino reclamar a la Administración que dote a los centros de más plazas de maestro. De lo contrario, es pasarle la patata caliente a quienes no tienen parte en cuestión ni están capacitados, ni tienen por qué estarlo, para dar clases: los padres no están para eso. No son profesionales de la enseñanza. Precisamos una enseñanza pública solvente y saneada, señora Mari. Una escuela que sea capaz de cumplir con la función que tiene encomendada, que no es otra que la de enseñar y formar al alumno. Y una escuela que tiene que echar mano de los padres, de quienes no están formalmente preparados para impartir clases, es una escuela impotente y fracasada.

      Podemos seguir discutiendo estas cuestiones, señora Mari, pero creo que estoy ya muy cerca de mi capacidad para explicar mejor lo que pienso. No quisiera caer en una continua repetición de argumentos.

      Cordiales saludos.

    • Jesús San Martín
      7 febrero 2011 a 12:34 #

      Hay que distinguir entre posibilidad y probabilidad. ¿Es posible que cuando salga a la calle alguien me regale un millón de euros? Sí, posible sí, probable, no. Lo mismo sucede en una clase. Es posible que en una clase encontremos alumnos con muchos “desordenes”, pero probable no. Si tales casos se dan se deben tratar aparte. En su día una clase era muy homogénea, lógicamente tenía una distribución normal, con una media y una varianza muy pequeña, esa varianza pequeña permitía ver la clase como homogénea y con un solo mensaje llegar a todos. Además había homogeneidad en las edades. Con la nueva pedagogía hay alumnos que pasan el curso realmente suspensos, eso destruye la homogeneidad y crea todos los problemas de los que habla la señora Mari: distintos conocimientos, distintas edades, y un montón de “profesores”, muchos de los cuales sobran en el aula (papis, pedagogos que no han pisado la clase de matemáticas pero quieren enseñarte a darla, etc). A todo ello hay que unir el problema que indica Raus: los padres hacen los deberes de los niños, con lo que se priva al profesor de ver las lagunas y corregirlas; además como los alumnos aprueban con los deberes de casa, los alumnos falsamente aprobados pasan al siguiente curso, llevando con ellos una mayor heterogeneidad (llevan la capacidad particular de cada padre de hacer los deberes o de “atender” a sus hijos). En conclusión, la nueva pedagogía es la responsable de los problemas que dice resolver, y por favor hablemos de números, no digamos un disléxico, un hiperactivo, …, demos tantos por ciento. La carencia de números es como el resto del lenguaje de la pedagogía: una comunicación vacía, escondida tras palabras, pero carente de hechos.

  28. Mari
    9 febrero 2011 a 1:09 #

    Señor Raus, creo que tiene usted razón, nos repetimos, tal vez deberíamos ocuparnos más del porqué existen personas con diferentes ideologías, puede que usted lo tenga claro. Una cree que es debido a nuestra historia personal: vivencias y lecciones de algunos, para cada uno, grandes maestros (descubiertos en libros, etc.). No sé. Y sí, lo cortés no quita lo valiente.
    De verdad que me encantaría estar de acuerdo con usted, pero… Mi intención, creo que ya lo sabe, no es convencer a nadie, ni discutir por discutir, si acaso convencerme a mí misma de que no estoy equivocada, que mi “teoría/ ideología no hace aguas.
    Cuando una madre va con su niño al médico, éste lo ausculta y lo manda a rayos y al enfermero a que le saque sangre, éste a su vez manda la sangre al analista y pronto tendrá los resultados, diagnosticará y mandará un tratamiento adecuado (medicinas elaboradas en un laboratorio y tal), que la madre ( o quien/es se encarguen del cuidado del niño) se encargará de dar, etc. además de observar si le sientan bien y le curan… si no se encargara la madre, la labor del médico no… No me diga que el médico no pide y necesita colaboración para curar. El médico no tiene que decir al enfermo o a sus familiares lo agobiado que está por su falta de tiempo para atender mejor a sus enfermos, en esto estoy de acuerdo: “El médico, ante esta situación de desbordamiento, lo que debe hacer, en buena lógica, es exigir a la Administración más recursos materiales o humanos. Es decir: una ampliación de plazas médicas con tal de que bajara sustancialmente la ratio de pacientes por doctores.”
    Pero esto requiere dinero, que quizás se gasta en cosas menos importantes, o… ¿más impuestos? ¡No!
    Y claro que es necesaria una ratio más baja, pero lo uno no quita a lo otro.
    Nunca dije que un niño hiperactivo o disléxico… no sean normales, sólo que necesitan una atención más personalizada y unos métodos específicos… tampoco dije que tenga en poco mi profesión, muy al contrario, lo que ocurre es que creo en el equipo y en la acción conjunta, el hombre aislado, en su reino de taifas, pierde mucho. Recuerde que un organismo no es sólo la suma de las funciones de sus partes, también se le suman las funciones del conjunto como tal, etc. No quiero extenderme más en esto, me repetiría.
    Tampoco dije que sea el padre siempre el que tenga que ayudar al niño, además del maestro, puede ser el abuelo, un profesor particular, etc. a veces el niño lo que necesita es que le enseñen a estudiar o a resumir o… Y mire, la persona de las que conozco que más matemáticas sabe no es licenciado. Y sí, hecha la ley hecha la trampa, eso desde luego. No me gustan las trampas e intento descubrirlas todas, siempre que puedo, claro está; recuerde, no soy una super-héroe. Y no sé qué pensar de esos padres que dañan tanto a sus hijos con esas actitudes (pasarle a limpio los deberes, etc.), eso no es ser práctico, sino ignorante. Y claro que necesitamos una escuela que sea capaz de cumplir con la función que tiene encomendada, que no es otra que la de enseñar y formar al alumnos (compensando las desigualdades y siendo justa). Bueno, señor Raus, aquí lo dejo. Hasta otro ratito y un cordial saludo.
    Señor Jesús San Martín, ¿cuándo dice que fueron las clases homogéneas?, desde que conozco, desde luego que no. Mire, el curso 1964 – 65 comencé mis estudios de bachillerato (entonces estudiaban muy pocos en mi pueblo, desde ese curso comenzamos a estudiar algunos más. Mi maestra se empeñó, ya que en 1964 se construyó e inauguró – en mi pueblo – el primer instituto de enseñanzas medias (aunque la historia es algo más larga). Mi clase, aún lo recuerdo, nada homogénea, suspendimos más de la mitad y más de una asignatura. Siempre fue así. Los listos y los torpes, se decía entonces. ¡Cuántos exámenes de septiembre hemos hecho algunos en nuestra vida!, ¡Cuántos cursos repetidos y tripitidos! Y los problemas de los que hablamos hoy no se planteaban en aquellos entonces, aunque la ley del 70 implicaba bastantes innovaciones, que en realidad tampoco se llevaron a la práctica. En mis primeros años de maestra, tuve algún curso de aquellos de- prácticamente – repetidores o tripitidores de sexto de EGB. En la EGB no se graduaban todos. Algunos se salían para trabajar – en sexto o séptimo -, otros tras repetir se iban a la famosa FP1, y unos pocos conseguían llegar a la FP2 y otros tantos hacían BUP… Los centros de adultos también tuvieron su papel.
    En cuanto a lo de los tantos por cientos, pues no lo sé, lo siento. No soy más que una simple maestra que cuenta lo que ve, que es poco, desde luego, y que además debe tener la vista bastante cansada, pues parece que las soluciones que ustedes ven (a los problemas actuales, que los hay, por supuesto) no las veo… tan claras.

    • Jesús San Martín
      9 febrero 2011 a 8:27 #

      Sra Mari me refiero al tanto por ciento de disléxicos que tiene en su clase, o con cualquier otro trastorno. Así podremos actuar en consecuencia. Me vuelve a poner un ejemplo particular, el instituto de pueblo, que lógicamente, dada la pequeña población de cualquiera de ellos generará o clases heterogéneas o una cantidad tan grande de ellas que sería inasumible. Pero hoy día la sociedad española es esencialmente urbana, la población es suficientemente grande para conseguir la homogeneidad, y que las personas que no tengan problemas no se vean limitadas a aprender al lento paso de las personas que si los tienen. Mientras los maestros se centren en los problemas particulares que observan y pretendan aplicar sus soluciones particulares a la totalidad de los alumnos, sólo se conseguirá fastidiar a la mayoría.

  29. Mari
    9 febrero 2011 a 14:30 #

    Señor Jesús San Martín, mis clases son algo especiales, mis alumnos en mayoría son fracasos escolares, es decir, alumnos que no terminaron, en su momento, la ESO. Son jóvenes inteligentes por lo general, de entre 18 y 22 años la mayoría, que están acostumbrados a pasar de todo, muchos irrespetuosos, algunos también impuntuales, y casi todos sin objetivos claros ni a corto ni a largo plazo, algunos, quizás menos de la mitad, trabajan. Por cierto, tengo dos alumnos, de cuarenta, que han vivido hasta hace poco en Madrid. Un alumno invierte algunas letras a la hora de escribir, pudiera ser… Dos no paran ¿»hiperactivos»?, también seis inmigrantes (dos chicas y cuatro chico, cuatro africanos y dos de América del Sur, en fin.
    Mi pueblo en realidad es una pequeña ciudad de unos 17.000 habitantes, donde hay dos institutos, con unos 100
    profesores cada uno, y un centro de adultos.
    ¿Usted trabaja en una gran ciudad? porque a mí me han dicho, que en las grandes ciudades es más o menos lo mismo que en una pequeña ciudad como la mía, que vive principalmente del sector servicios; también me dicen que es difícil homogeneizar en una gran ciudad: inmigración, separaciones más o menos traumáticas, madres trabajadoras, lugar donde se vive, etc. Hasta ahora es lo que creía, pero si usted ha comprobado lo contrario, ha trabajado en más de un pueblo y en más de una ciudad, le creeré; porque, usted, ¿no se centra en sus problemas particulares?, ¿ni en la ideología?, comprenda que tenga que saber esto, para creerlo.

    pues le creeré
    Mis alumnos

    • Jesús San Martín
      9 febrero 2011 a 15:39 #

      Claro que hay heterogeneidad en los institutos de la ciudad, la que se ha creado, como ya indiqué, porque no son los alumnos los evaluados, sino los padres; porque los alumnos pasan de curso por madurez, sin saber la materia, y por cualquier otra cosa que consideren oportuna los pedagogos, que dicen a un profesor de matemáticas como enseñar (estoy seguro de que los pedagogos no saben calcular integrales inmediatas). Anteriormente, en los institutos de las ciudades, las clases mantenían homogeneidad.
      En mi post anterior hacía referencia a que su maestra se empeño en construir el instituto, y que la población sólo daría para grandes clases heterogéneas o muchas pequeñas y homogéneas, pero prohibitivas. Nada que ver con la circunstancia que usted me describe ahora, no nos hemos entendido y hablamos de cosas distintas.
      Por lo que me describe, su clase es especial, y debe tener un tratamiento especial. Precisamente eso era lo que quería señalar, que unas circunstancias particulares necesitan un tratamiento particular. Estará de acuerdo conmigo, en que en su clase, una lección magistral, no sólo es inútil, sino contraproducente. Pero esa herramienta es válida y útil donde no se den circunstancias tan complicadas como las que usted sufre; por eso reclamo las circunstancias y los números, para que sepamos dónde y qué usar. Por otro lado, si sus alumnos necesitan más tiempo para aprender, pues tendrán que estar más tiempo en el aula, no se les puede aprobar porque son maduros, de lo contrario se roba el trabajo de los que se han esforzado. Los alumnos de tercero me piden que exija a los alumnos de primero lo mismo que les exigí a ellos ¿quiere alguien que por el mismo dinero le den peor calidad? Es el inicio de la estafa, y un círculo vicioso que destruye hasta las raíces.
      Mi clase es homogénea por definición, tengo un temario que dar, y a un nivel determinado, todo lo que deben saber para estar en clase deben saberlo (igual que para entrar en el cine hay que pagar la entrada), que pidan explicaciones a quien no les enseñó y estudien lo que deben saber. No voy a retrasar el trabajo de los que se esforzaron por quienes no pegaron un palo al agua. En las dos clases de este semestre he empezado con un control para saber qué nivel tienen y qué nota en la asignatura previa, con la finalidad de evitar la estafa. Con ello exigiré al departamento que se atengan al temario y que aprueben sólo a quien lo merece. ¿Sabe por qué? Porque han venido del instituto sin saber derivar, no digo ya integrar, y han empleado el tiempo en recuperar los conocimientos del instituto y no se ha dado el temario de forma adecuada. Mi clase, como ve, no es homogénea a la entrada, pero lo será a la salida, y los profesores podrán hacer su trabajo correctamente cuando los reciban en los cursos superiores. ¿Qué ha sucedido? Que la enfermedad del instituto ya ha llegado a la universidad; cuando vayamos al médico ya lloraremos, como lloramos cuando se hunde el piso o se rompe la presa porque los profesores aprobaron a quien no debía. Mejor la clase homogénea por definición que un montón de muertos. Observe que no pido que en clases especiales, como la suya, se haga tal cosa, pero en las normales sin duda.

      Su nuevo aparato le ha hecho algo extraño y ha cortado su texto.

  30. Mari
    11 febrero 2011 a 15:03 #

    Es cierto, no nos hemos entendido, nunca dije que mi maestra tuviera nada que ver con la construcción del instituto, tuvo que ver con el hecho de que algunas de sus alumnas, de aquellos entonces, estudiáramos.
    Por otra parte, decirle, que, desde mi criterio, no es lo mismo impartir enseñanzas en la ESO, que hacerlo en Bachillerato. Una es enseñanza obligatoria y la otra, no. La enseñanza obligatoria implica que los alumnos adquieran una serie de competencias (o lo que es lo mismo y a grosso modo, una formación o cultura general que permita a los ciudadanos desenvolverse en la vida, permitiéndoles, además, comenzar bachillerato, formación profesional de grado medio, etc. sin demasiadas dificultades), mientras que las enseñanzas de bachillerato implican principalmente una preparación para la universidad o formación profesional de grado superior.
    No soy partidaria de que los alumnos de ESO pasen de curso sin aprobar la inmensa mayoría de las asignaturas, áreas o como las quieran llamar. Repetir, desde mi punto de vista, no es tan malo como algunos creen, ello permite repasar, practicar o/y consolidar aquellos contenidos (conceptuales, procedimentales y/o actitudinales), que por los motivos que sean no han superado, por lo que no han adquirido las competencias mínimas exigidas para el nivel en el que se encuentran (no serían competentes en ello, es decir, no tendrían adquiridos los conocimientos, procedimientos y no actitudes necesarias para pasar de nivel) y esto falla mucho hoy, las lagunas se acumulan y aunque los alumnos pasan no aprueban, así no encontramos alumnos con 16, 17 o 18 años que no tiene aprobado ni 1º de la ESO. El bachillerato y la FP son otra cosa, a pesar de que los tres tipos de contenidos siguen siendo precisos, ahora los alumnos comienzan a especializarse y profesionalizaras, y
    esto, requiere otro modo de actuar.

    • Jesús San Martín
      11 febrero 2011 a 15:46 #

      Estoy de acuerdo en lo que dice. Me gusta especialmente su frase “..no serían competentes en ello, es decir, no tendrían adquiridos los conocimientos,..”, y eso es lo que significa, que no tienen los conocimientos y por tanto generarán retraso en los compañeros de clase. Totalmente de acuerdo con usted, su frase: “El bachillerato y la FP son otra cosa, a pesar de que los tres tipos de contenidos siguen siendo precisos, ahora los alumnos comienzan a especializarse y profesionalizaras, y
      esto, requiere otro modo de actuar.”, lo encierra perfectamente, especialmente “requiere otro modo de actuar”. No sé qué matemáticas daban, ni dan en FP, pero deberían limitarse a aquellas que posteriormente usarán como profesionales y explicarse sobre ejemplos prácticos, ello limitaría mucho las matemáticas, pero si un alumno elije FP es porque no quiere los contenidos teóricos. Estos alumnos buscan un trabajo manual, y en lo que se pudiese descargaría el contenido teórico. Es más, para evitar el examen memorístico, pero que a su vez les dotara de la cultura general, daría el aprobado por trabajos, que deberían explicar en clase, en ello pediría la estructura general, cómo influyen unas variables en otras, cuál son las relevantes, etc. Me imagino que dada la particularidad de su aula, que tiene tantas clases como personas, además en situaciones especiales, un examen memorístico es tan contraproducente e inútil como una clase magistral. Lógicamente, como comentamos más arriba, el examen y la clase magistral serán necesarios en otras circunstancias, de hecho, yo voy a recurrir al examen final, en el proceso de evaluación continua, porque de lo contrario no ven la estructura subyacente. Como doy clases en una politécnica no me pongo tan pesado (tan purista) como si diera clase en la facultad de matemáticas, son nuevamente los matices, pero esta vez tienen el mismo proceso de enseñanza en ambos centros.
      Me imagino que, este en foro, todos buscamos lo mismo, pero el medio no es adecuado para expresar matices, pensamos que se está generalizando, y entramos en discusiones absurdas.
      Saludos, y espero que sus aparatos electrónicos vayan bajo control.

  31. Mari
    11 febrero 2011 a 21:48 #

    Bueno lo del anárquico… me sigue dando la «coñá», pero bueno tiene sus ventajas. Mi marido y yo leemos diariamente la prensa, vemos el correo, y ya no tenemos que levantarnos del brasero a buscar la enciclopedia, cuando discutimos sobre el significado de alguna palabra o cuando queremos averiguar el significado de alguna palabra en inglés.Así una errata de mi escrito anterior es: Donde dije » no actitudes» (en el 3º párrafo) quise decir «actitudes», perdón.
    En cuanto a lo que dice sobre que unos alumnos entorpecen a otros, decirle que… pienso que si se le exigiera al alumnado atención y corrección en el trato, esto no ocurriría. Lo lógico es atender adecuadamente a los alumnos y que los alumnos avancen, escuchando como es debido a sus profesores (es cuestión de normas y evaluaciones, si un alumno no muestra unas actitudes acordes a su nivel no debería pasar de curso – de esto
    realmente es de lo que deberíamos hablar, según mi criterio, la actitud ante el estudio, ante la vida, es de suma
    importancia.
    Sobre lo que dice de la FP, pues, realmente no lo sé, pero… Mire, le pondré un ejemplo. Un carpintero de valía debe tener bastantes conocimientos de geometría, da igual si los adquiere con la práctica sólo, o con la teoría y la práctica, pero debe tenerlos, y un profesor que así se considere debe enseñárselos.
    Un saludo.

    • Jesús San Martín
      11 febrero 2011 a 22:42 #

      Sabía que alguien contestaría con la geometría, no pensé que fuera usted, esperaba la respuesta por parte de algún autor, de hecho le he dedicado un buen rato hoy.
      Hace tres años hablé con un maestro albañil en Irlanda, no me fue fácil, su acento y mi oído que parece forjado en piedra no hacían fluida la conversación. Él me interrogaba sobre la forma de hacer un cálculo, le expliqué el método, que él comprobó con el suyo y me garantizó que mi método funcionaba, esboce una sonrisa y no me atreví a darle clases de albañilería. Entre su método, que tenía algunos pasos de más, y el correcto, no había diferencia funcional de tiempos: con su método tardaba unos cinco minutos y con el rápido dos o tres. ¿merece la pena que le llene la cabeza de funciones trigonométricas para ganar un par de minutos? Si quien nos lee, lo afirma, que pruebe a demostrar que triángulos semejantes tienen el mismo seno, verá que pronto se da cuenta de que Euclides era un genio, o dicho de otra forma, se dará cuenta igual de pronto que él no lo es. Cuando decía limitar las matemáticas era consciente de que un técnico de FP necesitará la trigonometría, el cálculo de fracciones y raíces cuadradas, nada más, y que no hay que machacarle con derivadas. Voy a utilizar el concepto de derivada para apoyar mis argumentos. A algunos lectores quizá les suene el concepto, pero no saber su significado es como no saber que Cervantes escribió El Quijote, no es una exageración, porque el fuerza=masa x aceleración está escrito con ese lenguaje, no sólo eso, sino toda la Física: la incultura en obras tan magistrales como la mencionada es muy grande entre quienes se clasifican de cultos. Si las personas cultas del blog no controlan ese concepto ¿por qué voy a machacar a un estudiante de FP con él, si no lo va a emplear en la vida?
      Vuelvo a los triángulos. Alguien no pensará profundamente sobre lo dicho, y me dirá que controlar los triángulos no es nada, ciertamente, es sólo la obra de un genio: Euclides, y la traslación del triángulo define un grupo, y con grupos se construyen todas las geometrías en la matemática moderna. Si un estudiante de FP, por medio de los “despreciables” triángulos, puede hacer su trabajo de forma intuitiva, entonces intuitivamente entiende la que posiblemente sea la mayor creación matemática de la historia humana.

      Porque un profesor que así se considere debe enseñar lo que debe enseñar, y de la misma manera, no debe enseñar lo que no debe enseñar.

      Saludos y que el anárquico le dé cada vez menos “la coña”, pero quizá sea bueno seguir tirando de la enciclopedia, sea prudente con Internet, hay muchas cosas falsas.

  32. Mari
    12 febrero 2011 a 20:45 #

    Y lo soy, prudente, quiero decir, pero la verdad es que también se aprende bastante en la red. Bien, no tengo nada que objetar a lo que dice. Son muchos los caminos que pueden llevarnos a Roma, pero ahora es usted el que debe tener cuidado, no creo que todos los que aquí escriben piensen como usted, porque lo que dice implica una forma de hacer que quita valor a los que se consideran «mejores». Pero una está de acuerdo, ya que creo que usted puede saber mucho de geometría, pero quizás sea incapaz de hacer una casa… ¿me entiende?
    He escuchado muchas veces decir a un familiar albañil… Pues no va y llega el aparejador o el arquitecto y dice… !Qué barbaridad!, como se nota que están todo el día en el despacho.
    En fin… cosas de la vida.
    Saludos

    • José Miguel
      12 febrero 2011 a 20:52 #

      Mari, por favor, acaba de escribir una falacia descomunal: qué tendrá que ver el hecho de ser experto en las operaciones en geometría, con ser experto en las en las operaciones de albañilería. ¿Acaso el albañil por no saber de geometría, trigonometría, o no ser licenciado en matemáticas sería mal albañil? Ruego que antes de escribir pensemos un poco.
      Un saludo.

  33. Mari
    12 febrero 2011 a 21:49 #

    Estoy de acuerdo con usted, hay que pensar antes de escribir.

    Otro saludo

  34. Mari
    13 febrero 2011 a 18:15 #

    Creo que ya he pensado lo suficiente y releído sus palabras como para poder contestarle e intentar hacerle ver que lo que escribí no es ninguna falacia, pero para ello tengo que comenzar por el principio.
    Entendí, a través de su comentario, que un albañil no necesita saber la teoría que el matemático domina; el albañil emplea la intuitivamente ¿por ensayo – error? (supuse, no obstante, que es el arquitecto el que le da las órdenes y le dice que medidas, materiales, etc. tiene que tener y llevar un muro de carga de una edificación concreta, el albañil lo hace sin plantearse tales averiguaciones, aunque imagino, también, que la experiencia le lleva a estar de acuerdo con el arquitecto; si el arquitecto le ordenara algo muy disparatado, fuera de lo que su experiencia le ha enseñado, seguro que se lo haría saber, esto en caso de despiste del arquitecto, que también pudiera en alguna ocasión equivocarse). Tras esta reflexión, estuve de acuerdo con usted, no tiene por qué conocer el albañil tantas operaciones, sería ¡uf!… Tampoco el matemático, ni el arquitecto tienen por qué saber hacer una pared a nivel, es decir, sin que se tuerza, porque entonces también serían unos fenómenos, además esto lo da la experiencia, sólo los grandes han calculado, pintado, construido… Miguel Ángel, por ejemplo.
    La experiencia enseña por el camino más largo, me dije, eso sí, hay que confundirse muchas veces, para llegar a… Si nadie te enseña a hacer una camisa, que tienes que hacer por necesidad, la harás, pero confeccionarla medio bien te llevará mucho tiempo; mientras que si, primero, aprendes corte y confección, la cosa irá por otros derroteros. Aquí es dónde, quizás, me pasé de lista y pensé poco, pero no por ello “falaciacé” (acabo de inventarla, no la critique aún). Pensé que lo que usted quiso decirme era que si un albañil llega donde mismo llega un matemático (…), eso sí, necesitando un poco más de tiempo, y además sabe hacer la casa, resultará a la larga más eficaz que el matemático, que aunque tarde menos en las mediciones, etc., tardará mucho más en hacer la casa, además que una vez hecha no tendrá, entre otras cosas, las paredes tan derechas. De alguna manera intuí que usted apoyaba la idea que defiendo: la labor de cualquier ser humano (excepciones también hay, pero esto es otro tema) es igual de valiosa y necesaria, eso de los “mejores” me suena a rancio, aunque – soy partidaria – de que a mayor responsabilidad mayor… ¿ganancia?, ya sea prestigio, sueldo. etc., pero sin pasarse, ya que todos, desde mi criterio somos igual de imprescindibles para que el cuerpo social funcione. No sé si ahora entenderá mejor mi comentario, quizás poco y mal explicado.
    ¿Sabe por qué creo lo que creo?, igual no le interesa, pero ahí va: Recordará la esclavitud griega, romana; recordará esa larga, analfabeta y triste, edad media europea, los absolutismos y demás, para qué seguir. Hoy, aunque debemos rescatar todo aquello que sirvió, que humanizó al hombre (lo que abolió la guillotina, la esclavitud, etc.). Decía que hay que rescatar todo lo bueno y desdeñar lo malo. Hoy, para mí, no es todo malo, aunque existan personas que lo vean todo negro… De verdad que no lo entiendo, o son pesimistas o llevan algún interés, otra explicación no encuentro. Hoy está escolarizada prácticamente toda la población en edad escolar ¿En qué otra época ocurrió esto? Y claro que esto trae problemas y bastantes, pero la solución no es una vuelta atrás, no es salir a correr porque viene lo desconocido, como hizo la Roma “democrática”, que a la larga sumió a Europa en esa larga Edad Media; soy partidaria de hacer frente y mirar hacia adelante (no olvidando lo que sabemos y lo que podemos aprovechar), de buscar soluciones mejores, más creativas y dignas. Hoy en las ciudades podemos ver… Mire la bella Roma, por ejemplo, se entremezcla lo viejo con lo nuevo.
    Imitemos a los grandes químicos, físicos, técnicos, también a Eiffel, a Gaudí y su catedral y su parque… ahora otros también hacen grandes obras. Lo nuevo se fundamenta en lo viejo… y lo mejora.
    En fin… ya sé que somos muy mayores para que nadie nos convenza de nada, pero un aprendiz también tiene que decir lo que tiene que decir, los maestros, a veces, también se despistan.
    Un saludo

    • marile
      13 febrero 2011 a 19:03 #

      Mary, yo no podría haberlo escrito mejor. Si me dices además que mientras lo hacías andabas pensando en qué vas a hacer para la cena, si hacer o no el trabajo que te encargo tu jefe, si llevar a comprar a tu madre antes o después de pasar por el Ikea a comprar unas cajas a tu hija que le ayuden a mantener en orden su armario, y cómo hacer para pagar el arreglo del coche sin que se note demasiado en la economía familiar, te doy un beso, o dos o tres. Otro día ya debatiremos amplio y tendido sobre cuestiones de género, que parece que preocupan mucho por aquí.
      De todas formas, creo que entre tú y yo estamos abusando mucho del tiempo de Jesús, que parece muy ocupado y seguro que tiene cosas más importantes que hacer. Así que te dejo a ti que sigas debatiendo. Yo os leeré muy gustosamente. Te voy a dar un puntito, mujer.

    • Jesús Sann Martín
      13 febrero 2011 a 19:56 #

      Querida Marile, entiendo que la Sra Mari está respondiendo a José Miguel, no a mí, quien le dijo: “Mari, por favor, acaba de escribir una falacia descomunal:”. Y la Sra Mari empieza su post contraatacando la falacia: “intentar hacerle ver que lo que escribí no es ninguna falacia” Es evidente de esa frase que responde a quien le achaca la falacia, no a mí, que en ningún momento le acuse de falaz. Si la Sra Mari pensase que me estaba contestando a mí, sería evidente, a la luz de la frase que acabo de colocar arriba, que se le han mezclado dos intervenciones, en cuyo caso tendría que indicarme que parte se refiere a mí, en cuyo caso será un placer contestar (la cena ya le tengo hecha)

    • José Miguel
      13 febrero 2011 a 21:24 #

      Mari escribe:

      1. «la labor de cualquier ser humano (excepciones también hay, pero esto es otro tema) es igual de valiosa y necesaria, eso de los “mejores” me suena a rancio, aunque – soy partidaria – de que a mayor responsabilidad mayor… ¿ganancia?, ya sea prestigio, sueldo. etc., pero sin pasarse, ya que todos, desde mi criterio somos igual de imprescindibles para que el cuerpo social funcione.»

      2. «Recordará la esclavitud griega, romana; recordará esa larga, analfabeta y triste, edad media europea, los absolutismos y demás, para qué seguir.»

      Es decir, Mari hace el siguiente constructo «lógico»: A («la labor de cualquier ser humano es igual de valiosa») es noA («Recordará la esclavitud griega, romana…»).

      Excuso seguir analizando más detenidamente, por ahora, todo lo que ha escrito Mari, porque muchas de sus partes tiene el mismo calibre «lógico»: decir «arre» y «so» a la vez. Se violan los principios lógicos del entendimiento más elementales.

  35. Mari
    13 febrero 2011 a 18:34 #

    Perdone los errores, las carreras y demás. Por otro lado, decir que, en todo momento, me refería a nuestro país y a Europa.

  36. Mari
    13 febrero 2011 a 20:17 #

    Pues sí, error garrafal, no fue usted quien escribió lo de la falacia, señor Jesús San Martín, lié los nombres, despiste, ve. Bueno, pues perdonen ambos. Realmente no sé como arreglarlo, ya pensaré en algo, de momento… mil perdones.

    Marile, cuando quiera hablamos, pero lo mío más que llevar a madre a comprar – murió hace quince años – es de jugar con la nieta, pero vamos, mi marido juega más que yo. La cena la hacemos a medias. Eso sí, tengo que hacer diariamente visita a padre y, a hermano enfermo, un día sí y otro no. Tengo que trabajar y…

    Saludos a ambos

  37. Jesús San Martín
    13 febrero 2011 a 20:55 #

    Lo que pretendía comunicar en mis post con la Sra Mari era lo siguiente:
    1.- Los alumnos de FP serán trabajadores manuales: mecánicos, electricistas,… profesionales cuyas necesidades matemáticas serán escasas, pero que si lleno su formación de matemáticas que no van a usar, tal como la derivada, les alejaré del estudio. Lo expongo en mi calidad de profesor de matemáticas, por lo que nadie puede acusarme de querer eliminarlas; aunque soy consciente de quien no teniendo ni idea de ellas y no habiendo impartido nunca la materia, pretendan, desde su ignorancia, ayudarme.
    2.- Expresé mi opinión personal de que dado que los estudiantes de FP necesitan una formación cultural, pero prima en ellos la actividad manual sobre la intelectual, quizá fuera mejor conseguir eso por medio de exposiciones y trabajos, y no por medio del examen; a lo que añadí que eso no sería valido para quienes optaran por la actividad intelectual. Es mi opinión personal, pero la decisión queda para el profesional que imparte la materia, pues la idea, aunque me parezca buena, al no haber impartido la materia, no soy consciente de los problemas que tal medida acarrearía.
    3.- Estuve de acuerdo con la Sra Mari en que situaciones distintas necesitan de soluciones distintas, y en particular, consideré que una clase magistral en el aula particular que lleva ella sería tan contraproducente como un examen.
    4.- Hablé de la necesidad de la heterogeneidad de las clases, y de cuál eran los orígenes, y los problemas que traían.
    5.- Lo que yo quise decir con el ejemplo, es lo que usted entendió originalmente “Pensé que lo que usted quiso decirme era que si un albañil llega donde mismo llega un matemático (…), eso sí, necesitando un poco más de tiempo,” Exacto, porque el albañil estaba calculando la longitud de una viga, y tardó 5 minutos y yo 2, ¿y qué? ¿por eso les voy a amargar la vida a los estudiantes de FP con derivadas, y voy a destrozar el futuro de excelentes profesionales?
    6.- Su intuición fue correcta “De alguna manera intuí que usted apoyaba la idea que defiendo: la labor de cualquier ser humano (excepciones también hay, pero esto es otro tema) es igual de valiosa y necesaria”, lo he expresado varias veces en el blog, y el entrañable Juan Poz, cuando la tesis no le quitaba tanto tiempo, me hizo notar que eso era un comportamiento muy americano.
    7.- Lo anterior no evita que en los desempeños los haya mejores y peores, no lo considero rancio, sino una verdad obvia para quien quiera mirar. Para que no haya problemas, Gauss es Gauss en matemáticas, yo caquita de nada. Los hay mejores y peores, sin duda, lo que no implica nada sobre la dignidad personal, ni los derechos.
    8.- Si me interesa lo que piensa usted y muchísima gente, sino no contestaría como sucede con algunas personas del foro, incluso aunque haya pequeños piques, y cuando pierden en el lance dialéctico (y lógicamente matemático) recurran al deleznable comportamiento de querer buscarte las cosquillas por donde no deben.
    9.- Discrepo con usted en que todo el mundo esté escolarizado, lo que yo veo es que todo el mundo está en el aula y casi todo el mundo des-escolarizado, que es exactamente lo contrario de su afirmación.
    10.-Discrepo con usted en otra cosa, lo veo muy negativo, y no porque me vaya a pillar a mí, me cuido solito bastante bien, pero me preocupan los demás. Creo, como dice Juan Pedro, y otros visitantes del foro, que esto es un fascismo con cara democrática. No me voy a extender sobre el tema, pero usted está totalmente controlada, está tan controlada, que no necesita hacer la declaración de la renta porque se la mandan hecha ¿entonces por qué tiene que hacerla usted todos los años? Fácil, para recordarle que está controlada. Observe lo contrario: las empresas, no hay ningún control sobre ellas; pruebe a darse de baja al teléfono: no hay razón social física, sólo un número 900, al que llama, y paga por llamar (permítame la expresión: ¡manda huevos!)
    Pero el problema gravísimo es que el dinero que usted maneja es fiduciario y fraccionario. Entérese de lo que significa. No le quiero ganar una tableta de choco negro porque jugaría con mucha ventaja, así que no le voy a apostar a qué usted no sabe como se crea el dinero, porque no lo sabe, pregunte a la gente, y verá que tampoco lo saben ¿cómo es posible que la gente no lo sepa si todo el mundo lo lleva en el bolsillo? Cuando se enteré, o EEUU, o China, o los dos, nos estarán montando un cristo de mil demonios. Y me imagino, que ya sabrá, que la explosión en Egipto se produjo porque los alimentos subieron un 70%, claro debido a la mala meteorología (habrá escuchado en la TV), pero lo mismo le ha pasado a todas las materias primas: cobre. Aluminio, gas, petróleo, que no dependen del clima, y usted ha demostrado ser muy intuitiva, por lo tanto habrá intuido dos cosas:
    1.- Que la subida se debe al dinero fiduciario y fraccionario
    2.- Que habiendo cada vez más paro, bajándonos el sueldo y subiendo las cosas, a buen lugar no vamos.
    Interés en ser pesimista no tengo, tengo pánico: el albañil puede hacerse su casa y el matemático coger los números (y joderse de miedo)

    P.D. Era evidente que parte de su post iba dirigido a mí, aunque parte del ataque iba cargado porque pensaba que yo le acusaba de falaz. Viendo que iba en parte dirigido a mí, empecé el post que le dejo.
    Los errores son parte fundamental de la naturaleza, del aprendizaje y de la creación.

    • Jesús San Martín
      13 febrero 2011 a 21:02 #

      Fe de errata
      Dice:
      4.- Hablé de la necesidad de la heterogeneidad de las clases, y de cuál eran los orígenes, y los problemas que traían.
      Debe decir
      4.- Hablé de los problemas de la heterogeneidad de las clases, y de cuál eran los orígenes.

      A las faltas nunca les pongo fe de erratas, porque se entiende por el contexto.

  38. Mari
    13 febrero 2011 a 22:01 #

    José Miguel, perdone. iridio esto, si no distingue entre el hoy y el ayer… es su problema y eso sí es una verdadera falacia, pero cada uno es cada uno.

    Jesús San Martín, lo que dice, me parece muy interesante, le contestaré como merece. Ahora no puedo.

    Un saludo

  39. Mari
    13 febrero 2011 a 22:06 #

    Donde dice iridio esto (nuevamente el anárquico) quise decir: siento esto

  40. Mari
    15 febrero 2011 a 23:10 #

    Bien, señor San Martín,  comenzaré a contestarle desde donde parece que no estamos de acuerdo. Usted dice:
    «Lo anterior no evita que en los desempeños los haya mejores y peores, no lo considero rancio, sino una verdad obvia para quien quiera mirar. Para que no haya problemas, Gauss es Gauss en matemáticas, yo caquita de nada. Los hay mejores y peores, sin duda, lo que no implica nada sobre la dignidad personal, ni los derechos». 
    Nada que objetar nuevamente, aunque habría que averiguar por qué dentro del grupo de los niños  sin necesidades especiales, en sus desempeños, los hay muy buenos, buenos, regulares, peores y muy peores, desde mi criterio esto tiene que tener algunos porqués, además de los hereditarios, ¿No cree? Quizás, usted, sea de los que piensan que ese no es su problema, que bastante tiene con impartir los contenidos de Matemáticas. Y quizás tenga razón, pero ¿de quién es el problema? Tampoco sé si estará de acuerdo en que… tal vez los mejores no son los más esforzados en la adolescencia. Ni si… quién o quiénes tienen la «culpa» de que lleguen a los institutos chavales (sin dificultades de comprensión, etc.) con unas actitudes tan… ¿deficientes? Tampoco sé si piensa que son los padres, una piensa que es la sociedad en general, sería largo contarle mi «teoría», pero con lo que le he comentado y lo que expondré después, se hará una idea.
    En mis clases utilizo todos los métodos que me dan resultado; no abuso de la clase magistral, pero de vez en cuando la utilizo, creo que tiene sus ventajas; también propongo actividades individuales y a veces, muy pocas, en pareja, aunque, para serle sincera no siempre consigo que reflexionen piensen y mediten lo suficiente antes de contestar a las preguntas, tienen adquiridas unas costumbres… preguntar constantemente, comentar con el compañero/s, etc. les digo que padecen de activismo irreflexivo; algunos, pocos, no hacen casi nada, esperan que todo se lo den hecho, cuando se dan cuenta que no es así, suelen dejarlo para otro curso.
    En lo de estar escolarizado, me refería a que la enseñanza hasta los dieciséis es obligatoria, y ahora sí, lo suelen estar hasta esa edad, independientemente de que aprueben o no, con la ley del 70 era obligatoria hasta los catorce, pero en realidad bastantes alumnos, y sobre todo alumnas, lo dejaban antes, al menos es lo que tengo entendido, la verdad es que no dispongo de datos contrastados ¿Tiene, usted, estos datos o sabe donde encontrarlos? le agradecería,  si es así, que me diga donde encontraslos, gracias. 
    Soy partidaria de que la enseñanza sea obligatoria hasta los dieciséis, pero también lo soy de que los alumnos repitan curso si es necesario y las veces que sea preciso y que  puedan permanecer escolarizados hasta que terminen la Educación Secundaria, tengan la edad que tengan, eso sí… a partir de los  dieciséis en los centros de adultos, y por supuesto hablo de niños sin dificultades significativas. También soy partidaria de que las normas se cumplan y si no se cumplen, ahí están las sanciones… No podemos permitirnos que las clases parezcan recreos. Desde mi punto de vista, la actitud es muy importante y, además evaluable, si tengo que sancionar a un alumno reiteradamente, éste no estará preparado para pasar de curso, el que no se esfuerza, el que no respeta a los compañeros y al profesor, etc. no tiene una actitud adecuada.  Vivir en una sociedad como la nuestra implica tener unos deberes y unos derechos, ya casi desde la cuna. De derechos sabemos todos  mucho, pero de deberes… y es ahí donde está el quid de la cuestión. El alumno tiene que tener muy claro cuáles son sus deberes y sus derechos y los deberes tienen que cumplirlos… y los derechos aprender a exigirlos con corrección cuando se les nieguen, como debe hacer todo hijo de vecino. si queremos que sean ciudadanos respetuosos…
    Yo no creo que estemos en un fascismo con cara democrática, el facismo es otra cosa, creo que estamos en una democracia imperfecta, donde todos y cada uno de nosotros, lo de antes, exigimos nuestros derechos, pero no cumplimos todos nuestros deberes (esto lo he dicho en más de un foro: no pagamos los IVAs, nos tapamos unos a otros y nos saltamos más de una norma, así… chapuceamos cuando estamos cobrando el paro, cuando contratamos, pero no contratamos,  cuando se permiten sueldos astronómicos a ciertas personas que… mientras otros pasan necesidades… ¡Indignante!, lo malo de todo esto es que quiénes tendrían que dar ejemplo, son quiénes menos cumplen con sus deberes de hombre y ciudadano, la ética y la ética democrática son las que fallan, el facismo es otra cosa. Y no estamos tan controlados como cree, si así fuera no podríamos decir lo que decimos y hacer lo que hacemos. Es cierto que estamos, los funcionarios, más controlados por hacienda que otros, pero es que lo otros deberían cumplir, deberían autocontrolarse.
     Hay cosas que a mí tampoco me gustan como lo de las líneas  900, pero esto es cosa de la privada, ¿es que tampoco está de acuerdo con la empresa privada?,  tampoco me gusta lo del dinero fiduciario y fraccionario, pero creo que quiénes tienen las «perras»  nos manejan a todos los demás, y es ahí, donde hay que hacer algo, porque el dinero lo  tienen ellos y lo manejan ellos, de modo que  por el interés que tienen en seguir enriqueciéndose no creo que la cosa vaya a peor, ahora les interesaba lo que está ocurriendo, y caíga quién caíga, eso no les importa. Y el dinero, señor Jesús San Martín, no se crea sólo, lo crean ellos, cuando les interesa, y cuando ven que se han pasado dan unos pasitos para atrás, caiga quien caiga, y vueltas a empezar, ¿Cómo luchar contra, llamémosle, X? ¿Con  las democracías casi perfectas, (el casi representa la excepción a la regla), cumpliendo deberes y exigiendo derechos?  Sí, desde mi criterio, aunque a saber. Bueno, señor Jesús, lo mío es la escuela (aunque todo esté relacionado) proponer y buscar junto a los demás, acordando, mejoras necesarias…

    Un saludo

    • Jesús San Martín
      16 febrero 2011 a 13:32 #

      Hola Sra. Mari.
      Estamos de acuerdo en:
      1.- No puede haber promoción automática
      2.- Los alumnos deben comportarse educadamente, respetando labor de todos. Eso implica no hablar, y evitar todo tipo de actividades que molestan al resto de compañeros, o a la labor del profesor. Hay deberes y derechos.
      3.-Hay personas con distinto desempeño, y usted, como buena profesora se pregunta por qué (lo trataré más abajo)
      Me gustaría estar de acuerdo en que hay mucha gente, con buena voluntad, pero desconocimiento total de la labor, que pretende que sus opiniones se pongan en marcha, y eso no puede ser. Estoy de acuerdo en escuchar, después veré si se pueden atender las peticiones. El profesor es la persona competente, y única autorizada, para llevar su clase. El principal problema no son las personas que acabo de mencionar, sino aquellos pedagogos que quieren fijar una doctrina sin la correspondiente base científica. En ningún momento me estoy oponiendo a la pedagogía, simplemente pido, como científico, y basta como persona crítica, que lo que se me presenta como verdad sea tal, en este caso respaldada por la experiencia o los experimentos.
      Paso a explicar la distinta capacidad tratada en el punto 3. Necesariamente necesitaré un poquito de matemáticas, pero serán fáciles. Hay personas más altas y más bajas, hay un valor medio, y luego encontramos unas por encima y otras por debajo, cuanto más altas o más bajas menos probable de encontrarlas, es una distribución normal o gaussiana. Da lo mismo hablar de altura, peso, resistencia física, o capacidad para comer rabo de toro. Lo mismo sucede con las capacidades intelectuales: memoria, imaginación espacial, capacidad de abstracción, etc. Los dones se reaparten aleatoriamente, y en conjunto todos salimos más o menos igual: eres bueno en aquello, peor en lo otro, te mueves en el valor medio por acá, etc. Si suponemos que todos los alumnos tienen la misma base de conocimiento, cuando empiece a explicar matemáticas, que necesitan una gran capacidad de abstracción, aquellos alumnos que estén por encima de la media tendrán un mejor desempeño que quienes está por debajo. En este momento salen beneficiados los alumnos con esa capacidad, pero como la naturaleza reparte para todos, los que están mejor dotados para la abstracción pecarán en otro sitio, por ejemplo resistencia física, y a la hora de jugar al fútbol tendrán un pésimo desempeño, mientras que saldrán beneficiados quienes antes iban mal en matemáticas. Lógicamente, cuando uno es bueno en una cosa, practica, y al practicar, mejora, y se mete en un círculo virtuoso: desgraciadamente la gente lo olvida, me explicaré. En este momento, y en función de lo que he dicho, la gente habrá llegado a la conclusión de que nunca sabrá matemáticas, y es absolutamente falso. Algo que es terriblemente complicado es conducir, y la gente lo hace bastante bien, a pesar de que cuando empezamos a conducir creemos que sólo un pulpo tiene brazos suficientes para manejar tantas cosas. ¿por qué aprendemos, si es tan difícil? porque practicamos, y muchísimo; quien esté bien dotado para ello lo logrará antes, los demás después, todos llegan con la práctica, y ese es el secreto: la práctica, y en la actividad intelectual la práctica se llama estudio, y cuanto más practiques mejor. Si uno estudia matemáticas se hace con ellas, no será Gauss, igual que no somos Alonso, pero conduciremos debidamente y sabremos matemáticas debidamente. Como el día tiene 24 horas no se puede hacer todo, hay quien prefiere jugar al fútbol y hay quien prefiere practicar inglés, uno recogerá un buen fútbol y otro un buen inglés.
      Resumiendo, hay unas capacidades naturales, repartidas aleatoriamente, que nos permiten desempeñarnos mejor en un actividad que en otra, y que lógicamente también se dan en la escuela (igual que hay distinta fuerza entre los alumnos), y si coges las pesas te pondrás más fuerte, y que cuanto más practiques más fuerte, el tiempo que dediques a las pesas no lo estarás dedicando a las matemáticas, pero lo primero da agujetas y lo segundo dolor de cabeza, de juerga de padre y muy señor mío no tienen nada (las tonterías de “sin esfuerzo” son engañabobos)
      Soy partidario, como usted, de la enseñanza obligatoria hasta cierta edad, que bien podría ser los 16 años, pero esa enseñanza no tiene porque obligar a los alumnos a encaminarse exclusivamente a la actividad intelectual, puede y debe ser, la formación profesional, especialmente para aquellas personas a los que la naturaleza a dotado soberbiamente bien para tales actividades y les gustaría esa opción (ya sabe que yo les quitaría las derivadas)
      No le puedo darle información sobre el instituto, porque me muevo sólo en la universidad.
      Un saludo

      P.D. A las cuatro visitaré a una doctoranda, ha escrito la tesis en menos de tres años y tiene un primer artículo (tendrá más) en una buena revista. Trabaja a tiempo completo en una universidad y a parcial en otra, tiene dos hijos adolescentes, una hipoteca como todo el mundo y unos padres muy ancianos a los que cuidar ¿cómo ha hecho la tesis? ¡jodiéndose viva! Hay quien prefiere ver la tele, pero dentro de poco ella podrá elegir horario (cambiará su elección por ser doctora), dejará de trabajar los viernes por la tarde, le subirán el sueldo y le darán sexenios, ¡podrá dejar un trabajo! ¡los que ven la tele seguirán jodidos toda la vida, ella se jodió un tiempo! A mí me ha dado un montón de alegrías, y cuando la abrace como doctora en junio una grandísima.

  41. Mari
    17 febrero 2011 a 15:35 #

    Estoy muy de acuerdo con usted en lo que dice a final, pero que muy de acuerdo, pero considero que las personas tan preocupadas por aprender en el fondo, muchas de ellas, no todas por desgracia para el mundo, realmente lo que quieren es ayudar a los demás… Y esto es maravilloso…
    En cuanto a lo que dice sobre los intereses que tenemos cada uno y el tiempo que empleamos en la práctica de una materia, actividad, etc. que nos atrae más…  nada que objetar, perfecto, pienso igual; pero también creo que cualquier persona, sin dificultades para aprender cualquier cosa,  puede aprenderla, ya que cuando alguien se ha visto o ve obligado a aprender algo por necesidad, que nada tengan que ver con sus gustos, lo aprende (cuantos hijos, antaño, eran obligados a seguir la profesión de sus padres o la  que sus padres deseaban para ellos,  aunque a ellos no les gustase, y cuántas mujeres… A pesar de ello, no  pocos, de éstos y éstas, llegaban a ser muy buenos o excelentes  en su profesión). Esto no quiere decir que una esté de acuerdo con lo dicho, que para nada. Soy partidaria de observar a niños y adolescentes, de orientarlos para que vayan descubriendo sus aptitudes, posibilidades y gustos y para que las/lo acoplen en su propio beneficio… pero lo dicho no quita que sea necesaria una formación primera e integral que les lleve a ser competentes para desenvolverse en una sociedad como la nuestra; ya sé que usted también desea esto y que yo no estoy tampoco en contra que la enseñanza Secundaria sea más práctica (o lo que es lo mismo vaya más dirigida, al menos en parte, hacia el aprendizaje de procedimientos comunes a muchas profesiones manuales); la diferencia entre su propuesta y la mía, quizás esté en que, desde mi criterio, usted, tal vez, es lo que intuyo,  cree que sería mejor separar al alumnado en el 2º ciclo de ESO, unos  pasarían a  iniciarse en una formación profesional más práctica y los otros, en una más «teórica» y una cree que a todos les sería necesario aprender ciertas habilidades y destrezas manuales comunes a muchas profesiones, y necesaria para un adecuado desenvolvimiento en la vida. Imagine que somos usted y yo los que tuviéramos que pactar, en materia educativa,  cada uno de nosotros respaldados por un número de personas determinadas, pues… esta diferencia (que creo que existe, entre usted y yo)  ¿Cree que podríamos llegar a un acuerdo?
    Enlazando con lo anterior y en referencia a otra parte de su post, decirle que, por si no lo sabe, creo haberlo comentado en este espacio, soy pedagoga, aunque no ejerza como tal, y hasta donde sé, unos consideran que la pedagogía es una ciencia aplicada de carácter psicosocial, y otros, que es un saber o un arte, pero se estudia como ciencia aplicada, aunque al estudiarla me hice consciente de su incapacidad para lanzar principios y leyes… a lo sumo conjeturas o teorías (aunque también son muy dudosos las significados de estas palabras), no obstante, para mí, lo que existen son diferentes formas, más o menos  valiosas y contrastadas, de entender la educación; formas  fundamentadas en la filosofía, psicología, sociología, etc. Vamos que como el teorema de Pitágoras no es. En fin, que o acordamos entre los prácticos de la educación (teniendo en cuenta  los saberes pedagógicos habidos hasta hoy) o… 

    Saludos

  42. Jesús San Martín
    17 febrero 2011 a 18:13 #

    Me alegra que estemos de acuerdo. Vuelve a intuir bien, y pienso que los alumnos deberían tener la opción de elegir entre formación profesional y un enfoque más teórico antes de lo que sucede ahora, no necesariamente que toda la educación secundaria sea más práctica.
    Discrepo con usted, cuando dice “para mí, lo que existen son diferentes formas, más o menos valiosas y contrastadas, de entender la educación”, no todas están contrastadas y si la que no lo está es la que determina la pedagogía, como es el caso, pues tenemos un grave problema. Además, sería para mí muy fácil desbaratar los supuestos experimentos, pues mostraría variables que no se han tenido en cuenta.
    Por lo que hablamos, quizá sólo estemos discrepando en cuestiones de matices, en cuyo caso podríamos crecer sobre las bases comunes. De todas formas estoy de acuerdo con lo que dice Raus, y entre ustedes tienen muchas discrepancias, por lo que no puedo estar simultáneamente de acuerdo con los dos si discrepan. Hay algo que no capto, o se están expresando las mismas bases desde distintos puntos, o considerando los matices como trascendentales. De todas formas, como científico, no me vale el número de personas que me avalen, sino la verdad, y aunque no me avalara nadie, seguiría con mi idea mientras no se me mostrara su falsedad.
    Hay un hecho en el que estoy de acuerdo con usted, y me alegra mucho. Su frase “pienso igual; pero también creo que cualquier persona, sin dificultades para aprender cualquier cosa, puede aprenderla”. Un pequeño matiz, la reescribiría: casi cualquiera puede desempeñarse adecuadamente en casi cualquier cosa. Me baso en la conducción, que es muy difícil, la gente aprende mayor y casi todos lo consiguen, por tanto, la afirmación es cierta. Pero para tal logro se necesitan dos cosas. Primera: profesores competentes que enseñen, de ahí la necesidad de la escuela de la excelencia que estamos tratando en
    http://deseducativos.com/2011/02/16/el-docilitador-o-el-cortaunas/#comment-7775
    Segunda. Mucha práctica, mucha, mucha, que está claramente en contra de la moda actual. Es nuevamente lo que comentábamos, las 24 horas se emplean como uno quiere, y hay que elegir.
    Cuando digo la escuela de excelencia, que es también el hecho de que los más habilidosos intelectualmente sean llevados a su potencial sin ser limitados por los demás (rezagados respecto a ellos en estas materias), también hablo de que quienes estén más limitados, tengan un tratamiento especial y reforzado, para alcanzar ese mínimo que es necesario en la sociedad. Observe que ambos casos son los extremos de la distribución normal de la que hablábamos.
    En esencia, casi todo el mundo estará en el centro, si mantenemos las clases homogéneas, sin dejar pasar a los que no están preparados. Habrá unos pocos, que por exceso o defecto, necesitarán ser tratados de forma especial. De todas formas, en todos los grupos exigiendo mucho trabajo y mucha dedicación, para poder llegar a ese sitio al que casi todos podemos llegar.
    Las personas que tiene usted, con problemas, no crea que están en la parte baja de la distribución normal, es muy probable que algunos de ellos estén en el otro extremo: en el alto. Una escuela de la excelencia, preocupada porque personas con grandes capacidades intelectuales alcancen su máximo potencial, habría cuidado de esas personas. Pero si igualamos en los mínimos, no sólo las personas excepcionales intelectualmente, sino prácticamente todos, se sentirán igual de frustrados. Creo que ambos sentimos que las personas son como los pura sangre, y están hechos para correr, no para mantener el trote de los podencos. Muchos problemas de comportamiento en el aula, quizá deriven de ello.
    Un abrazo.

  43. Mari
    18 febrero 2011 a 17:06 #

    Sí, señor San Martín, a mí me costó relativamente poco coordinar manos – pies, me costó más asumir que aunque él, el coche, pudiera ir más rápido… yo era quien le ordenaba lo que tenía que hacer. No podía entenderlo, lo recuerdo con desazón, tendría unos veinticinco años, ¿Cómo podré controlar este aparato en tampoco tiempo?, me preguntaba a cada dos por tres,  me examinaba en breve… Tenía la impresión que la máquina me manejaba, y poco podría hacer si aquel «vicho» se desmadraba. El profesor, tras una o dos prácticas, quiso que me pusiera a la velocidad normal en carretera, a 80 km/h, pero una no entendía como podía  obligarme a hacer tal cosa, cuando, aún, no podía dejar de mirar pedales, marcha,  volante a la vez. Aprendí, como todos…  pero aún  me cuesta entenderlo. 
    Sí, la práctica, tiene, usted, más razón que un santo. En éste aprendizaje interviene mucho el deseo… Muchos jóvenes desean tener la edad mínima exigida para aprender  a conducir un coche, para tener carnet y un coche, sueñan con ello. Además es tan agradecido si lo comparamos con lo que ahorra,  el esfuerzo, si el desplazamiento no es  largo, es casi despreciable y a muchos hasta les gusta conducir. Otras personas desean tenerlo por un interés, cuestiones de trabajo… Y también lo aprenden pronto. Pasa igual con el fútbol, por ejemplo, a muchos hombres sobre todo… les encanta y… Es más complejo el aprendizaje de contenidos que no están relacionados con tus deseos y necesidades, aquí intervienen otros factores, si lo tenemos que aprender porque nos obligan y  tenemos  miedo, pues lo aprendes también rápido, si no lo tenemos, pero  nos hacen conscientes, poco a poco, desde pequeño de cuáles son nuestras obligaciones como ser vivo, como miembro de una comunidad como la nuestra,   las normas deben cumplirse… también lo aprendemos con cierta rapidez, pero si sólo nos los presentan como aquello que es necesario hacer, pero sin pedir nada a cambio, esperando que guste y se aprenda. Siempre,  por supuesto, habrá niños a los que les guste más aprender contenidos escolares que jugar, pero, no nos engañemos,  a la mayoría les gusta más jugar.
    Imaginará, usted, ya cúal es la opción que propongo.

    Los pura sangre y los podencos. 
    No he entendido muy bien que me ha querido decir con los pura sangre y los podencos, pero si es lo que imagino, decirle, que poca diferencia veo entre ellos, hoy y en nuestro país, ambos de fina estampa, cazador uno, buscador de hierbas el otro, pero esto cuando están en estado salvaje, que no los hay,  y si están domesticados, como es lo habitual, pues… los unos, compañeros de algunos en el deporte de la caza, los  otros… compañeros de carreras y saltos, para el deleite de…  poca diferencia veo.

    Formas más o menos valiosas y contrastadas de entender la educación. No cree, de verdad, que existan diferentes formas de entender la educación, y que estas formas lo sean porque están realmente contrastadas. Mire, voy a demostrarle lo que digo: usted,  el señor Raus (luego le comentaré sobre nuestras discrepancias) y casi todos los que aquí escriben, piensan, en materia educativa, diferente a mí y a muchas otras personas que piensan como yo,  después están los que piensan en «la letra con sangre entra», esto por mencionarle algunos  casos de pedagogía contrastadas, practicadas, y fundamentadas en teorías psicológicas… filosóficas. No me diga que no hay en la actualidad profesores que se acogen a las dos primeras formas y actúan con arreglo a ellas a pesar de…
    En el fondo, señor San Martín, es todo filosofía, una más mundana que otra, una popular  y otra teórico – intelectual.  

    También soy partidaria de dar a los sobresalientes lo que necesitan, al igual que a los que necesitan ayuda, pero qué hacemos con los que, siendo sobresalientes o «normales»  nos llegan a la escuela con todo mal aprendido,  a los que hay que enseñar a desaprender lo aprendido y a comenzar a aprender lo que realmente es necesario que aprendan, para que en el futuro… Entre otras cosas, ¿no utilice su inteligencia egoístamente?

    Supuesto práctico:
    (Esto sólo para el caso que no le importe comentarlo) 
    ¿Qué haría si es divorciado, con dos hijos que se crían con su ex y que los manda a vivir con usted, en plena adolescencia, porque no puede con ellos? Otros datos: edad – 15 y 16 años – muy inteligentes, maleducados, vagos para el estudio, egoístas, aún no han aprobado 2º de la ESO.

    En cuanto a lo que dice sobre el señor Raus, que quiere que le diga, pues si está de acuerdo con él, está de acuerdo con él, pero ello no implica que esté totalmente en desacuerdo conmigo, porque ni siquiera el señor Raus y yo estamos en total desacuerdo, es más, he aprendido del señor Raus muchas cosas, y he aprendido también mucho discutiendo con él, hemos discutido bastante y ya está casi todo dicho, por ahora, no obstante,  nunca me negaré a discutir, ni a acordar con él (él sí se negará siempre a pactar conmigo y por lo que veo usted también), ni a comentar algunos de sus comentarios, en los que  considere que hay algo interesante que  comentar, desde mi criterio. Y cuando algo de lo que dice me parece bien procuro hacérselo saber.

    Un cordial saludo para usted y otro para el señor Raus, y que me disculpe por hablar de él…  no sé si está bien, pero su comentario me llevó a ello.

  44. Jesús San Martín
    18 febrero 2011 a 18:13 #

    Habla usted de deseo (pasión) y estamos de acuerdo en la necesidad de la práctica, vea usted

    http://deseducativos.com/2010/12/19/pasion-y-trabajo-duro/

    No creo que nadie del blog piense “la letra con sangre entra”, piensan lo que nosotros: práctica y más práctica. Y evidentemente, según las pasiones a unos les resultarán más fáciles unas cosas que otras. Pero todos tienen que saber leer, escribir y la tabla de multiplicar, y lo tendrán que aprender aunque no quieran.

    Fue desafortunada la expresión caballos de carreras y podencos, porque es una imagen que genera confusión, quería transmitir que los sobresalientes no fueran limitados por aquellos no agraciados en sus mismas cualidades.

    No entiendo el párrafo: “ nos llegan a la escuela con todo mal aprendido, a los que hay que enseñar a desaprender lo aprendido y a comenzar a aprender lo que realmente es necesario que aprendan, para que en el futuro… Entre otras cosas, ¿no utilice su inteligencia egoístamente?” Considero que a la escuela se va para aprender, no veo cómo han llegado mal enseñados, salvo que alguien ha hecho mal su trabajo y les haya dejado pasar sin estar preparados para ellos. Tampoco en tiendo su pregunta “¿no utilice su inteligencia egoístamente?”, como humano tengo defectos, pero el egoísmo creo que no.

    No tengo inconveniente en contestar a su segundo caso práctico. Primeramente. Lo que expone usted es una circunstancia engendrada por la sociedad, y difícilmente ningún padre puede hacerse con el control de la situación. Segundo, lo que haría yo. Soy una persona muy directa y no me ando con pamplinas. Dependería de su sexo y utilizaría sus miedos, claramente a esa edad el sexo es parte fundamental de sus nuevos cuerpos. Si fuera chica le llevaría a la calle Montera (donde están las putas “baratas” junto a la Puerta de El Sol) y le mostraría como se acaba, contándole a continuación el trabajo que realizan sin omitir ningún detalle. Si fuera chico me enteraría qué clase de chicas le gustan y a continuación descubriría que chicos les gustan a esas chicas, a continuación le mostraría que él acabaría como esos odios chicos, despreciados por sus amigas. Luego me los llevaría a Embajadores, de donde sale el taxi de la droga, para que vean hasta donde se puede bajar, y les daría más detalles. Seguiría paseando por Madrid, y les mostraría como los “sin techo” mean dentro de una botella y defecan tras un árbol. Por último les haría visitar las colas de Cáritas y los centros de acogida para “sin techo”. Les diría tranquilamente, ahí es donde podéis acabar, yo os quiero mucho, y no me gustaría, pero que acabéis ahí o haciendo lo que os gusta (les hablaría de lo que les gusta y de la necesida de estudiar y trabajar para alcanzarlo) depende de vosotros. A partir de entonces, si quieren leche tendrán que ir a comprarla a la tienda, lo mismo otro montón de productos, limpieza, etc. Colocarán los platos en el lavavajillas o tendrán la comida en el plato del día anterior, harán la cama y meterán la toalla sucia en la lavadora o no se les cambiará, etc, etc, etc. Para que no tomen tan negativamente lo que es obligación y necesidad de todos (dado que son esencialmente unos malcriados), les diría que si lo hacen tendrían como premio la paga de la semana, de lo contrario nada. No les castigaría sin salir, les dejaría con sus amigos, pero a ver qué hacen sin dinero. Tendría mucho cuidado para que no hicieran una tontería y pretendieran conseguir el dinero de mala manera. Sin dinero para comprarte un bocadillo, y tu padre guisando todos los días lo que no te gusta, y no te comerás, no tardarás mucho en negociar para que guisen lo que te gusta. Les dejaría ver toda la TV que quisieran, escuchar música, jugar a la play, es decir, todas esas cosas con las que pretenderían sacarme de quicio, y lo haría con una sonrisa en la boca y preguntando ¿practicando para……? y les recordaría lo que más les disgusta. No chillaría en ningún momento (eso es perder el control y ganarlo ellos), no me enfadaría en ningún momento, sólo diría: “es vuestro trabajo, ya sé que es un rollo, pero es lo que tenemos que hacer todos para comer” ¿Duro? Más duro es verlos drogadictos o putas.

    No dije que no estuviera de acuerdo con usted, y en lo que lo estoy, así lo he hecho saber en los post anteriores. Estuve pensando sobre lo tratado y creo que hay mucho de un mal ritmo en la aplicación de lo que decimos. Pensé en un artículo, que trataré de escribir el mes próximo (este mes no puedo desarrollar nada más largo que una contestación).

    Si hay algo que no contesto es por no desviarme demasiado de la idea educativa, ya tengo demasiada tendencia a escorar a temas políticos y económicos, y viendo las puntuaciones de los lectores es evidente que no les interesa demasiado.

    Hay cosas en las que se pueden alcanzar acuerdos, y ambos estamos de acuerdo en que cortar el niño por la mitad no es un buen acuerdo. Me convencerá, le convenceré, aproximaremos posiciones, pero no es bueno que cortemos al niño. Estoy seguro de que aproximaremos muchas posiciones. Vistas sus contestaciones, y la alta puntuación de los posts con la normal, creo saber como deshacer un punto de desencuentro: lo haré en el artículo.
    Un abrazo.

    • Jesús San Martín
      18 febrero 2011 a 21:43 #

      He releído su post y trata un tema muy importante, y sin duda donde más conflictos dialécticos se producen. Usted dice: “Siempre, por supuesto, habrá niños a los que les guste más aprender contenidos escolares que jugar, pero, no nos engañemos, a la mayoría les gusta más jugar.” De acuerdo con usted, y nadie puede negar que los niños prefieren jugar. Desgraciadamente hay materias que no se prestan al juego, y hay que estudiarlas, posiblemente la tabla de multiplicar sea una de ellas, hacer dictados otra. He intentado introducir varias veces el juego como acción paralela, y ahora estoy hablando de la universidad, no de los niños. He dicho que se hicieran grupos y compitieran por la solución, que los perdedores invitasen al otro grupo a un refresco, o a lo que considerasen oportuno, y no lo he conseguido. He dicho que los puntos del grupo se sumaran a los individuales de la evaluación continua, pero no lo he conseguido. Si se lo toman como un juego a nivel individual, entonces compiten. Como mucho forman equipo de dos (los dos compañeros sentados juntos), y rara vez de cuatro (cuando intervienen dos chicas y dos chicos, y es más fácil ligar).
      Ya he notado que cuando hablamos de distintas técnicas educativas, pueden ser correctas en determinado orden y entorno (ya lo trataré en un artículo), y en el tema que tratamos, hablamos de unas edades en las que no tengo experiencia como docente. Ese punto es fundamental cuando hablemos de técnicas ¿se las vamos a aplicar a todos o a ciertas edades? Eso nunca se ha tratado, y es importante. Si me habla de los más pequeños, pues aquello que se pueda hacer como juego, adelante, otras materias se enfocarán para que vayan aprendiendo las técnicas que después serán comunes, cuando el juego no se a posible. Y desde luego, el instituto no es el lugar para enseñar jugando.
      Hace una semana, mi madre me preguntaba si un conocido, que cursa en la escuela donde enseño, podía ir a mi clase. Le contesté afirmativamente, dejando claro que los exámenes los haría con su profesor, así no habría posibilidad de jugar con ventaja de recomendado. A continuación me dijo lo que su padre opinaba: “no les enseñan a que les gusten las matemáticas” y le dije a mi madre: “el chico no irá a mi clase. Es culpa del padre que vaya mal”. Un estudiante de ingeniería tiene que aprender matemáticas porque las necesita, igual que una persona a la que le duela la espalda tiene que aprender a nadar. Puedo hacer que entiendan la necesidad de las matemáticas, igual que el fisioterapeuta puede hacer entender al paciente la necesidad de la natación. Pero quien odie la natación aprenderá a nadar, pero no le gustará, y quien odie las matemáticas, aprenderá matemáticas en mi clase, si trabaja, pero no podré hacer que le gusten. Quien crea lo contrario, al engañarse a sí mismo, engaña a los alumnos. Hay cosas que hay que hacer, como la cama todos los días, y no conozco a nadie que encuentre placer en hacerla por la mañana.
      Resumiendo. Para que vayamos acercando posiciones. Si a los más pequeños puedo enseñarles materias jugando, soy partidario de ello (es sólo mi opinión personal, no tengo base para fundamentar la acción) y aprovecharía para ir sentando la forma normal de actuación en sus siguientes años de educación. Hay cosas que hay que aprender aunque no te gusten, y es muy probable que nunca te gusten; el profesor no puede hacer nada para cambiar tus gustos, porque es tan personal como los sabores (me encanta el chocolate negro, que es muy amargo ¿quién de los lectores, que odie el sabor amargo, acabará considerando un placer -léase juego- el comerlo?).
      Un saludo muy cordial.

      P.S. Ya me ha quitado el Jesús, si me quita el “Sr.” me sentiría más a gusto, y todavía más (como comiendo chocolate negro) si sólo utilizara Jesús (los amigos se tratan así ¿verdad?)

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